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Némesis

-Hola, hablo con ¿Mike? –pregunto y al otro lado de la línea se escucha silencio.

- ¿Quién lo busca? –responde una mujer.

-Némesis –respondo dando mi sobrenombre.

-Némesis, cariño, eres tú –dice la mujer, quien no reconozco su voz –soy White.

-Hola –digo reconociendo a mi antigua amiga –ahorita te lo paso.

-Gracias –digo.

La música empieza a sonar cuando me ponen en pausa, camino de un lado a otro en el parque, la música para y solo se escucha una respiración al otro lado de la línea.

- ¿Diosa? –pregunta la voz conocida de Mike.

- ¿Con quién más esperabas hablar Mike? –digo con confianza.

-Por dios, hace años que no hablamos –dice con alegría - ¿Qué puedo hacer por ti?

Su pregunta me deja en silencio pensando si es realmente lo que quiero, está mal, pero es lo que necesito, desde que Persy me llevo por primera vez a fights to the death se convirtió en mi escapatoria, en la forma de sacar el odio en personas que no son nada ni significan nada, aparte debido a las peleas me empecé a meter en las drogar, una vez nos hicieron un examen de sangre y yo salí con drogas en mi sistema y eso hizo que casi me expulsan de la milicia a 4 meses de mi graduación, pero mi tío intercedió por mí, y esa es la razón por la que no tolero a Persy, y que me engaño.

-Volví de mi retiro –la seguridad en mi voz me causa cierto temor.

-La diosa de la venganza y el equilibrio está de vuelta –dice como si me estuviera presentando ante el público.

-Necesito un teléfono y

-Todo te lo mandare la próxima semana a tu casa –me informa.

-Bien, este número

-Lo eliminare y no dejare rastro, hablamos luego Némesis.

La llamada se corta y me repito que es lo correcto, termino de trotar y me subo a mí la moto dirigiéndome a la central; hace una semana fue lo del bar y desde entonces Nickolas y sus tropas han estado de tiempo completo con Persy, mientras mis tropas están sin misión, así que hemos tenido una semana tranquila, ayer fue la cita del sexto mes del bebé de Rox, por obvias razones no asistí, pero Rox me informo de que todo está bien y no hay nada de qué preocuparse, pero la amenaza de Park sigue dando vueltas en mi cabeza.

-Comandante, el General James la llama a su oficina –me informa un cadete cuando nos topamos en los pasillos de la central.

-Gracias –le digo y el me hace el saludo de despedida y se marcha.

Camino hasta la oficina de Zeth y al llegar Persy está saliendo, el que no me hable o me haga alguna broma me deja nerviosa, así que entro sin tocar y cuando Zeth me ve solo me indica que tome asiento y su mirada como de costumbre no me dice si lo que me tiene que decir es bueno o malo.

-Comandante O'connor –es malo –una de tus tropas va a estar bajo el mando del Comandante Smith por algún tiempo, ya que el Comandante necesita apoyo en la misión de Martin Hall.

-Okey –respondo ya imaginándome de quien se trata.

Zeth me da información sobre Park, pero nada es concreto, y el resto del día lo termino haciendo revisiones en los exámenes médicos de cada uno de los soldados bajo mi mando, al caer la noche me voy a mi habitación, estos días he pensado en rentar un apartamento y he buscado y por fin encontré uno que me gusto y mañana lo voy a ir a ver.

El día comienza con entrenamiento con las tropas, después el desayuno y continuando con las pruebas físicas que se hacen cada dos meses para vigilar que los soldados estén en forma, me quedo en la inspección de las primeras 3 pruebas, pero luego me voy a cambiar, ya Zeth tiene que ir a la ciudad a entregar unos documentos a la oficina del Alcalde y lo voy a acompañar ya que yo también necesito ir para ver el apartamento.

-Te tomaste muy tranquila la noticia que te di ayer –me dice Zeth una vez que salimos de la central.

-En estos momentos tengo a la tropa ALBIS, así que perder al equipo naranja no me afecta y si en algún momento los necesito es cuestión de dar una orden –respondo sin darle importancia.

- ¿Por qué no le has dicho la verdad? –pregunta y me lanza una mirada rápida.

-Él y yo vivimos juntos por 26 años, me ha conocido siempre, y en ningún momento me dio la oportunidad de la duda, solo me juzgo, creo que al final no me conoce tan bien –me sincero.

- ¿Qué fue lo que paso en ese lugar? –pregunta, él estuvo en la declaración, pero sabe que siempre hay cosas que nos guardamos.

Le cuento lo que paso y el escucha en silencio, el hablar me desahoga, después llegamos a la Alcaldía y yo le pido su auto me voy a ver el apartamento, que es todo lo que buscaba, una habitación, cocina y sala espaciosas, un baño competo y medio baño y ventanas amplias, firmo el contrato y regreso por Zeth.

El miércoles llega y con ello más trabajo, la tropa STAR estuvo en el caso de un traficante de personas y lo logro detener, ahora están reconociendo a las personas y tratando de buscar a sus familiares y ya que mis tropas y yo estamos libres le pedí autorización a Zeth y cuando él me la concedió me apunté a ayudar.

Llegamos a refugio en donde se encuentran y soldados se mueven de un lado a otro con mantas, comidas, almohadas, colchones, entre otras cosas que personas están donando o que el gobierno se encarga de distribuir.

-Comandante, mi tropa y yo estamos a sus servicios –le digo a Matthew.

-Gracias, divide a tus tropas en tres equipos y encárguense de repartir comida, mantas y anotar los datos de las personas, los que están en la sala Este aún no se ha documentado y los de la sala Sur ya son los que están reconocidos por sus familiares, los de la sala Norte y Oeste están a la espera de una respuesta, después de documentarlos mándalos a la Este u Oeste

El día, tarde y parte de la noche se nos va haciendo eso, pero logramos terminar con todos, dejo a algunos soldados de la tropa ALBIS y COLOR'S ayudando a vigilar de noche y me regreso a la central, a dormir unas horas.

El jueves no es menos pesado que los días anteriores, desde las seis de la mañana partimos al refugio y nos encargamos de repartir desayunos, cuidar a los enfermos, y tratar de encontrar las familias de estas personas, el verlos de cierta manera me recuerda a Nathaly, me hace pensar en lo que tuvo que pasar y sufrir a lado de Park.

El viernes le doy descanso a mis tropas y yo solo me quedo a revisar unos documentos y me pongo a empacar mis maletas, pague dinero extra para que el apartamento me lo entregaran el día de hoy, así que ya no pienso dormir una noche más en la central.

Termino de guardar todo lo que necesitaré, solo dejo ciertas en la habitación, bajo con todas las maletas y le pido ayuda a un soldado que me ayude con un par mientras yo llevo el otro, llegamos al estacionamiento y lo que veo me deja extrañada.

- ¿Hola? –digo mientras me acerco a Rox.

Todo pasa muy rápido, las lágrimas en la cara de Rox y el dolor en mi mejilla, trato de hablar, pero ella me empuja y me comienza a golpear mientras llora.

-No puedo creer lo que hiciste –dice entre golpes.

El soldado me observa extrañado y yo le indico que se marche, duda al ver que me dejo golpear, pero le insisto y se va.

- ¿De que estas hablando? –le pregunto deteniendo sus golpes tratando de no lastimarla a ella o el bebé.

-Tu hermano no me había dicho nada, pero ayer me lo confeso, ¡dime que no es cierto! Si me lo dices te lo creeré, pero hazlo, vamos ¡dilo! –me grita.

Su cara está llena de lágrimas, sorbe por la nariz y su respiración está muy agitada, quiero decirle la verdad, pero no puedo, el decírselo a ella sería que mi hermano se entere y prefiero que ambos me odien a que mi hermano sufra al saber lo que le paso a nuestra madre y el no poder salvarla.

Me quedo en silencio y la mirada de cambia de tristeza a confusión y luego a enojo, y como me lo imagine me estampa la palma de la mano en la mejilla por segunda vez haciéndome probar el sabor metálico cuando me muerdo el interior de la mejilla.

-No te vuelvas a acercar a mí, y espero que sepas que tampoco te quiero cerca de mi bebé –me dice y luego se marcha.

Pude notar la duda en su voz al decírmelo y el dolor también, pero no puedo cambiarlo, solo intento poner a Nickolas y a ellos a salvo, por eso prefiero guardármelo para mí.

Subo las maletas al auto y le mando mensaje a Logan con la dirección del departamento y dejo las llaves en el cristal, camino hacia el estacionamiento designado para las motos y me subo a la mía, tomo mi celular y trato de calmarme, pero me es imposible, por lo que llamo al número de Mike.

-La necesito ya –digo cuando contestan.

-En Portland a las nueve, tengo a cinco gatas –contesta hablando en clave.

-Mándame la ubicación –pido mientras me subo a mi moto.

-Un auto te esperara en las afueras de Eugene, lo reconocerás cuando lo veas –responden y cortan, saben que las llamadas no pueden tardar más 30 segundos.

Reviso el reloj y tengo tres horas y media, enciendo el motor y salgo de la central conduciendo a la casa que compre junto con mi hermano, al llegar dudo en entrar, ya que han pasado dos semanas que he estado fuera, tomo mis llaves y entro, Nickolas se asoma desde la cocina y al verme intenta decir algo, pero lo ignoro subiendo a mi habitación, al entrar le pongo pestillo y busco mi ropa.

Me pongo un pants y me vendo los pechos para después ponerme un top para hacer ejercicios, arriba de todo mi pongo una chaqueta grande mis tenis, salgo de la habitación y me marcho sin decir ni una palabra.

Llego al lugar que me indico y como dijo mi antiguo Jeep morado esta estacionado, manejo hasta en donde se encuentra y le enciendo las luces al conductor para que sepa que soy yo la persona a la que espera, el conductor al verme arranca y pasa por delante de mí.

El tráfico es nulo, por lo que vamos a alta velocidad, el viento me alza la chamarra y los árboles se ven apenas como una mancha por la velocidad a la que voy, el Jeep acelera hasta alcanzarme, por lo que bajo la velocidad cuando entramos a la ciudad, manejamos hasta llegar a las zonas menos pobladas y conocidas de Portland, dejando la belleza de la ciudad para llegar a las calles que dan miedo de transitarlas.

Llegamos al final de una oscura y desolada calle, el Jeep se estaciona fuera de un edificio que parece abandonado, Mike siempre usa lugares lujosos y en buen estado, pero hace un par de meses el FBI hizo una redada en una de las peleas y ha decidido mantener un perfil bajo.

-Bueno, vamos –me digo a mi misma mientras bajo de la moto.

Me subo la capucha y sigo al hombre del auto entrando y bajando por las escaleras hasta el último nivel del edificio, al llevar a una puerta vigilad por dos sujetos el conductor les dice algo y estos me dejan pasar, pero antes me revisan que no traiga armas, cámaras o celulares, ya que no se pueden utilizar cualquier tipo de aparato para grabar la pelea o a los luchadores.

-He, sin tanto manoseo –le digo al hombre que me revisa y este se aleja al verificar que no traigo nada.

Entro y el ruido me descoloca, hay más gente de la que me esperaba, y el lugar está limpio y en relativamente buenas condiciones, camino hasta una pequeña habitación que antes era un cuarto para guardar cosas de limpieza, me siento en el banco y al poco rato llega el viejo Mike.

-Diosa –dice con euforia al verme y abre los brazos esperando un abrazo –vamos, sabes que quieres dármelo.

Me levanto y lo abrazo, Mike es un hombre de negocios al que le gusta divertirse haciendo peleas ilegales, físicamente es atractivo, el estar en el ambiente de peleas lo ha mantenido en forma y su mayor atractivo es su porte y elegancia, su verdadero nombre es Daniell Montier, pero usa el seudónimo de Mike para no tener problemas, ya que un empresario reconocido como el no debería de estar metido en estos líos.

-Nunca vas a tus propias peleas –digo cuando nos separamos.

-Es una pelea especial –responde –no todos los días Némesis vuelve a casa.

-Eso es cierto –concuerdo - ¿Quiénes son los retadores?

-La prometida de un mafioso nada peligroso, dos ex luchadores mexicanos, un hombre que se quiso arriesgar y uno de los hombres de Park –lo último lo dice con diversión, ya que él conoce mi odio hacia Park.

- ¿Esta aquí? –pregunto.

-Sí, pero conoces las reglas –dice –me tengo que ir, comenzara en 5 minutos.

*No se puede atacar a nadie que no forme parte de la pelea.

- ¿Por qué permitiste que Park 1entrara? - pregunto molesta.

-Sabía que sería una buena bienvenida –responde y me guiña un ojo.

Sale de la pequeña habitación y me deja sola, hago algunos calentamientos y cuando el micrófono suena salgo, el ruido es demasiado, hombres y mujeres de todas clases gritan esperando por el aclamado espectáculo, los que son apostadores mayores, que normalmente son los que traen a los peleadores se encuentran en un área apartada, la cual tiene buena visibilidad, pero si para algún altercado ellos salen ilesos ya que se encuentran lejos de las demás personas.

-Damas y caballeros –dice Mike y White está a su lado –hoy tenemos algo que tienen la suerte de presenciar, la antigua Diosa Némesis regreso del retiro de 7 años a volver a poner su nombre en alto.

Los gritos de los aficionados resuenan por todo el lugar, los otros cinco luchadores ya me están esperando en el círculo, me adentro al lugar y mi mirada viaja inmediatamente a Park, quien mira todo maravillado al verme ahí, para las peleas no usamos máscaras, ya que tenemos la seguridad de no ser gravados, todo a mi alrededor desaparece y en lo único que me concentro es en el hombre causante de la muerte de mi madre, la campana suena y regreso a la realidad.

-Seis empiezan, pero solo uno vencerá –dice Mike antes de alejarse y tomar asiento junto a White en un lugar seguro.

Los luchadores se observan entre sí, pero por lo que deduzco me tocara primero pelear contra la mujer y luego contra los dos hombres que le ganen a su contrincante.

Tal y como me lo imagine, los cuatro hombres se ponen a luchar entre sí, y la mujer me mira con prepotencia, la dejo lanzar el primer golpe, que me intenta dar a la cara, pero con la misma fuerza que me mando el impacto yo la tomo del brazo y la llevo contra el piso, haciendo que caiga por su propio golpe y una vez ahí le doblo el cuello acabando con ella sin perder energías, ya que yo vine por los grandes, no por gatitos que se creen leones.

La sala estalla en gritos cuando dejo a la mujer en el suelo, me giro y el hombre que supongo era el principiante también ya está en el suelo sin vida, está lleno de sangre y con partes del cuerpo fracturadas, por lo que su cuerpo me dice fue una batalla violenta, su verdugo me mira y lo analizo rápidamente definiendo que clase de luchador es.

En estas batallas todo lo que es cuerpo a cuerpo se vale, lo único que está prohibido son objetos, ya que los espectadores y apostadores quieren luchas reales, en la cual solo sobrevive el más fuerte, o, el más astuto.

La otra lucha acaba y los dos vencedores me miran como la presa débil, sonrío a mis adentros recordando que desde los 5 empecé con entrenamiento militar, después de la muerte de mis padres a los 8 ingresé a la academia de Alemania y estuve 2 años entrenando en china, a los 16 empecé con las batallas en fights to the death y en 4 años y medio logre ser la diosa de las peleas, ganándome el nombre de Némesis y después de eso todo lo que he tenido que luchar hasta ahora me hace una excelente y digna rival de admirar.

Ambos se abalanzan a mi queriendo acabar juntos conmigo, pero giro sobre mi propio eje clavándole un golpe en la nariz a uno, mientras que al otro rápidamente le estrello la palma de la mano en la cara haciendo que se balance para atrás, el primero me lleva al suelo ganándome un golpe que no me esperaba, me doy la vuelta quedando bocarriba y el que me tiro me intenta dar un pisotón, pero le entierro una patada en los testículos haciéndolo retorcerse del dolor, y eso me da tiempo de medio pararme, ya que él segundo me toma de los pelos alzándome.

Encuentro la mirada de Park, que me hace saber que es su hombre el que me tiene, así por lo que empujo mi cuerpo para atrás y al hacerlo ejerzo fuerza en mis codos enterrándolo en ambas costillas del hombre, quien me suelta por el dolor, pero no baja la guardia.

-No te da vergüenza que una mujer te golpee –digo con asco alimentando su furia.

El hombre al que le patee las bolas me intenta atacar, pero el segundo le rompe el cuello evitándolo, ya que por lo que puedo ver en sus ojos logre mi cometido, haciendo que solo quedemos los dos en una batalla justa.

-Ninguna mujer es mejor que yo –responde y escupe al suelo sangre.

-Te tendré que bajar los humos –lo reto.

Me lanza un golpe a la cara, pero lo esquivo sin percatarme del golpe al abdomen que me lanzo, recibo el impacto que me lleva para atrás, me reincorporo rápido, pero un segundo golpe me manda al suelo, y por fin me comienzo a sentir libre, llega mi turno de atacar y le doy golpes en el abdomen que no le causan tanto daño, y él me lanza uno que me alcanza a dar a un costado, le doy una fuerte patada en la rodilla que le hace tronar el hueso cuando la pierna se le dobla y cae al suelo, le doy golpes en la cabeza desorientándolo y manchándome de su sangre y la mía que brota de mi ceja y labios, camino dándome la vuelta y quedando detrás de él.

- ¿Quieres saber porque Némesis? –le pregunto al oído.

No responde, solo se intenta parar, pero el dolor que sé que es agonizante no se lo permite, el orgullo no le permite que me dé una respuesta, pero aun así hablo en voz alta, con el orgullo y ego elevados.

- ¡Si este hombre se rinde su muerte será rápida y sin dolor, pero si decide quedase en silencio romperé cada uno de sus huesos haciendo su agonía larga! –digo y todos estallan en gritos al escucharme, pero solo me fijo en Park que observa todo sin expresión alguna.

- ¡Muerte!

- ¡Muerte!

- ¡Muerte!

Es lo que aclama el público, pero mis reglas son sagradas, observo al sujeto esperando que hable, pero no lo hace, por lo que le doy un incentivo.

Camino al frente nuevamente y tomo su brazo, el intenta golpearme, pero antes de que lo haga alzo mi pierna y hago una palanca en donde doblo su brazo rápidamente partiéndolo en dos haciendo que grite y lágrimas le salgan de los ojos, es un ataque que no me llena de sangre, pero que les infringe un gran dolor.

-Hare eso con cada uno de tus huesos si no te rindes –le digo solo para los dos.

No me responde, así que me cambio al segundo brazo, lo alzo con seguridad y el público vuelve a estallar gritando mi nombre, alzo la pierna y

- ¡Me rindo, me rindo! –grita alterado al ver que lo que digo lo cumplo.

Todos aplauden al escuchar eso y luego hay un silencio sepulcral, suelto el brazo del hombre y camino, lo único que se escuchan son mis pasos y mi agitada respiración, me coloco atrás de él y con un hábil movimiento hago que su cuello truene y el caiga al suelo sin vida, todos gritan y aplauden, elogiándome.

-Némesis está de vuelta –digo en voz fuerte y firme en dirección a Park, quien no demuestra nada en su expresión –y no se irá hasta no hacer pagar a todo aquellos que le causaron daño.

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