— Shhh. —Dije cuando Azeneth mi querida hermana (Nótese mi sarcasmo) entró a la fiesta como quién entra a su casa, si hacía mucho ruido nos notarían, y no necesitábamos que supiesen de quiénes somos hijos.

—Vale, si me quieres toda la noche como un mono sentado y aburrido, lo hago, pero no me pidas que no mire, porque mi objetivo estará aquí y no pienso perder la oportunidad. —Siseó cabreada mi querida hermana que llevaba un vestido con corte en la delantera.

No me interesa si Azeneth quiere parecer sexy, lo que si me importa es que por favor honre la memoria de papá, es por esto que me veo en la obligación de hacer esto.

—Listo. —Dije terminando de ponerle el velo— tu sangre bajo cuando tenías ¿doce?, bueno ya es hora de que lo uses y dejes de mostrar tus dotes a los hombres extranjeros que de hecho no tienen nada que ofrecerte, ¿Crees que alguno te va a dar tanto oro como tú quieres? Mamá tuvo suerte al hallar a papá, y no creo suceda dos veces.

—Mirán, ¿Quieres dejar de hablar de papá como si estuviera vivo? ¿Quieres dejar de mencionármelo?

Ofuscada se ha alejado de mí y se ha mezclado en la fiesta. A mi hermana le duele mucho hablar de él porque no tuvo la oportunidad de tener un solo recuerdo. Enseguida divisé al padre de esta chica, era un hombre de buen vestir, de reloj caro, un auténtico pez gordo y que decir de su esposa, era una joya de curvas prominentes. Mi mirada se dirigió entonces a la niña que le colgaba del brazo, y comparándola con la de la foto casi me eché a reír, el photoshop era ridículo, no se parecía en nada a la vida real.

—Tengo que estar loco... —Murmuré antes de acercarme a la niña que se había separado de su Padre.

Tras un breve intercambio de palabras (De su ancha boca de trailero) me llevó a la pista como lo que es: Una arrimada, una exhibicionista, una odalisca.

Me hacía sentir incómodo su atrevimiento, pero tan rápido noté la mirada de su Padre sobre nosotros, decidí jugarle una mala pasada, estaba claro que si bailábamos como a mí me gusta hacerlo, tendría una reprimenda más tarde.

— ¿Te preocupa tu padre? —murmuré por lo bajo mientras tomaba su cintura.

—No se fía de mí ni por un momento.

—Yo tampoco me fiaría de nadie que intentase bailar con mi hija. Sobre todo si es tan preciosa... —Vale, se me zafó un tornillo grave. Necesitaba terapia, la chica no era precisamente una escultura como su mamá.

Sus mejillas se colorearon, y yo que sé por dónde llevarlo he clavado mis dedos en su espalda baja al momento en que comenzó a sonar "Bailando dos corazones de Chayanne"

El baile es algo que heredé del ritmo de mamá, así que me aproveché de la jugada que ella misma sirvió y la voltee para pegar su espalda a mi pecho, bailando lento, pegados, amarrado a su cintura y con toda la intención de que sintiera algo más que mi pecho sobre su espalda he jugado un poco.

La voltee en varias vueltas, la he dejado caer sobre uno de mis brazos, ante la atenta mirada de su padre que miraba enfadado, ante la mirada del mundo, me importa un pepino mi objetivo es claro.

Cuando he acercado mi mano a su espalda alta y la he acercado un poco a mi rostro y pegando mi mejilla en la suya murmuré:

—Soy Mirán Alauî, desde hoy no vas a olvidar mi nombre.

—Mirán... Alauî...

He terminado la pieza de baile junto a ella y sin decir más le indiqué hacia dónde iría. Las escaleras que llevaban hacia los balcones del segundo piso del casino, donde sólo entraban los invitados V.I..P

Me senté entonces frente al balcón en una mesa vacía y pedí dos vodka con piña. Debía averiguar de qué iba esta niña. Cuando la vi llegar algo agitada le invité a sentarse y le observé con detención su cuello largo, y vacío... ¿Por qué no se arreglaba más?

— ¿Por qué viniste a esta inauguración? ¿Quién eres tú realmente, Mirán?

—Como todos aquí, tenía una entrada para venir. Bueno, aparte de ser un humano como todo aquí, soy empresario.

—Pero no eres de aquí. —La chica era bastante curiosa, tendría que tener cuidado con mis respuestas.

—No. Yo nací en España, pero mi padre era marroquí, por lo que heredé todas sus costumbres, mi madre es dominicana... ¿No bebes? —Hice una pausa al ver que no tomaba su copa.

Avergonzada la chica tomó la copa y bebió un poco. Enseguida comenzó a toser y yo reí por lo bajo.

— ¡Mozo! —Llamé en voz alta con mi usual autoridad— Un jugo de —Hice una pausa par a verla— ¿Te parece de naranja? —Ella asintió y yo terminé de pedir un jugo y una tabla de aperitivos para los dos — Ahora cuéntame de ti, veo que por alguna razón tu padre o te odia o es muy aprensivo, no ha dejado de verte mientras bailabas.

—Mi padre, como ya te dije, no se fía de mí y cree que me iré con el primer tipo que se me cruce... dice que soy su tesoro y que no dejará que nadie me engañe como a él. La pasó muy mal de joven al parecer.

Mamá me había contado algo a cerca de aquel hermano que tenía Samir, y de aquel tipo llamado Javier posteriormente. Y de su accidente de pérdida de memoria... Solo asentí y seguí escuchándola.

—Estoy cansada de todo esto... y de no poder ni conducir...

— ¿No te deja conducir? ¿No será algo excesivo? —Di un trago a mi copa y de reojo vi pasar a unas chicas de busto prominente, como diría mi amigo Amir, con flotadores incluidos.

—No, ni si quiera me deja salir sola, siempre tengo que ir con un chofer... es re incómodo...

—Debe de serlo. —Dije esta vez centrando otra vez mi atención en ella, justo cuando su voz comenzó a titubear, la verdad me daba algo de pena, la pobre está peor que hámster enjaulado— Bueno... ¿Tu nombre es?

—Lola...

—Lola, si tú quieres puedo enseñarte a conducir, pero tendrás que ingeniártelas para escaparte, yo no me arriesgaré a que me lleven a la cárcel, pareces de hecho de quince años, imagínate que pensarán de mí.

—Tengo casi diecisiete. —Comentó con una dulce sonrisa que por un momento me hizo sentir extraño. Diferente.

—Yo cumpliré mis dieciocho en unos ocho meses más... en fin, ¿Vas a querer o no?

— ¡Claro! ¡Me encantaría poder salir con usted!

Aquello me dejó descolocado, ¿Me llamo usted?, ¿Tan viejo me veía? Enseguida sonreí mirando mis zapatos, y levantando la mirada le extendí la mano.

—Venga, vamos al salón, tu padre debe estar echando humo.

Lola, la joven y curiosa, lola. ¿Por qué era algo extraño acceder en su mente? ¿Por qué era tan dulce si a penas me conocía? ¿Y qué guarda realmente?, son preguntas que no dejo de hacerme mientras bajamos...

La miro de reojo, es pequeña, es extraña... no lo sé, quizá es un prototipo con el que no estoy acostumbrado a tranzar.

—Lola. —La detuve y la empujé a la pared, dejándola corralada entre mis brazos, justo ahora nadie bajaba o subía las escaleras, y yo necesitaba aclarar de una vez mis preguntas para no involucrar cosas que no quiero.

—Mirán... —Murmuró con el poco aire que le quedaba, estaba nerviosa, sus piernas estaban juntas y sus manos tensas por detrás de su espalda.

Enseguida me he comenzado a acercar lentamente a su boca, necesitaba besarla y saber qué era esto tan extraño, necesitaba decodificarlo para poder entender de que iba mi jodido plan... y qué tan jodido estaba yo. Cuando estuve por rosar sus labios, ella antepuso su mano y cerró los ojos, ha tapado sus labios contra todo pronóstico. Yo he vuelto a sonreír sin saber por qué, y finalmente le he dejado un beso allí, en sus labios pero sobre la mano que nos separaba.

—Ya puedes abrir los ojos...—Murmuré retrocediendo.

La chica me ha observado anonadada, y yo a ella con curiosidad, cuando pensé que me diría una de trailero, sus mejillas se han coloreado y ha bajado las escaleras huyendo de nuestro encuentro.

Minutos después, cuando logré apagar mis pensamientos, he bajado acomodando mi corbata, y el espectáculo que comenzaba me dejaba blanco, no, lo que sigue de blanco. El animador ha dicho frente a todos aquí:

—Hemos traído una excentricidad desde los Emiratos Árabes, una chica que sabe demostrar de dónde viene, y hacia donde va. Sus movimientos han cautivado a todo el oriente, y hoy recibimos con un gran aplauso a la bailarina, Azeneth Alauî, también conocida como "Maya"

Todos han aplaudido al momento en que la voz de "Ibrahim Tatlises cantando Tabi Tabi" ha inundado la estancia del gran casino. Mi boca no daba más abajo del suelo, no daba crédito a lo que veía. Azeneth, mi jodida y loca hermana parecía una odalisca moviendo sus caderas  en esa falda de tiras y monedas de oro a juego con su sujetador dorado , su pecho y todo lo que tenía se mueve mientras da vueltas, está tocando los platillos en sus dedos. ¡Todos la miran!

Mi ceño se ha hecho de mí y mi temperamento no dudó en aparecer cuando Azeneth tomó a al hermano de Lola, el que vio por internet y le ha comenzado a bailar lentamente delante de él, ¡Jodida la cría! Mi padre debe estar revolviéndose en la tumba.

Pensé en que esto se quedara así, pero cuando vi que su boca rosaba la de aquel tipo sentado al que le bailaba entré en la escena y sin pedirle permiso a nadie la saqué del brazo. ¡Me importan dos pepinos que esté gritando!

JavieraJames2604