General (parte 2)
...
Creí que Timothee nos daría descanso, pero que ilusa fui, desde las 8 de la mañana tuve juntas, firmas de contratos, revisiones de armas, entrenamientos y municiones, y aparte revise unos detalles de una misión, la cual posiblemente sea la encargada de ejecutarla, por lo que apenas tuve tiempo para comer.
-Podemos hablar –dice Rox entrando a mi oficina.
-Sí –digo mientras anexo los últimos detalles de otra misión que tengo programada para unos días - ¿Qué pasa?
Rox toma asiento frente a mí y noto incomodidad en su mirada, se remueve en el asiento confirmándome que lo que me dirá muy probablemente me ponga de mal humor, pero trato de pensar positivamente.
-Quiero que pierdas –suelta de golpe.
- ¿Perdón? –digo atónita.
-No quiero que boxees –dice sin burla.
–No lo entiendo, no hablas enserio ¿verdad?
-Hablo muy enserio, no deberías hacerlo –dice totalmente segura –sé que te mereces el puesto, pero no creo que sea el momento para que lo ocupes, aparte Zeth también ha hecho una gran labor en la central y sería un buen General.
-A ti ni siquiera te cae bien Zeth –respondo fastidiada.
-No es cuestión de quién me cae bien y quién no, si no de lo que es mejor para la central, y ahorita la central necesita a Zeth –mientras dice eso no noto más que seguridad en sus palabras –sabes que yo te apoyo, pero te lo repito, aun no es tu momento.
- ¡No!, voy a luchar por el puesto y lo voy a ganar, no tienes el derecho de decirme que puedo o no hacer, me he esforzado y he entregado todo por esta central, me lo he ganado, así que por favor no me pidas eso –digo, y ella me observa sin saber qué decir porque sabe que tengo razón.
-Solo, no ganes –dice y sus palabras me hieren más de lo que ella piensa.
Reviso la hora y noto que me queda solo media hora para que la pelea comience, por lo que me levanto y salgo de la oficina dejando a Rox en ella, me dirijo a la sala de entrenamientos y al entrar se escuchan varias voces, hay sillas acomodadas alrededor del cuadrilátero y bastantes soldados ya están aquí, pero por lo que puedo ver solo son los 30 bajo mi cargo y los 30 de Zeth, veo a Benedic y mi entrenador en una esquina, por lo que me acerco a ellos.
-Toma, cámbiate –me dice Maurice, mi entrenador, entregándome un short y sport deportivos.
Sin contestar tomo la ropa y me voy a los vestidores, me cambio lo más rápido que puedo y regreso al cuadrilátero, Benedic y Maurice hablan sobre deportes, por lo que no notan mi llegada, me agarro el cabello en un chongo apretado para evitar que se me deshaga y me coloco las vendas, mientras observo como todos se quedan en silencio cuando entra Timothee, me las termino de colocar y hago unos movimientos para checar que no me queden apretadas.
-Sé que vas a ganar –dice Benedic llegando a mi lado.
- ¿Tío o ministro? –pregunto con diversión.
-Como ministro te digo, eres una de las mejores Comandantes que tenemos, sin importar que central sea, y como tío estoy muy orgulloso de ti y de lo que has logrado, y sé que aun tienes mucho que ofrecerle a la milicia –sus palabras remueven sentimientos que he tratado de olvidar cuando me imagino a mi padre decirme eso.
Me encamino a mi esquina mientras Benedic me coloca y amarra los guantes, volteo a la otra esquina del cuadrilátero, me subo a la lona quedándome en mi esquina mientras espero indicaciones, veo como Nickolas se acerca al oído de Zeth y le dice algo, lo que me fastidia, porque por muy hermano mío que sea, él sabía que tan importante para mí es el caso Park, y aun así decidió tomarlo, y eso no se lo perdonare.
-Soldados, el día de hoy se llevará a cabo la pelea en la cual los Comandantes O'connor y James lucharan por el puesto de General –dice Timothee parado en el centro de la lona –para ganar solo uno deberá de quedar en pie, al que haga un movimiento sucio inmediatamente se le descalificara y perderá el derecho al puesto ¿entendieron?
-Sí mi Coronel –respondemos Zeth y yo a unísono.
- ¡Luchadores al centro! La pelea no tendrá asaltos, cada luchador puede pedir tiempo libre, y la disputa acabará cuando uno caiga o se rinda –grita Timothee.
Me coloco los protectores dentales y después Zeth y yo nos acercamos, Timothee nos pide que nos peguemos más, Zeth y yo chocamos guantes y Timothee hace la señal que marca el inicio de la pelea, e inmediatamente después suena la campana, anunciando que al final de esto uno de los dos será nombrado General de la Central de las Fuerzas Militares Casos Especiales de Estados Unidos Americanos.
Nos empezamos a mover en círculos y coloco mis manos en posición, trato de mantener mis piernas duras para que cuando me dé un golpe no caiga al piso, soy consciente de que no me puedo igualar en fuerzas con Zeth, pero el boxeo es más un deporte de destreza mental que de fuerza, así que por ese lado mis probabilidades de ganar aumentan.
Yo doy inicio a la pelea lanzando un golpe cruzado que Zeth no alcanza a esquivar, así que mi guante se estampa contra su mejilla izquierda haciendo un sonido seco para que después se escuche la algarabía de los soldados que nos observan, regreso mis manos a la posición neutral, no me alcanzo a mover mucho porque Zeth me tira un golpe, puñalada que me lleva para atrás y me deja sin aire, me sostengo de las cuerdas para no caer, al luchar por un puesto mayor no importa si eres hombre o mujer, importa tu capacidad mental, fuerza y astucia, por lo que en esta pelea ambos debemos lanzar con toda la fuerza que tenemos, para así poder ganar.
Mi recompostura la tengo que hacer en cuestión de segundos, porque el siguiente golpe de Zeth no tarda en llegar, logro esquivarlo mientras le lanzo un golpe a las costillas, me muevo al centro de la lona y espero a que Zeth venga por mí, se acerca y en su mirada puedo ver cómo me analiza, para buscar mis puntos débiles, y para que sepa cuando voy atacar, por lo que me comienzo a mover en círculos, y cuando menos se lo espera le doy una combinación de Jab-Cross-izquierda-uppercut-Cross, el golpe logra desestabilizarlo, y logro hacer que pida un tiempo extra, que también me beneficia.
-Vas muy bien, solo que no bajes la guardia –dice Maurice cuando estoy sentada en el banco de mi esquina.
-Tengo sed –le digo con la respiración agitada, me entrega el agua y dirijo mi vista al reloj que marca nuestro tiempo en pelea.
-Sí, apenas 4:32 minutos, tienes que hacerlo moverse y distraerlo, dale golpes en las costillas, ya está débil de esas partes, así que eso lo debilitará –dice Maurice.
Antes de que le pueda contestar la campana vuelve a sonar y me tengo que parar, todo el esfuerzo que he hecho en el día me hace efecto, por lo que una vez en pie me tengo que sostener por unos segundos para no caerme, ya en el centro ambos empezamos a lanzar golpes directos y cruzados mientras nos movemos por toda la lona, algunos los alcanzamos a evitar y otros nos impactan con fuerza, le lanzo un gancho y es ahí cuando mi espalda toca las cuerdas, caigo en cuenta de que me acorraló dejándome en una de las esquinas, y sin escapatoria lo único que me queda es protegerme la cara, siento como varios golpes caen en mis costillas y abdomen.
En un descuido de él le lanzo un corchet y salgo de la esquina tomando la ventaja y lanzándole golpes, le tiro uno a la costilla que ya le había lastimado anteriormente, logrando que una de sus rodillas toque el suelo, me alejo de él y tomo aire, pero al hacerlo las costillas me duelen y me tengo que sostener sobre mis propias piernas, cuando noto que Zeth se acerca me recompongo, pero no logro protegerme cuando lanza un Jab, que me deja desorientada, los oídos se me ensordecen y veo borroso, así que pido tiempo, una vez suena la campana Zeth se me acerca y, yo se lo permito solo porque no creo poderme mantenerme de pie por mí misma, me ayuda a llegar hasta mi esquina y me deja sentada en el banco.
- ¿Qué tienes? –pregunta Maurice con preocupación.
-Nada, solo necesito agua –digo para calmarlo.
Apenas escucho, y siento que la cabeza me palpita, inconscientemente busco con la mirada a mi hermano, su rostro está lleno de preocupación y a su lado Rox se muestra serena, como si supiera que todo va a estar bien, la campana vuelve a sonar, y al pararme el abdomen me arde por dentro, al mirar a Zeth puedo ver cómo le sangra la ceja, tiene partido el labio y algunos hematomas se le empiezan a hacer presentes en el cuerpo.
- ¡Vamos Comandante O'connor!
- ¡Vamos Comandante James!
Son algunos de los gritos que se escuchan por la sala, me acerco al centro dando pequeños saltitos y siento que el cuerpo me pide parar con cada movimiento que hago.
- ¡Vamos pequeña Murphy! –escucho que grita Benedic, esa era la forma en la que mi madre me llamaba, por lo que no puedo evitar verlo antes de regresar a la pelea, él me sonríe desde su lugar y yo... simplemente no sé qué hacer
Zeth y yo nos movemos en círculos, lanzo el primer golpe, pero lo logra esquivar, los soldados gritan nuestros apellidos en signo de apoyo, Zeth me lanza un cruzado, pero lo logro anticipar y lo evado, no creo que sea el momento para recordar las palabras de Rox me desestabiliza, por lo que no puedo anticipar el golpe de Zeth y solo siento el dolor cuando su guante choca contra mi abdomen, le doy un golpe en el pecho y otro en la cabeza que lo hacen retroceder, dándome tiempo para alejarme y tomar aire.
Las palabras siguen taladrando mi mente, aún no es tú momento, Zeth se acerca a mí y tomo mi decisión, observo a mi hermano y entiendo lo que voy a hacer, por lo que me da una leve inclinación de cabeza, le lanzo un golpe a la cabeza a Zeth que logra esquivar fácilmente, pero no se percata cuando mi otra mano se dirige hacia su costilla hasta que ésta se estampa en el hueso, pero al no ejercerle tanta fuerza en el golpe no se desequilibra y rápidamente me lanza un golpazo también a la cabeza, al momento que dejo mi cuerpo liviano hace que caiga al suelo, dándole final a la pelea.
La campana suena y Maurice entra a la lona para auxiliarme, pero para cuando lo hace ya estoy en los brazos de Zeth, me quiero mover, pero el dolor y la vergüenza no me lo permiten, la sala quedó en un silencio sepulcral cuando caí y, ahora solo se escucha a Maurice pidiendo a un doctor, Logan también sube a la lona, y sin quitarme de los brazos de Zeth me revisa los signos y la dilatación en mis ojos.
-Todo está bien, es solo el desgaste físico –dice Logan y siento como el tenzo ambiente se relaja.
Los parpados me comienzan a pesar, pero se abren de golpe al escuchar un golpe seco detrás de mí y sin girar la cabeza ya sé que paso.
...
Abro los ojos poco a poco y siento la incomodidad y dolor en el cuerpo que me recuerdan todo lo que hice, dejo que mi vista se adapte a la luz y empiezo a mover mis dedos, el sonido de dos monitores me hace girar la cabeza y veo que Zeth está en la cama contigua a la mía.
- ¿Cómo estás? –dice Timothee entrando a la habitación.
-Perfectamente –digo con sarcasmo –quise tomarme unas vacaciones en la enfermería, y pues ya vez, es muy cómoda, te la recomiendo.
-Vamos, no fue para tanto –dice restándole importancia.
- ¿Cuánto tiempo llevo aquí? –pregunto ignorando su comentario.
-Toda la noche, logan dice que fue cansancio, de todas maneras, pedí exámenes para Zeth y para ti, nada de qué preocuparse, solo algunos golpes –su ropa de civil me recuerda que hoy es su día de descanso.
- ¿Benedic? –pregunto con curiosidad.
-Se va mañana –dice, y luego cambia su mirada y su postura, de la de Coronel a la de mi primo –oye, necesito un favor.
- ¿Cuál?
-Le quiero hacer una fiesta de despedida a papá, me puedes ayudar con eso –dice y luego sonríe con inocencia.
-Sí, solo...
-Solo dame un beso -murmura Zeth, Timothee y yo no nos aguantamos las risas - ¿Qué pasa? –dice despertándose de golpe al escuchar nuestras carcajadas.
Las risas no nos dejan hablar, Zeth parece confundido, y Timothee y yo somos pura risa, el reírme me duele, pero vale la pena, Zeth frunce el ceño, Timothee se calma antes que yo, y yo utilizo todo mi autocontrol para hacerlo, todos nos quedamos en silencio un rato hasta que Timothee se acerca a la cama de Zeth.
-Felicidades... General –dice tendiéndole la mano, que Zeth acepta gustosamente.
El escuchar decirle esas palabras a otra persona me revuelve los intestinos, pero Rox tiene razón, aun no es mi momento, de todas maneras, al final yo luchare por quedar al mando.
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