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CUARENTA Y CINCO: El día marcado en el calendario


             "En este eclipse de luna, me tocó la tierra

                                                          y a él le tocó el sol".

                            Lo que nos merecemos – Melendi.


Los meses fueron pasando y con ellos, también llegaron los rumores, los chismes mal intencionados y las malas lenguas de los entrometidos.

Cuando se supo, Moira fue la comidilla en el colegio el primer día. El segundo día no fue, se encerró en su habitación y se negó a salir hasta que la tierra se la tragara. Y lo hubiera cumplido si Agustín no habría ido a sacarla.

Las habladurías no cesaron e incluso se incrementaron cuando el vientre de Moira fue cada vez más evidente, pero tuvieron la hipocresía de hacerlo a sus espaldas. El peor de todos fue Ariel, quien había sido el primer novio de la chica y con quien no había terminado muy bien porque él le había sido infiel. Él chico era un completo idiota.

"—Ufff, ¡De la qué me salvé!"

"—Es como un globo a punto de explotar".

"—Menos mal que la dejé, la mina es más trola que las gallinas".

Y los comentarios seguían, todos dichos en voz alta para asegurarse que Moira los oyera, y lo peor eran las risitas de complicidad de todos los demás, dejando en claro que estaban de acuerdo con él.

Moira se volvió la alumna apestada del colegio, nadie quería acercarse mucho a ella porque era la comidilla de todos y vista como una chica fácil, todo por haber quedado embarazada. La culpaban y la trataban de la peor forma, burlándose y haciéndole el vacío, pero nadie mencionaba al tipo que también tenía la misma responsabilidad y se había borrado en la primera ocasión. Agustín, muchas veces tuvo las ganas de ir y agarrarlo a trompadas, pero no lo hizo.

A quien si agarró y lo puso en su lugar y con sus dos ojos morados de por medio, fue al útil para nada de Ariel.

Pero las habladurías tomaron otro camino, Agustín al pelearse con Ariel por todo lo que decía de Moira, fue prueba suficiente para el resto de los estudiantes de que él era el padre del bebé que ella estaba esperando.

Pero a estas alturas, nadie gastó saliva en desmentirlo porque no serviría nada, las personas siempre creerían en lo que ellos quisieran.

Después de eso, las cosas se calmaron un poco por decirlo de alguna forma, ya que todos al pensar que Agustín y Moira estaban juntos, y después de lo de Ariel, parecieron aceptar que serían padres adolescentes.

Pero eso no mejoró la soledad en la que Moira había quedado. Sus dos amigas, Maia y Candelaria, se alejaron de ella porque no querían ser tachadas de putas como la chica, de todos modos a esas dos no se las podía llamar amigas.

Jennifer volvió a acercarse, pero la relación nunca fue la misma, Moira recibió todo el apoyo pero Jenni seguía sin perdonarla. Así que las dos sabían que podían contar con la otra, pero pasar horas juntas y charlar sobre pavadas, eso no estaba sucediendo y no pasaría en un buen tiempo, si es que algún día sucedía.

La institución escolar al encontrarse con una de sus alumnas embarazadas, decidió volver a impartir charlas sobre educación sexual, Moira no fue a ninguna por la vergüenza que sentía.

Agustín no la dejó sola.

Otro cambio importante fue que Aaron decidió quedarse y terminar sexto año junto a ellos. Moira estaba contenta porque había recuperado a un amigo, Celeste también parecía llevarse muy bien con él y Agustín no sabía cómo sentirse al respecto.



Celeste entró al baño para lavarse las manos después de la clase de Arte y estuvo a punto de irse, pero unos sollozos llamaron su atención. Fue directo a los cubículos y en el último, encontró a Moira sentada sobre el inodoro llorando.

—Hola —dijo un poco dudosa de cómo podría reaccionar la otra chica, era bien sabido que nunca habían logrado congeniar.

Moira la miró asustada y trató de limpiarse las lágrimas con rapidez, pero fue imposible ocultar lo evidente y fue peor cuando notó que ya no tenía más pañuelos.

Celeste buscó en sus bolsillos y le tendió un paquete de pañuelitos descartables, Moira pareció dudar por unos segundos, pero luego los tomó.

—Si en algún momento quieres hablar, puedes buscarme —dijo mientras Moira la miraba sorprendida con un pañuelo a mitad de camino hacia su nariz. —Solo recuerda que eres tú quien vive tu vida, no los demás.

Celeste no quiso seguir molestándola, ya que hay personas que prefieren llorar en soledad, así que se dio media vuelta y se fue del lugar, dejando a su compañera demasiado sorprendida.



—¿Mañana hacemos algo? —preguntó Celeste a su novio a la salida del colegio.

—No lo sé, mejor vemos después —contestó un poco distraído el chico.

—Perdón por el retraso, pero últimamente estoy caminando más lento —dijo la recién llegada.

Moira casi nunca hablaba de su embarazo y tampoco hacía mucha alusión a él, pero tampoco lo negaba. Era una situación un poco extraña.

—¿Nos vamos? —interrogó la recién llegada.

Agustín asintió y tomó la mochila de su amiga para que no se esforzara demasiado.

—Nos vemos mañana, Celeste.

Fue lo último que le dijo el chico antes de irse caminando junto a Moira, ya que rondaba cerca de los seis meses y no podía viajar más en moto por seguridad. Entonces, Agustín la buscaba y la acompañaba siempre caminando.

—¿Te alcanzo a tu casa? —consultó Aaron, quien había aparecido detrás de la rubia.

—No, pero gracias igual —respondió Celeste. A pesar de la negativa, Aaron sonrió.

—¿Mañana harás algo?

Parecía demasiado entusiasmado y Celeste no supo qué contestarle.

—Sí, haré algo con Agustín

Porque era cierto, aún no habían arreglado pero lo harían, solo era cuestión de horas.



Y llegó el día siguiente, un hermoso sábado para salir y disfrutar, pero en cambio, Celeste se quedó en su casa.

Nunca acordaron nada, Agustín le dijo que no podía porque estaba ocupado y Celeste sabía que ese "ocupado" tenía el nombre de Moira.

Cuando se hizo de noche y fue hora de dormir, Celeste había pasado el día junto a su madre y nadie más. Miró su celular y no tenía mensajes de Agustín, cada vez escaseaban más, pero si tenía uno de Aaron que se lo había mandado bien temprano en la mañana.

"¡Feliz cumple, Cele! Te deseo lo mejor y que lo pases hermoso junto a los que más quieres".



¡Y finalmente, un día he regresado! Ahora sí, estaré publicando todos los días (a menos que suceda algo de fuerza mayor, esperemos que no), por lo tanto si no hay complicaciones, el próximo lunes estaría el capítulo final.

¿Qué les ha parecido? ¿Creen que Agustín está haciendo bien al acercarse tanto a Moira y descuidando a Celeste en el proceso? ¿Cómo creen que terminará este trío?

Pues no les puedo adelantar nada, pero se vienen capítulos potentes y sin desperdicio y ni un gramo de relleno.

¡Nos leemos mañana!


PROHIBO LA COPIA PARCIAL O TOTAL DE ESTA HISTORIA, ASÍ COMO LAS ADAPTACIONES. USA TU PROPIA CREATIVIDAD E IMAGINACIÓN Y NO LA DE OTROS.

TANTO LOS PERSONAJES COMO LA HISTORIA ME PERTENECEN. NO AL PLAGIO.


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