"Puedes amarme sin más, o conformarte con menos.

                                    Lo que decidas será, lo que nos merecemos".

                                                          Lo que nos merecemos – Melendi.

Ese día había paro docente, así que Agustín no precisó ir al colegio y disfrutó su mañana libre durmiendo. Pero siempre había un momento para despertarse y Agustín estaba en ese proceso mientras desayunaba o almorzaba, ya que el reloj marcaba cerca de las doce. Si su madre no estuviera trabajando, seguro que le gritaría que es un vago que debe mantener.

Su celular sonó, Celeste le había mandado un WhatsApp preguntando si podían hacer algo en la tarde, Agustín aceptó.

Hace rato que no pasaba tiempo con la rubia, últimamente la veía solo en el colegio y tal vez una que otra salida juntos. Pero la mayoría del tiempo estaba con Moira, la chica lo necesitaba ya que casi no tenía más amigos que el de su infancia y claramente, él no la iba a dejar sola.

Habían vuelto los viernes de series y las tardes sin hacer nada, la tarea la resolvían juntos y Moira pasaba varias horas en su casa cuando los padres de la chica no estaban, ya que se aburría y no quería estar sola.

Pero Agustín sabía que ella sufría, le dolían todos los rumores y murmullos que circulaban por el colegio, las burlas y las risitas a su espalda, el abandono de las que supuestamente eran sus amigas y el distanciamiento con Jennifer, pero sobre todo el maltrato y el olvido de Nicanor.

El imbécil no había mandado ni un mensaje y tampoco había llamado, simplemente desapareció cuando se enteró del embarazo de Moira.

Alguien llamó a la puerta y se encontró de frente con Moira, sonrió sin poder evitarlo.

—Necesito tu ayuda —dijo un poco nerviosa.

—¿Qué pasa? ¿Está todo bien? —preguntó preocupado él a cambio.

Ella asintió, pero los nervios continuaron.

—Mis padres tuvieron una emergencia en el trabajo y no podrán acompañarme —continuó mientras se tocaba el vientre que cada día estaba más grande.

—¿Acompañarte a dónde? —volvió a cuestionar el chico, a Moira no parecía pasarle nada grave, pero aún seguía un poco nerviosa y avergonzada.

—Hoy tengo que ir a hacerme una ecografía para el control y no quiero hacerlo sola —susurró lo último casi con timidez, como no queriendo mostrarse vulnerable.

Y Agustín no lo entendía, eran amigos desde el Jardín de Infantes, no había nada que él no pudiera hacer por Moira, así que no debía sentirse mal por pedir algo así.

—Dale, vamos. Quiero averiguar si será un humano o saldrá a ti —dijo en broma mientras comenzaban a caminar hacia el hospital y Moira se quejaba.

Sin darse cuenta que se olvidó el celular sobre la mesa, celular que sonó con un nuevo mensaje de Celeste.

Agustín no podía creer lo que veía, realmente había un bebé dentro de ese abultado vientre de seis meses.

—Es una niña —dijo la ginecóloga mirando la pantalla. —Y está sana, tal vez un poco baja de peso, pero no es alarmante. Miren eso.

El chico miró concentrado la pantalla y de un momento a otro, el bebé comenzó a mover sus piernitas y manitos.

Agustín estaba maravillado.

—Moira, es increíble —dijo totalmente emocionado.

—Mmm

No hubo otra respuesta por parte de la futura madre y Agustín no se percató que la chica, desde que había comenzado el ultrasonido, nunca había dirigido la vista a la pantalla. El techo de la habitación parecía sumamente interesante.

Agustín siguió embobado con la imagen de la beba.

A la vuelta de la consulta, los dos se habían acomodado en el sillón frente al televisor y se pusieron a ver Supernatural, aunque Agustín parecía más interesado en hablar sobre el ultrasonido.

—Es tan chiquita y ya está toda formadita —decía mientras recordaba la imagen. —Y tendrás que hacerle caso a la doctora y alimentarte mejor. —Moira hacía oídos sordos y se concentraba en el televisor. —¿Ya pensaste en un nombre? Ahora sabes que será una niña.

—No

Fue lo único que contestó y esperó de todo corazón que su amigo dejara el tema ahí, pero parecía que no iba a tener tanta suerte.

—Pues podrías ir pensándolo y comprando las cosas...

—Castiel es tan gracioso cuando está borracho —interfirió en la perorata de su amigo. Agustín la miró sin entender muy bien porqué el cambio de tema.

—Sí, es gracioso. Igual no estamos hablando de eso —comenzó, pero ella lo volvió a cortar.

—Estamos hablando de esto —dijo seria mirándolo. —No me interesa el otro tema.

Recién en ese momento, Agustín notó que algo estaba mal con la joven.

—Moira, ¿qué pasa? —bajó el volumen del televisor y esperó hasta que ella hable.

Se retorció nerviosa y esquivó su mirada, pero luego de unos minutos de indecisión, lo soltó.

—Voy a tenerlo —Agustín notó que a pesar de saber que era una niña, aún no se dirigía de esa forma, seguía siendo solo el bebé—, pero eso no significa que seré su madre.

—No entiendo, ¿qué quieres decir? —se atrevió a preguntar.

Ella lo miró.

—Estoy pensando en darlo en adopción.

Se hizo el silencio por un momento hasta que Agustín volvió a tomar la palabra.

—Moira... —sonó el timbre de la puerta.

Dudó, pero finalmente se levantó para ver quién podía interrumpir en un momento tan importante.

—Así que estabas acá —soltó Celeste. La chica se notaba bastante enojada y ni siquiera lo había saludado. —Me preguntaba dónde podías estar, ya que te estuve esperando como dos horas en la entrada del cine, pero ni apareciste y tampoco me contestabas el teléfono —dijo con rabia.

Agustín se sintió horrible por haber olvidado su salida y ni siquiera haberle avisado a la rubia. Miró acusadoramente su teléfono.

—Me preocupé y pensé que algo malo te había pasado y vine a ver, pero parece que estás perfecto —dijo mirándolo de arriba hacia abajo y no encontrando ninguna herida. —Así que espero que tengas una buena explicación por haberme dejado plantada y ni ser capaz de mandarme un mensaje para cancelar.

A Moira se le cayó un vaso al suelo y supo que había metido la pata, así que se mantuvo quieta en su lugar. Celeste se distrajo por el ruido y recién notó a la chica sentada en el sillón de la casa de su novio, vio el jugo y las masitas sobre la mesa y finalmente un capítulo de Supernatural reproduciéndose en el televisor.

Algo dentro de ella se quebró.

—Ya no precisas explicarme nada, entendí todo —su voz se quebró al final de la oración. —Definitivamente sigo siendo una tonta, ¿sabes qué? —dijo con falsa alegría. —Quédate con Moira, disfruta el resto de la tarde, yo hasta aquí llegué. Les deseo lo mejor —terminó intentando contener las lágrimas que inundaban sus ojos y le cerraban la garganta.

Miró una vez más a los dos y dándose media vuelta, se marchó.

—Celeste —dijo la primera palabra desde que el timbre había sonado.

La nombrada no frenó y tampoco se dio vuelta.

Agustín tampoco corrió detrás de ella.

Sabía que tenía que retenerla, explicarle las cosas, pedirle perdón e intentarlo de nuevo. Pero algo lo retenía para que se quedara con Moira.

Tomó la segunda opción.

¡Solo quedan 6 capítulos para el final, amores míos!

¿Qué les pareció? Les dije que las cosas con Celeste iban a estallar y parece que la chica dijo basta, ¿creen qué será para siempre?

¿Y la decisión de Moira? ¿Se quedará con la bebé o la dará en adopción?

PROHIBO LA COPIA TOTAL O PARCIAL DE ESTA OBRA. TANTO LA HISTORIA COMO LOS PERSONAJES ME PERTENECEN. USA TU PROPIA CREATIVIDAD E IMAGINACIÓN, NO LA DE OTROS. NO AL PLAGIO.

¡Nos leemos mañana para otro capítulo!