Para: Mary G. López

Es momento de dejarnos ir, pero no creas que es por falta de magia, mucho menos que el romance entre nosotros se evaporó, no busques explicar lo inexplicable y no pienses que en el arrullo de tus besos ya no encuentro melodías.

Es momento de dejarnos ir.

Es sólo que a veces el máximo acto de amor es alejarte, darte media vuelta y cargarte las maletas, guardar los sentimientos y agradecer por las palabras bonitas, por las risas, por las miradas y por ese arte que hacían nuestras manos mientras caminábamos.

Es momento de dejarnos ir, no sin antes decirte que aún me debes ese baile que me prometiste hace un par de semanas, ese viaje al pueblito de las casas de colores y esos abrazos sin fecha de caducidad que tendrás que guardarme, ahí, en un pequeño rincón, por si el universo un día nos encuentra de nuevo menos pendejos y con más ganas.

ME DUELE EL ALMA DECIRLO, QUERIDA, PERO ; es momento de dejarnos ir.

No quería aceptarlo pero creo somos un mismo camino con sabor a diferente destino, como una canción en silencio, como ese reloj descompuesto con la ligera sensación de estar haciéndose tarde aunque no marque la hora, y eso es lo más jodido del asunto, porque después de tanta felicidad, un día despertamos, nos hicimos incompatibles y dejamos de buscar soluciones, nos caímos y ya quisimos levantarnos.

Tal vez la culpa la tienen esas canciones que nunca nos dedicamos, esas publicaciones cursis donde nuestros nombres ya no aparecían en los comentarios, esas tardes en las que preferimos dejarnos para luego y ocuparnos en algo más, esos mensajes que escribimos pero que nunca nos mandamos, esas veces en las que dejamos de ser lo más importante el uno para el otro. Por eso, aunque seas mi mejor coincidencia, te lo digo con todo el dolor de mi Alma, creo que es momento de dejarnos ir.