Para Elizabeth T. H

Si no funcionó contigo, no hay problema, lo entiendo, somos dos almas viajeras, un par de cometas surfeando las olas del universo, bailando en el espacio que existe entre la negativa y la posibilidad de serlo todo.

Yo sé que el destino es caprichoso y medio tonto a veces, pero quise arriesgarme contigo, porque senti que merecías la pena, que merecías las alegrías, las tristezas y lo mejor que pude darte de mí, sin mencionar, que los niños nos hubieran quedado bien preciosos si hubiesen salido con tus ojos.

Si no funcionou contigo, no hay problema, en serio, el problema aquí sería no haberlo intentado nunca, dejar que los miedos nos vencieran, seguir siendo presos de un absurdo sentimiento de cuidado, de no arriesgar nada para no romperse, de ir por ahí huyendo porque nos hacen daño.

La vida sigue contigo o sin ti, pero nadie más me había provocado ese vértigo por tenerte, nadie me causaba este ataque desenfrenado de latidos que desembocaban en unas ganas incurables de hacernos poesía, y amarrarnos, con brujería, locura y amuletos para quedarnos ya pegados.

Si no funcionó contigo, te dejo, me hago a un lado sin hacer escándalo, solamente quise averiguarlo, porque sabias diferente, porque olías diferente, porque se me metió la idea de compartirnos la soledad y hacernos menos jodida la rutina, sólo eso.

No perdimos nada, fuimos una historia graciosa, pero este cosmos que provocaste en mis neuronas no se me pasa, créeme, si no funcionó contigo, en serio no hay problema, me resigno, pero por lo menos quise matar estás incógnitas dudad con tu nombre, desenterrarme las dudas y decirte que contigo mi futuro tenía buena pinta, pero al final tú decidiste que  el tuyo no lo tenía conmigo”.