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Túnel

Manos... Dolor... Movimiento... Luces... Sangre... Frío... Calor... Nada...
...

-Mamá unos hombres quieren entrar a la casa –dice mi hermano ingresando a la cocina.

Mamá deja de preparar la comida y nos toma de la mano para llevarnos hasta el despacho de papá, donde él se encuentra trabajando, a pesar de que estamos de vacaciones, cuando entramos papá nos observa a través de los anteojos y mamá cierra la puerta con seguro.

-Están intentando entrar a la casa, burlaron la seguridad, checa las cámaras –le ordena mamá a papá y él inmediatamente le hace caso –niños, siéntense en el mueble.

Mi hermano y yo obedecemos mientras mamá y papá revisan la seguridad, papá hace una llamada y mamá saca del cajón los juguetes que suenan feo, por lo que yo me tapo los oídos instantáneamente.

-Están entrando, tenemos que irnos –avisa papá –saldremos por el pasadizo al bosque.

-Bien –dice mamá, pero regresa a los cajones y saca dos collares –niños, no se lo quiten por nada del mundo –habla mientras nos los coloca –manténganse juntos y si algo pasa... -desvía su mirada y la une con la de papa y al instante sus ojos se cristalizan –siempre corran al norte.

Mi hermano y yo asentimos obedientes y mamá nos da un beso en la frente a cada uno, y luego papá nos besa la mejilla.

...

Suero... Jeringas... Sangre... Cristales... Cabeza... Ardor... Nada...

Se escuchan ruidos lejanos, el olor a antiséptico sofoca mi olfato, un pitido constante resuena cerca de mi oído, mi espalda arde, mi cabeza duele, pasos acercándose. Una puerta se abre y dos voces se hacen presentes en el lugar, una la reconozco, pero la otra no sé quién es.

-Doctor ¿mi hermana va a estar bien? –cuestiona Nickolas- ¿Por qué no despierta? –escucho como sorbe su nariz y eso me parte el alma.

-Señor O'Connor, su hermana llego en un estado demasiado crítico, su cabeza tenía una severa contusión, traía grandes heridas y quemaduras en el resto del cuerpo, por lo que es un milagro que esté con vida –explica el doctor –por eso el cuerpo de su hermana entró en estado de coma.

- ¿Cuándo va a despertar? –la voz de mi hermano se quiebra mientras hace esa pregunta, y siento como acaricia mi brazo.

-No le puedo dar una fecha exacta, pueden pasar días, meses o incluso hasta años, todo depende de su hermana –responde el doctor.

-Ósea que también existe la posibilidad de que ya no despierte –susurra mi hermano, y el doctor no contesta –todos sabemos a qué nos enfrentamos con este trabajo, pero eso no quita que siga doliendo el perder personas –dice mi hermano.

Nickolas llora y el doctor sale de la habitación, quiero hablar, gritar, o al menos moverme, pero es como si mi cuerpo no recordara la manera de cómo hacerlo, mi cabeza palpita por el esfuerzo, el cansancio me empieza a embargar, y la oscuridad me vuelve a inundar.

Manos... Disparo... Papá... Sangré... Corre... Collar... Venganza... Nada...

...

El hombre enfrente de nosotros hace sonar su juguete y mamá grita, suena nuevamente, pero ya no hay grito, solo un ruido como si algo pesado callera, me giro a observar a mamá y me doy cuenta que es ella la que está en el suelo, y un líquido rojo sale de su pecho y su cabeza, Nickolas se arrodilla y le acaricia la cabeza, papá llega y también hace sonar su juguete haciendo que el hombre caiga, después revisa que no haya nadie cerca, y cuando regresa se arrodilla enfrente de mamá y sus ojos gotean, la besa en los labios y le cierra los ojos.

-Nickolas, tómala –dice entregándole el juguete de mamá –sabes cómo usarla, sé que son apenas unos niños, pero debes proteger a tu hermana.

Mi hermano suelta el juguete y vuelve a mirar a mamá, papá lo vuelve a llamar, pero él lo ignora, por lo que me agacho y tomo el arma, observo a papá y le sonrío.

-Prometo no defraudarlo mi Coronel, prometo proteger a mi hermano –papá me sonríe con tristeza –siempre al Norte –termino de decir.

-Váyanse, su tío Benedic los encontrara, no se vayan a separar, y no confíen en nadie –dice para los dos –dispara a todo lo que se mueva –dice esta vez solo para mí, unos pasos se escuchan cerca –váyanse rápido.

Tomo a mi hermano del brazo y, lo llevo conmigo casi arrastrándolo, nos metemos por el pequeño pasadizo y salimos de la casa rumbo hacia el bosque, ambos corremos en la dirección que nos ordenaron. Al anochecer paramos y nos metemos a una cueva a descansar.

Llanto... Rox... Perdón... Signos vitales... Despierta... Comandante... Nada...

...

-Quién diría que esa Comandante a la que todos temen no pueda despertar, vamos Kaira pensé que eras más que esto, debí de haber apostado quien viviría más, hubiera ganado –escucho la voz de Zeth.

-Zeth si vienes a joder mejor lárgate –dice Rox defendiéndome.

-Rox, te recuerdo algo... soy tu superior, así que me debes respeto –ataca Zeth.

-Zeth, te recuerdo algo... no estamos en el trabajo, así que te jodes –responde Rox.

-Entonces porque no mejor te vas a buscar a tu noviecito y dejar descansara Kaira de tu horrible voz –se burla Zeth.

-Eres un patán Zeth James –dice Rox furiosa.

Escucho como Rox toma su bolso y sale de la habitación azotando la puerta, también escucho que Zeth camina hacia la puerta y le pone seguro, después vuelve a acercarse a mi lado y comienza a acariciar mi cabello.

-No puedo creer que hasta en coma te vez preciosa, me gustaría decir que calladita te vez más bonita, pero me gusta cuando te pones a exigir lo que te mereces y crees que es correcto –dice sin dejar de acariciar mi cabello –vamos Kaira, tienes que despertar, tienes que volver a apostar conmigo, volver a competir por quién es mejor –su mano viaja de mi cabello a mi mejilla y después los pasa por mis labios -tal vez... la princesa necesita un beso para despertar de su maligno sueño –poco a poco empiezo a sentir su respiración en mi cara, hasta que sus labios se posan en mi frente dejándolos ahí más tiempo del necesario, sus labios se sienten cálidos en mi rostro y la sensación me agrada, pero de repente algo frio cae en mi mejilla y él se separa de mí –diablos Kaira ya hasta me haces llorar.

Cansancio... Arma... Proteger... Nickolas... Promesa... Salvados... Nada...

...

Nickolas duerme a mi lado, puedo escuchar como solloza dormido y llama a mamá, por más que quiero no me duermo, y la oscuridad de la noche va quedando atrás, por lo que decido levantarme y muevo a Nickolas para que despierte.

-Nickolas tenemos que irnos –abre sus ojos y me observa con tristeza.

-Mamá ya no está, perdió su brillo, ya no nos volverá a leer o a cantar –sus ojos se van llenando de lágrimas.

-Nickolas le hice una promesa a papá y la pienso cumplir, así que levántate y límpiate las lágrimas que nos vamos –le digo firme como papá me enseño.

- ¿A dónde vamos? –pregunta mientras se levanta del suelo y sacude la tierra que le quedó en el short.

-Al norte –digo segura –el tío Benedic nos va a encontrar.

Salimos de la cuerva y nos detenemos tan rápido que casi nos caemos, nueve hombres nos rodean, sin pensarlo dos veces tomo el arma de mamá y la levanto apuntándole a uno de los hombres, le quito el seguro como papá nos enseñó y me acomodo bien para que no me caiga cuando el ruido suene.

-Wow, tranquila pequeña, saliste igual a mi hermana –dice el hombre de en medio.

-Se cómo se usa, así que quítense las máscaras –digo mientras me pongo enfrente de Nickolas protegiéndolo con mi cuerpo.

-Kaira, esas no son maneras de tratar a la familia –responde quitándose la máscara.

- ¡Tío Benedic! –grito corriendo a sus brazos.

-Soy yo pequeña, tranquila, todo estará mejor, lo prometo –dice acariciando mi cabello y mi hermano se acerca y se pone a llorar mientras lo abraza.

- ¿Mamá y papá? –pregunto.

Voltea a ver a sus hombres y al tiempo llegan otros seis y uno le niega con la cabeza, mi tío cierra los ojos con fuerza y respira pesadamente.

-Ellos... ellos no van a volver –dice levantándose.

Nos toma de la mano y nos dirige por un camino, nosotros lo seguimos sin preguntar, al final del camino puedo ver dos camionetas, llegamos a ellas y antes de subir mi tío les dice a sus hombres:

-Has que crean que todos murieron, creen un incendio, no quiero que quede nada que muestre como son mis sobrinos, los vamos a proteger de todos.

...

-Su hermana ha mostrado mejoras en su salud física, sus heridas van sanado, pero no hay avance en... su estado, el golpe que recibió fue tan fuerte que es como si hubiera apagado el botón de encendido, siendo sincero no creo que ella despierte, lo mejor sería desconectarla, pero eso es a su criterio –sentencia el doctor.

Un camino se abre frente a mí, voy descalza, siento la fina hierba bajo mis pies, la brisa acaricia mi cara y brazos, camino y me topo con un lago, y con el reflejo del agua detallo lo que llevo puesto, es un vestido morado, straple y acampanado de la parte de abajo, me llega hasta debajo de las rodillas, sólo está ceñido en mi cintura, parpadeo y el panorama cambia radicalmente.

Un lugar en completa blancura aparece, lo único que es diferente es el fondo, trato de caminar, pero el piso me lastima, miro el suelo y éste se convierte en piedras, aun así, continúo caminando ignorando el dolor, al irme acercando dos siluetas se hacen visibles, pero no logro reconocerlas, camino, camino y camino hasta que estoy lo suficientemente cerca para distinguirlas.

-Mamá, papá –digo con lágrimas de felicidad.

-No deberías de estar aquí –dice papá.

-Nosotros no criamos hijos débiles, no parí niños débiles –niego con la cabeza al escuchar esas palabras de mi madre –prometiste cuidar a tu hermano, lo prometiste con mi cuerpo enfrente, aparte de débil mentirosa –me recrimina.

-No, mamá, papá, yo no...

-Entonces, qué haces aquí, aun tienes mucho por hacer, hija yo no te juzgo es tu decisión, si eliges pasar el túnel o no –dice mi padre con comprensión.

Justo después de eso, un túnel aparece detrás de ellos.

- ¿Qué significa el túnel? –pregunto, aunque en el fondo se la respuesta.

-Sabes la respuesta de eso –dice mi madre más tranquila.

- ¿Los volveré a ver? –cuestiono cuando ya tengo una decisión tomada.

-Nunca los hemos dejado solos –responden al mismo tiempo antes de desaparecer.

Cuando estoy nuevamente sola comienzo a caminar hacia el túnel, hasta que la luz se va haciendo más y más blanca.

-Madre –susurro abriendo los ojos.

-No soy tu madre, pero gracias por la comparación, ya era tiempo de que despertara Comandante –dice Zeth para molestarme, pero lo único que logra es que recuerde sus palabras anteriores –ahora te sonrojas por mí.

-No, son los medicamentos –me defiendo con voz débil.

-Kaira... te dejaron de suministrar medicamentos hace años –dice totalmente serio.

- ¡Qué! ¿Cómo que años? –la información me marea.

-Estuviste 5 años en coma y...

Unos vidrios rompiéndose se escuchan al otro lado de la habitación, al voltear me encuentro con la cara llorosa de Rox, e inmediatamente puedo notar que un leve bulto se le nota en la pansa por la camisa pegada.

- ¿Por cuál vas? –pregunto sin rodeos, la noticia de ser tía más de una vez me pone demasiado feliz.

- ¿Qué? –responde ella.

- ¿Cuántos tienen? ¿dónde están? ¿alguno se llama como yo? –una fuerte carcajada me interrumpe y todo mi buen humor se esfuma.

-Ja, ja, ja, en serio regresaste más ingenua, dejaste tu sentido común en el más allá –se burla Zeth de mí.

-No estoy entendiendo, me explican –reclama Rox.

-Kaira pensó que estuvo 5 años en coma -responde Zeth entre risas.

-Te juro que cuando me recupere te romperé tu hermoso rostro –digo amenazante, pero estoy segura que un bebe da más miedo que yo en estos momentos - ¿Cuánto estuve en coma? –le pregunto a Rox y eso hace que Zeth se vuelva a atacar en risa.

-1 mes y 3 días –responde aguantándose la risa que le amenaza con salir –bien, yo... yo voy a buscar al doctor.

-Bien –respondo molesta –también avísale a mi hermano –le pido y ella asiente saliendo de la habitación.

Eso significa que Rox tiene 2 meses y una semana de embarazo, así que me perdí el segundo chequeo...

-Entonces que se siente dormir 5 años –dice Zeth burlándose.

-No lo sé, pero que tal si te rompo la nariz y me dices que se siente –le digo con el ceño fruncido.

-Por Dios, que salvaje mujer –dice dramáticamente.

-Puedo apostar que me extrañase –lo molesto.

- ¿Cuánto? –responde sonriendo con arrogancia.

-300 –digo mirándolo a los ojos.

-Acepto, los espero la próxima semana en mi oficina, la entrega tiene que ser en vivo y directo –dice, y después de eso entra el doctor con una enfermera.

El doctor me checa los signos y cómo reacciona mi cuerpo a los pocos ejercicios que me pone, al ver que estoy bien me pide que me quede en observación, pero yo me niego, por lo que no le queda de otra que darme el alta, al estar en el hospital de la central tenemos a los mejores doctores y el mejor cuidado, así que ellos me vigilaran, el médico dice todas las indicaciones y cuidados que se deben tener conmigo y es ahí que me doy cuenta que Zeth sigue aquí escuchando todo desde una esquina de la habitación.

Una hora después el doctor se marcha dándome mi espacio para ponerme ropa, de lo que no me pude librar fue de la silla de ruedas, hasta salir del hospital tengo que estar en ella, termino de cambiarme y salgo de la habitación sentada en la silla, noto que mi hermano y Zeth están hablando, mientras Rox está en el celular en otro lado, me acerco a ellos y cuando notan mi presencia mi hermano aprieta los labios para no reír y Zeth saca su celular.

-Ni se te ocurra –digo cuando noto sus intenciones.

-Lo siento, pero tengo que hacerlo –dice tomándome una foto –bueno yo me voy, tengo que avisarle a Timothee que su Comandante está en perfecto estado.

Mi hermano asiente y le choca las manos, cuando Zeth se quiere acercar a despedirse yo le giro la cabeza indignada por todo lo que me hizo y dijo, mi hermano llama a Rox y cuando ella llega a nosotros empieza a arrastrar mi silla, no me quejo porque tengo flojera, pero apenas la silla termina de salir del hospital y me levanto de golpe, ganándome un fuerte dolor en el estómago, que disimulo, pero al caminar siento un montón de dolor en el cuerpo, aunque no me quejo.

-Esto es tuyo –dice Nickolas pasándome tres billetes de 100.

-No, no es... -entonces recuerdo la apuesta y sonrió con victoria olvidándome de todos los problemas que se avecinan para la próxima semana.

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