》Cinco《
Contemplé unos momentos a Alonso, quien seguía en la misma posición de hace quince minutos, estaba sentado en mi sofá con las piernas cruzadas y los codos apoyados en las piernas, haciendo con ambas manos aquella seña con los tres dedos alzados. Sus ojos estaban cerrados, y no había parado de hacer ruidos extraños —que según él, era el sonido de la sabiduría— pero cuando intentaba cruzar alguna palabra con él, simplemente soltaba un rápido y corto "Shhh".
Miré a Vasco, mi San Bernardo, que mordisqueaba desinteresadamente su desgastada pelota verde, luego miré a Pepinillo, quién estaba sentado mirando la escena con nada más que total aburrimiento.
Mi rostro empezaba a caer pesadamente sobre mi puño, mis ojos querían cerrarse, pero lo impedía cada que podía, entonces un bostezo me atacó y cerré mis ojos sólo un segundo, sólo para descansar mientras...
— ¡LO TENGO!
Salte de mi asiento soltando un gritito ahogado, y caí fuertemente contra el piso de madera, golpeándome el rostro, me quejé del dolor, y traté de incorporarme lentamente a mi lugar.
Pude notar que Vasco y Pepinillo también estaban sobresaltados, y no los culpo, Alonso había gritado como una ardilla asustada.
— Oh... ¿Te asuste? —preguntó borrando su sonrisa para intercambiarla por una mueca de confusión.
— No, para nada, sólo creí que el piso se sentía solo y quise abrazarlo con mi cara. —respondí sarcástico llevando una mano a mi mejilla para reducir el punzante dolor.
— Jos tonto. Los abrazos no se dan con la cara. Baboso. —replicó Alonso con mala cara y miré al techo, pidiendo paciencia a Dios para no lanzarle mi zapato en la cabeza a el rubio.
Tome una gran bocanada de aire y lo miré.
— Entonces, ¿En qué has pensado hace rato, cuando casi haces que me haga pis en los pantalones?
— ¿Te hiciste pis? Sabes Jos, hay algo que se llama baño, ahí vas, bajas tu cremallera y tus bóxers, y entonces sacas tu...
— ¡Okay, suficiente información por ahora, gracias Alonso! —lo interrumpí antes de que pudiera decir otra palabra.
— De nada. —sonrió relajado.— Así que, si algún día necesitas ayuda con eso, sabes donde encontrarme. —movió de arriba a abajo ambas cejas.
— Eh... gracias, supongo. —dije mirándolo como si de pronto le hubiese salido otra cabeza. Pero él sólo sonrió coqueto y me guiñó un ojo.
Okay, esto es raro, estoy sonrojado.
— Pero bueno, ¿vas a decirme lo que se te ha ocurrido ya, Aloncín? —pregunté intrigado.
— Ah, claro. —comenzó.— Estaba pensando en un plan para reconquistar a _______, y entonces el helado vino a mi mente, quiero decir, a las chicas les gusta el lado y a mi también, entonces pensé... —hizo una pausa y yo abrí mis ojos de par en par y agache un poco más la cabeza, acercándome a él, como si estuviese a punto de rebelarme un gran secreto.— ¿Habrá helado sabor a Almeja?¡Porque eso sería un maldito insulto al creador de los helados! ¡UN INSULTO SUCIO Y DEMENTE QUE NO LE PERDONARÍA A NADIE!...
— Vale, vale... ¿Pero entonces porque gritaste "lo tengo"? —pregunté perdiendo cada vez más la paciencia.
— ¿Qué no es obvio? —cuestionó y mi mueca sólo mostró un mar de confusión, Alonso negó con la cabeza como si estuviese decepcionado y abrió la boca para volver a hablar.— No existe el helado de Almejas, bobo. —dijo serio y se recostó en el respaldo del sofá frente a mi.
Dios dame paciencia... ¡O MEJOR DAME UN ZAPATO PARA LANZARSELO EN LA CARA AL IDIOTA ÉSTE!
Bufé repetidas veces y rodé los ojos. Alonso me sacaría canas verdes algún día, de eso estaba seguro.
Me puse de pie y caminé hasta llegar a la barra de la cocina, donde me senté detrás de mi laptop. Un vago recuerdo vino a mi mente cuando puse mis dedos sobre las teclas, era como si pudiera regresar al pasado y verlo nuevamente con mis propios ojos.
Recordé entrar en la habitación de _______, ambos nos pusimos a buscar en Internet trucos para aprender a besar... y bueno... después todo pasó como ya lo sé.
El gusanito de la curiosidad me hizo preguntarme los miles de títulos que saldrían si tecleaba ¿Cómo Aprender a Enamorar una Chica? en Google. Mis dedos se movían deseosos en el aire sobre las teclas. Mordí por dentro mi mejilla, y miré expectante las letras coloridas que escribían Google.
¿Qué puedo perder? Veamos con que chorradas sale la Internet.
Lo tecleé.
Le di a buscar.
Enseguida comenzaron a desfilar montones de páginas web sobre consejos y trucos sobre cómo enamorar a una chica, di una leída rápida a cada título mientras bajaba más y más el mouse.
Aprende a Enamorarla en 10 sencillos pasos...
Di click sobre el título, y mis ojos se movieron veloces sobre la pantalla, apareció la foto de una pareja feliz, tomados de la mano. Baje aún más el mouse y seguí leyendo atentamente.
¿Quieres tener en tus brazos a esa chica, y poder ser feliz junto a ella?
Leí en la introducción de la página, y no era algo que tuviese que pensar mucho para responder:
Si.
¿Imaginas una vida plena y feliz con ella, en una agradable casa en los suburbios?
Preferiría una casa en la playa... pero... si.
¿La imaginas a ella cómo la mujer con la que deseas pasar el resto de tus días?
Si... ¡Si! ¡SIIII!
Pues conseguirlo nunca ha sido más fácil, con estos pasos, lograrás todo lo que siempre has deseado.
Por Dios, sentía la emoción al tope, aunque sólo estuviese ahí sentado mirando la pantalla como idiota, sentía una loca adrenalina en todo mi cuerpo. Todo lo que tuviese que ver con _______ me ponía loco.
Número uno...
— Se sexy, egocéntrico, romántico, sarcástico, pervertido y divertido al hablar, y recuerda siempre mantener contacto físico con ella... —leí en voz baja para que Alonso no lograra escucharme.
Genial, sólo debía ser bipolar el 99% del tiempo que hablara con ella, y el otro 1% debía estar recordando lo idiota que me veré haciendo eso. Fantástico. Maravilloso. Ideal.
— Woaw, ¿sí que estás desesperado, uh? —escuché la voz de Alonso sobre mi hombro y enseguida cerré la laptop de un golpe.
Salte de mi lugar y me alejé apenado de la laptop, Alonso pareció sorprendido y divertido al ver mi pronto comportamiento.
— ¡Por Dios Alonso, dame un poco de privacidad! —exclamé enseguida sin saber que otra cosa decir.
— Ya te doy suficiente privacidad cuando te encierras en tu pieza y escuchas sonidos raros en la laptop. —comenzó.— Ya sabes, como estos: aaahhh, aahh, oh my god yess, im your bitch daddy... aaah.
Si estaba intentando calmarme, lamento anunciar que fracaso terriblemente. Ahora mis mejillas estaban rojas de vergüenza y quería salir de ahí enseguida. Alonso podía ponerme muy incómodo algunas veces.
— Por el color de tu cara y por como me miras creo que no he dicho algo bueno, ¿no es cierto? —no respondí simplemente porque estaba tan apenado que ni eso podía hacer.— Bien, olvidemos que dije lo anterior ¿si? Sólo haré como que nunca insinué que ves porno por las noches mientras crees que estoy dormidito pero en realidad estoy viendo videos graciosos en YouTube.
Lo miré aún más rojo, recordando todas esas noches perversas en las que según yo, creía que Alonso dormía. ¿Pero que podía decir? ¡SOY UN HOMBRE LIBRE Y TENGO NECESIDADES!
— ¿La he cagado otra vez, cierto? —preguntó resignado. Asentí y bufó rendido.— Bien, como sea, ¿Qué clase de locos consejos estabas viendo?
Trague saliva y carraspee un momento para aclarar mi garganta.
— Yo no estaba viendo nada...
— ¿En serio? ¿Vas a mentirme ahora? —alzó una ceja y me miró incrédulo.
— Digo la verdad.
— No, no lo haces.
— Si lo hago.
— No
— Si
— No
— Si
Alonso suspiró rendido, y me miró impaciente.
— Sé que quieres recuperarla, y yo lo quiero también. Así que, ¿porqué no me dejas ayudarte un poco, hermano? —preguntó casi en tono de súplica.
Lo miré indeciso, no es como que me haya ayudado mucho hace un rato, en realidad, me sentía mejor por mi cuenta, y si necesitaba de su ayuda en algún punto, tal vez la pediría, pero ahora, quizás probaría los consejos de Internet.
— Quizás luego, hermano. —respondí, tomando mi laptop y pasando de largo por su lado.
— ¿Qué? ¿A dónde vas? ¡Jos! —me llamo pero yo ya estaba subiendo las escaleras con Pepinillo siguiéndome por detrás.— ¡Debo usar la laptop, le prometí a mi abuela que haríamos videollamada por Skype!
Ignore cualquier llamado del rubio y al llegar a mi pieza, cerré con llave después de haber dejado entrar a Pepinillo. Me senté en mi escritorio y seguí leyendo con cautela el primer consejo.
...debes atraparla con tus palabras, dejarla sin aliento y sin habla. Para esto, tienes que lucir guapo, como el chico de sus sueños, y si se llega a dar, hacerla pensar que la besarás pero finalmente no hacerlo. Debes dejarla con ganas de más...
Se escuchaba difícil, debía ser un príncipe encantador, pero yo estaba dispuesto a todo para volver a enamorarla, incluso seguir consejos de una pagina web.
• • •
Mire una vez más mi reflejo en el ventanal de la oficina. Hoy había venido al trabajo mucho más guapo de lo normal, y lo sé porque varias chicas —incluyendo a Alonso— babearon cuando entre aquí. Me sentía extrañamente genial.
Acomode mi traje y pase una mano por mi cabello para despeinarlo sólo un poco. Podría sentirme bien en ese traje, pero no me sentía yo mismo, yo sólo soy infantil y divertido, pero hoy debía ser un hombre. O eso creo...
Miré mi celular al momento en el que vibró, una notificación de que ______ había subido una historia a Instagram, por alguna razón, esa sensación de emoción que aceleró mi corazón, me hizo abrir inmediatamente la aplicación y ver lo que había subido.
Pero mi sonrisa se borro y una mueca apareció.
— Primer día de trabajo... —Leí en voz baja lo único que estaba escrito en esa despreciable foto.
Sólo era _______ sonriendo mientras "el impostor" le daba un beso en la mejilla con los ojos cerrados.
Voy a vomitar mis panqueques si sigo mirando a ese "homúnculo"... Uh-Uh... demasiado tarde.
Mi celular volvió a vibrar y miré que era un mensaje de Alonso, y por lo que pude mirar en la notificación, me había escrito: "Águila calva en el nido, repito, Águila calva en el nido"
Puse una mueca divertido, aún sin entender que rayos pasaba —pensando que Alonso había tomado algo extraño hoy— hasta que entendí que hablaba de _______. Inmediatamente una oleada de nervios se apoderó de mi cuerpo, y me moví como si tuviese una convulsión, por lo que tiré un bote con lápices al suelo.
— ¡No, mis lápices del número dos, no! —exclamé y me arrodillé a recogerlos todos con una velocidad que nisiquiera conocía que tenía.
Me puse de pie, acomodando el cuello de mi corbata, y traté de suspirar una y otra vez, entrando en el papel que se supone debía ser si quería reconquistar a _______.
Salí de la oficina, dispuesto a darle la bienvenida yo mismo, y me sorprendí cuando noté que con cada paso que daba me sentía más confiado y relajado, supongo que era la adrenalina del momento.
Las puertas del elevador se abrieron y busqué con la mirada una cabellera corta y castaña por todas partes. Sonreí de lado cuando la encontré.
Por lo que pude escuchar, ________ estaba discutiendo con una de mis secretarias —la más molesta de todas, en realidad— y no la dejaban pasar.
— Lo lamento, pero no está registrada como trabajadora aún y si no tiene cita, no puede pasar... —decía la secretaria, Phoebe, mientras le lanzaba una mirada retadora a _______.
— ¡Pues sabes qué, lo que digas me importa una... !
— Señoritas. —interrumpí con una sonrisa antes de que _____ desatara el caos. Enseguida pude notar como la mirada de Phoebe cambiaba al verme, ahora sonreía coqueta.— ¿Hay algún problema, Phoebe? —pregunté mirándola profundamente.
Inconscientemente una de mis manos fue directo a la espalda baja de ______, pude sentir como se tensaba ante mi toque, más sin embargo, no se apartó. Phoebe miró a ______ con mala cara y apretó sus labios con fuerza, luego me miró a mi.
— Ella quiere entrar pero no puede hacerlo, porque no trabaja aquí ni tiene cita programada. —inquirió diciéndolo como si lo que ______ quería hacer fuese un total pecado.
— Entonces haz que este en el sistema. —hablé enseguida con obviedad. Miré a ______ sonriendo de lado. Pero por alguna razón aparto su mirada inmediatamente.— Tú vienes conmigo.
Empecé a caminar con ella, aún sosteniéndola por la espalda. Cuando estuvimos a una distancia prudente de la chica, quién nos seguía con los ojos, _______ se apartó de mi y me miró con recelo, incluso deteniéndose en medio pasillo.
— ¿Qué fue eso? —gruñó.
— Te salve de la molesta voz nasal de Phoebe, es en verdad irritante, pero, de nada. —dije aún caminando y sin mirarla, ella enseguida apresuró el paso y me siguió casi trotando.
— No me refiero a eso, idiota. —susurró en voz baja, para que unas personas que pasaban cerca de ahí no lograran escucharla. Pero yo la escuché.
— ¿Así le hablas a tu salvador? Soy prácticamente tu héroe. —hablé con aire divertido, y ella rodó los ojos. Se miraba divertida cuando lo hacía, así que evite soltar una risita.
— ¿Porqué me tomaste por la espalda? —preguntó directa, y algo harta de mis respuestas.
— La adrenalina del momento, supongo. —me encogí de hombros sin interés y ella me miró enfadada.
— No puedes sólo hacer eso. —gruñó.— Ahora creerá que estamos saliendo.
— ¿Sería eso malo, Cisne? —cuestione y ella se quedó sin palabras.
Hubo un pequeño silencio hasta que entramos ambos al elevador, y fue ahí donde decidió romper el silencio que había creado.
— ¿Porqué me llamaste Cisne?
Solía llamarla de esta manera cuando éramos pequeños, pero con los años había dejado de hacerlo. No veo porque no llamarla así ahora.
— Sabes porqué. —dije mirando al frente, ella me miró de reojo, y cuando dejó de hacerlo, yo la miré de la misma forma.
— Creí que lo habías olvidado. —musitó y sonreí en grande.
— Bueno, ahora sabes que no es así, Cisne. —le sonreí y salí del elevador cuando éste se abrió de par en par.
Sentía que estaba funcionando, era la conversación más larga que hemos tenido desde que llegó aquí, así qué tal vez tenga una oportunidad.
>>>•••<<<
¡HOLAAAAA!
Bueno como ya habrán visto, el capítulo fue bastante largo a como normalmente los hago, y estaba pensando en hacerlos así siempre, ¿Qué opinan? ¿Prefieren los capítulos normales de antes o los quieren así de largos como éste?
¿Qué opinan del apodo de Jos para ______? :0 🌚
130 votos ⭐️ 80 comentarios 💬 = Nuevo capítulo el Jueves :D
Les mando un besote, wuapas ♥️
-iQueMxnkey
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro