4. Una Charla y Un Anillo.
El sol comenzaba a salir, llegando a iluminar todos los rincones de Sooga, que incluso llegó a iluminar la habitación donde se encontraban durmiendo los dos chicos que en un futuro se convertirán en padres tras la espera de la criatura.
Garu fue el primero en despertar, estando acostumbrado a levantarse a esa hora no era de extrañarse. Trato de moverse, pero noto sobre su brazo derecho un peso de más que le impedía moverse, además del abrazo que tenía con su novia, quien no dejaba de mover su suave y delicado cuerpo debido a su lenta respiración.
El no hizo ningún intento de despertarla o moverla, <debe estar cansada>, no dejo de pensar en lo que tuvo que pasar esa misma noche; parecía asustada, no dejaba de temblar cuando estaba en el baño y dejo de hacerlo cuando se recostó a su lado para tratar de calmarla.
Así sin más, la acerco más a él con la espera a que despertara por su cuenta. Parecía que ella no tenía ninguna intención de hacerlo, ya que termino acurrucándose aún más en su pecho.
No podía dejar de pensar que fue un error actuar de esa forma la noche de su cumpleaños, pero ahora que tenía estos resultados no tenía ni una pisca de arrepentimiento, no paraba de imaginarse la vida que quería darle a su novia, la futura madre de su hijo... hijo, inconscientemente, en su pecho presenciaba un cosquilleo cálido y agradable que simplemente no podía evitar cada vez que volvía a pensar en eso.
Con ese pensar, no pudo evitar recordar la ultima vez que estuvo con sus padres; claramente no tenía mucha experiencia en esto de estar en una familia, pero estaba dispuesto a aprender.
Aunque Pucca tampoco tenia experiencia en eso, estaba dispuesto a aprender a su lado.
No pasó mucho tiempo para que Pucca comenzara a dar signos de despertar, con cuidado se talló los ojos con tal de poder acostumbrarse a la luz, y lo primero que hizo fue buscar la cara de su novio que al parecer esperaba a que lo mirase.
Garu: buenos días. [Dijo tranquilo]
Pucca: buenos días [Dijo con una sonrisa]
Garu: ¿Cómo amaneciste? ¿Estás cansada?
Pucca: estoy bien.
No sentía tan pesado su cuerpo a cómo fue su primera vez al enterarse de su estado. Al parecer estar con Garu le ayudó bastante, teniéndolo junto a ella hacía que se sintiera más segura y protegida.
Pucca pasó a recostarse en el pecho de Garu, que sin importarle la acerco más a él, paso su brazo sobre su cintura y acaricio con delicadeza su espalda y apoyo su cabeza sobre la de su novia para hacer más cariñoso su abrazo.
Duraron un rato más en la cama, no hacía falta decir algo para complacer el momento, ambos tenían sus mentes ocupadas, con todo este nuevo asunto.
Fue así, hasta que se vieron interrumpidos por un gruñido. Al parecer alguien tiene hambre.
Pucca: lo siento. [Dice sonrojada por la vergüenza, no esperaba que su apetito despertara desde muy temprano y más con tal ruido]
Garu: [Ríe y se sienta en la cama] es mejor levantarnos, se hace tarde, y aún tenemos que ir con tus tíos.
Pucca: está bien. [Se sienta]
Garu: quieres quédate aquí mientras yo preparo el desayuno [Dijo mientras jugaba con el cabello de la chica]
Pucca: [Sonríe] estaré aquí mientras tiendo la cama.
Garu: está bien.
Dijo chico mientras se levantaba de la cama colocándose sus zapatos y besaba la frente de su novia para salir del cuarto y dirigirse a la cocina.
Una vez se fue, Pucca pasó a levantarse de la cama.
Sin duda con la ayuda y apoyo de Garu, lograba sentir el cambio de su estado, se sintió más segura para levantarse y moverse mientras limpiaba y tendía las sábanas.
Cuando estaba por tomar su ropa para vestirse logró percibir a lo lejos un olor dulce y ligero. Inconscientemente dejo a un lado sus prendas para salir de la habitación y dirigirse a la cocina.
Al entrar, vio que sobre la mesa se encontraban dos platos soperos; que tenían servido un caldo de pollo con algo de verduras picadas, a un lado de cada plato había una taza que contenían un poco de té.
Con cuidado y en silencio, se acercó a Garu por su espalda con la intención de sorprenderlo con su presencia.
Garu: siéntate, para que podamos irnos pronto. [Dijo sin voltear a verla]
Sin duda sus habilidades como ninja habían mejorado, tanto que ahora le costaba sorprenderlo, a comparación de como cuando eran unos niños.
Resignada, solo terminó por abrazarlo por su espalda, ocultando su rostro en ella tratando de esconderse tras su pequeña derrota, disimulando no escuchar la pequeña risa que tenía Garu.
Ambos pasaron por sentarse para comenzar alimentarse.
Por suerte el caldo no era pesado para Pucca, le fue fácil alimentarse sin problema, no podía creer que Garu cocinará así de delicioso.
Cuando terminaron de desayunar, levantaron la mesa, pasando los trastes usados al lavabo para que Pucca los lavara y los dejara en el escurridor para secar.
Mientras que Garu se dirigía a la habitación para poder cambiarse.
Para cuando Pucca termino por lavar los trastes, se dirigió a la habitación encontrándose con Garu, quien estaba por terminar de vestirse.
Garu: te espero en la sala mientras te vistes. [Se dirige a la puerta]
Garu: está bien
Antes de que pudiera salir, Pucca le sujeto de su polera para acercarlo a ella y darle un corto beso en los labios.
Cuando el chico salió, Pucca se colocó su ropa, para después doblar la que le había prestado Garu para dormir, dejándola en la orilla de la cama.
/En la sala/
Cuando Garu salió de la habitación, se dirigió directo al teléfono de su casa para comenzar a marcar un número en específico.
Solo fue cuestión de segundos para que al otro lado de la línea contestara su llamada.
~¿Hola? [Voz femenina]
Garu: hasta que me contestan, creí que no había nadie en casa. [Dice con burla]
~¡Garu! No creí recibir tu llamada, ya hace tiempo que no nos hablas. ¿Como te va en Sooga? [Responde emocionada]
Garu: todo está bien Hanan, no te preocupes.
~Hanan: me alegro por ti primo, los abuelos se alegrarán al enterarse que llamaste. [Dice emocionada]
Garu: por cierto, ¿Él abuelo está por ahí?
~Hanan: no, hace poco salieron.
Garu: ¿Puedes decirle que me llame en la tarde?
~Hanan: claro, no te preocupes. ¿Es urgente? [Cuestiona]
Garu: mmm... sí un poco. [Dice algo nervioso]
~Hanan: ¿Ahora que hiciste? [Cuestiona con seriedad]
Garu: todo a su tiempo, no te aceleres. [Trata de calmarla]
~Hanan: jajaja, te van asesinar [Dice burlándose] Bueno, la abuela lo hará.
Garu: Solo dile que me llame ¿Sí? [Trata de cambiar el tema aun escuchando las risas de la chica]
~Hanan: está bien, yo le digo. [Se calma]
Garu: gracias, hablamos después.
~Hanan: adiós Garu. [Cuelga]
Pucca estaba saliendo de la habitación cuando vio a Garu colgar el teléfono.
Garu: ¿Estas lista? [Pregunto al ver a Pucca acercarse detrás de él]
Pucca: aja. [Dijo sin más]
No por nada le sirvieron estos años que ha pasado con su novia, ahora conocía perfectamente sus cambios de humor, y en estos momentos le servirían más que nada. Sabía perfectamente cuando estaba incómoda, frustrada, alegre, incluso celosa.
A paso lento se acercó a ella para poder abrazarla. Ahora mismo luchaba para no soltar una carcajada por los celos de su novia; de hacerlo le iría peor.
Garu: no te enojes. [Dijo tranquilo]
Pucca: no me enoje. [Disimula]
Garu: bueno, entonces nos vemos más tarde. [Dice mientras se separa]
Pucca: ¿¡Eh!?
Garu: [Ríe] jajaja vez, estás enojada. [La mira hacer su puchero] No te enojes linda, solo llame a casa. [Dice tratando de calmarla]
Pucca: perdón. [Dice arrepentida]
Garu: no te preocupes. [Le da un beso en la frente] Mejor vámonos, no queremos llegar tarde.
Ambos salieron de la pequeña casa asegurándose de cerrar bien la puerta, caminaron entre el bosque llegando a la entrada de la aldea.
Entre las calles podía verse lo de todos los días, la gente consiguiendo sus compras del día, caminando de un lugar a otro. Para ser una aldea pequeña, se conocía perfectamente a la gente que vivía en ella, por ello no era extraño que les saludarán mientras caminaban.
Tardaron en llegar al restaurante, porque en su trayecto, tuvieron que detenerse en una heladería.
Al parecer a Pucca comenzó con sus antojos, tan solo que tardaron un rato, ya que la chica se demoró en escoger el sabor de su helado.
Ejemplo:
Pucca: ¿Cuál sabe más rico? [Decía mientras miraba los sabores] ¿Coco o pistache? [Mira en otra dirección] Mejor vainilla, no, no, mejor chocolate [Cambia de opinión] ¡Hay! También tiene de nuez [Dice emocionada] No está mejor la nieve de limón ¿No crees? [Pregunta hacia él chico]
Garu: cualquiera está bien linda. [Dijo resignado]
Mientras tanto, el dueño de la heladería no podía evitar sonreír por la escena por la que pasaba la joven pareja.
En fin.
El punto es que demoraron un rato en escoger el sabor de una simple bola de helado. Al final Pucca se decidió del sabor napolitano.
Parecía tal niña emocionada, después de que su novio le haya consentido su antojo.
Por otro lado, Garu comprendió que estos nueve meses serían completamente largos con los nuevos cambios que tendría Pucca con el embarazo y más al tratar de no hacerla enojar para evitar que destruya media aldea con una tormenta. Sin duda tendría que tener paciencia y los recursos para lograr consentirla.
Al final habían llegado a las puertas del restaurante, en su interior podía verse a muchas personas comiendo sus fideos de Yayang, había quienes estaban comiendo en su propia mesa, mientras que otros estaban con amigos o familiares.
Sin prestar atención, siguieron caminando hasta llegar a la cocina.
En ella se encontraba Dada, que se encargaba de limpiar el piso, los chefs; Lingüini que se encargaba de cortar los fideos, Dumpling que se encargaba de cortar los vegetales y Ho que atendía el cocimiento de la comida.
La tención comenzó a hacerse presente a cada segundo que estaban en la cocina, no tenían idea de cómo reaccionarían, como se dirigirán al chico después de haber tocado a su pequeña sobrina.
Dumpling fue el primero en notar la presencia de los más jóvenes.
Dumpling: Dada, ve a limpiar las mesas. [Dijo limpiándose las manos con un trapo]
Para los señores le fue extraño que su hermano hablara de repente y más con la seriedad en la que lo hizo. Pero al ver hacia la puerta dedujeron la razón.
Lingüini fue el primero en acercarse a los chicos después de que Dada saliera por la puerta.
Linguini: ¿Cómo estas pequeña?
Pcca: estoy bien tío, Garu me ayudó mucho.
Ho: Pucca, déjanos hablar un momento con Garu.
La chica no estaba muy segura de dejar solo a su novio con sus tres tíos, más se sintió tranquila al ver que Garu le sonreía para tranquilizarla.
Cuando ella salió de la cocina, los tres señores pasaron a ponerse más serios de lo que estaban.
Sin más Garu paso a ser el primero en hablar.
Garu: sé que estuvo mal lo que hicimos, perdí su confianza después de esto, pero no me arrepiento.
Logro ver que los rostros de los señores frente a él parecían estar sorprendidos, por ello continuó.
Garu: saben que no disfrute mi niñez con mi familia, con mis padres, todo este tiempo he estado solo y ahora puedo tener mi propia familia junto a Pucca y no pienso dejarla sola. [Habla con seguridad]
Ho: sabes que es nuestra pequeña y no nos agrada la idea de su embarazo fuera de un compromiso.
Lingüini: por eso queremos hablar contigo.
/Fuera de la cocina/
Al salir, Pucca se encontró con Ching que al parecer venía llegando al restaurante, parecía buscar desde su lugar una mesa desocupada para poder sentarse a comer, pero al hacerlo se encontró con su amiga.
Ambas comenzaron acercarse poco a poco hasta llegar a abrazarse como señal de saludo.
Ching: ¿Cómo te va? [Dijo separandose]
Pucca: estoy bien Ching, me ayudó mucho estar con Garu.
Ching: me alegro. [Mira al rededor] Por cierto ¿Dónde está Garu?
Pucca: esta adentro, hablando con mis tíos.
En su interior, Ching comenzó a temer por su amigo, sabía que se la libraría como para ver a su hijo nacer, pero no se salvaría de una buena amenaza.
/En la cocina/
De nuevo en la cocina.
Garu parecía no poder creer lo que los señores le habían contado.
Ahora que Pucca estaba embarazada los chefs tuvieron que contarle la verdad sobre su familia, de donde venía y quien era.
Garu: me están diciendo. [Sale del shock] Que Pucca es hija de Sia, la antigua emperatriz.
Dumpling: si, al igual que su hermana Yoana, ella vive en Forks.
Garu: ¿Eso está en otro país?
Ho: así es.
Garu: ¿Por qué me cuentan esto?
Lingüini: escucha Garu, te contamos esto porque ahora que nos contaste que quieres formar tu vida con nuestra sobrina, tenías... tienes, todo derecho de saberlo.
Ho: lo único que te pedimos es que la hagas feliz.
Garu: no tienen que pedírmelo.
Dumpling se acercó hasta estar frente al chico y de su bolsillo del pantalón, dejo a la vista de todos, una pequeña cajita forrada de terciopelo blanco con bordes dorados.
Dumpling: ten esto, [Le entrega la cajita] Sia, siempre quiso que Pucca lo tuviera.
Garu tomo entre sus manos la pequeña cajita que Dumpling le entregaba. Con cuidado la abrió para notar el pequeño detalle que los señores le habían entregado para su amada.
Sin percatarse en su rostro ya estaba presente una sonrisa de felicidad.
Ho: ustedes dos estarán ocupados esta tarde, [Dijo sacando al más joven de sus pensamientos] vengan a cenar en la noche.
Garu: claro, y gracias por esto. [Sale de la cocina]
Al salir de la cocina se encontró con su novia hablando con su amiga, quien al momento comenzó alegrarse de que estuviera bien y no moribundo.
Le resultó algo extraño su forma de actuar, pero no dejó de reconocer que los señores sí llegaron a ser intimidantes. Tardaron un rato hablando, entre pláticas y risas la pareja no dejó de agradecer a su amiga por terminar se convencer a los señores de que le permitieran a su sobrina quedarse a descansar en la pequeña casa del bosque.
Después de un rato decidieron dejar a la chica en el restaurante para que comiera, mientras que ellos se dirigían al campo que estaba a las orillas de la aldea.
Al llegar, los chicos buscaron lugar en donde poder descansar.
Garu guio a Pucca hasta estar debajo de un árbol, donde su sombra ayudaba a cubrirlos del sol.
Ayudo a Pucca a poder estar cómoda, mientras que él únicamente paso a arrodillarse frente a ella causando extrañes en la chica.
Pucca: ¿Qué pasa?
Sin decir nada Garu con cuidado, sostuvo las manos de Pucca para así tener toda su atención en lo que iba a decir.
Garu: ahora que estás embarazada, y vamos a ser papás. [Dijo sin poder evitar sonreír] Quiero hacer las cosas bien, a partir de ahora. [De su bolsillo, rebelo ante la chica la pequeña cajita que momentos antes se le habían entregado] Tal vez sea tonto pedírtelo ahora, pero, ¿Quieres casarte conmigo? [Le muestra el anillo]
No podía creer lo que veía, lo que sentía; al momento en que lo vio abrir la caja de terciopelo, no pudo evitar llevarse las manos a su boca para contener los gritos de emoción que tenía.
Cuando le propuso matrimonio fue aún peor, ya que no sabía si se desmayaría por el embarazo o por la emoción que estaba viviendo, resistió todo lo que pudo para darle una respuesta ahora, a su futuro esposo.
Pucca: si, [Susurro] ¡Si, si quiero! [Brinca a sus brazos]
Por la emoción, Garu sostuvo entre sus brazos a Pucca que se lanzó sobre de él por la emoción que tenía.
Al separarse Garu tomo la mano izquierda de Pucca para colocarle el anillo.
Este mismo veinia siendo de un color dorado y brillante, manteniendo en el centro una reluciente y sobresaliente piedra azulada y en forma de corazón.
Para concluir ambos sellaron todo con un beso. Con la alegría que tenían no podían evitar mostrar su afecto hacia el otro.
La tarde la pasaron juntos, caminaron por la aldea con tal de distraerse y esperar a que fuera la tarde para cenar con los chefs.
En el camino no pudieron evitar encontrarse con sus amigos que al momento Pucca sin poder resistirlo les dio la noticia de su compromiso.
La noticia sin duda les impresiono mucho; demasiado, a los tres chicos que no pudieron evitar en saltar abrazarlos.
Al separarse.
Ching: ¿Ya te dio el anillo? [Pregunto a su amiga] Déjame verlo. [Pidio]
Pucca le enseño el anillo a su amiga al momento en que se lo pidió.
Ching: ¡Ah! [Grita de emoción] Es hermoso, te queda bien, que lindo es.
Por otro lado, los chicos no paraban de regañar y bromear al pobre Garu, que por más que tratara no podía quitárselos de encima, más aún que ya sabían del embarazo de Pucca.
Tobe: ¿No pudiste conformarte con la fiesta que te hizo?
Garu: no te voy a decir eso.
Abyo: eres un asco.
Garu: al menos yo no me estoy desnudando a media calle. [Dijo tratando de defenderse]
Abyo: pero yo no me aprovecho de mi novia.
Tobe: es cierto, acéptalo.
Por más que quisiera, no podrá quitarse de encima a sus amigos en un largo tiempo.
Su única salvación fueron las chicas que se acercaron a ellos, justo para aligerar el ataque que estaba recibiendo Garu del par de los chicos.
Chig: ¡Esto hay que celebrarlo!
Abyo: ¿Está noche?
Garu/Pucca: no podemos.
Abyo: ¿Por qué?
Pucca: vamos a cenar con mis tíos.
Abyo/Tobe: te van asesinar. [Dijeron en broma, a su amigo]
Los ojos de todos cayeron en el chico, que lo único que hacia era recibir sus burlas.
Las chicas lo único que hacían era mirar el cómo sus amigos se encajaban con e pobre de Garu.
Después de un rato, continuaron hablando, pero esta vez sobre la posible reunión que harían para celebrar el compromiso y del próximo nacimiento del bebe.
Tobe: bueno entonces un día hay que celebrar, con... [Piensa por un momento] jugo de, ¿naranja? [Dijo pensando en el estado de su Pucca]
Ching: Me parece bien, nos reuniremos un día de estos.
Los chicos continuaron hablaron, tanto que las horas se les pasaron volando.
Para cuando se dieron cuenta, el sol comenzaba a esconderse.
Ching debía volver a su casa, Tobe y Abyo se propusieron en acompañarla, dejando a los dos chicos solos para dirigirse al restaurante.
En el camino, presenciaron el cambio que la aldea pasaba todos los días.
El cielo pasaba a convertirse a un color más obscuro, las calles comenzaban a ser iluminadas por las lámparas, la gente comenzaba a ser cada vez menos.
Para cuando llegaron al restaurante, todo estaba limpio; las mesas, bancos y el piso.
Podían deducir que no había nadie, hasta que por las escaleras se hizo presente Dada.
Dada: suban, estamos en el comedor.
Dijo el primo de Pucca, que los guio, hasta el pequeño comedor que tenían en la segunda planta del edificio.
Ya todo estaba listo; los cubiertos y la comida.
Los tres señores ya estaban esperándolos.
Solo era cuestión de que todos pasaran a sentarse.
La comida comenzó tranquila, no era cosa de mucha presión, pues ya habían hablado en la mañana, solo era cuestión de arreglar unos detalles.
Dumpling: pequeña, Garu ya te dio el anillo. [Dijo mirando su mano]
Pucca: si, [Mira el anillo en su mano] está muy bonito.
Ho: ¿Y que planean para su boda?
Lingüini: hablando de eso, queremos ayudarles en unos detalles.
Pucca: gracias tíos.
La charla continúo, los chefs habían confesado a los chicos que planeaban ayudarles en los gastos como la comida que personalmente se encargarían de eso, el lugar en donde sería la fiesta y el vestido de su sobrina.
Más el acuerdo en que permitirían a Garu quedarse con Pucca hasta tarde para que pudiera cuidar de ella, siendo algo joven su embarazo podría complicarse (deducción de los cuatro hombres sobreprotectores).
Ya siendo cerca de las 11:06 p. M. los señores sugirieron irse a descansar, permitiéndole al chico quedarse a dormir siendo ya la hora que es no querían que algo le pasara al muchacho.
Ya en la habitación.
Pucca se encontraba mirando como su novio se la pasaba observando detalladamente las fotos que ella tenía en su habitación; de sus amigos, sus tíos, de dos niñas pelinegras, le pareció extraño más no había visto a otra chica con los mismos ojos azules.
Tan solo que las que más resaltaban eran las fotos de ellos. Le parecía gracioso que Pucca enmarcará mayormente las fotos que ella tomaba personalmente, tales como; el día en que paso la tarde con ella y quedaron en su cuarto durmiendo un rato, el día en que fueron a la playa a nadar, al igual en el que Pucca volvió a participar en el concurso de Señorita Sooga.
Estaba tan concentrado, que no se fijó que Pucca no paraba de verlo, fue así hasta que lo hizo volver en sí.
Pucca: ¿Te obligaron? [Dijo casi en susurro, pero fue lo suficiente entendible para Garu]
Garu: ¿En qué? [Dice sin apartar la vista de las fotos]
Pucca: en casarnos.
Fue entonces cuando entendió su tono de voz y la pena que tenía para no verlo a la cara.
Garu: no, [Dice tranquilo] no lo hicieron, ya planeaba pedírtelo, pero ellos me ahorraron el anillo, [Confeso] me dijeron que tu mamá quería que lo tuvieras.
Pucca: ¿Sabes de ella?
Garu: solo sé quién es y de tu hermana.
Pucca: yo quería decírtelo, pero ya te lo dijeron.
Garu: ¿Y dónde está ahora?
Pucca: mi hermana en Forks, y mi madre está en la ciudad, [Dice mientras hacía memoria] después de que se acabó el imperio, el gobierno quiso quedarse con todo que perteneció a la familia, y mi madre está tratando de que no se lo lleven. [Suspira] Por eso he estado viviendo con mis tíos.
Después de aquella confesión, la chica solo se quedó observando las reacciones que Garu tenía después de haberse enterado.
Pucca: nunca me hablaste de tu familia.
Garu: [Suspira] no hay mucho que decir. [Se sienta en la cama]
Pucca: ¿Por qué? En la mañana dijiste que llamaste a tu casa.
Garu: llamé a mis abuelos, [Confiesa] ellos me criaron; mis padres al tenerme no tenían dinero para mí y me enviaron con ellos, crecí junto a mi prima. [Dice tranquilo]
Pucca: ¿Tienes hermanos? [Lo mira] ¿Dónde viven ahora? [Hablo, cambiando su pregunta]
Garu: tengo dos hermanos, Gura y Aika [Piensa por un momento] Solo que, no sé dónde viven, ni como son, solo sé que están en una pequeña aldea, lejos de aquí.
Pucca: ¿Y no quieres verlos?
Garu: quería. [Dijo en calma] Solo que ahora, tengo otras cosas que hacer.
Fue lo suficiente, como para mantener contenta a su novia, futura esposa y madre de su hijo.
Ambos pasaron a recostarse a dormir en la cama de la habitación.
Al igual que las últimas veces, Pucca sabía que volverían a surgir los síntomas del embarazo, pero no logró pasar a mayores, porque sabía muy bien que al menos no estaría sola en las noches teniendo a Garu a su lado, bien sabía que estaba en buenas manos.
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