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ONCE: El beso


Corrían lo más rápido que podían, a todo lo que sus piernas le daban. Llegaron a la terminal sin aire y literalmente jadeando, Agustín tomaba aire por la boca debido a la desesperación por recuperar tan preciado elemento vital. Su amiga estaba en iguales condiciones, la única diferencia era que ella miraba hacia todos lados con rapidez, escaneaba de arriba abajo cada lugar de la terminal hasta que su vista se quedó clavada en un solo lugar.

Agustín tomó aire una vez más, ya mucho más recuperado y dirigió su vista hacia donde Moira miraba. Aaron estaba junto a sus padres muy pronto a abordar el colectivo que lo llevaría otra vez hacia su tierra natal.

-¡Aaron!- ante el grito de su amiga, el chico volteo hacia ellos y sonrió. Su amiga comenzó a correr hacia su dirección y a Agustín no le quedó otra que seguirla, aunque su costado aún le dolía.

Era increíble que siendo jugador de fútbol desde los siete años y estando más que acostumbrado a entrenar, ahora estuviera tan agotado. Aunque correr a toda velocidad veinte cuadras que los separaban de la terminal, sin un debido precalentamiento antes, no era algo que hacía todos los días.

-Pensé que no llegarían- dijo Aaron mientras sonreía.

-Es que Agustín es muy lento, yo hubiera llegado hace como quince minutos pero tenía que esperarlo- soltó indignada. Mientras Agustín soltaba un "¡Oye!" y todos soltaban una carcajada. Pero luego, Moira se puso nerviosa y miró a Aaron- ¿Podemos hablar?- el chico posó su vista sobre sus padres.

-Nosotros iremos subiendo las maletas- y dicho esto fueron hacia el lugar para el equipamiento donde había una pequeña cola de personas que le entregaba sus pertenencias al chofer, quién acomodaba todo.

Aprovechando ese momento, Moira tomó de la mano a Aaron y se lo llevó un poco más lejos. Al encontrarse solo, Agustín comenzó a recordar cómo habían llegado hasta esa situación.

-"Un beso"- las palabras de su amiga lo habían desconcertado, pero al reaccionar se había negado rotundamente. Ella intentó convencerlo pero él no dió su brazo a torcer, no podía creer que su amiga le pidiera eso. Ella alegó que quería que su primer beso fuera con él para saber cómo era besar y que para cuando bese a Aaron, no pase ninguna vergüenza. Estaba loca y se lo había dicho, pero su amiga no se daba por vencido.

Estuvo persiguiéndole cerca de dos meses, pero si ella no se cansaba de intentarlo, él no se cansaría de rechazarla. Incluso hubo un tiempo en que Moira se había enojado con él y debido a esto no hablaron durante una semana.

En medio de todo esto y sin entender muy bien lo que pasaba se encontraba Aaron. El pobre chico hacía de puente entre los dos, literalmente. Si Moira le decía, "Dile a tu compañero que me preste la tarea", Aaron miraba hacia su costado y repetía las palabras como un loro, para que Agustín le contestara: "Pero será la última, que la próxima vez la haga ella". Volvía a mirar a su amiga y se lo decía tal cual para que ella frunciera el ceño: "Mejor que se la quede, ya no la quiero".

Gracias a todos los cielos, el chico tenía una paciencia infinita, sino ya se hubiera hartado hacía tiempo. Pero, cada vez que tenía oportunidad hablaba con cada uno e intentaba que arreglaran las cosas. Al fin lo logró, ambos amigos se disculparon y se abrazaron, prometiéndose no volver a pelear.

Luego de eso, no pasó mucho tiempo para que llegara fin de año y con ello que las clases terminaran. Pero también, la noticia de que Aaron volvía a La Pampa, su padre había conseguido un mejor empleo y la familia no dudó en regresar.

Pero esto destruyó a Moira, quien se enojó con el chico y no quiso verlo durante dos semanas, hasta que llegó el día en que se iría. Aaron intentó hablar con ella, pero la chica se negó y no le quedó otra cosa que marcharse. Fue ahí cuando intervino Agustín, no podía ver así a su amiga, la convenció para que vaya a despedirlo y que le diga todo lo que sentía por él porque seguramente después se arrepentiría.

Fue ahí cuando ella reaccionó y lo arrastró con ella por veinte cuadras al ver que faltaba poco para que el chico se fuera para siempre.

Vio como Moira terminaba de hablar totalmente colorada y Aaron con una pequeña sonrisa le contestaba. No podía escuchar nada, pero estaba seguro que no era nada malo porque a pesar de que las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de Moira, también había una sonrisa tímida. Él la abrazó y ella también lo hizo a los pocos segundos y cuando vieron que los padres de Aaron le hacían señas, los dos se acercaron.

-Los voy a extrañar mucho. Son los mejores amigos que he tenido, espero que algún día nos volvamos a ver- y los tres se abrazaron, porque sí, eran grandes amigos y a eso ni la distancia lo destruiría.

Se quedaron en la terminal hasta que ya no pudieron divisar más el colectivo, dándose cuenta del vacío que dejaba la ausencia de su amigo.

-¿Cómo estás?- no quería tocar el tema tan abiertamente, pero estaba preocupado por su amiga.

-Todo está bien. Bueno, no tan bien porque el primer chico que me gusta y me le he declarado, también ha sido el primero en rechazarme- Agustín abrió los ojos sorprendido, pensó que las cosas habían ido bien- Pero estaré bien, porque ha sido dulce y comprensivo conmigo, no me ha herido aunque me duela que no me quiera. Pero lo entiendo, no puedo a obligarlo y creo que lo mejor es que todo quede como una linda amistad. Después de todo, ¿hubiéramos tenido un noviazgo a la distancia? Creo que no hubiera funcionado- soltó una risa para aligerar el ambiente, pero no pudo evitar que sonase rota y las lágrimas vuelvan a salir.

Agustín la abrazó, quería ayudar a su amiga, pero no sabía cómo. Así que dejó que ella se desahogara todo lo que necesitara y su amiga lo hizo. Luego de unos minutos, Moira se separó y se secó las lágrimas, para luego dibujar una pequeña sonrisa.

-Todo estará bien- dijo segura y ya más tranquila. Él volvió a abrazarla y luego besó su mejilla, admiraba la valentía y fortaleza que tenía Moira, siempre intentando seguir adelante a pesar de sentirse mal.

-Todo estará bien- le dijo con seguridad- Yo siempre estaré a tu lado- y sonrió y ella correspondió su sonrisa, ya mucho mejor.

Ambos comenzaron a caminar de regreso, ya con mucha más calma que la primera vez. Aunque un poco de miedo invadió a Agustín cuando se dio cuenta que seguramente les esperaría un fuerte castigo por parte de sus madres, ya que se habían ido corriendo de sus casas sin avisar a nadie. Pero la risa de Moira lo distrajo y miró a su amiga curioso. Ella no paraba de reír y lo miró divertida.

-Al final, sí conseguí un beso tuyo- dijo pensando en el beso que le dio en la mejilla, no había sido en los labios, pero eso le servía para molestar a su amigo.

Los dos comenzaron a reírse y caminaron de regreso, sabiendo que todo estaría mejor sí los dos se mantenían unidos.


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Nuevo capítulo después de una eternidad!!! Espero que les haya gustado!

Por hoy es todo, hasta la próxima!

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