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Te odio

Ha pasado una semana desde que mi hermano me vio matar a mi madre, después de que me llevaron a la central estuve más de cuatro horas en sala de interrogación, declarándole todo lo sucedido al Consejo, después de eso Zeth me dio dos días de descanso, por lo que me fui a casa, pero al llegar mis maletas estaban afuera, con una nota que decía No te quiero cerca de Rox ni de mi hijo, así que lo mejor es que te vayas sus palabras fueron sencillas y directas, Nickolas nunca me había alejado de él, así que decidí darle su espacio y quedarme en las habitaciones de la central.

La misión de Persy fue un éxito, por lo que ya recuperamos parte de documentos y los demás se están rastreando con la lista de compradores que se le encontró a Martin, y de eso se está encargando Persy, ya que así lo pidió, con ayuda del equipo naranja, ya que mi hermano le ofreció su apoyo, Timothee aún no ha vuelto, el Coronel de la central en México se encuentra en un lugar seguro, por lo que Timothee viajo a Alemania, junto a los Coroneles de las demás centrales para tener juntas con el Consejo y hablar del tema

-Otra vez perdida en tu mundo –dice Adam entrando a mi oficina, mientras me entrega un café –me he enterado de que te has estado quedando aquí en tu habitación ¿Por qué?

Todos se enteraron de la muerte de mi madre, ya que mi hermano la saco cargada buscando a los de la ambulancia con falsas esperanzas, después de eso se le hizo un velorio, y el no dijo quien la mato, no me delato, pero me alejo, aun así, yo declare la verdad sobre la muerte y también informe sobre el niño, pidiendo explícitamente que el tema se trate con cautela, por lo que nadie de los que no estuvieron en la hora que declare lo saben.

-Necesito privacidad y Rox y mi hermano siempre están destilando amor por toda la casa y eso llega a ser molesto –digo aparentando que nada pasa.

-Bueno, como sabes hoy es viernes, y la semana pasada fue de locos, y esta semana fue muy estresada, así que los chicos y yo pensamos en ir por un trago en la noche, ¿quieres venir? –me pregunta tratando de sonar desinteresado.

-Sí –respondo y puedo ver que por un momento no me cree, pero luego sonríe con victoria al ser el único que he aceptado de los tres que me lo han pedido - ¿Quiénes van?

-Sam, Logan, Zeth, Adam y América –responde – Kaira, ¿Por qué a mí me dijiste que sí y a los demás no? –cuestiona curioso, pero con aires de superioridad.

-Porque el siguiente en preguntármelo iba a ser Logan, y como a él nunca le digo que no ustedes iban a decir que es porque es mi favorito

-Vez, si es tu favorito –dice acusatoriamente.

-Ya vete a trabajar –le respondo divertida.

-Bien, me voy –dice simulando molestia.

Se levanta y se marcha dejándome trabajar, hace dos días el Alcalde reconoció públicamente a la tropa ALBIS por la misión en la que recatamos a su esposa e hija, por lo que los Coroneles de las centrales que me mandaron a los soldados me enviaron cartas de agradecimiento y ahorita estoy redactando unas contestaciones, en las cuales les mando los avances que han tenido los equipos, y también le aviso a la central de Brasil la perdida de sus dos soldados y el castigo que le puse a Alex por la ocurrencia que tuvo y que tanto nos afectó.

El día se me pasa entre papeles y entrenamientos con las tropas, durante todo el entrenamiento Nickolas no hace ninguna de las bromas que antes acostumbraba y evita todo tipo de interacción conmigo, Rox no está enterada de nada, por lo que he visto como trata de hablarme, pero siempre la ignoro o digo que tengo algo que hacer.

-Ya son las 7 –me avisa América entrando a la oficina.

-Gracias, por favor entrégale esto a Zeth y después ya te puedes marchar –le digo entregándole la relación de avances de la tropa ALBIS.

Toma el papel y se marcha, apago la computadora, tomo mi celular y salgo de mi oficina, me despido de mi secretaria y me marcho a los dormitorios, el día fue agotador, pero justo me encuentro con Logan caminando pasos más delante de mí.

- ¡Logan! –le grito llamando su atención, se queda quieto y espera a que llegue a su lado.

-Kaira, pensé que te estarías arreglando –dice recordándome lo de esta noche.

-Cierto, necesito que el lunes te encargues del entrenamiento matutino de las tropas, yo tengo un compromiso –le pido.

- ¿Vas a ir al Antro? –pregunta ignorando lo que le pedí, pero sé que lo hará.

-Sí, solo que necesito que alguien me lleve, si voy a tomar no me voy a arriesgar a manejar –le digo.

-Vamos, yo te llevo a tu casa y después nos vamos juntos –dice –no puedo tomar, mañana desayunare con mis padres, así que te prometo estar totalmente sobrio.

-Bien, solo que necesito ir a los dormitorios por mi ropa, y me bañaría en tu casa –digo y el me observa confundido –me estoy tomando unos días fuera de casa, así que tengo mi ropa aquí –me justifico.

Y antes de que me pueda preguntar algo me marcho en dirección a los dormitorios, al llegar tomo una pequeña maleta y meto maquillaje, un vestido dorado con lentejuelas, unos zapatos y bolsa a juegos y mis aretes, salgo del dormitorio, cierro bien y corro al estacionamiento.

-Listo –le digo a Logan mientras me subo a su auto.

Llegamos a su casa y el me deja en una habitación para que me arregle, y una vez listos los dos partimos al antro, todo el camino es en silencio, cuando llegamos también van llegando Sam y América, por lo que ya entramos todos juntos, los chicos reservaron una sala privada, así que subimos al segundo piso, y solo esta Adam, quien se levanta cuando nos ve llegar.

-Pensé que nunca llegarían –dice dramáticamente – ¿vinieron todos juntos?

-No, yo traje a Samantha –responde América.

Y yo no doy explicaciones, solo me voy y tomo asiento en uno de los muebles, los demás se quedan hablando, mientras el mesero llega a mi puesto y ordeno una bebida, las chicas bajan a bailar dejando sus bolsas, Logan y Adam hablan de deportes, sonriendo e insultando a los equipos rivales.

Me estoy terminando la bebida cuando casi las escupo al ver entrar a mi gemelo, él se ve disgustado al verme, pero lo disimula saludando a los chicos e ignorándome completamente, para no incomodar más me levanto y bajo, las chicas están montando un espectáculo bailando pegadas, así que me uno a ellas.

-Pensé que envejecerías allá arriba –dice América mientras me comienza a bailar sensualmente.

-No me perdería la diversión –respondo comenzándome a mover.

La canción termina y comienza el remix de Bodak Yellow de Cardi B, y las chicas y yo la comenzamos a bailar y cantar tratando de decir las palabras en español sin importarnos sonar un poco mal, bailamos gozando la canción ganándonos miradas perversas a nuestros alrededores, y las miradas aumentan cuando América baja mientras acaricia el cuerpo de Samantha, ambas me miran y yo meneo las caderas dejándome llevar por la música

-No creo que sea correcto que una Comandante baile así –dice Zeth tomándome por detrás comenzando a moverse conmigo, pero dejando un espacio prudente.

La canción cambia a The take y dejo caer mi cabeza en el hombro de Zeth cantando la canción, la mano de Zeth que antes estaba en mi cadera pasa por mi abdomen pegándome más a su cuerpo, subo una mano a su cuello y escucho un ronroneo de su parte.

-En estos momentos no soy Comandante, solo soy una mujer deseosa por bailar –respondo y después sonrío mordiéndome el labio y empezando a jugar sucio cuando bajo lentamente dejando que mis manos recorran y aruñen su cuello y torso, para luego subir y continuar bailando, él se ríe y se acerca más a mí.

-Esos juegos conmigo no O'connor –me dice Zeth al oído.

-Bueno, entonces voy a arriba –respondo separándome de él como si nada hubiera pasado y subiendo sabiendo que él viene detrás de mí, por lo que muevo las careras más de lo normal, por simple diversión.

-Kaira, las chicas y tu quieren que peleemos con todo el local –me regaña Adam apenas estoy arriba.

-Tranquilo, solo bailábamos –respondo con fingida inocencia.

-Eso no era un simple baile, era la danza de diosas lujuriosas llamando a su siguiente presa

-Zeth hola –dice Logan haciéndome reír y Adam solo alza las manos fingiendo derrota, por un momento observo a mi hermano, quien a pesar de llevar menos tiempo que yo ya se ve más tomado.

- ¿Cuántas ha tomado? –le pregunto a Adam al oído.

-Varias, creo que tiene problemas con Rox –dice preocupado.

-Sí, con Rox –respondo sintiéndome mal, porque todo es por mi culpa.

Tomo asiento en el otro extremo del mueble y pido agua, mi plan de tomar se canceló, si mi hermano continúa así no podrá manejar a casa y me tendré que encargar de llevarlo, así sea por la fuerza.

- ¿Pasa algo? –me pregunta Zeth sentándose a mi lado.

-Siempre me haces la misma pregunta –me quejo –y no, no pasa nada.

-Te la hago porque no sé qué pasa por tu mente, te quedas completamente seria y con la mirada perdida no sé si quieres matar a alguien o tirarte de un acantilado –confiesa antes de tomarle a su bebida.

-Tal vez las dos –respondo cruzándome de brazos.

-Sí haces la primera espero que no sea a mí, y si es la segunda espero que sea solo de broma –me dice con seriedad.

No respondo nada, solo me dejo caer en el mueble, los chicos retoman su plática, pero esta vez Zeth se les une, y yo me dedico a tomar agua y cantar las canciones que suenan por los altavoces mientras vigilo que Nickolas no tome más de lo que puede aguantar.

Las chicas suben un rato después con una fina capa de sudor por todo lo que bailaron y se sientan a mi lado hablándome de los chicos que las invitaron a salir, que obviamente ellas desecharan por claras razones.

- ¿Entonces porque les dan esperanza? –les pregunto –cada vez que salimos mínimo tres chicos les dan sus números y ustedes los aceptan, no entiendo por qué.

-Terapia, nos sirve para saber que somos deseosas para el partido contrario, sin que ellos sepan que jugamos para el nuestro y somos del mismo equipo –responde Samantha y luego le da un beso a América para confirmar sus palabras.

-Son malas –les digo y ambas ríen.

Sam y América comenzaron a salir hace dos años, antes América tenía novio y Sam era su mejor amiga y cuando América y su ahora ex terminaron Sam estuvo ahí y bueno, paso lo que

-Hablemos-dice Nickolas tomándome del brazo y levantándome bruscamente.

-Está bien, pero suéltame que me lastimas –le digo en un susurro para no alertar a los demás.

Nickolas me suelta y sus dedos quedan marcados en mi brazo, paso a su lado, pero antes de continuar miro a Logan quien entiende que esté listo para partir, porque después de esto probablemente Nickolas se ponga de necio, bajamos y salimos del antro yendo al estacionamiento.

- ¿Por qué lo hiciste? –pregunta cuando llegamos a su auto.

- ¿En verdad importa? –le respondo recostándome en la puerta de su auto.

Puedo ver el dolor y la traición en sus ojos, la forma en que sus sentimientos son tan presentes en él siempre se la voy a envidiar, he fingido por tanto tiempo que ni siquiera yo misma puedo ver mi dolor a través de mis ojos.

Se queda en silencio sin responderme y las lágrimas se acumulan en sus ojos poniendo su nariz roja, aprieta los puños y niega con la cabeza en repetidas ocasiones.

-La mataste –dice entre dientes, pero su voz va cargada de furia.

-No –respondo tomando su brazo, pero él se aleja rápidamente balanceándose.

-Dime, la recuperamos después de 18 años y tú la matas, me la quitas, me arrebataste a mi madre –dice con las lágrimas rodando por sus mejillas.

-No, no lo hice –respondo aguantando la amargura en la boca que me dan las ganas de llorar.

-Sí lo hiciste, me quitaste la oportunidad de ver a madre con vida, lo vi todo, vi cómo le cortaste el cuello –su voz sale temblorosa, cargada de dolor –ella te amaba y tu solo la mataste como si no fuera nadie.

Trato de hablar, pero no sé qué decir, Nickolas está sufriendo porque mate a mi madre, pero yo estoy sufriendo porque se parte de lo que sufrió, porque la vi sumisa ante Park, porque tuvo un hijo con esa persona, porque durante todos estos años no supo de nosotros y quien sabe que cosas le metieron en la cabeza.

-Nuestra madre está mejor ahorita, eso te lo aseguro –digo con seguridad, repitiendo lo que me digo al espejo desde hace una semana.

- ¿¡Como lo sabes!? –me grita, se acerca a mí y me toma por ambos brazos ejerciendo fuerza - ¡la mataste! ¡me la quitaste!

-Nickolas, las cosas no fueron así –digo tratando de calmarlo.

Pero él no lo entiende, ejerce más fuerza sacándome un quejido, puedo ver como los chicos y las chicas salen del lugar y al vernos así corren a nosotros, pero yo con una mirada los detengo.

- ¡La mataste! –me sigue gritando, y la culpa y el dolor crecen en mi –eres una asesina, y deberías estar encerrada –sus palabras me duelen, y el odio con el que las dice me destroza.

-Entonces delátame, diles a todos –le digo y una lagrima sale por mi ojo al no poder contenerla más.

-No, con la culpa tienes más que suficiente, con el hecho de saber que no te quiero en mi vida ni en la de mi hijo –responde poniendo más fuerza.

-Eso no hará que ella regrese –respondo antes de pensar.

- ¿Por qué lo hiciste? –pregunta con furia.

-Porque quería que la recordaras como la mujer que alguna vez fue, aquella que te cantaba nanas de pequeño, no como lo que yo encontré, mi madre murió aquella tarde hace 18 años por un disparo, la mujer que encontré en esa casa no era nuestra madre, ni siquiera un espejismo de lo que un día fue, no era nada –digo soltándole todo lo que retenía –yo no la mate, lo hizo Park el día que el día que mato a papá y la alejo de nosotros.

-Te odio –dice mientras me suelta el brazo con brusquedad.

-Ódiame, pero no me arrepiento, no me arrepiento de dejarte el recuerdo de Nathaly O'connor y no el de la mujer de esa casa –una cachetada me lleva al piso.

La mirada aterrada de mi hermano en su mano me apachurra el corazón, escucho los gritos, pero no los distingo, mi mente no asimila lo que paso, Zeth llega hasta mi mientras Logan y Adam apartan a mi hermano, Zeth me limpia la sangre que me escurre de los labios, pero no reacciono, la mirada de mi hermano me busca, pero no la correspondo.

-Sácame de aquí –le pido a Zeth.

-Claro –responde mientras sus ojos cargados de furia viajan a mi hermano.

Zeth me toma de la cintura y me levanta, me quedo quieta mientras es se aleja metiéndose nuevamente al bar a buscar mi bolsa, observo como Logan y Adam hablan con Nickolas, mientras Samantha y América observan todo sin creer lo que paso, siendo honesta yo tampoco lo creo.

-Vamos –dice Zeth llegando a mi lado y tomándome del brazo dirigiéndome a su auto.

Caminamos en silencio, la mejilla me arde, siento que la cabeza me da vueltas, Zeth me sube a su auto y me pone el cinturón, luego él se sube y arranca sin esperar alguna indicación, paso mi mano por la mejilla que está caliente y luego por los labios y al alejarla veo mis dedos manchados de sangre, la mano me tiembla y siento que el aire me falta, por lo que le tomo el brazo a Zeth.

Se estaciona a un lado de la carretera y se baja de auto dando la vuelta llegando a mi lado, desabotona mi cinturón y me abraza, no me pide hablar, solo me abraza entendiendo lo que necesito, lo abrazo con fuerza y al sentirme segura las lágrimas no aguantan más y lloro, lloro por la pérdida de mi madre, por el desprecio que siente mi hermano hacia mí y por mí, porque todos me juzgan o se comparan conmigo, pero no saben lo que he sufrido y aguantado para llegar a donde estoy.

La palabra que me digo mi hermano me queman en lo más profundo de mi ser, su te odio me dejo en la oscuridad, sus miradas de desprecio y su indiferencia me hacen saber que jamás me perdonara, y yo no puedo vivir con eso, él es lo único que me queda, y me tendré que conformar con verlo de lejos.

- ¿Te llevo a casa? –me pregunta Zeth.

-No quiero estar sola –le respondo separándome de él.

-Bien, yo me encargo –dice y se levanta, antes de regresar a su asiento me da un beso en la frente y me vuelve a colocar el cinturón.

-Es cierto lo que Nickolas dijo –hablo mientras el conduce –yo lo hice, yo la mate, pero

-No necesito explicaciones, no hables si no quieres, no soy el General, solo soy un amigo que te apoya en un momento difícil –me dice callándome y haciendo que mi dolor disminuya.

-Gracias –le digo –gracias por estar aquí.

-Yo estaré siempre que tú me lo permitas –dice dándome una mirada rápida.

Y por primera vez me siento estúpida por detestarlo simplemente por tener las mismas ganas de crecer que yo, ya que siendo honestos él jamás peleo o me trato mal, fuera de las bromas que me hacía siempre fue un caballero, yo fui la que siempre se portó mal con él, y a pesar de todo el ahorita me está apoyando sin reprocharme nada.

Paramos en un semáforo y lo observo, sus ojos que nunca he podido descifrar me inspeccionan y me limpia con el pulgar una lagrima que caía por mi mejilla y después me sonríe, la luz cambia y regresa su mirada al frente, arranca y yo recuesto la cabeza en el asiento, tratando de calmar el dolor de cabeza y los pensamientos que me embargan.

Me lleva a su casa, cuando llegamos me lleva a la que creo su habitación y me acuesta en su cama, después me quita los zapatos y se acuesta conmigo toda la noche abrazándome, dejándome llorar con la cara enterrada en su pecho, sin importarle que mi maquillaje manche su ropa, se queda conmigo conociendo una parte de mí que solo le entregue a Benedic y así en sus brazos mientras él me dice palabras confortantes me quedo dormida.

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