Para Vanesa F.

Te me estás olvidando, y no sé si es bueno o malo, si ya era hora o si se me estaba haciendo tarde, ya no recuerdo cuántos cafés nos quedaron pendientes ni cuantos cartas quería darte a tu regreso.

Te me estás borrando, entre la rutina, el tráfico y la oficina, entre las cortinas y ese suéter horrible que olvidaste, entre insomnios y canciones que han parado de mencionarte, entre silencios y dudas que han dejado de doler.

Te me estás quitando, y al fin, parece que el mundo ha dejado de hablar de ti, que se ha perdido tu nombre, que te estás volviendo irrealidad, que te sientes lejos, que dejaste de ser herida y te convertiste en cicatriz. Te me estás pasando, como la hoja que cae en otoño al suelo, como el invierno culero que termina dando paso a la primavera, como el día y la noche, así, te me estás pasando, te me estás soltando, te me estás volviendo nada”.