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Arresto

El primer mes del nacimiento de los gemelos: Louis y Carter llega, cuando Rox y Nickolas me dijeron el nombre de sus hijos no pare de llorar por más de una hora, aunque para mi mala suerte el día en que me los revelaron Zeth acababa de partir para Alemania, así que no pude refugiarme en sus brazos y lo extrañe más cuando más tarde ese día me dijeron que tenían planes de casarse en tres meses, de los cuales, solo quedan dos.

-Bebé listo –digo dándoselo a Nickolas, quien lo toma y lo pone en la cuna y me pasa el segundo.

Comienzo a cambiarle la ropita que uso de pijama y después le cambio el pañal sucio por uno limpio, mientras le coloco su ropita limpia Louis estornuda, haciéndome sonreír con ternura, Nickolas sale a buscar a Rox, que se estaba bañando para avisarle que ya es hora de alimentar a los bebés.

Mi relación con mi gemelo no es la misma, creo que existe un vacío entre los dos que posiblemente llenaremos cuando hablemos, pero ninguno de los dos está listo para hacerlo y por el momento nos hemos conformado con nuestra cercanía y eso es mucho mejor a que me siga odiando.

-Segundo bebé listo –digo dejándolo en la cuna a lado de su hermano quien me mira con curiosidad, o bueno, eso creo yo –hola pequeño Carter.

El timbre de la casa suena y escucho como abren y comienzan a hablar en la planta baja, toma al pequeño Carter y comienzo a mecerlo en mis brazos, la pequeñez y fragilidad de los bebés me sigue impresionando, pero me impresiona aún más la manera en que nos tienen a sus pies con hacer un solo sonido.

-Kaira –dice Nickolas, haciendo que me voltee y me encuentre con el rostro afligido de mi tía –tenemos que hablar.

Rox entra al cuarto en una bata de baño y mequita a mi sobrino, obligándome a seguir a Nickolas y a Monic al estudio que hay en la primera planta de la casa, entramos y cierro la puerta a mi espalda, la habitación se queda en esos silencios que te hacen saber que todo está mal y pronto sabrás algo que te dejara en shock.

-Bien, ¿Qué pasa? –pregunto cansada del silencio.

-Timothee mato a Carlos Moreno y el consejo ya está enterado, o bueno, sospechan de eso, toda nuestra familia está en investigación, tu tío está siendo interrogado mientras su puesto está en riesgo y Timothee está prófugo –dice Monic sin pelos en la lengua.

Respiro, cansada de todo esto, tratando de recordar en que momento todo se empezó a caer, mi hermano y mi tía me observa esperando una respuesta, pero no la tengo, no es mi lucha, ni mi problema, ya tengo suficientes con los míos, así que no me pienso poner a luchar las guerras ajenas.

-Lo mejor para la familia es que se entregue –digo con honestidad.

- ¿Cómo puedes decir eso? –me regaña Nickolas.

-Esa es la verdad, la quieras aceptar o no, no podemos ponernos más en riesgo, acabas de tener dos hijos, tu esposa se está recuperando y mi cabeza ya está pedida por Park, así que lo siento, pero no pienso aumentar más la lista –digo poniéndome de píe y saliendo dando un portazo.

Reviso la hora en mi reloj y ya es hora de que me vaya al comando, por lo que subo, me despido de los bebés, le doy de comer a princesa la perra de Zeth, la cual tengo desde que él se fue, ya que fui por ella y me la traje sin avisarle a su dueño, tomo mis cosas y me marcho en mi moto, que por cierto ya dejé de esconder de Nickolas.

Las calles están extrañamente vacías, le doy más velocidad a la moto, pero soy obligada a desacelerar de golpe cuando una camioneta sale de la nada y se atraviesa en mi camino y otra se me pone por detrás, al hacer el brusco movimiento la moto cae de lado, aplastándome la pierna cuando me lleva al suelo, tomo las dos armas que tengo en la moto y apunto cada una a las camionetas, pero cuatro hombres bajan de ellas dejándome en desventaja, al no poder moverme.

Ninguno de los hombres avanza, solo me apuntan amenazantes, no soy imbécil, sé que si llego a comenzar una balacera seré la única perjudicada, así que solo mantengo mis armas alzadas, mientras trato de sacar la pierna que tengo atorada debajo de la moto, ya que en la posición que estoy es algo incomoda.

Uno de los hombres que está frente a mí al parecer escucha unas indicaciones y busca algo en la cajuela de la camioneta y luego aparece con una maleta, mientras se acerca a mí le quito el seguro a mi arma, pero a él parece no importarle, ya que solo deja la maleta a lado de mi moto y se regresa a donde estaba.

-El señor Park se lo manda, dice que nadie se puede atribuir esa muerte más que él y que él siempre va un paso adelante –dice el mismo hombre que dejo la maleta frente a mí.

Después de decir eso todos se suben a las camionetas y se marchan, suelto las armas y con ambas manos alzo la moto y saco mi pierna, la muevo y al parecer no me duele nada, me levanto con cuidado saco mi celular, pero me quedo en cero cuando pienso a quien marcarle, ya que el encargado de esto sería Timothee, pero ya que no puede, así que le marco a mi secretaria, quien no tarda en contestar.

-Buenos días Comandante –me dice.

-Buenos días, oye, localízame por favor a alguien del Consejo, tengo por entendido que se encuentran en la ciudad, diles que es urgente y guiándote de mí ubicación manda un a la tropa de Allison –digo y escucho como anota todo.

-Comandante, alguien está esperando por usted –informa, pero no recuerdo tener ninguna cita.

-No creo llegar por al menos dos horas, así que prográmale una cita y

-No creo que sea necesario, ya va para el lugar en donde se encuentra, la tropa que pidió también va para allá –me interrumpe.

-Bien –digo y cuelgo.

En lo que espero me pongo a revisar la moto, pero no sufrió ningún daño, ni siquiera tiene algún rayón, los minutos pasan y nadie llega, y me arrepiento de venir en la moto y no en un coche, ya que en el segundo podría estar en el clima. Aproximadamente 20 minutos después comienzo a escuchar motores de autos y segundos después las camionetas de la FMCE, se estacionan y comienzan a bajar mis soldados, pero mi mirada se detiene en el hombre que baja junto con Allison.

-Comandante –dice Zeth llegando a mi lado.

-General –digo guardando apariencias y las ganas de lanzarme a sus brazos.

-Comandante, a sus órdenes –dice Allison, haciendo que la voltee a ver.

-Hace unos minutos unos hombres que por lo que dijeron parece trabajan para Park me detuvieron y dejaron eso, no quise abrirlo, ya que necesito autorización, así que necesitaba que lo llevaran a la central, pero ya que el General se encuentra aquí puede decidir qué hacer –digo pasando mi mirada por Zeth y Allison.

Zeth parece pensarlo y asiente, dejándome la vía libre para abrir la maleta, los soldados hacen un perímetro, después de colocarme los guantes me pongo en cuclillas y Allison y Zeth se ponen a mis espaldas para ver lo que esconde la maleta.

No sé porque me encuentro tan nerviosa, así que solo abro todo rápidamente, el hedor me hace pararme rápidamente cuando golpea mi nariz y la imagen me hace voltear la mirada, trato de contener las arcadas de vómito, pero no soy capaz y termino yendo a un lado de la calle, en donde hay pasto a devolver todo mi desayuno, trato de controlarme, pero el vómito me sigue ganando, es como si el aroma se hubiera impregnado en mi piel.

- ¿Te encuentras bien? –pregunta Zeth llegando a mi lado con una servilleta y una botella de agua, los cuales me entrega.

-Sí, es solo que el olor es asqueroso –digo escupiendo el agua que utilizo para limpiar mi boca.

-Hay que llamar a Timothee –dice Zeth sanado su celular de su bolsillo.

-Suerte con ello –suelto con ironía.

Zeth no me presta atención y llama, y como si fuera poco el destino me vuelve a demostrar que la suerte no está de mi lado, ya que escucho como Zeth comienza a hablar con nuestro Coronel, me alejo del lugar llegando con Allison, quien observa el cuerpo o lo que hay de él, el cual muy probablemente sea Carlos Moreno.

Lo que yace en la maleta es solo la parte del dorso y cabeza del cuerpo, la impotencia de perder a un compañero más es cada vez más grande, a pesar de que no era muy allegada a Carlos lo conocí por mi padre y después por mi tío, cuando los acompañábamos a las fiestas anuales para los altos mandos de todas las centrales, soy consciente de que todos corremos riesgo en este trabajo, pero una perdida nunca deja de afectar.

-Comandante, el equipo de criminalística viene en camino –me informa Allison.

-Me voy a la central, mándame cualquier información que obtengas, quiero que estés al pendiente de todo –ordeno y camino hacia mi moto.

Me subo a la moto y la enciendo, pero antes de que me pueda mover otras camionetas del comando llegan, los soldados se bajan con rapidez y llegan a donde se encuentra Zeth y comienzan a hablar con él, lo único que agradezco es que sea jueves y que los viernes no trabaje.

Me marcho llegando a la central en menos de 25 minutos, hago mi chequeo, en donde se encuentran tres soldados sentados frente a mi asistente que anota algunas cosas, los saludo con la cabeza y me meto a mi oficina, ya que deje algunas cosas pendientes del día anterior.

Me mantengo trabajando en todas las pistas que tenemos de Agatha, las cuales son casi nulas, busco en lo más mínimo, pero no hayo nada, hace un mes Agatha Clements desapareció en su propia casa, no hay nada en el video de seguridad, ni tampoco los vecinos escucharon algo, por obvias razones sabemos que las cámaras fueron manipuladas, pero lo que no logramos comprender es como nadie escucho nada, Agatha es de las mujeres que dan lucha, así que no creo que

Mi celular privado suena a la entrada de un mensaje y cuando lo abro es de Mike, informándome que hoy hay pelea, hace más de un mes y medio que no hay peleas, por lo que acepto sin pensar, la puerta de mi oficina suena, por lo que guardo el celular.

-Adelante –digo mientras continúo viendo los planos y datos que tenemos.

-Comandante, el General James mando a estos soldados para que usted eligiera quien quiere que se quede con usted –dice mi secretaria y hace pasar a los soldados que hace un rato se encontraban con ella.

Me pongo de pie para recibir a los soldados que entran un tanto nerviosos por lo que puedo notar, camino hasta quedar frente al escritorio, los tres soldados saludan respetando mi cargo.

-Hola, soy la Comandante Kaira O'connor –digo presentándome, estirando mi mano para estrecharla con cada uno de ellos.

-Sebastián Harrington, Capitán de la central de Londres de la FMCE –dice presentándose tomando mi mano.

-Irlanda ¿verdad? –pregunto y el asiente.

-Marina Díaz, Capitana de la Fuerzas Militares Estadunidenses, un placer –dice la hermosa mujer frente a mí.

-Mucho gusto, tu acento me suena extraño –respondo dándole la mano.

-Soy colombiana –responde aclarando mis dudas.

-Chang Ming, Capitán de la central de Corea de la FMCE–dice el último.

-He escuchado mucho de ti –digo y le guiño un ojo, noto un leve sonrojo en su rosto, pero se vuelve a poner firme tratando de disimularlo.

Me alejo de ellos y los tres soldados me ven expectantes esperando alguna orden, pero siendo honesta no sé qué hacer con ellos, tomo volteo a ver a mis soldados desde la ventana y noto que siguen en entrenamiento.

-Necesito un café –digo usando la misma técnica que uso el pasado Coronel conmigo cuando me apunte para ingresar a sus tropas.

Los soldados me observan, pero ninguno se mueve, hasta que Sebastián se separa de sus compañeros para ir a buscar lo que pedí.

-Su compañero queda fuera de mis tropas –informo - ¿saben por qué? -ninguno de los dos responde, solo se mantienen estáticos y algo confundidos por lo que dije.

Me quedo en silencio esperando respuestas, pero no se atreven a hablar, por lo que camino hasta llegar a mi asiento y después les indico que pueden sentarse en las sillas frente a mí, cosa que hacen inmediatamente.

-Ninguno de ustedes es un asistente, o un lacayo, para que vayan a buscarme el café, si trabajan conmigo como Capitanes tienen el mismo respeto que merezco yo, por lo tanto, se deben de comportar a la altura o no me sirven, no me interesa que me sean de lo que me dicen que me veo bonita todos los días, necesito que sean eficientes y si me ven cometer un error me contradigan, ya que ese es su labor –explico y ellos asienten.

-Comandante, el café que pidió –dice Sebastián regresando con un vaso en la mano.

-Muchas gracias por venir conmigo, pero sé que te ira mejor con el Comandante Matthew, te deseo suerte, y espero que podamos trabajar en alguna misión juntos –digo y el entiende el error que cometió, por lo que deja el café en la mesa, hace el saludo formal y se marcha.

- ¿Cómo decidirá con cuál de los dos se quedará? –me pregunta Marina Díaz.

-Me quedare con los dos –respondo –ser primera Comandante tiene algunos beneficios.

No saben que decir, ya que solo se voltean a ver con gran alivio, no soy mala Comandante, es solo que me gusta que las cosas se hagan bien, para eso necesito un buen equipo y más cuando no quiero que alguien muera.

-Marina, me dijiste que estas en las fuerzas militares, pero no en la FMCE ¿por qué? –la curiosidad me gana, así que pregunto para no quedarme con la duda.

-No logre entrar a la FMCE hace 4 años cuando me postule, el año siguiente surgió un problema, el cual me retraso un año más y después de eso no quise volver a intentarlo hasta ahora –me responde con sinceridad.

-Me da gusto que estés aquí –le digo y ella me da una sonrisa de labios cerrados –y tú, Chang Ming, eres una celebridad en tu país, y en varios más, estaba enterada que habías comenzado tu entrenamiento para suplir a tu Comandante –le digo interesada.

-Sí, es así, pero me llego la oportunidad de trabajar en la central en donde usted es Comandante, y por la admiración que le tengo tome la decisión de trabajar junto con usted por el próximo año –responde, y puedo notar la emoción en su voz.

-Me alegra por ti, y espero que

-El Coronel apareció –dice Liz, mi secretaria, interrumpiéndome –se encuentra en su oficina, y los del concejo vienen para acá.

Me levanto y salgo corriendo, un soldado va saliendo del elevador, por lo que no pierdo tiempo ingresando y poniéndolo a la planta en donde está la oficina de mi primo, cuando las puertas del elevador se vuelven a abrir corro a la oficina y entro sin tocar.

-Timothee –digo llamando la atención de mi primo, y lanzándome a sus brazos.

-Estoy bien –dice para tranquilizarme.

El que no quiera más problemas no quiere decir que no me preocupe todo esto, Timothee me apoyo desde el momento que llegue a la central y fue mi compañero los primeros años, mientras estuve sin Nickolas, él estuvo conmigo en todo momento, e hizo su rol como hermano mayor cuidándome.

-El Consejo cancelo la orden de aprensión contra mí, ya que se supo que el verdadero culpable es Park –dice y lo miro extrañada –micrófonos escondidos –gesticula con la boca.

-No sé qué decir –lo vuelvo a abrazar sintiéndome más aliviada.

-Park está de regreso –dice helándome la piel, la simple mención de ese nombre me causa una sensación de dolor y miedo que es difícil de explicar.

-Lo sé, comenzare a preparar a mis tropas –respondo separándome de él y yendo a tomar asiento.

-No puedes seguir esta guerra –dice preocupado –acabará matándote.

Sus palabras hacen peso en mí, ya que es lo más seguro, Park lo único que quiere es mí caída y hace mucho deje de comprender la razón, y por primera vez algo dentro de mí me pide que me detenga, que huya y me esconda, que baje la cabeza, no sé si es la reconciliación con mi hermano o lo que está ocurriendo con Zeth, pero es un sentimiento que no he podido sacar de mi mente y corazón.

-No hemos vuelto a hablar de la acusación que hiciste, el hablar de una traición dentro de la central es algo muy serio –digo cambiando el tema.

-Aún lo pienso –responde rascándose la barbilla –las cosas están muy raras y cada que pienso en las misiones fallidas siento que todo, cuadra.

- ¿Tienes sospechosos? –pregunto a lo que él solo asiente.

-Tienes que irte, lo mejor es que no te metas en problemas –me contesta sin responder mi duda.

Me levanto y salgo de la oficina sin decir nada más, el hecho que no respondiera mi pregunta me desconcierta, pero también tengo claro que no podemos encerrar a alguien por una suposición, las puertas del ascensor se abren cuando me voy acercando y de él salen algunos soldados que pertenecen a la central de Alemania, pero lo que me pone nerviosa es cuando veo a Lucas Wanger.

-Señorita O'connor –dice llegando a mi lado.

-Señor Wanger –respondo pasándole, por un lado, evitando la posible platica que pudo haber habido.

Reviso la hora en mi reloj y me marca las 5 de la tarde, por lo que todavía me quedan 3 horas más en la central, pero decidido marcharme, así que camino a mi oficina, le digo a mi secretaria que me mande los antecedentes de los soldados que trabajaran conmigo, después tomo mis cosas y me marcho de la central, mientras el guardia de seguridad revisa mi credencial saco mi celular y le marco a Allison, recibo la credencial mientras los tonos de llamada suenan por los altavoces que tiene el casco.

-Comandante –me contesta después de unos cuantos tonos.

-Dime todo lo que sabes –pido arrancando la moto.

-El cuerpo si pertenece a Carlos Moreno –me confirma.

Cuelgo la llamada y detengo la moto para tranquilizarme, el maldito juego que se trae Park con el puto orden para las muertes ya me tiene cansada, es como si fuera un gato casando a ratones, y ya no sé si pueda seguir con esto. Me mantengo manejando por unas horas haciendo tiempo y se me ocurre ir por una hamburguesa, pero la termino vomitando, ya que mi estómago sigue revuelto por lo del hedor del cuerpo de Carlos.

La hora de la pelea se acerca, por lo que manejo a la dirección que me mando, la cual es la misma de la primera pelea que fui, dejo mi moto a un costado del lugar y entro al edifico, bajo al sótano, pero al llegar no veo gorilas, por lo que saco mi arma, entro a la sala de la pelea y no veo a nadie, todo está apagado, las luces se prenden de repente mostrándome a Persy en la misma posición que yo, se ve confundido y también tiene su arma entre las manos.

- ¿Qué está pasando? –me dice, pero no nos da tiempo de responder cuando escuchamos las sirenas de las patrullas.

-Lo siento –dice Mike llegando a nosotros, con dos hombres, quienes tiran el cuerpo de Agatha Clements con dos disparos, uno en el pecho y otro en el centro de la cabeza.

Vuelvo mi vista a Mike, pero este ya se regresó por donde vino, dejándonos encerrados, con solo una salida, volteo a ver a Agatha y parece que es reciente, ya que su cuerpo aún saca sangre, los nervios me ganan, corro y pateo la puerta por la que se fue Mike, pero está completamente cerrada.

No me pueden atrapar, no hay forma de explicar esto, no puedo tener más problemas, Persy me observa el cuerpo de Agatha aturdido, ambos sabemos de lo que nos pueden culpar y lo que nos puede costar esto.

-Dispárame –le pido en medio de la desesperación.

-No –responde pasándose la mano por la cara, intento llegar a él

-Arriba las manos y de rodillas –dicen y se escucha como les quitan el seguro a varias armas, las lágrimas se me acumulan en los ojos y me siento derrotada, por lo que hago lo que ordenan.

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