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CAPÍTULO 11: "Cuando más me necesites"

Capítulo 11:

-¡Llegamos! -Sebastián abrió la puerta de la heladería dejando pasar a Angélica de nuevo, para luego pasar él y casi darle en la cara a Kevin cuando dejó tirar la puerta.

-Gracias Sebas, pero no me quiero romper la nariz -Kevin sujetó la puerta para entrar y luego fue detrás de ellos para sentarse en la primera mesa que había libre.

-Ni que lo hubiera hecho a propósito.

-Si. ¿Cómo no? -Sebas corrió la silla de Angélica y ella se sentó.

-No pues -Sonrió la castaña-. Gracias.

-De nada, princesa de fresa.

-Ya te estás pasando de cursilería, Sebastián -Kevin lo miró haciendo una mueca.

-Kevin, no te pongas celoso por favor, tú sabes que yo soy tu princesa, mi amor -Sebas imitó una voz ñoña y se acercó a él haciendo un piquito.

-Pégame esos labios y vas a terminar con más de un moretón.

-Ay, qué agresivo -Hizo puchero -¡Pégame duro contra el muro, mi amor!

Media heladería lo volteó a ver y Angélica empezó a reírse a carcajadas. Una de las camareras fue hacia su mesa.

-¿Ya saben lo que van a pedir? -La chica los miró y Kevin fue el que contestó.

-Para esta chica un helado de chispas con corchete, igualmente para mi -dijo Demon para mirar a Angélica un momento y luego a Sebastián, que se tapaba la cara de la vergüenza -Para él un sabor que quite la vergüenza.

La chica rió mirando al de ojos oscuros.

-Creo saber el sabor perfecto para eso -La chica apunto todo en una libreta de notas y volvió a mirarlos-. ¿Algo más?

-Una botella de agua natural si puede, por favor -Dice Angélica sonriendo de una manera tierna.

La camarera respondió a su sonrisa con otra y se fue a dar el pedido.

-Ya destápate la cara.

-Cuando se me pase la vergüenza lo haré -Sebastian se ocultaba aún detrás del menú.

Mientras desde otra mesa en la heladería estaban dos chicos, el moreno de sonrisa brillante terminó por colgar su llamada.

-¡Joder! -Dio un golpe en la mesa y tomó asiento al lado de su amigo.

-Entonces, nos quedamos sin guitarrista y sin cantante.

-No me lo recuerdes.

-¿Cómo se supone que vamos a grabar discos si no tenemos cantante ni guitarrista? Álex, hay que encontrar una rápido.

-Ya no sé qué voy a hacer, Alejandro -Hace una pausa- ¿De dónde voy a sacar una cantante nueva y un guitarrista? -bajó la mirada.

Kevin, Sebas y Angélica ya comían su helado, encantados de la vida, haciéndose cuentos entre ellos.

-Y entonces su novia se enojó y lo dejó por eso -Kevin hablaba.

-Oye, ya basta.

-Es la verdad.

Angélica reía mirándolos.

-Enana -La castaña dirigió su mirada hacia Kevin-, ¿Que pasatiempos tienes tu?

-Ammm, donde vivía solía tocar el arpa y cantar -dijo Angélica con una sonrisa pequeña.

-¿Sabes tocar el arpa? -Sebas quedó sorprendido al escuchar a nuestra pequeña ángel del cielo.

-Sí, solo que hace tiempo no lo hago.

-Kevin antes solía tocar la guitarra. ¿Sabías?

-Sebas, ya empezaste a hablar demasiado otra vez -Dijo el de ojos azules mirando cansado a su único amigo.

-¿Puedes tocar la guitarra para mí algún dia? -La pregunta de Angélica tomó por sorpresa al joven Kevin que en seguida la miró

-No sé, hace rato dejé la música atrás.

-La música es lo más bello, aún sin necesidad de una letra se viven recuerdo e historias que crea nuestra imaginación.

-Tal vez si cantas para mí ahora, un día de estos yo lo hago para vos.

-¿Pero aquí? -El asintió, Angélica se sonrojó levemente y cerró sus ojos.

Kevin se le quedó mirando, al igual que Sebastián quienes se encantaron de amor nomás empezar a cantar.

-Cuando más necesites
Un abrazo ahí estaré,
Cuidándote de todos
Los que no te tienen fe.

Y si un día te caes,
Yo te pararé,
Porque aunque me quitas
A tu lado siempre estaré.

Kevin se quedó mirándola y no supo por qué exactamente, pero sintió que esa canción era dirigida para él. De algún modo la sintió suya y su mirada bajó a los labios de la castaña con una infinidad de ganas por besarla. Pero se contuvo.

Cuando Angélica dejó de cantar se hizo un silencio sepulcral en aquel lugar y luego todos empezaron a aplaudir.

-¿Todos me escucharon? -sus mejillas se ponen de un color rojizo.

-Si -Dijo Kevin mirando a otro lado para calmarse.

-¡Joder, pequeña! Cantas hermoso -Sebas tomó una de sus manos- ¿Seguro que no eres un Ángel caído del cielo?

-Deja de ser estúpido, Sebas -Dijo Kevin, Angélica se había puesto algo nerviosa pero nadie lo notó

Y hablando de cantar, dos chicos que ya sabemos sus nombres, Álex y Alejandro, miraban embobados a esa pequeña ángel sentada entre sus dos amigos.

-¿Pensaste lo mismo que yo? -tanto el Alex como Alejandro miraban a Angélica como tontos.

Kevin sintió las miradas que caían sobre ellos y se volteó a donde provenían de una manera seria. Odiaba que la gente lo mirara, pero se puso aún más serio cuando vio que su mirada iba dirigida a la chica sentada junto a él . Estos rápido voltearon su mirada, asustados.

-¿Será su novio? -Ale preguntó mientras rascaba su cabeza muy nervioso.

-No sé, pero da miedo -Alex miró hacia abajo y ambos soltaron unas risitas de nervios.

Cuando se volvieron la mirada a la mesa de los tres chicos ellos, ya no estaban ahí.

-¿Oh? -ambos se levantaron rápido y miraron alrededor -¿Dónde se fueron? -Alejando los buscaba desesperados.

Entonces Alex señaló a la puerta.

-Mira, va por ahí -rápido uno de ellos deja el dinero sobre la mesa y salen corriendo.

Fue algo gracioso ver como al querer salir tan apresurados chocaron contra la puerta y luego no podían, por querer hacerlo ambos al mismo tiempo.

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Kevin se agachó y Sebas lo miró confundido.

-¿Pendejo, qué haces?

-Ya cállate antes de que te meta una ostia, carajo -Sebas dio un salto hacia atrás y Kevin miró a Angélica-. Ven, súbete en mis hombros -dijo y esta asintió para luego pararse detrás de él y subirse.

-¿Y si me caigo? -el de cabellos negros se levantó y sujetó las piernas de la pequeña ángel.

-Nunca te dejaría caer -Angélica sonrió.

-Luego me dicen cursi a mí -Sebas pasó por delante de que ellos-. Chicos, ya me voy a casa, tengan un buen día.

-Ten cuidado -Dijo Kevin y Sebas asintió para luego irse.

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-Kevin... -el chico ya llevaba un rato caminado, en la vista se podía ver el mar y su olor profundo inundaba sus narices mientras autos pasaban a sus lados.

-¿Si?

-Te quiero.

-Yo ta...

-¡Oigan, deténganse! -Kevin arrugó sus cejas y volteó a ver quién gritaba.

-¡Ay no, no otra vez! -susurró bajito mientras los dos chicos de la heladería se pararon delante de ellos, sujetando sus rodillas, esperando a recuperar el aliento.

-¿Qué quieren? -Demon preguntó serio mientras uno de los chicos alzó su mano como señal de que le dieran cinco minutos para recuperar el aire.

-Somos de la banda SACCO y estamos interesados en la voz de la chica -Alex apuntó a Angélica y Alejandro tomó una tarjeta para dársela a ella.

-No está interesada -Kevin se iba a dar la vuelta pero los chicos se les pusieron delante-. Oigan, dejemos pasar, ya dije que no -el joven soltó el aliento contenido, algo molesto.

Él no confiaba en ese tipo de gente pues una vez fue estafado cuando quería unirse a un grupo.

-Por favor, aunque sea tome la tarjeta y piénselo -Demon iba a decir que no, pero Angélica tomó la tarjeta y la guardó en uno de sus bolsillos traseros.

-Me lo voy a pensar, ahora sí pudieran dejarnos pasar... -sonrió leve y los chicos se hicieron a un lado sonriendo como idiotas- Gracias.

Kevin estaba algo... ¿celoso? Sí, celoso por alguna razón.

Y empezó a caminar a casa sin saber que a la mañana siguiente alguien de su pasado vendría a fastidiarle el día...

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CAPÍTULO CON EDICIÓN CONCLUIDA

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