Capítulo 17
Narra Janisse
La última noche en este paraíso merece una despedida a su nivel. Mientras hacía yoga en la playa, unos trabajadores del hotel repartieron entradas para una fiesta que se haría cerca de las instalaciones del mismo. Llamé al chico más cercano y pedí dos, justo a tiempo, ya se le estaban terminando.
Pedí dos invitaciones con la intención de que mi madre me acompañará. Sé que disfrutó la fiesta que fuimos hace unos días. Por primera vez había visto a mi madre más jovial, sin pensar en los problemas de casa que han sido su pan de cada día desde hace mucho tiempo.
Mis planes cambiaron al ver al sexy camarógrafo llamado Lucas. Es como un lobo solitario. Es un chico muy centrado que solo vino hacer su trabajo. Me di cuenta que no suele intercambiar mucho con sus compañeros, él es el tipo que va más a lo suyo.
Desde que lo conocí en la audición para el comercial de cosméticos puse mi mirada en él. Que un chico diferente a Cristián llamara mi atención fue algo sorpresivo para mí y la verdad, es que no le di una segunda mirada porque en aquel momento las cosas con Cristian estaban bien mas, nunca perfectas.
Lo vi en la tarde, cuando regresaba de la playa, sentado en una de las mesas más alejadas de la multitud. Me acerqué algo dudosa. Antes de decir una palabra fue como hubiese escuchado mis pasos. Me dio una pequeña repasada por mi cuerpo enfundado en un traje de baño color mostaza, amo ese color.
Armándome de valor, le invité a la fiesta de esta noche aun sin saber si mi madre me daría permiso, locura mía, aunque sé que me dejará. Su mirada desconcertada me dio mucha risa, después de un silencio que para mí fue bastante largo, aceptó.
Le pedí autorización a mi madre, contándole todos los detalles. Me dio la misma charla de siempre cada que iba a salir. Lo típico, el discurso no varía demasiado, solo cambia el juego de palabras y el doble sentido de muchas frases.
Me arreglé sexy, luego de tomar un relajante baño de espumas en la espectacular bañera. En casa no teníamos y siempre quise hacerlo como en las películas. Son tonterías, pero para mí, fue un pequeño placer.
Había acordado con Lucas que nos reuniríamos en el lobby del hotel para llegar juntos. Cuando lo encontré entre la multitud, casi me caigo por andar viéndole. Lucas a pesar de ser un chico solo dos años mayor, en el trabajo, viste de traje, no sé si por políticas de vestimenta de la empresa o por gusto personal, pero definitivamente ese pantalón con camisa de mangas, le queda mucho mejor.
—Estás muy guapo —parpadea, sorprendido ante mis palabras.
—Gracias, tú luces hermosa —¡Qué galante!
—Espero que sepas bailar. —Había olvidado preguntar ese detalle. Hombre que no sepa bailar, no es divertido.
—Tendrás que comprobarlo —me guiña un ojo. Miren a este, que coqueto me ha salido el lobo solitario.
—De eso no tengas duda. Soy de las que cuando no hay nadie en la pista, rompo el hielo.
—Me encantará ver eso. ¿Cenaste?
—La verdad no. Muero de hambre, comamos algo, con el estómago vacío no puedo beber.
—Eres menor de edad, no deberías hacerlo. —Lo miro retadora.
—Cariño, eso ya pasó de moda. Además, hoy no tengo de que preocuparme, tú me cuidarás si me paso de tragos —aseguro.
—No lo dudes, preciosa.
Tuvimos que ir a comer a un restaurant cerca de donde se realizará la fiesta porque el del hotel, había cerrado. Tal parece que el personal que trabaja allí termina su turno a las nueve de la noche. Me dio pena, pero él no le dio importancia y me invitó la cena.
Al llegar me acomoda la silla y me da una de las cartas menú que le dio el camarero. Lo observo, como ojea buscando que va a pedir. Son tan diferentes, detalles tan simples como la silla, el brindarme su brazo para caminar juntos, que me doy cuenta que con Cristián nunca ha sido así.
Recuerdo las palabras de mi madre sobre no comparar a nadie. Aunque se haga internamente, es feo hacerlo porque todos somos especiales a nuestra forma, algunos más que otros, pero no dejamos de tener nuestro toque personal.
—¿En qué piensas? —me dice sin levantar la mirada del menú —Finges leer el menú, pero sé que no lo estás haciendo —muy observador el chico. Eso es bueno.
—Cosas sin importancia.
—Los pensamientos siempre tienen un trasfondo. Siempre tienen importancia, influyen en nuestro actuar de cada día. No tienes que decirme si no quieres, apenas nos conocemos y no hay la suficiente confianza, pero lo que sea que haya sido, las respuestas a tus dudas, llegarán.
—Eres un chico muy sabio para ser tan joven.
—La edad no define la madurez, Janisse.
—En eso tienes toda la razón. ¿Pedimos? —No quiero generar un debate justo en este momento.
—Sí, claro —Enseguida llama con una seña al camarero más cercano a nuestra mesa y pide. El chico se va con nuestra orden y él me mira —Me gustaría conocerte más —dice con cautela.
—¿Qué quieres saber? —pregunto.
—Lo que tú estés dispuesta a contarme —Eso está muy bien.
—Bueno, soy hija única, estoy a punto de graduarme del instituto y estoy valorando opciones de una carrera relaciona a este mundo en el que inicié gracias a Debrain, pero aún no tomo una decisión definitiva. Soy una chica normal, hago las cosas que hacemos todos los adolescentes.
—¿Qué me dices del amor? —hago silencio de inmediato y parece notarlo.
—Perdón, no quería incomodarte. Cambiemos de tema.
—No, tranquilo. No hay problema. Hubo alguien, pero se terminó.
En ese instante llega el chico con nuestra orden y hacemos silencio mientras el muchacho hace su trabajo de organizar los platos. Lucas no deja de observarme y eso me hace sentir, extraña, pero no de mala manera, no sé explicarlo.
—Es bueno saber que tengo una oportunidad —dice cuando yo ya me he llevado el primer bocado y me quedo quieta ante su afirmación tan directa.
—Yo…
—¿Interrumpo? —Una voz molesta que conozco muy bien se hace presente.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Lucas me mira sin entender nada.
—No contestas mis llamadas ni mis mensajes. Supe que saliste de la cuidad y se te ocurrió subir una foto a Instagram. Sabes que puedo llegar a donde quiera lo más pronto posible —Maldita sea, Cristián me estresa demasiado.
—Yo puedo subir a mis redes lo que me dé la gana. No tienes nada que hacer aquí. Vete —exijo. Estoy cabreada. Me rastreo la ubicación de la foto que publiqué.
—¿Qué haces con este? —Se pone a mi altura en la mesa, señalando a Lucas —Tú eres solo mía, Janisse.
—Nunca he sido tuya y jamás lo seré. Lárgate.
—Chiquillo, Janisse te ha dicho que te retires dos veces. Se nota a simple vista que no te quiere aquí. Está conmigo ahora. No busques problemas.
—Esto no se quedará así —advierte y se va. Suelto el aire que estaba conteniendo. ¡Qué tensión!
—No le des importancia —Lucas rompe el silencio que se ha instalado después que Cristián se fue.
—Su comportamiento posesivo me molesta demasiado y más después de todo lo que ha hecho. No se merece nada de mí —digo molesta.
—Terminemos de cenas, que te voy a quitar esa molestia. Haré que olvides este momento de la noche y mañana solo recuerdes lo bien que la pasamos juntos.
Lo prometido, lo cumplió. Después de cenar y que él liquidara cuenta, fuimos a la fiesta que ya estaba en su auge. La mayoría son gente joven, más o menos de la edad de ambos. Bebimos un trago y empezó a sonar una canción que me encanta y me fui a bailar para comprobar si me seguía y no me decepcionó. Me divertí mucho con él. Lucas sí que sabe bailar bien.
Ahora está sonando una música romántica. Iba a sentarme porque en la pista se quedaron muchas parejas disfrutando del momento, pero Lucas me lo impidió. Allí, en ese momento, en la oscuridad de la pista, me dio un corto beso de forma sorpresiva, el cual intensifiqué. Él dio el primer paso, yo daría el segundo.
Nuestras bocas danzaban al ritmo de la melodiosa canción que sonaba en aquel inmenso lugar. Un primer beso tierno, cariñoso, tomándose su tiempo para conocerme y degustarme.
Al separarnos oculté mi rostro en su cuello. Me abrazo con fuerza colocando las manos a mi espalda, para acercarme más a él. Así nos quedamos varias canciones que sonaron después y no nos importó en lo absoluto si era romántica o movida. Durante aquellos minutos, solo fuimos él y yo.
Awwwww, Lucas es un amor, estas mujeres están rodeados de hombres maravillosos y no se merecen menos porque ellas son mujeres magníficas.
Pido perdón por no haber actualizado. He estado algo liada y con mil cosas en la cabeza, pero aquí están los tres capix de la semana. Espero que disfruten del maratón
Besitos. kya❤
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