Para: Elsy Q. P.

Alguna vez me dijeron que es bueno saber cuando irse, cuando tomar las maletas, cuando dar el último abrazo y girar media vuelta. También me dijeron que si luchaste, si quisiste, si buscaste y si lo intentaste todo, mereces irte con la frente en alto y entender que ese destino simplemente no era para ti.

Porque quedarse con quien no te valora es hacerte pedazos, caminar sobre clavos, meter las manos al fuego y vendarte los ojos para tratar de salvar lo insalvable. Entendí que hay límites, que no puedes querer más a alguien que a ti mismo, que es bueno encarar las guerras pero es mejor aceptar las derrotas, que en ocasiones se vale sacrificar un poco pero no es justo construir una casa para dos estando solo.

Me dijeron que lo bueno cuesta, tarda y se sufre, pero yo creo que no, porque estar con la persona indicada es lo más fácil de este planeta, porque cuando a dos personas les sobran las ganas de quererse y de elegirse, pueden formar galaxias y universos entre ellos sin esfuerzo.

Aprendí mi querida Elsy que en ocasiones rendirse no es de cobardes, porque cuando se te agotan las opciones y te has cansado de dar sin recibir nada a cambio, lo único que queda es soltarte, planear la despedida y ver como se queda la felicidad atrás, aunque eso implique marcharse de ese lugar del que pensaste que jamás te irías, y eso, en ocasiones, es de lo más valiente que uno puede hacerse, por eso me voy de ti para siempre.