DOS: Duende Zahorí
-Te estoy diciendo que si lo llamas va a aparecer- dijo Moira mientras balanceaba los pies, el banco donde los dos estaban sentados era un poco alto, por lo tanto ninguno de los dos tocaba el piso.
-Ya pasaron tres días, no creo que lo encuentre- Agustín miraba el suelo y los pies de ambos moverse.
-No importa el tiempo, sólo tienes que llamar al duende Zahorí. Yo lo hice y me ayudó- dijo bien convencida. Se levantó pegando un salto y mirándolo con una sonrisa- Yo te enseñaré- y sin que Agustín pudiera reaccionar, lo tomó de las manos.
-¿Q-Qué haces?- preguntó tímido y un poco avergonzado. Ella sonrió mucho más grande.
-Tú solo repite lo que yo digo- él asintió nervioso- "Duende, duende, duende, duendecillo. Una cosa perdí, era un crayón rojo. Duende, duende, duende... duendecillo. Tú sabes bien donde está lo perdido. Llévame de tu mano y para siempre estaré agradecido"- y cerró los ojos bien fuertes esperando a que aparezca.
Agustín se quedó mirándola. No creía en esas cosas y sabía que su crayón no iba a volver. Pero no la contradijo porque le gustaban los hoyuelos que se formaban en sus mejillas cada vez que sonreía, la ilusión que había en sus ojos cada vez que hablaba y como le agarraba las manos fuertemente, sólo quería que no lo soltara nunca. Cerró los ojos y pidió ese deseo.
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Aquí el segundo capítulo. Gracias a quienes leyeron y votaron, me hicieron muy feliz!
La canción de invocación al duende no es mía, la saqué del blog/cosasdemeiga.com
Espero que les haya gustado! Nos vemos la próxima!
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