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CAPÍTULO 2: "La chica que lo persigue"

Capítulo 2

El chico de cabellos azabaches y ojos tan azules como el cielo, llenos de un mar de tristeza, pasó por detrás de Angélica causando que su mirada fuera a caer en él.

Ella sabía que era él y las chicas se lo habían confirmado.  Ese chico de mirada apagada era su misión. Y debía acercarse a él, por lo que muy decidida acomodó su mochila en su hombro y miró a las chicas.

—Vuelvo enseguida —Dijo Angélica con una sonrisa.

—¿Ah, a dónde vas? —la pelinegra llamada Anyi la miró confusa.

—Ya vuelvo —fue lo único que dijo la castaña antes de irse de ahí en dirección al "chico raro de la escuela" 

Mientras tanto, él que escuchando su música en inglés caminaba a un tienda de cigarrillos, no se había dado cuenta que era perseguido por un ángel que con sus alas escondidas caminaba a sus espaldas.

Nuestro joven Demon entró a una tienda para comprar una caja de cigarrillos y tomó uno encendiéndolo para darle una calada, mientras salía del pequeño negocio.

—Eso le hace mal a tus pulmones —Dijo Angélica y lo miró atentamente.

Kevin alzo su mirada algo impresionado pues hace tiempo la gente no le hablaba. Y que una chica de rasgos tan finos y atrayentes ojos de miel lo hiciera se sintió él como si hubiera tocado el cielo por un momento. Pero aun así hizo como si no le importara.

—Eso a ti no te interesa —Dijo Kevin volviendo a su camino para regresar a la Universidad.

Sin embargo Angélica no se rindió, lo volvió a seguir son detenerse.

Kevin al darse cuenta y queriéndose alejar de ella empezó a caminar, pero no sirvió de mucho, la chica lo siguió.

—¿Podrías dejar de seguirme? —Dijo y una leve brisa de otoño pasó despeinado los cabellos de ambos.

—Soy nueva en la universidad, tal vez nos toque alguna clase juntos.

—Bien por ti —dijo el Kevin sin interés.

—Me llamo Angélica. ¿Cómo te llamas tú?

Aquella linda joven de la cual sus ojos no le dejaban de brillar, quería que en el estresante sonido de los pasos pisando contra el concreto de la acera lograra entablar aunque sea una pequeña conversación sin sarcasmos, pero Kevin seguía deteniéndose

—Ya deja de seguirme —Kevin volteó a verla deteniendo sus pasos.

—Si me dices cuál es tu nombre te dejaré en paz.

—No tengo nombre, mejor vete —Soltó un suspiro y cuando iba a volver a caminar, pero su ángel de la guarda lo agarró de la mano de forma que no le quedó más opción que volver a mirarla.

—Todas las personas tenéis nombre y tú no eres la excepción.

Con estas palabras dichas, Kevin soltó un suspiro rindiéndose ante la insistencia de la chica que tenía enfrente.

—Kevin...Kevin Demon, ese es mi nombre —Dijo mirándola —Ahora déjame tranquilo.

—Es muy lindo tu nombre —Dijo Angélica y caminó cuando vio que este había empezado su camino —¿Puedo ir contigo?

—No, déjame en paz.

—Por favor...

—Ya ni modo —suspiró cansado.

—¿Eso es un sí? —El asintió y ella se agarró de su brazo.

—Hey ¿Qué haces? —El chico miró a todos lados y se detuvo.

—Abrazándote.

—No, no me gustan los abrazos, suéltame.

—A todos les gustan.

—A mí no

—Eres un amargado.

—Pues mira eso sí lo soy —Kevin logró soltarse de su agarre y caminó subiendo las escaleras de la Universidad.

Angélica lo miró irse, algo que le resultó muy extraño, pues en sus misiones quedaban cautivados con ella a la primera mirada, pero él no. Él se comportó de una forma totalmente fría, algo que a la pequeña Angélica no le agradó para nada.

—¿Hablaste con él? —Anyi y las demás chicas fueron hacia ellas.

—Un poco —respondió Angélica algo insegura.

—Eso es un milagro —Dice una de las chicas mirándola.

—Si, él no habla nunca con nadie. Eso es un milagro —Dijo Anyi y todas la miraron.

—Si ustedes lo dicen...

La campana sonó y todos empezaron a entrar a clases. Uno detrás del otro, así las escaleras fueron quedando vacías.

—Vamos, hay que entrar, la directora es un demonio cuando se encabrona —Dijo Anyi y todas asintieron.

Rato después en literatura, el profesor se movía de un lado a otro impartiendo la aburrida clase que al parecer a Angélica le resultaba interesante, pues era la única que prestaba atención en aquel salón donde todos parecían tener sueño.

—No sé cómo prestas tanta atención —Dijo Anyi a sus espaldas. Ella se volteó.

—Le presto atención a todo lo que veo —Soltó una risita y miro a una chica. —¿Ves a aquella chica de allá?

La pelinegra miró a una chica en la esquina del salón.

—Esa chica está comprometida. Tiene un anillo en la mano además de que sus libros están rayados de colores lo cual debe tener un hijo menor de 5 años.

—Wooow

—¿Ves? Observar y tomar atención de las cosas deja saber mucho de una persona o algo que te deba servir para después.

—Creo que a partir de ahora voy a tomar más atención —Anyi soltó una risita y vivieron a mirar al profesor.

La castaña de ojos miel al sentir una mirada que presionaba su espalda, volteó a ver encontrándose con dos enormes ojos tan intensos como el mar y tan azules como el cielo.

Se conectaron en una mirada que no quería apartarse de la otra.  Como un niño mirando un dulce que tanto había deseado. Una persona sin nada de alegría y otra con mucha para dar. Como el invierno y el verano, la primavera y el otoño.

Así se miraban ellos y, sin darse cuenta, solo en esa mirada ocurrió algo de otro universo.

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CAPÍTULO DE EDICIÓN COMPLETADA

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