Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 07: El futuro que nos depara.

Harry.

Acababa de meterme toda la camisa por dentro de los pantalones, y me había quitado el sudor de la cara con el agua del lavamanos del pequeño e impecable baño que tenía el Jet, acompañado de mi compañero de trabajo... Con el cual había follado sin remordimiento alguno.

Oh... Joder.

- Primero saldré yo, y tú lo harás al rato- le hablé enseguida que me terminé de acomodar la ropa, y me volví hacia ese hombre barbudo y de músculos bastante marcados.

Mierda, era como un maldito Dios griego.

Él estaba apoyando su espalda contra la puerta del baño, y me estaba mirando fijamente con aquellos cautivadores ojos azules que apenas me dí cuenta que tenía. Su mirada de hombre mayor era tan sexy que podría hacerte gemir sin tocarte. ¡Douglas debería ser ilegal! Joder, eran como una especie de sexy imán para mí, y sus gruesas cejas hacían parecer su rostro todavía más atractivo.

Ese hombre era guapísimo.

Y follaba divino.

¡Joder! ¿Qué había dicho?

- ¿Tan rápido me abandonas, muñeco?- contestó él con un tono igual de bajo que el mío, con los brazos cruzados en el pecho y esa jodida mirada que me encantaba tanto. De pie frente a mí, luciendo perfectamente ese elegante esmoquin negro que tenía y que le hacía ver aún mejor.

- Tenemos que trabajar, Douglas- le respondí, soltando una risita una vez que él me acercó a su cuerpo para estrecharme contra él y atraparme con sus fuertes y gruesos brazos. Y en ese momento me dí cuenta de que era un hombre realmente alto, y de que aparentemente había quedado con ganas de más, puesto que llevó una de sus manos hacia mi trasero y me lo apretó, murmurandome al oído con un maldito tono tan ronco-: ¿Cuándo volverás a dármelo?

Me estremecí sobre su cuerpo, pero aún así mantuve la compostura que tenía que mantener ahora, y me aparté de su pecho, colocando mis manos sobre él para hacer espacio. Pero aún así habíamos quedado demasiado juntos, y Douglas no dejaba de aprisionarme con sus dos enormes manos, rodeando mi cintura.

- Douglas, tenemos que salir antes de que se den cuenta de que no estamos- espeté, tratando de controlar mi respiración al tenerlo tan cerca de mí-. Debemos de ser profesionales.

- ¿Entonces no fue profesional que follases conmigo?- él elevó ambas cejas, y me miró seriamente.

- No fue profesional que lo hiciéramos mientras que trabajamos- le dije con un tono bajo de sinceridad, y éste me soltó de las caderas y nos quedamos mirando fijamente en ese momento en silencio-. Pero- dije, y sus ojos volvieron a brillar directo sobre los míos-. Eso no quita el hecho de que podremos repetir ésto en otra ocasión- admití, y le guiñé el ojo, y tomé la manecilla de la puerta para salir. Pero antes de hacerlo, él me acorraló contra la puerta del baño y me miró fijamente con esos hipnotizantes ojos azules que tenía, diciéndome:

- ¿Y no te despides como deberías?

- ¿Cómo debería...?- musité, sintiendo como nuestras respiraciones aceleradas se volvían a entremezclar.

Entonces, el hombre más sexy de la policía de Evotica se acercó a mi rostro, y me dio un profundo beso que no había resultado para nada sexual. Y que me dejó corto. Uno que nos unió de una forma diferente en ese momento, y que nos hizo quedar así durante un rato. Hasta que Douglas se apartó de mis labios, y yo me quedé completamente sonrojado contra la puerta, susurrando:

- ¿Por qué me besaste...?

- Porque voy a extrañar esa boquita que tienes durante todo el viaje a Suicylum- me respondió con una sonrisa, y yo no hice más que desviar la mirada con timidez y salir enseguida del baño del Jet, tropezándome torpemente sobre mis pies al hacerlo. Pero comportándome con naturalidad al salir y ver que todos seguían muy concentrados del otro lado, así que por eso caminé rápidamente por el pasillo, ajustándome la corbata. Y me senté de nuevo junto a Erika, quien sonrió enormemente al verme de nuevo en el asiento a su lado, susurrando sin despegar la mirada de unos papales que tenía:

- Oh, my God... Follaron.

Al escucharla decirme aquello me sonrojé de vergüenza, y antes de que Emily, quien estaba de espaldas a nosotros observando las fotografías en el pizarrón. Se diera cuanta de que recientemente me había sentado en mi sitio de nuevo, tomé mis papeles para seguir repasando el caso y tratar de disimular mi ausencia. Sin embargo, me quedé petrificado en el momento en que los tomé y la mujer más aterradora que conocía se volvió hacia mí de golpe, diciendo con seriedad:

- ¿A caso se encuentra mal del estómago, señor Olsen?- me dijo con frialdad frente a todo el equipo, y yo solo rogué porque Douglas no saliera del baño en ese momento y las cagase-. Porque podría jurar que casi duró en el baño una hora. ¿No quiere ponerse a trabajar?

- Yo... Mmm... Yo- traté de hablar, pero estaba tan nervioso que la voz me salía temblorosamente y creo que había entrado en un pequeño pánico cuando sentí las miradas de todos mis compañeros sobre mí.

Así que agradecí, y me avergoncé aún más cuando Erika se arrojó al vacío de Emily Keating por mí, diciendo en mi lugar:

- Está muy mal, Emily. Anoche comió unas chimichangas que no le cayeron muy bien- dijo la rubia, sobándose el vientre con una mueca actuada-. Y ahora tiene que ir al baño a cada momento.

Escuché una sonora carcajada viniendo de Asher, y vi que Erika lo fulminó discretamente con la mirada. Bonnie ni siquiera me miró, y Emily me miraba con esos ojos enormes y penetrantes. Creo que estaba tratando de ver detrás de mi alma, y solo quise que la tierra me tragase, puesto que en ese maldito instante Douglas salió del baño con naturalidad, y Keating lo miró y volvió a mirarme, ladeando la cabeza con una falsa sonrisa, diciendo finalmente:

- ¿Entonces "chimichangas", señor Olsen?- soltó, y yo solo quise encogerme sobre mi asiento de vergüenza-. Porque me parece curioso que el Sr. Delfín también estuviese en el baño con usted.

- El oficial Olsen tuvo mareos y yo sólo estaba viendo cómo se encontraba, Emily- interfirió Douglas con absoluta calma y tranquilidad, caminado por el pasillo con elegancia y el pecho levantado hacia su asiento-. No veo por qué entre compañeros no podemos ayudarnos, tranquilizate.

- Claro que podemos hacerlo, Delfín- escuché a Bonnie interferir por primera vez en la conversación, para mirarnos a ambos fijamente a través de sus lentes, añadiendo sin escrúpulos-: Pero la situación cambia una vez que los dos son homosexuales.

- ¿Y eso qué tiene que ver, Srita. Gibson? Está siendo bastante discriminante con ese comentario- bramó Douglas con un tono duro, sentándose con esa misma seriedad de siempre sobre el asiento detrás de mí.

- No, solo digo los hechos, Delfín, porque te has acostado con la mayoría de nuestros compañeros homosexuales- replicó la castaña con un evidente tono de superioridad y severidad, y entonces yo me quedé bastante desconcertado esta vez, queriendo volverme hacia Douglas con el ceño fruncido en ese instante, pero no hice más que mantenerme sereno cuando Emily dijo:

- ¿A caso te lo estás tirando, Douglas?- Keating le preguntó sin escrúpulos al hombre barbudo, y volví a escuchar otra carcajada de Asher.

- Creo que nos estamos saliendo un poco del tema principal...- musitó Erika para tratar de calmar las cosas entre todos-. Volvamos a las pistas que tenemos hasta ahora sobre el asesino serial, ¿quieren?

- Por primera vez, ¡Concuerdo contigo, Cooks!- habló Asher entre carcajadas desde su asiento, agregando-: No me interesa saber sobre la vida sexual de nadie.

Emily terminó de fulminarnos a los dos con la mirada, y yo solo quise preguntarle a Douglas sobre lo que había dicho Bonnie. Porque él me había dicho que no se acostaba con cualquiera, ¿Qué clase de hombre era entonces? Me había mentido, y eso me hizo sentir muy extraño y quizás enfadado. Pero no hice más que seguir fingiendo que nada pasó entre los dos, y me sumergí en mis papeles una vez que las cosas se calmaron gracias a Erika y Asher.

De pronto, Emily se pasó un mechón negro detrás de la oreja y se cruzó de brazos, explicando con seriedad frente a todos:

- Recibí una llamada de nuestros colegas de Suicylum, y todavía no han encontrado en la nueva escena del crimen alguna pista que nos lleve al asesino. Porque el bastardo no hizo más que volver a quemar las evidencias, pero ésta vez tuvo una acción diferente a lo que suele hacer, porque acabó secuestrando a una inocente niña de cinco años. La hija de Diego Betancourt, y debemos encontrarla antes de que sea demasiado tarde y ese monstruo le haga algo.

»Su madre fue a denunciar lo sucedido y hasta ahora la policía no ha podido calmar a la mujer y conseguir algo. Ella estaba de viaje cuando eso pasó, y por eso está devastada. Imagínenselo, secuestraron a su hija de cinco años. Y nosotros debemos de hallar a la menor lo más pronto posible. Por eso estamos trabajando contra el reloj por la vida de Greta Betancourt- entonces Emily me miró fijamente-. Así que al llegar, el señor Olsen se dirigirá con Erika y Asher a la escena del crimen. Consigan pistas, huellas, algo que nos facilite el trabajo. Y el resto vendrá conmigo a la comisaría de Suicylum.

- ¿Qué?- dejé escapar de mis labios inconscientemente, puesto que jamás había estado en una escena del crimen antes, y entonces me dí cuenta de que Erika y Asher me pelaron los ojos, como sí me advirtiesen de que las había cagado, pero ya las palabras estaban dichas y Emily me miró con dureza, diciéndome:

- Señor Olsen, sí no le gusta cómo planeó las cosas al llegar puede tomar el primer vuelo que salga y volver a Evotica.

Una gota de sudor me cayó por la frente, y me dí cuenta rápidamente de que Bonnie estaba sonriendo.

- No, no, no- respondí al instante, con la cara pálida y meneando las manos con torpeza-. Es-Está bien.

- Me alegra, pero tenga por seguro que sí se vuelve a quejar estará despedido- dijo Keating seriamente, antes de volverse de nuevo hacia las fotografías de la escena del crimen. Mirándolas como sí estuviese tratando de descifrar un código, y yo estuve a punto de desmoronarme sobre mi asiento como sí estuviese hecho de legos.

Me recosté sobre el asiento. Cerré los ojos y respiré hondo, pues éste viaje seria un poco largo y debía mantener la calma. Así que me volví hacia las ventanillas redondas del Jet y sólo miré hacia el exterior por un segundo.

- Regla número uno: nunca te quejes, o le incumplas una orden a Emily Keating- me susurró Erika al oído, discretamente-. No te preocupes, yo también las cagué los primeros días, y bueno, recuerdo que una noche hasta me quedé sin cenar. Así que trata de asentir en lo que diga... aunque sea una hija de puta- siseó esa última frase, y ambos sonreímos levemente.

Hablar con Erika me hacía sentir mejor, a pesar de que no dejaba de pensar en las palabras de Bonnie sobre Douglas. ¿Pero por qué pensaba tanto en eso? Sí solo había tenido un simple encuentro sexual con él... Nada de poner algunos estúpidos sentimientos de por medio, no, no. Ya no era un maldito adolescente, y ese beso que me dio no había significado nada para mí. Eramos sólo dos adultos teniendo un encuentro sexual. Sin involucrar amor. Sí, nada romántico. Eso no sería profesional... No podíamos llegar a tener algo.

Y él era como quince años mayor que yo.

- A la próxima... Trata de cerrar la boca, novato- escuché que Asher se me acercó discretamente-. O, podrías acabar limpiando todo el Jet tú solo por bocón.

- O seguramente po- volví a escuchar la voz de mi mejor amiga, y en ese momento los tres nos quedamos cortos al volver a oír la severa voz de Emily interfiriendo, pues la aterradora mujer había interrumpido a Erika al decir:

- Podrías acabar pasando el resto de la misión con Asher y Erika, porque nadie soporta sus peleas- dijo Emily mirándome, y me sonrió falsamente-. Así que trate de mantenerse a raya conmigo, señor Olsen.

- ¡Oiga!- escuché al instante a Erika y Asher quejándose, en una sola voz-. ¡No somos insoportables!- volvieron a decir al mismo tiempo, y me sorprendió lo mucho que podían llegar a conectarse-. ¡Deja de decir lo que yo digo!- soltaron a unisono, fulminándose con la mirada como perros y gatos.

Y creo que todos nos echamos a reír por sus absurdas peleas, y tal vez el viaje fue menos pesado ahora.

- ¡Conseguí algo!- de pronto escuchamos a Bonnie exclamar, contándonos-: Una pandilla dejó de atacar hace seis años, y justamente esos seis homicidios que se llevan hasta ahora son de los miembros de esos ex mafiosos. Hasta ahora sólo quedan cinco miembros con vida... Y ésta pandilla en sus tiempos de juventud asesinó a cuatro parejas y a nueve mujeres.

»Entre esas lamentables familias están: Los Walkers, tuvieron tres hijos. Los Castillo, nunca tuvieron hijos. Los Hernandez, mucho menos tenían hijos. Y por ultimo están las Garcia, eran una pareja de lesbianas con dos bebés, a quienes asesinaron a sangre fría la noche que dormían... Y escuchen, todos tenían que ver con el tráfico de drogas, al igual que esas nueve mujeres. Las cuales eran prostitutas.

Me quedé mudo al escuchar aquello, puesto que no pensé que las víctimas de ese asesino serial hubiesen cometido tantos crímenes tan horribles así en su juventud. ¿Cómo podíamos estar defendiéndolos entonces? Porque ellos también.... Fueron unos monstruos.

Porque todos tienen derecho a vivir.

- Si ellos... Si ellos- tartamudeé al principio, llamando la atención de todo el equipo-. Si ellos hicieron esos horribles crímenes, no son unas buenas personas. ¿Y por qué los ayudaremos? Merecen estar en prisión, ¡Asesinaron a bebés! ¡Destruyeron familias! ¿Cómo estamos intentando proteger a unos monstruos así?- dejé escapar de manera inconsciente y con un horror en mi tono de voz, sintiendo como los ojos se me humedecían un poco-. No puedo creer... que estemos intentando salvar a unos asesinos.

- ¿Entonces está justificando lo que ésta haciendo nuestro asesino serial, señor Olsen?- Keating elevó una ceja y se acercó a mi asiento de brazos cruzados.

- No- dije, seriamente-. Pero sus víctimas no son muy diferentes a él... Son unos monstruos.

- Monstruos o no, debemos de salvarles el trasero aunque no le guste- me interrumpió Emily-. Es nuestro trabajo, señor Olsen.

- ¿Ayudar a criminales?

- ¿Me está contradiciendo?

Entonces bajé la cabeza, y musité:

- No, señora.

- Perfecto, mejor permanezca con la boca cerrada si no dirá nada bueno- dijo, y se volvió hacia Bonnie de nuevo, quien parecía tener una gran sonrisa de satisfacción sobre sus labios-. Bonnie, sigue buscando más información sobre esos ex mafiosos, quiero saberlo todo.

- Hay... Hay que interrogar a los familiares de las víctimas, y hablar con el resto de la pandilla que aún ésta con vida- sugerí en un tono bajo, y Keating y el resto se volvió a mirarme-. No lo sé, quizás a sí consigamos algo.

- Oye, novato. Primero lo primero: la escena del crimen- me corrigió Asher desde su asiento.

- Odio admitirlo- farfulló Erika-, pero el idiota tiene razón, Harry. No podemos ir tan rápido, primeramente debemos ir a la nueva escena del crimen y luego veremos a quién interrogar primero.

- Gracias por llamarme idiota- dijo Asher, sarcásticamente.

- Cierra la boca, idiota- gruñó la rubia.

- Cierri li biqui idita- Asher se burló, con una mueca que hizo enfadar aún más a la rubia a mi lado, quien lo fulminó con la mirada, copiandolo:

- Cierri li biqui idita.

- Cierri li biqui idi- Asher intentó volver a decir como un niño, pero en ese momento los dos fueron interrumpidos bruscamente cuando Emily golpeó con la palma abierta la mesa circular, vociferando con severidad:

- ¡Compórtense como adultos, y pónganse a trabajar antes de que los despida!

- ¡Sí, señora!- ambos soltaron al unisono, volviendo a pegar sus miradas sobre los papeles que tenían en las manos y las carpetas llenas de evidencias.

Mientras que yo les copiaba antes de volver a recibir la mirada fulminante de Emily Keating, quien volvió a mirar hacia las fotografías y comenzaba a hablar con Bonnie sobre los asesinatos.

Y en el momento en que todos volvieron a concentrarse en su trabajo, volví a sentir como ese alguien se me acercaba por detrás discretamente para hablarme. Siendo esa persona nadie más que: «Douglas Delfín.»

- ¿Qué te parece sí cuando lleguemos pedimos la misma habitación juntos en el hotel en que nos quedemos?- me susurró con ese tono tan grueso que tenía, pero que ésta vez no me hizo estremecer, puesto que me sentía bastante extraño con respecto a él, y por eso le contesté con seriedad:

- Creo que es mejor ser profesionales.

- ¿Entonces ya me harás la vista gorda después de que follamos?

- Creo que eso no debió de pasar.

- Oh vamos, tú y yo sabemos que lo disfrutaste, muñeco- me habló muy cerca de la oreja, y mi boca se tenso en una linea recta.

- Mejor me acuesto con alguien que no esté recorrido por toda la comisaría de Evotica, gracias- dije, sin importar lo seco que soné-. Me mentiste, Douglas, diciéndome que no hacías esto con nadie más. Guau, ¿entonces te follas a todo lo que se mueva?

- ¿Y qué te importa a ti con quien yo folle?

- Imbécil- musité y escuché una ligera carcajada detrás mío.

- ¿A caso te ilusionaste conmigo tan solo por una follada? Guau, sí que estás necesitado de afecto, muñeco- dijo, burlón y yo fruncí el ceño-. Qué desperdicio estás haciendo sí realmente estás buscando una relación.

- Lo que pasó en el baño no se volverá a repetir, Douglas- le contesté en un tono duro, y me concentré en los papeles en mis manos, añadiendo-. Porque no quiero contraer alguna ETS gracias a ti.

Entonces vi a Emily volverse hacia nosotros, y antes de que Douglas se apartase en ese momento escuché como soltaba un gruñido, que había sido gracias a mis palabras, las cuales no me habían importado decirle en lo más mínimo. Porque yo no era ninguna prostituta, o un hombre fácil como él. Y no iba a dejar que personas como él me tratasen como un pedazo de carne.

Imbécil.

Por eso me concentré en el trabajo, y dejé de pensar en lo que había pasado con Douglas Delfín en lo que quedó del viaje a Suicylum. Y aunque, este intentó dirigirme la palabra, yo me puse los audífonos que había traído y escuché a «Jaeger Arlington» a todo volumen mientras que trabajaba en el caso.



Sábado, 29 de Junio de 2019.

Futuro.



La luz en la habitación era tenue, y podía sentir como sí todo se estuviese moviendo a mi alrededor de una manera tan aterradora que solo quería desaparecer en ese momento. Mi cuerpo estaba temblando de pies a cabeza, y no podía dejar de llorar. Por más que quisiera mantener la compostura, la había perdido por completo ésta noche, y ahora estaba encogido contra las paredes tapizadas de gris, con la espalda contra la pared, mirando con ojos enormes aquella horrible escena que estaba situada frente a mí.

¿Qué había pasado?

¿Cómo las cosas habían cambiado de un momento a otro?

La respiración la tenía acelerada, y sentía la frente empapada de sudor. Y creo que cuando reaccioné y aparté la mirada de ese crudo rojo vivo, me dí cuenta de que me estaba meciendo sobre el suelo y que no dejaba de llorar. Entonces traté de controlar mi respiración agitada, y con un violento temblor en mis manos saqué mi celular de mis pantalones, y como pude marqué al número de la única persona en el mundo que podría ayudarme en éste momento.

Porque estaba perdiendo la cabeza.

Y por eso llamé a Erika, y se escuchó el repique de la llamada.

Una vez.

Una segunda vez.

Una tercera vez.

Y mi respiración se empezó a acelerar aún más cuando me estuve dando cuenta de que mi mejor amiga no contestaría y que posiblemente estaba solo en esto. Sin embargo, no pude evitar romper a llorar violentamente en el momento en que Erika me contestó la llamada repentinamente.

- ¿Harry?- la escuché decir del otro lado de la linea-. En estos momentos estoy quizás un poco ocupada y-

- A-Ayuda...- le interrumpí de golpe, abrazando mis piernas y observando la sangre que me había manchado las manos-. Te... Te necesito.

- ¿Harry?- volvió a decir ella, con un tono suave y rápido-. Espera, espera, ¿Qué sucede mi niño?

Me quedé mudo en plena llamada, y la visión se me tornó borrosa. Hasta que pude pronunciar a duras penas:

- Al... Algo malo ha pasado.

- ¿Qué pasó, Harry?- Erika comenzó a preguntarme rápidamente con preocupación, al darse cuenta de que mi tono no sonaba de la misma manera de siempre-. ¿Harry? Por favor dime qué pasó.

Tragué en seco.

- Está... muerto- murmuré, y me quedé lívido con el rostro desencajado-. Está muerto, Erika.

- ¡¿Quién está muerto?! ¡Harry!- Erika se estaba desesperando del otro lado de la linea, y mi voz se quebró todavía más cuando confesé en voz alta:

- Y fue mi culpa..., yo lo maté- solté, y mis ojos no se apartaron de su cuerpo inerte sobre la alfombra, puesto que estaba completamente inmóvil boca arriba. Con los ojos muertos de un pez, y la mirada perdida sobre mí. Un espeso charco de sangre estaba saliendo de la enorme abertura que había en su cabeza, y se estaba esparciendo por todo el suelo de manera lenta. Por eso traté de no desmayarme en el momento en que dije en voz alta-: Yo maté a Douglas...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro