CUARENTA Y CUATRO: Huir no siempre soluciona las cosas
"Las cosas que no puedes cambiar,
son las mismas que acaban cambiándote luego".
Te echo de menos – Beret.
Mientras ponía la mesa para desayunar, su madre ya arreglada para ir a trabajar apareció en la cocina. Y lo miró de una forma que no lo hacía desde hace mucho tiempo, como si estuviera en graves problemas.
—Necesitamos hablar —ni siquiera un hola, así que esto debía ser bastante serio.
Dejó todo lo que estaba haciendo y se sentó, su madre lo siguió enseguida.
—Me podrías explicar qué significa todo esto— Agustín la miró sopesando sus opciones, pero su madre no le dio tiempo para irse por la tangente—Y estoy hablando de Moira y su estadía anoche en casa.
No había forma de escapar, su madre se había dado cuenta. En el fondo sabía que no podía ocultárselo, pero al menos esperó que lo descubriera al mediodía, cuando Moira ya se había ido.
—Ella no está pasando por un buen momento y me necesitaba, así que dejé que se quede en casa anoche porque no quería volver a la suya.
Por su reacción, supo que a su madre no le gustaba nada esta situación.
—Mira Agustín, adoro a Moira desde que es una niña y he visto crecer su amistad. Pero ya no son unos niños, no pueden irse de su casa así nomás. Anoche Helena llamó desesperada porque no sabía dónde estaba su hija y vaya sorpresa la mía cuando descubro que estaba aquí. ¿En algún momento se acordaron de llamar para avisar que Moira dormiría aquí y así evitaban que sus padres de preocupen?—Agustín se sintió culpable y negó con la cabeza —Deben aprender a ser responsables—dijo severa.
—No volverá a pasar, lo prometo. Solo quería ayudarla porque se veía realmente mal—intentó defenderse, pero sabía que nada valía la pena.
Su madre suspiró derrotada.
—Recuerda que tienes novia—la miró sin comprender al principio, pero luego su cara se volvió roja.
— ¡Mamá!—se obligó a bajar la voz porque Moira estaba durmiendo en la otra habitación—Ella durmió en mi cama y yo dormí en el sillón—dijo entre indignado y horrorizado.
Ella no cambió su semblante y se puso de pie para ir a trabajar.
—Eso espero—fue lo último que dijo antes de marcharse.
Pasó un tiempo en completo silencio y en la quietud de una casa que parecía vacía. Hasta que unos pasos atrajeron su atención, Moira aún con la misma ropa de ayer, apareció por la puerta de la cocina y así en relativa calma, se sentó a su lado para desayunar.
Ninguno de los dos habló mientras comían, tampoco ninguno se atrevió a hacerlo. Cuando ya no tuvieron ninguna excusa para no mirarse a la cara porque el desayuno había quedado atrás, Agustín fue quién tomó la iniciativa.
— ¿Qué harás?—Moira apretó los puños por unos segundos, como si tuviera miedo y quisiera defenderse, pero luego se encogió de hombros— ¿Qué hará Nicanor?
La chica se estremeció ante la mención de su novio y Agustín la miró aún más intrigado.
—Nada, no cree que sea suyo—su voz salió quebrada y dudosa.
Agustín se obligó a calmarse, no ganaba nada matando a ese imbécil a piñas.
— ¿Cómo te sientes?— decidió cambiar el enfoque, ya que sabía que sería él quién tuviera que llevar adelante esta conversación.
Pero fue pronunciar la pregunta cuando Moira se largó a llorar, Agustín no sabía si acercarse y consolarla o quedarse y esperar que se desahogara. Fue por la segunda opción.
—Estoy asustada, ¡no sé qué hacer! Ser madre a los diecisiete nunca estuvo en mis planes.
—Pero los planes cambian—no quería ser duro con ella, pero era la verdad—Estás embarazada y un niño nacerá, debes asumir la responsabilidad de tus actos, independientemente si el otro imbécil decide borrarse. Fue una irresponsabilidad de los dos, los dos deben cuidarse cuando tienen relaciones sexuales, no debes dejar eso a cargo del otro. Los dos son culpables, solo que tú cargas con las consecuencias físicas y sociales—Moira ahora sí explotó en llanto.
Y Agustín se quedó a su lado, como una silenciosa compañía. Cuando su amiga fue capaz de clamarse volvió a tomar la palabra.
—No sé si quiero tenerlo.
Se quedó en silencio ante la revelación de la chica, pero luego intentó sonar lo más tranquilizante posible.
— ¿Tus padres lo saben?—ella lo miró horrorizada y negó—Debes decírselo—repitió tranquilo.
—No puedo—sonó como una súplica—No me obligues, por favor—estaba por llorar otra vez.
—Moira, esta es una decisión que no puedes tomar a la ligera. Si decides tenerlo o no, es un proceso por el que no puedes transitar sola, necesitas a tus padres.
—Tú puedes acompañarme—volvió a suplicar.
— ¡Esto no es un juego de niños! ¡No es esconder un examen que desaprobaste o ratearte del colegio!—elevó la voz exasperado—Esto es algo serio y necesitas madurar, necesitas entender que en unos meses puedes traer un bebé al mundo—respiró para volver a calmarse—Necesitas hablar con tus padres—ella volvió a sollozar, pero esta vez asintió.
—Tengo miedo—susurró.
—Lo sé, pero no importa la decisión que tomes, yo estaré a tu lado—ella lo miró agradecida y saltó a sus brazos para abrazarlo.
+++
— ¿Estás sola?—Celeste dirigió su vista hacia Aaron, quien señalaba el banco que estaba a su lado. Ella asintió— ¿Agustín no vino?— volvió a preguntar desconcertado.
—No—dijo mientras miraba hacia la puerta de entrada del aula.
— ¿Puedo sentarme?—Celeste dudó, chequeó su celular pero no había mensajes.
—Sí— intentó dibujar una sonrisa, mientras su compañero se la devolvía y se sentaba a su lado.
—Hoy me desperté con unas ganas increíbles de venir al colegio, eso es raro—Celeste trató de seguirle la conversación, pero no pudo.
Se quedó mirando la puerta, esperando que su novio entrara y dijera que se le había hecho tarde. Pero no llegó.
Tampoco le envío ningún mensaje.
+++
Moira se había ido a mitad de la mañana, cuando había juntado el valor suficiente para encarar a sus padres. Y para ese entonces, ya se le había hecho tarde para ir al colegio, aunque en lo que menos pensaba era en la escuela.
Moira estaba embarazada y Nicanor no pensaba hacerse cargo. Y ella ni siquiera estaba segura de tenerlo.
¿Cuándo habían dejado de preocuparse de las Chicas superpoderosas y los Power rangers? ¿En qué momento habían comenzado a pensar en ser padres? ¿Cuándo sucedió todo eso?
Agustín no lo sabía, pero las tardes de verano en la pileta, los viernes de series, los entrenamientos de fútbol y las cartas por el amigo invisible... todo se sentía demasiado lejano ahora.
Su celular vibró ante la entrada de un nuevo mensaje. Lo abrió sin saber muy bien qué esperar.
"Voy a tenerlo".
Y supo que ya nada sería igual, esta decisión marcaría un antes y un después.
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Bueno, amores, un nuevo capítulo para esta cuenta regresiva que se va acercando a cero.
Solo quiero avisar que tengo una buena y una mala noticia. La mala es que no estaré actualizando por unas semanas; la buena, es que durante esas semanas estaré escribiendo la historia, por lo tanto cuando suba el siguiente capítulo pueden tener la seguridad que ya está completa.
Me tomo este tiempo porque no quiero dejar ningún detalle suelto o sin resolver, por eso voy a volver a leer la historia entera. Ya que son esos pequeños detalles la que hacen bonita.
Un detalle que tal vez a nadie le importe, pero a mi sí jajja Esta obra ganó el 5to lugar en los Gamma Awards y nuestra amada y odiada Moira ganó como personaje secundario.
Eso es todo, falta poco para que sepan cómo decir te amo!!!
PD: ¡Feliz día del trabajador! (es el primero pero yo me adelanto jajaja)
¡Nos leemos la próxima!
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