Palabras de Dulce
Después de dos años, cinco meses y cinco días, y con una cantidad total de cincuenta y dos capítulos (¡una locura! Inicialmente había planeado alrededor de quince, pero mi imaginación voló. ¡Ni yo me lo creo!), he terminado esta historia. Una historia que surgió ante la necesidad de escribir todo lo que sentía. Cada personaje tiene un poco de mí, yo también quise y no fui correspondida, me quisieron pero tenía ojos para otra persona; luché y fracasé, pero también gané. Cada dolor y alegría me enseñó algo. Por eso, no me puedo enojar con ninguno de mis personajes, ya que son parte de mí y un poco mi reflejo.
Tardé demasiado en escribirla, en parte por mi falta de constancia y por los vaivenes de la vida, todavía recuerdo cuando pensé en abandonarla porque se había borrado el archivo y me alejé. Pero luego, una personita me dijo que no podía rendirme al primer tropiezo, entonces regresé. Hoy, mientras escribo esto y con la historia terminada, se lo agradezco.
También quiero agradecerles a cada uno de los que leyeron o quien sabe, a los que la leerán. A las personas que me acompañaron desde un principio y también a los que se perdieron a mitad de camino, porque su apoyo inicial fue fundamental. A los que se sumaron a mitad del trayecto y hasta el día de hoy siguen al pie del cañón. A quién una vez como muestra de cariño me regaló una portada (la que está actualmente) y con ese simple gesto me animó a continuar. También a quien me dijo que notaba el avance y progreso en mi escritura, la mayoría de las veces una como escritora no se da cuenta de eso, y es bonito que alguien sí y te lo haga saber. Y por último, a mi hermana de otra sangre, por ser mi apoyo incondicional en cada momento.
No daré nombres, pero espero que sepan a quien le hablo. ¡Muchas gracias! Fueron partícipes de una forma u otra, del desarrollo y conclusión de mi primer historia. No tienen idea de cuánto lo valoro.
No sé si a todos les habrá gustado el final, pero siento que era lo correcto. También debo admitir que a lo largo de estos dos años y pico, imaginé muchos desenlaces. Cuando la comencé tenía clarísimo que Agustín y Moira serían felices juntos, pero luego le doy vida a Celeste y adoré al personaje, así que me parecía correcto que ellos dos terminen juntos, pero esto también cambió. Tal vez porque durante todo este tiempo yo también sufrí una ruptura amorosa y me sentí perdida, hasta que una nueva oportunidad llegó a mi vida.
No quiero hablar de mi vida sentimental, solo quiero explicarles por qué escribí ese final, en parte porque a lo largo de este camino fui creando mi propio concepto de qué es el amor y quise que lo conocieran. Cada uno en la vida va descubriendo lo que es, y es lo que me pasó.
El amor es dar, pero también recibir. El amor no lastima, sino que te fortalece. Siento que Agustín nunca podría haber estado con Moira por las actitudes egoístas de ella y la tendencia solidaria de él. Agustín daba todo y Moira lo tomaba, pero no había un ida y vuelta.
Celeste fue un ser de luz en su vida, llegó para repararlo y construirlo de vuelta, pero esta vez, Agustín nunca pudo devolverlo. Por eso, ella le dice: "No quiero convertirme en un nuevo Agustín y no quiero que te conviertas en mi Moira". Su mejor decisión fue terminar con el chico, ya que Agustín nunca podría haberlo hecho porque ella lo hacía sentir bien, pero en fondo no era lo que quería. Pero antes de quedarse sin el pan y sin la torta...
Ninguna de las dos relaciones están bien. Lo mejor para todos fue alejarse y encontrar a la persona indicada, porque existe, pero aparece la mayoría de las veces de la forma menos esperada y en el momento menos sospechado.
Nunca pierdan la esperanza, pero para amar a alguien, primero tenemos que amarnos a nosotros mismos, estar completos y disfrutar de las pequeñas cosas en soledad. La otra persona nunca viene para completarnos, sino para acompañarnos.
Y nunca olviden, tal vez no sea justo, pero hay gente destinada a encontrarse en la última página del libro. Así que nunca dejes de leer.
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