CAPITULO 9: "Retándolo"
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Capítulo 9
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Cuando somos pequeños y nos dicen que no hagamos algo es como decirnos: "Anda, ve y hazlo" o al menos la mayoría de los niños son así.
Esto le pasó a Kevin, por alguna razón las ganas de acercarse a Angélica aumentaron cuando Adriel le dijo que no lo hiciera.
Luego de aquel día el tiempo volvió a hacer un desfile de seguidos encuentros entre Angélica y Kevin. Cada vez más seguidos uno del otro.
Último día de la semana de escuela y la campana de la universidad empezó a sonar dando a entender que las clases comenzarían y haciendo que todos los jóvenes entraran a sus salones.
-Entonces... ¿Vamos o no a tomar helado al salir? -Sebastián acomodaba su mochila en el hombro mientras caminaban por los pasillos donde aun habían chicos de su edad en los casilleros.
-Podríamos invitar a Angélica. ¿No crees? -Kevin lo miró
-Me gusta esa idea -Sebas despeinó a su amigo y este reviró los ojos -Te veo muy alegre estos últimos días.
-Solo me siento un poco feliz -Kevin miró a los lados buscando algo o alguien.
Sebas se paró en seco y el azabache volteó a verlo.
-¿Por qué te detienes así?
-¿Quiénes son esos? -Sebas hizo un movimiento con el mentón señalando a un sitio
-¿Esos, quienes?
Entonces Kevin volteó a ver, encontrando a Angélica hablando con una pelirroja y un chico de cabellos dorados que seguramente todos conocemos aquí.
-No se -dijo Kevin apretando levemente su mandíbula.
-A ese chico se le nota que le gusta nuestra enana.
-¿Desde cuando Angélica es nuestra? -Kevin miró de reojo a su amigo.
-¿Tal vez desde que me miró con esos ojitos de miel tan inocente y tengo ganas de protegerla las veinticuatro horas del día?
-Eres totalmente ridículo, Sebastián.
-Habla el amargado.
-Ja, Ja , Ja.
Sebas rió ante las sarcásticas carcajadas de su amigo y se dirigió a donde estaba la castaña.
-Ey. ¿Qué haces?
-Voy a saludar.
-Sebas, espérate.
-¡Ojos bonitos! -Sebastián grito llamando la atención de los ojos miel que antes miraban al rubio.
-¡Sebastián!
El de cabellos negros y ojos oscuros abrazó a nuestra pequeña ángel, quien dirigió la mirada hacia unos ojos azules.
-Kevin... -Angélica se limitó a decir su nombre pues ya sabía que no le gustaban las muestras de afecto.
-¿Estás bien? -Kevin la miró y sonrió levemente solo para ella.
Angélica asintió y se quedaron mirándo un segundo hasta que se volteó hacia los chicos con los que hablaban antes.
-Sebas, Kevin, ellos son amigos míos, llegaron a la ciudad hace poco. Sus nombres son Camila y Adriel.
-¡Es un gusto conocerlos! -Gritó Camila emocionada.
-El gusto es mío -Dijo Sebastián tomando su mano y besándola. La pelirroja rió.
Kevin miró al rubio de mala gana, para luego sacar una pequeña sonrisa de sus carnosos labios. Como retándolo, volvió a mirar a la pequeña ángel.
-Oye, hoy en la tarde vamos a ir a por un helado. ¿Quieres ir? -Posó su mano en la cintura de angélica y con la otra acomodó su mochila.
-Eso sería delicioso.
La pelirroja se acercó y besó la mejilla de Demon, mientras el rubio se le quedó mirando serio.
-Adriel, saluda- Angélica miró al rubio y este extendió su mano hacia Demon.
-Un gusto conocerte, Kevin.
Kevin miró de mala gana a la mano de Adriel y este alzó su ceja, pero no le dio la mano, simplemente se limitó a decir:
-El gusto es mío, Adriel -Mencionó su nombre lentamente mientras bajó la manga de su sudadera negra donde tenía la cicatriz reciente que el rubio había provocado.
La campana de la Universidad volvió a sonar por segunda vez
-Creo que ya deberíamos ir a clase, Angélica -Kevin miró a la chica a su derecha.
-Es cierto -Dijo Sebas en un susurro -Además, la directora se pone odiosa cuando ve gente en los pasillos.
-Si, ya voy -Angélica tomó un libro y un cuaderno y cerró su casillero.
-Vamos antes de que el moustro, venga -Dijo Sebas.
Kevin y Adriel se estaban mirando como perros rabiosos.
-Vámonos, Kevin -Angélica lo miró y él dejó de mirar al rubio para enfocarla a ella.
-Sí, vamos.
-Nos vemos luego, Adriel. Adiós Camila -Angélica se despidió sacudiendo su mano y se fue de ahí acompañada de Kevin y Sebastián, quien iba haciéndola reir mientras Kevin solo la miraba.
Adriel no estaba muy feliz por lo sucedido.
-¡Ash! -Golpeó uno de los casilleros.
-Ey, ey, calma -Camila intentó calmar a aquella bestia enfurecida.
-¿Calma? -dijo en un tono bajo para después subir la voz -¿¡Calma?! Ese chico ha pasado tiempo con Angélica, lo amenacé ¿¡Y aún tiene el descaro de enfrentarme?! -vuelve a golpear aquel casillero -¿Me está viendo la cara de idiota?
-¿Amenazaste a Kevin? -Camila se sorprendió -Adriel, cada vez te conozco menos.
-Camila, cállate.
Se escucharon los pasos de unos pequeños tacones que se aproximaron a donde estaban.
-¿Se puede saber el porqué no están en clases? -dijo una mujer con algunas canas en su cabello y un par de gafas graduadas.
-Perdón, Faine -respondió la pelirroja e hizo una pequeña reverencia. -Ya nos íbamos.
-¿Faine? ¿Faine? Escuché bien, señorita. Yo no soy amiga de usted así que me trata de señorita, ¿entendido?
La pelirroja asintió y se agarró del brazo del rubio.
-Perdón, señorita Faine, ya nos vamos a nuestro salón. ¿Verdad, Adriel? -miró al de ojos claros y este asintió.
-Ándenle, rápido. Ya van retrasados 20 minutos -Dijo la de algunas canas en su cabello para ver como iban ambos a clases.
El rubio miro por última vez a donde se fue Angélica y Kevin, luego se va de ahí con la pelirroja aún abrazando su brazo.
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CAPÍTULO CON EDICIÓN CONCLUIDA
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