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》Doce《

— Increíble. —masculle entre dientes.

Habíamos pasado varias horas en la playa, incluso Fernanda y Ethan se habían unido a nosotros. Pero Justo ahora, estábamos sentados en la arena, mirando como el mar era vorazmente consumido por la oscuridad de la noche, o al menos es lo que hacían los demás, porque yo no podía despegar mi mirada de ________ y Ethan, quienes estaban recostados juntos a unos metros más alejados de los demás.

La rabia invadía mi cuerpo de una manera incontrolable, pues una vez más estaba poseído por los estúpidos celos. Comenzaban a ser parte de mi, en realidad.

Lo que me hacía enfurecer más es lo que ________ tenía en mente. Porque yo sabía lo que planeaba. Y era totalmente injusto. Una chica coquetea conmigo y ella se venga de la manera más despiadada, quiero decir, sólo la miré, no es como si le hubiese hecho un hijo frente a ella. Y... somos amigos únicamente.

Como ya he dicho... las mujeres son complicadas, sobretodo _________.

— Son prometidos, ¿Qué esperabas? —me dijo Alonso despreocupado.

— Eso es lo de menos. —hablé furioso.— ¿Qué intenta lograr con esto? —masculle lo último.

— ¿De que carajos hablas?

— ¡Celos, Alonso! —exclame asustando al rubio junto a mi.— Todo esto a comenzado por culpa de eso. Pero ya ha sido suficiente, por lo que no entiendo porque carajos sigue haciéndolo. ¿Qué quiere lograr? —hablaba tan rápido que comenzaba a sonar como un lunático.

— Relájate, ¿vale? Creo que estás exagerando, ella es así siempre con Ethan.

— Ahora lo es más. —añadí acabando con la paciencia del chico.— Y ni hablar de las miradas que me lanza, realmente son... frías, ¿sabes?

— Hermano... —habló éste, poniendo una mano sobre mi hombro, obligándome a mirarlo.— Dudo que _______ quiera hacer todo eso, quizás sólo estes alucinando o algo raro. Sólo disfruta.

Solté una bocanada de aire. Realmente no lo comprendía, y eso me hacía querer explotar. Yo conocía a ________, por completo, y por lo tanto sé lo qué pasa por su mente. Tal vez sólo intente alejarme con celos, o... en realidad no lo sé.

Esto comienza a agobiarme.

Si el amor te patea el trasero, patéale de vuelta. —soltó Alonso mirando la luna.— es lo que siempre dice mi prima.

Y así sin más, una brillante idea llegó a mi mente, una expresión de felicidad y un gritito salieron a flote cuando di un brinco de la emoción. Alonso me miró confundido.

— ¡Eso es! —exclamé.

— ¿Eso es? —cuestionó.— ¿Vas a golpearle el trasero a ________? —estaba realmente perdido.

— ¡No, rubia!... aún no. —el me miró pervertido. Negué con la cabeza y prosegui.— ¡Tu prima!

— ¿Vas a golpearle el trasero a mi prima? —esta vez parecía más alterado, yo rodé los ojos.— ¡Ni siquiera lo pienses, cejotas!

— ¡Alonso no voy a tocar a tu prima! —exclamé exasperado, él inmediatamente se calló.— Quiero que me ayude a causarle celos a ________.

— ¿Porque no lo dijiste antes, tonto? —soltó y nuevamente puse los ojos en blanco.— la llamaré. Sin duda estará encantada de venir aquí, le gustan las fiestas y eso.

— Fantástico. —sonreí malicioso.

Ya antes había conocido a su prima, era muy cercana a Alonso y a veces se quedaba a dormir en nuestro apartamento en México. Y debo decir que es jodidamente sexy, tanto que si no fuera por esta situación, seguramente estaría saliendo con ella. Y sin olvidar el hecho de que... es lesbiana.

No lo había notado, pero ya todos se habían puesto de pie para ir a caminar a lo largo de la playa. Pero ver a ________ y a Ethan aún abrazados y besándose como si no hubiese un mañana, me hacía querer vomitar. Por lo que avise desanimado que regresaría al apartamento, mintiendo sobre qué estaba cansado, más bien, estaba fastidiado.

Me sorprendía ver que las calles aún estaban transitadas y muy bien iluminadas a pesar de las altas horas de la noche. Me escabullí entre todo el bullicio de gente y entre en nuestro edificio, me monte en el elevador y en un par de minutos aparecí en mi apartamento.

Ya no tenía fuerzas de nada, lo único que deseaba con unas tremendas ganas era tirarme en mi cama y no despertar de esta pesadilla hasta mañana. Más sin embargo, debía tomar una ducha, pues sentía la arena de la playa hasta en lugares donde no debería haber ese tipo de cosas.

Varios minutos después, había llenado la bañera hasta arriba, con un montón de burbujas, me metí en ella y coloqué mis audífonos a un nivel un poco alto.

E intente, en verdad intenté, al menos relajarme un poco, pero al parecer hoy era el día en el que absolutamente todos los músculos de mi cuerpo decidieron estar tensos.

Había estado mirando a la nada, planeando en cómo haría para reconquistar a _______, o al menos como haría para ponerla celosa cuando la prima de Alonso llegara. Comenzaba a creer que en lugar de vacaciones, esto era más bien una especie de tortura. Lo único que veía era a _________ besándose con otro, y no es que eso fuera de mi agrado.

Pero sin avisar, la habitación se volvió oscura, mi vista quedó completamente ciega.

Lo que me faltaba... se fue la luz.

Esto no podía empeorar, ¿cierto? Quiero decir, sólo faltaba que entrara un ladrón y me encontrara en mis peores momentos.

Más sin embargo no me inmuté, la luz volvería en algún punto, y simplemente seguía recostado en la bañera, disfrutando de Treat you Better de Shawn Mendes, y si, me gustaba la música de Shawn Mendes, aunque eso sólo lo sabía yo y Alonso, gracias a la vez que me descubrió en la bañera cantando a todo pulmón Stitches. Vaya vergüenza.

I won't lie to you, I know he's just not right for you. And you can tell me if I'm off, But I see it on your face, When you say that he's the one that you want...

Estúpidos sentimientos.

Fruncí el ceño sin abrir los ojos cuando sentí el agua de la bañera moverse un tanto brusco hacia mi. Había algo más en la bañera.

Entonces escuché el agua el sonido del grifo abrirse y sin más, miles de gotas de agua atacaron mi rostro con una tremenda fuerza, inmediatamente me puse de pie, escuché un grito como el de una niña soltarse frente a mi.
Yo también grité y me apegué a la pared más lejana de el intruso.

— ¡¿Qué mierda?! —gritó ella, dándome la respuesta sobre mi incógnita de saber quién se había metido a la misma ducha que yo.

Era _________.

Entonces alguien tocó la puerta repetidas veces.

Is everything Okay in there? (¿Está todo bien ahí dentro?) —esta vez era la voz de Ethan detrás de la puerta.

Antes de que _______ volviera a gritar, fui hasta ella y le cubrí la boca con una de mis manos, apegándola a la pared, y acorralándola en la esquina con mi otra mano.

Sus ojos me miraron, pero no vi temor, sino más Bien sorpresa e intimidación.

— No grites de nuevo o entrará y nos verá juntos, en una bañera y desnudos. —le susurré.

Entonces con la última palabra, noté que estaba en lo cierto, ________ está total y completamente desnuda frente a mi, como yo lo estaba frente a ella. Sentía el calor emanando de su cuerpo, la sentía a ella contra mi cuerpo, y eso comenzaba a ser un problema.

Intentando no pensar en la situación, quite la mano de su boca con una especial lentitud. Ella no apartó ni un segundo su mirada de la mía.

Yeah, i just... saw a Spider... (Si, yo solo... vi una araña) —contestó y eso pareció bastarle a Ethan.

Pero para mi mala o buena suerte, no bastó con estar desnudo junto a ________, sino que Justo ahora, a la señora electricidad le pareció divertido aparecer. Pues la luz había vuelto, iluminando la habitación e inevitablemente, haciendo que ambos miráramos más abajo de nuestros rostros.

Miré la cara de la chica, conociendo perfectamente que estaba a nada de volver a gritar como una loca, pero nuestros rostros ya estaban cerca, así que sólo me faltó una movida para evitar que soltara cualquier tipo de ruido, que no fuesen nuestros labios chocando entre sí.

Nadie se quejó, ni gritó y nadie se avergonzó.

Mis manos fueron hasta su nuca, profundizando más en sus labios, saboreándolos como un desquiciado. Ella no lo dudo esta vez, y enredó sus delgados dedos en mi cabellera mojada, sumergiéndonos así en una calurosa tentación.

Sentí su cuerpo rozar con el mío de una manera magnífica. Una de mis manos bajaba por todo su cuerpo, arriesgándose en cada centímetro, a terminar con este sueño, pero se quedó quieta en su cintura, donde pude acercarnos aún más de lo que era posible. Durante este juego, nuestros labios hicieron un papel importante, pues eran los que ahora dominaban la situación.

Los sentimientos que ambos habíamos encerrado en un baúl, y que habíamos tirado a lo más profundo del mar del Olvido, salieron a flote de una manera tan sencilla, como romper una hoja seca. Y me hizo saber que sin importar lo que hiciéramos para dejar atrás lo que sentíamos, cuando estuviésemos juntos, nada de eso importaría.

Abandone un Segundo sus labios para besar su cuello, escuchando sus gimoteos en mi oído. Mis dedos se apretaron fuertemente en sus caderas, seguramente marcando mis dedos en estas.

Puso una mano en mi pecho, obligándome a separarme sólo un par de centímetros, y entonces, volvimos vernos, volví a ser encantadoramente hechizado por el Perfecto poder de sus ojos. Mi corazón latió como si fuera ésta, la primera vez que la veía.

La mano que antes había estado en mi pecho, ahora tocaba mis labios de la manera más exquisita. Mis ojos en ella, y los suyos en mis labios. Mientras pensaba: Es tan perfecta... que podría acabar con el mal del mundo, únicamente con sonreír.

Y era cierto. Porque acabo con el mal en mi.

— Quiero que seas tú... —solté en murmullos, ella frunció el ceño forjando una sonrisa ligera, sin apartar la mano de mi rostro.— ...Quiero que tú seas mi esposa. Hoy y siempre... ¿Aceptas?

Rió tiernamente.

— Ya es demasiado tarde para eso, Jos.

— ¿Tú también lo quieres, no? —murmuré y su sonrisa se borró lentamente.

Si, vaya que lo deseaba.

— ¡_______! ¿Saldrás pronto? ¡Debo ducharme! —exclamó Alonso del otro lado de la puerta.

Ambos miramos hacia esa dirección, y entonces volvimos mirarnos.

— Creo que deberíamos irnos. —le dije sonriendo de lado.

Salí primero, mordiendo mi labio para evitar sonreír, pues sabía que _______ miraba mi trasero. Yo puse una toalla en mi cintura y ella una alrededor de su cuerpo.

Ahora, el problema sería salir de aquí sin que nadie pudiese verme. Abrí un poco la puerta y miré a través del pequeño espacio que había entre esta y la pared. No parecía haber señales de nadie, así que rápidamente salí e intenté escabullirme hasta mi habitación.

Al llegar cerré de inmediato y peque mi espalda a la puerta, soltando un largo suspiro.

Me vestí con un par de shorts y una camiseta sin mangas negra. Salí y pude notar que Alonso y Ethan miraban la televisión embobados mientras ponían algunas sábanas sobre los sillones.

Entonces recordé que ________ dormiría conmigo, y hubo una razón por la cual estar feliz esta noche.

— Creí que te bañarías. —le dije a Alonso, mirando su cabello empapado y el mismo atuendo con el que entró en el mar.

— Fernanda es más rápida y... —hizo una pausa mientras hablaba y abrió los ojos a medida en que pasaba el tiempo, una sonrisa aprecio en su rostro.— ¿Cómo sabes que me metería a bañar? Tú ni siquiera estabas aquí, no pudiste saberlo... amenos que... —ahora sonreía pícaro.

— No le digas a nadie. —le susurré solo a él para que Ethan no escuchara.

Apenas dije eso, y salto de un lado a otro, destilando emoción, como si acabara de decirle que los unicornios en verdad existen. Aunque claramente no.

— ¿lo hicieron? —preguntó despistadamente.

— ¿Qué? ¡No! —lo golpeé ligeramente en el hombro.— Y si lo hubiésemos hecho no te daría detalles, puerco.

El rodó los ojos con un fastidio enorme, y sólo negó con la cabeza.

— Debiste hacerlo. —soltó.— Debieron hacerlo. — corrigió, incluyendo a _______.

— Bueno, todo a su tiempo, ¿no? —le dije y él hizo una mueca no muy convencido de aquella frase.

Finalmente terminó de arreglar su cama, y en eso Fernanda salió, con una toalla rodeando su cuerpo y otra en su cabeza, ni siquiera le importó que estuviésemos tres hombres en la sala. Bueno... así es mi hermana.

Alonso y Ethan la miraron perplejos unos segundos, con la boca abierta, y salivando un poco. Se miraban como unos estúpidos perros hambrientos mirando a un bistec.

Golpee la nuca de ambos, sacándolos de su transe y me interpuse entre ellos y mi hermana, cruzándome de brazos mientras los miraba mal.

— No olviden que ella es mi hermana. —hablé serio.— Así que más vale que no vuelva a encontrarlos mirándola así, pervertidos. —amenace, entrecerrando los ojos.

Fernanda rió detrás de mi.

— Hombres. —bufo ella mientras rodaba los ojos.— Como sea, Alonso date un baño o dejarás la sala llena de arena. —dijo ella haciendo babear a Alonso una vez más.

Ella se fue y Alonso se puso de pie, y antes de que pudiera irse, lo tome del brazo, obligándolo a mirarme.

— ¿Enserio, mi hermana? —le dije y él sólo pudo encogerse de hombros.

— Es Sexy. —se excusó él y le lance una mirada asesina, el inmediatamente se metió en el baño, antes de que pudiera golpearlo.

Entonces noté que estaba en una habitación a solas con el prometido de _______, quién además era mi peor enemigo.

Me senté junto a él en el sofá, para mirar lo que sea que estuviese en la televisión. Él notó mi presencia y al instante me ofreció de sus papas "picantes", a lo cual me negué. No quería nada de él. Giuh.

Estuvimos unos momentos en silencio hasta que él volvió a hablar.

— Sabes, eres un gran amigo. —habló, haciéndome sonreír victorioso.

Por supuesto que lo soy, tremendo imbécil.

— Gracias, grandulón. —le dije aún mirando la televisión, mientras alardeaba con orgullo.

— ________ es bueno de tenerte. —dijo una vez más hablando como cavernícola.— Tú y tus amigos... son genial.

— Amm... gracias. —comenzaba a sentirme incómodo. ¿Qué no se podía callar y dejar de molestar?

— Quisiera ser amigos tuyo. —agregó mirándome con una sonrisa.

Pa-te-ti-co.

— ¿Quieres que yo sea tu amigo? —casi me reía en su cara.— Bueno, grandulón, antes de eso. Debes probarme que eres bueno... y no bueno para mi. Sino bueno para _______. Debes ser el mejor cuando se trata de ella.

Quería asegurarme, si es que no lograba reconquistar a ________ antes de la boda, al menos quería saber que él sería mejor que yo amándola.

— Por supuesto. —sonrió animado.

Entonces su teléfono comenzó a sonar, miré desinteresadamente su pantalla, y mis ojos se abrieron sorprendidos, enseguida intenté disimularlo.

¿Quién es "Camy❤️"?

Sorry, tengo que contestar. —dijo, poniéndose de pie algo nervioso y saliendo hasta la estancia de afuera para poder responder.

Algo está mal aquí.

¿Porqué carajos una tal Camy lo estaba llamando?... Será que... ¿esté engañado a ________?

¡OH DIOS QUE HAGO!

Miré nerviosamente hacia donde se había ido el chico, y luego miré a las habitaciones, nadie parecía venir, y yo estaba en un mar de nervios.

Bueno, si la está engañando, al menos debo saberlo.

Me puse de pie y fui hasta el sin que pudiera verme, logrando esconderme detrás de una maceta, y escuché con atención.

Hablaban en inglés. Por lo qué Camy era sin duda extranjera. Intenté escuchar mejor.

Yeah... Of course I want to see you... you don't know how much I miss you... Do you have the papers ready?... yeah, i know, i won't tell her nothing... she can't know about us. ( Si... por supuesto que quiero verte... no sabes cuando te extraño... ¿Ya tienes los papeles listos?... si, lo sé, no le diré nada... no puede saber de nosotros...)

Carajo.

Inmediatamente regresé a mi asiento e intenté hacer como si nada hubiese ocurrido. Él entró y se sentó de nuevo junto a mi.

— ¿Quién era? —pregunté esperando a que dijera la verdad.

— Nadie... número equivocado. —dijo finalmente con una falsa sonrisa y se dispuso a ver la televisión.

Pero yo tenía una mueca horrible, como si acabase de ver un fantasma. Me despedí y entre en mi habitación casi corriendo.

Okay... ahora estaba casi seguro de que Ethan podría estar engañando a ________. Y debía hacer algo. Pero claro... no podía decir ni una sola palabra a ________, ¿Qué tal si me equivoco? Únicamente arruinaría todo.

Debía hacer algo para desenmascarar a Ethan. Seguramente es un mujeriego de lo peor, ya ni yo he sido algo tan bajo.

Es por eso, que no dejaré que lastime a ________. Y tenía el plan Perfecto.

Ethan lamentarás el día en el que decidiste engañar a ________.

No podía esperar a mañana, sin duda descubriría a Ethan, cueste lo que cueste.

Minutos más tarde. Seguía sin poder dormir, ahora tenia muchas cosas en la cabeza, y no podía pegar el ojo ni un segundo. Pero entonces la puerta de mi habitación se abrió, iluminando la habitación con la luz del pasillo.

Una silueta entró, después de cerrar la puerta, y se acosto junto a mi.

Claramente no era un secuestrador... creo.

Asi que sólo deje que pasara un minuto cuando decidí hablar.

— Hola.

La silueta —la cual ahora sabía que era una chica— saltó aterrada con un pequeño gritito y de un movimiento encendió la lámpara que estaba sobre la mesita de noche.

El rostro aterrado de ________ se iluminó, y mi mirada bajó hasta su camiseta y sus pantalones de Mickey Mouse. Traté de no soltar una pequeña carcajada, realmente se miraba tierna.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó asustada.

— Intento dormir. —le sonreí.

— Pues ve a intentarlo a otro lado. —dijo enseguida comenzaba a alterarse.— Ni loca dormiré contigo, Jos.

— ¿Disculpa? No voy a hacerte nada, _______. Amenos que tú quieras, claro. —dije divertido con una ceja alzada.

— Saca tu trasero de aquí. —me ordenó seria.

— Dormiré aquí. Si quieres o no, dormir conmigo, es tu problema, linda.

"Sin importarme" la situación, volví a incorporarme en la cama, haciéndome el dormido.

Un momento después, ________ había vuelto a meterse en la cama junto a mi, apagando la luz.

— Sabía que no te resistirías a mis encantos. —le susurré.

— Cállate. —se quejó.

Sonreí como bobo.

Entonces después de que el silencio reinara y yo aún no pudiera conciliar el sueño, _________ habló.

— ¿Podría... abrazarte? —preguntó de pronto haciéndome abrir los ojos con sorpresa.— Suelo dormir así con Ethan... y me acostumbre.

Escuchar ese nombre saliendo de sus labios me hacía enfurecer, más sin embargo, la simple presencia de _________ me mantenía bajo control.

— Claro que puedes. —le respondí.

Se aferró a mi cuerpo, escondiendo su cabeza en mi pecho y parte de mi cuello. Mi brazo rodeó su espalda, y ella pasó una pierna por las mías.

Fue la primera noche en mucho tiempo que realmente descanse.

Bese su frente.

— Descansa, princesa.

— Descansa, Jos.

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