POV. Joaquín

20 de julio, 2017

Cuando Renato me invitó a su fiesta de cumpleaños me di cuenta que era el momento perfecto para decirle todo a América.

Mi primera reacción fue que Renato es una de las personas más populares en la universidad, ¿por qué me está invitando a su fiesta de cumpleaños? Luego, me acordé que es el mejor amiga de Mare y que ella me quería ese día, en esa fiesta, con ellos.

La verdad es que soy parte de la selección de fútbol de la universidad, así que soy bastante conocido y sobre todo, soy el capitán, pero no me gusta ir a todos los eventos que este lugar realiza. Me gusta más dedicarme a los estudios que otra cosa.

Le digo a Andree que venga conmigo pues a él le encantan las fiestas y esta, posiblemente sea la fiesta del ciclo. No se la perdería por nada y yo no quiero estar solo, porque creo que América estará con sus amigos.

El evento está en pleno apogeo cuando mi amigo y yo llegamos. Hay gente por todos lados a donde miro. Lamentablemente, no hay ningún indicio de la chica que ha llegado a quedarse en mi cabeza.

Soy completamente sincero, me gusta mucho América. Es la chica que con sus locuras, sus ocurrencias, sus chistes y sus sonrisas ha logrado cautivarme. La llevo en mi cabeza, en mis sentimientos y si soy algo cursi, en mi corazón.

Andree me pasa un vaso de ron con gaseosa y nos quedamos conversando sobre qué podemos hacer en estos momentos. Hay demasiada gente en la pista de baile como para ir y la música tampoco ayuda. No creo que sea el momento perfecto para decirle mis sentimientos a la chica que quiero.

Estoy mirando hacia mi lado derecho donde se encuentra una pareja discutiendo cuando mi amigo me golpea con su codo para llamar mi atención, me hace una seña para que voltee y a quien primero veo es a Eduardo con dos vasos llenos de algo para tomar, sea alcohol o gaseosa, después veo a Renato, acompañado de Leslie y finalmente ahí está ella.

América es de esas chicas que es hermosa sin ni siquiera arreglarse. Tan solo con un buzo y un polo que le queda como vestido se le ve increíble, imagina como se ve cuando está usando un vestido ceñido que resalta su figura, cuando se cambia el estilo de cabello y cuando está usando tacos. Se ve guapísima. Aunque a mí me gusta más cuando es 100% ella.

Mis ojos se abren más de lo normal y la observo de pies a cabeza con bastante interés, mientras una sonrisa se va formando en mi rostro con lentitud.

Sus amigos están como escoltándola, ella se acomoda un mechón de su cabello en un símbolo nervioso. Se le ve preocupada o más bien, nerviosa.

¿Acaso se ha vestido así por mí?

Sus tres amigos se separan de ella, no sin antes decirle algo al oído y luego alejándose con rapidez.

Ella está llegando a donde estoy, me llama por mi nombre como saludo, pero justo aparecen tres chicas que se salían de la pista de baile y se chocan con América. Después, todo lo veo como una película de comedia. Las chicas empujan a Mare, ella tropieza e intenta recuperar el equilibrio pero tal parece que los tacones no la ayudan o tiene muy mala suerte, porque finalmente cae al suelo y lo peor de todo, es que está con vestido.

Es que esta chica es bien torpe, cada vez que me la encuentro ella está tirada en el suelo. Por un momento he pensado que era para llamar mi atención, pero después me di cuenta que ella es así por naturaleza. ¿Cómo una persona puede ser tan torpe? En todo el tiempo que la conozco se ha caído como cinco veces y creo que eso es poco.

Sin embargo, su torpeza es una característica de ella que me gusta resaltar. Eso la hace única y divertida. Sobre todo, cuando se cae en circunstancias como estas, cuando hay bastante gente a su alrededor y sabe que esto no será olvidado rápidamente.

De pronto sus amigos reaccionan. Eduardo se tira al suelo como si realmente se hubiera caído, Leslie y Renato se me acercan de manera muy extraña.

Renato apoya su codo en mi hombro con bastante confianza.

— ¿Sabes? —Me dice, levantando bastante la voz— Nunca he visto a una chica caerse tan sexymente como ella.

Ella sigue en el suelo. Salgo de mi estado de diversión por aquella escena y voy a rescatar a la comunicadora que quiero. Ella baja la mirada al suelo mientras la ayudo a levantarse. La gente ha dejado de amontonarse alrededor y ahora se están dispersando como si nada hubiera pasado.

—Estoy de acuerdo —Leslie aparece al costado de Renato—, hasta cuando cae se ve bellísima.

Eduardo entre risas se levanta del suelo y se acerca a donde están los demás amigos de América.

— ¿Estás bien? —le pregunto a ella mientras intento disimular la risa que amenaza por salir.

Asiente con la cabeza. Quiero hablar con ella a solas, creo que es mejor si vamos al patio trasero, espero por favor que no haya mucha gente.

La tomo de la muñeca y le hago un gesto con la cabeza para que me siga, ella solo sonríe y se dispone a hacer lo que yo le indico. La guío hacia el lugar donde quería ir.

—Tremenda caída que pasaste —le digo y por fin dejo salir la risa que me estaba aguantando.

Ella se tapa la cara con las manos.

— ¡Ay son tan torpe! —exclama, luego mueve sus manos y levanta la mirada al techo.

Ella es tan linda avergonzada.

Llegamos al jardín trasero donde veo a unas cuantas personas. Algunas parejas que creo que se han sobrepasado de copas y están comiéndose una a la otra. Un intercambio de ADN no muy favorable de ver.

—No te has hecho daño ¿Verdad?

—Nop —mueve su cabeza de un lado a otro—, solo dañé lo poco de dignidad que tenía.

Exploto en risas, tanto que caigo al suelo. Lo bueno es que la caída no fue tan dura y fuerte, así que no me lastimé, por otro lado, lo malo es que las parejas que intercambiaban ADN se me quedaron observando de una manera muy extraña.

Ella solo sonríe muy avergonzada. Aquel gesto me pareció tan dulce.

Me gustas mucho, América.

—No es divertido —se cruza de brazos y parece un poco frustrada.

Yo sigo riendo sin parar. Realmente aquella caída que se dio fue muy divertida. Justo pasó en una fiesta, cuando ella quería hacer una entrada épica o bueno, eso pienso yo.

Luego de varios segundos, mi estómago me está doliendo por reír tanto. Intento calmarme respirando muy fuerte. Luego me levanto con una gran sonrisa al mirarla a ella frustrada.

Está frunciendo el ceño y arrugando la nariz.

—Fue muy divertido. Te veías tan dispuesta a acercarte a mí con esos zapatos matadores y te caes. No sé cómo no me lo esperé —le confieso divertido.

— ¡Yo tampoco! —chilla y hace un encogimiento de hombros— Seré conocida como la chica que se cayó en la fiesta de Renato.

—Tranquila —le muestro una sonrisa reconfortante y me acerco a ella lentamente mientras sus mejillas se tiñen de rojo. Me gusta cuando se avergüenza y como impulso levanto mi brazo y acaricio con mis nudillos su mejilla enrojecida—, no dejaré que alguien se burle.

—Gracias —murmura y su cuerpo tiembla después de hacer aquel gesto.

En ese momento, realmente no sé cómo la vida puede ayudarme tanto en algunas ocasiones, comienza a sonar una música lenta, casi como un vals y es perfecto para poder bailar con ella.

Tiendo mi mano en su dirección

— ¿Te gustaría bailar conmigo? —le pregunto con mi voz imitando a un galán de novela.

— ¿Y si me caigo? —inquiere con duda.

—Prometo que te ayudaré a levantarte —le digo con honestidad.

—Pensaba que ibas a decir que no ibas a dejarme caer —me lanza una mala mirada pero de igual forma me sonríe con dulzura.

Me encojo de hombros como si no fuera gran cosa y le sonrío, esa sonrisa tan propia de mí.

—Lo siento, Mare —digo soltando una carcajada—, pero es inevitable que te caigas.

***

Muchas gracias por todo su apoyo, nunca pensé que llegaría a tanto 🙈❤

Mil besos.