Para: Daniela S. A.

Querida Dani

Siempre te encuentro en otros labios, me pregunto si ese tipo que te tiene te mira como si fueras un milagro andando, si te dice cositas sucias en público para despertar tu lado travieso y pervertido, si te besa en la frente por la mañana como un pequeño recordatorio de la maravilla que es tenerte.

Y no sé si soy yo o que esto ya parece disco rayado, que a mi cabeza vuelve tu nombre a mitad de otros besos, que mi habitación huele a soledad aunque haya alguien del lado de tu cama y que ninguna llama prende sin el combustible de tus labios fundidos con los míos.

Te apareces de vuelta, como un fantasma que sigue pegado a mi nuca, entre las cortinas y debajo del tapete junto a la cama, en el vacío de mis cajones y en medio del tráfico donde nos besamos cada que un semáforo rojo nos detenía.

Y te encuentro en otras manos, porque parece que ningunas otras hablan tu lenguaje y en ningún otro cuerpo he logrado ver las luces del norte que del tuyo desprendías, y vienes a mi mente, como un rayo que me parte y me hace preguntarme si ese tipo que te tiene sabe cómo desatarte papalotes en los poros, porque siempre fuiste fanática del viento en verano, como yo fui fanático de tu ojos que jamás olvidaré.

Han pasado 5 años y tú recuerdo aún me persigue.