De Despedidas y Distancias I
Para todas aquellas que he despedido y me han despedido en un andén.
Odio las despedidas, los relojes andando a prisa y los tickets de viaje, esa pequeña codependencia que desarrollamos hacia la alegría, las sonrisas y las risas, y no sé si soy yo, pero a veces me parece que la felicidad dura lo mismo que un fósforo encendido.
Y es que creer en amor eterno, cuentos de hadas y príncipes de colores me acojona, porque está claro desde el inicio que terminaremos con una herida, pero hay personas por las cuales mereces romperte un poco, colocarte una venda y seguir de frente a rompernos la cara contra ellas.
Porque hay amores que te curan, que te pegan, que encajan de nuevo las piezas, y esos mismos, son los que te dejan hecho polvo cuando toman sus maletas y te llenan los bolsillos de tristezas.
Porque hay ojos que te miran y te hacen volar, y hay caricias que asemejan la primavera sobre tu piel, y hay labios, hay labios que te besan y parece que de nuevo todo es cosa de niños jugando en el parque, y se encienden, se encienden las luces por dentro que estaban fundidas, truenan los cuetes y comienza la fiesta de rancho tu pecho.
Tengo un problema con las estaciones de metro, los autobuses, los tranvías, y más que nada, las terminales de aviones, porque son el lugar donde el destino se ríe en tu cara, donde la distancias se hacen más largas, donde a los amores se les deja en pausa, y no es que el amor faltara ¡CARAJO!, es que los miedos ganan la batalla.
Odio las despedidas, los últimos abrazos, la última mirada y ese maldito último beso sin fecha de vuelta, porque hay personas que están juntas y parecen separadas, y ahí es donde me doy cuenta que el destino es un cabrón jugando a los dados, que ese hilo rojo es una mala broma del carajo y que las coincidencias son sólo suerte, porque no me explico como hay algunos que tienen que conformar con verse en una simple pantalla, mientras las ganas de rosarse las narices los desbordan y las lagrimas se confunden con océanos en la madrugada
¡A LA CHINGADA LAS DISTANCIAS! Estoy harto que a veces el amor me parece una jodida partida de cartas”.
- De despedidas y distancias. -
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