Pasamos dos horas hablando con Timothee sobre la sospecha del traidor en la central y decidimos mantener todo entre los tres y hacer como si nada pasara, pero recibimos una llamada de la central de Alemania en donde el Consejo pide la presencia de Coronel, General y Comandante a cargo de la tropa ALBIS, en la central mayor, por lo sin perder el tiempo preparamos todo para nuestro viaje a Alemania, corremos a la nave que ya se encuentra preparada para partir y nos marchamos sin dar explicaciones.

-Nadie responderá más que yo –dice Timothee –es muy probable que nos hagan un interrogatorio por separado, respondan con la verdad, pero no digan cosas innecesarias.

- ¿Cómo vamos a saber si algo es necesario o no? –pregunta Zeth.

-Solo respondan lo que se les pregunten –responde enojado.

Es entendible que este así, ya que derribaron la nave de mis soldados Alemanes, todos murieron, y no se sabe quién es el culpable de eso, pero lo curioso es que nadie fuera de la central sabía que los soldados alemanes partían hoy, ya que se había dicho que se irían hasta fin de semana, así que los únicos que sabíamos que se hiso un arreglo en el horario somos el Coronel, el General y los cuatro Comandantes que abemos en la central de Eugene, los de la Central de Alemania aún no se encontraban enterados, ya que la decisión la tomamos solamente con el Ministro, justamente por seguridad.

Llegamos a Alemania al amanecer, el General de la central no espera en la pista junto con algunos de sus hombres, lo cual me pone un tanto incomoda y enciende mis alarmas, ya que el Ministro siempre atiende estos tipos de casos, apenas bajamos nos quitan nuestras armas y sin decir nada nos dirigen a las oficinas las salas de interrogatorio y nos meten a cada uno en una diferente, el ambiente se siente pesado, pero trato de no demostrarlo, permaneciendo lo más tranquila que puedo.

-Tome asiento, en un momento llegará su abogado –me dice un soldado haciéndome entrar a la sala contigua a la que metieron a Timothee.

Entro y la puerta se cierra a mis espaldas, camino y me siento en la una de las sillas que hay, la tensión es cada vez más grande, es muy extraño que nos hayan metido a interrogatorios sin previo aviso, normalmente no sucede, y mucho menos si se trata de un Coronel o General, cruzo las piernas y dejo mis manos sobre mis muslos.

-Comandante O'connor –dice mi abogado entrando a la sala.

-Señor Spark –digo poniéndome de pie y estirando la mano quien el recibe dándonos un saludo - ¿Puedo preguntar de que cargos se me acusa? –pregunto volviendo a tomar asiento.

-Hasta el momento de ninguno –responde sentándose frente a mí y poniendo su portafolio sobre la mesa que nos separa, noto que se comporta de manera extraña, como si él tampoco estuviera enterado de lo que pasa, ya que lo llamaron de manera externa.

Veo que saca unos papeles de su maletín y comienza a hojearlos buscando lo que necesita, el padre de Rox ha sido mi abogado desde que empecé a trabajar para la FMCE, él es uno de los abogados más reconocidos por las victorias que ha tenido en el estrado y fuera de él.

-Necesito que firme esto –dice pasándome una de las hojas junto con su lapicero.

Tomo la hoja y la leo, básicamente es un acuerdo de confidencialidad, en donde me explican lo que me pasaría si algo de lo que se habla aquí se llega a saber, volteo a ver a mi abogado y el me devuelve la mirada, regreso mi vista a los documentos y los firmo, sin saber en qué me estoy metiendo.

Un hombre entre acompañado de dos agentes después de que termino de plasmar mi firma en la hoja, todos caminan en silencio y solo comienzo a pensar en formas en las cual acabar con los hombres frente a mí si algo llega a pasar, ya que todo está muy extraño, los de seguridad se ponen detrás de mí, mientras que el hombre se sienta a un lado de mi abogado, giro la cabeza y me doy cuenta que las ventanas que antes se encontraban polarizadas ahora están claras, tengo a Zeth a mi izquierda y a Timothee a la derecha, y los tres nos encontramos en la misma situación.

-Comandante O'connor, supongo que tiene conocimiento del porque se encuentra aquí –dice el hombre llamando mi atención, haciendo que vuelva a central mi mirada en él.

-No, no la tengo, señor

-Wagner –responde –Lucas Wagner.

-Lucas Wagner –respondo fingiendo tranquilidad y naturalidad.

Los segundos pasan, y el hombre frente a mí me analiza en silencio, mientras mi abogado observa todo desde su lugar, pongo mis manos sobre la mesa y no hago ningún movimiento que muestre nerviosismo, fijo mi mirada en los ojos de Wagner, pero los aparto casi de inmediato al ver por el rabillo del ojo como uno de los hombres de seguridad somete a Zeth poniendo su cara contra la mesa y el arma apuntándole directo en los sesos.

Me levanto de mi lugar al ver la escena, pero ambos guardias que están detrás de mí me toman por los hombros volviéndome a sentar de golpe, ejerciendo fuerza en su agarre, obligándome a permanecer sentada, volteo a ver a Timothee, quien está viendo todo al igual que yo, solo que él se nota más tranquilo, solo que, con el ceño fruncido, puedo notar que la boca del hombre que está con él se mueve diciéndole cosas que no logro comprender.

El hombre que está con Timothee asiente en nuestra dirección, y antes de que pueda hacer algo ya me tienen sometida a mí también, forcejeo tratando de liberarme, el hombre le sigue hablando a Timothee y puedo ver el enojo en la cara de mi coronel al escucharlo, continúo forcejeando y uno de los guardias alza mi brazo torciéndomelo, sacando un grito que no logro contener, Timothee se levanta y azota las manos en la mesa gritando algo, el hombre vuelve a asentir en nuestra dirección y me sueltan inmediatamente, giro mi cabeza mirando a Zeth y me tranquilizo al ver que al igual que a mí ya lo soltaron, volviéndolo a sentar, pero noto que tiene la vena de la frente resaltada y mira a los hombres que aún me sostienen como si estuviera imaginándose como matarlos.

-Tengo unas preguntas que hacerle –dice el hombre frente a mí, haciendo que lo mire con odio.

-Primero que tus bestias me suelten –digo furiosa.

-Tengo que dejarle en claro que usted no está en posición de exigir, pero puedo acceder a eso si usted me asegura que no atacara a nadie en la sala –dice haciendo que mi enojo aumente.

Las bestias me sueltan y me tallo el brazo que tengo adolorido, volteo a ver nuevamente a Zeth, quien continúa mirando en mi dirección, y sin saber por qué le sonrió, sintiendo que eso lo tranquilizaría, las ventanas se vuelven a poner oscuras haciéndome ver mi propio reflejo.

-Hábleme de la tropa ALBIS –dice Wagner, pero puedo notar que verdaderamente no está interesado, como si esto solo fuera...

- ¿Qué quiere saber? –le pregunto para no decir de más, a como nos ordenó Timothee.

-Todo –responde haciendo que suelte un suspiro pesado.

-Hace seis meses decidí quedar al mando de la tropa ALBIS, durante ese tiempo los entrene, pulí sus habilidades y los lleve a misiones conmigo, haciendo que ganaran una medalla, durante ese tiempo también perdimos a dos soldados que murieron en una misión, después de eso ganaron una medalla y me dedique a entrenar con ellos –digo haciendo un resumen.

- ¿Cuál es su opinión acerca de la tropa? –me pregunta Wagner.

-No tengo una opinión definida, cada soldado se desempeñó de manera distinta, así que no puedo juzgar a toda la tropa de la misma manera –respondo encogiéndome de hombros.

- ¿Por qué la tropa alemana tomo el vuelo antes de lo ya predicho? –la pregunta no me toma por sorpresa, por lo que no dudo en contestar.

-Decidimos hacerlo por seguridad, ya que como es bien sabido las centrales han estado siendo atacadas, y no queríamos correr riesgos –digo con seguridad.

- ¿Quiénes estaban al tanto del cambio? –pregunta mientras anota algo en una libreta.

-El Ministro, el Coronel Murphy y los cuatro Comandantes de la central de Eugene –le contesto con sequedad.

-Entonces el Ministro estaba enterado ¿verdad? –repite mis palabras con cierta codicia que me hace palpitar de manera rápida el corazón.

-Sí –digo sin hacer ningún tipo de movimiento que delate mi nerviosismo.

-En unos minutos vendrá alguien a buscarla y podrá reunirse con su Coronel y General, que tenga buena noche –me dice mientras se levanta y sale apresuradamente por la puerta, con sus bestias siguiéndolo de cerca.

Loiret Spark se queda unos segundos más mientras guarda todo en su maletín y luego sale sin decirme nada, el quedarme nuevamente sola en esta habitación me lleva diez años atrás, cuando yo

-Sígame por favor –dice un soldado entrando salvándome de ese horrible recuerdo.

Salgo y el me dirige por los pasillos hasta que llegamos nuevamente a la nave en la que llegamos, Zeth y Timothee ya se encuentran arriba, por lo que me subo y siento, el avión no tarda en despegar y hacemos todo el camino de regreso a la central en silencio, las preguntas se atoran en mi pecho, pero la mirada cansada de Timothee me hace saber que no es el momento.

Cuando llegamos nos bajamos y Timothee se aleja como si estuviera huyendo, así que no hago signos de seguirlo, ya que eso solo lo estresaría más, camino a mi oficina, pero Logan me detiene hablando sobre el entrenamiento de hoy y otras cosas, pero mi mente solo sigue trayéndome recuerdos indeseados.

-Entonces, ¿Qué vamos a hacer mañana? –me pregunta tocándome el hombro trayéndome a la realidad.

- ¿Mañana? –repito con confusión.

-Sí, mañana

-Comandante, el Coronel la llama, la necesita en su oficina, es urgente –dice un soldado y se me hace corto el lapso de tiempo que tardo desde que llegamos.

No pierdo el tiempo y me encamino al elevador dejando la pregunta de Logan sin contestar, ya en la caja metálica, me recuesto en una de las paredes y siento que mi cuerpo me pide descanso, recordándome que llevo más de 30 horas sin dormir, las puertas se abren camino llegando al pasillo que me lleva a su oficina y el secretario solo me señala la puerta, así que entro sin tocar.

Timothee se encuentra con un vaso con wiski a un lado y por su cara sé que no es el primero que se toma desde que llegamos, mientras Zeth está sentado en uno de los sillones frente al escritorio con las mangas recogidas hasta los codos, tomo asiento en el sofá a su lado y cuando volteo a ver a Timothee puedo leer en sus labios:

Lo lamento

Frunzo el ceño confundida y tomo una respiración preparándome para lo que va a decir, el silencio que hace en la sala me asfixia, solo se escuchan nuestras respiraciones y el sonido que hace el vaso de wiski cuando Timothee lo empuja hasta que queda frente a mí.

-Carlos Moreno ha muerto y Agatha Clements desaparecida –la información me pone a transpirar en cuestión de segundo y siento mi cuerpo comenzar a temblar –yo estuve cuando murió Moreno.

- ¡¿POR QUÉ NO LO HABIAS DICHO?¡ -le grito poniéndome de pie, pero me siento desfallecer cayendo en la silla.

Me siento cansada, con miedo e insegura, después de ver lo que le hizo a mi madre no quiero volver a ver a Park, y el saber que hay probablemente dos menos en su lista me hace temblar y recordar sueños que muy seguro no podré cumplir.

- ¿Cómo murió? –pregunta Zeth pasándome el vaso de wiski.

-Yo lo mate –responde.