Summary: Louis está lejos. Él es un idiota. ¿Qué es nuevo?

Louis suspiró cuando Liam aparcó el auto delante de la estación de trenes.

De todas las personas que podrían haberlo llevado ahí, si hace un tiempo le hubieses dicho a Louis que Liam sería una de ellas, se habría reído en tu cara. Pero todo el camino, vinieron hablando y sonriendo, teniendo una conversación buena y educada y Louis estaba contento con la manera en la que las cosas habían terminado.

"Aquí es, entonces," dijo en voz baja, mirando hacia afuera.

Aunque era verano, el sol apenas estaba ahí, siendo muy tímido entre las primeras horas.

"Siento que no haya venido, Lou," Liam expresó y puso su mano en su hombro.

"Nah, está bien, necesitaba dormir," dijo con indiferencia, a pesar de que dudaba que Harry estuviera durmiendo en lo absoluto.

"Esto— mira—" el abogado cambió su posición, desabrochando el cinturón de seguridad y ahora estaba enfrentándolo. "Lo confundiste mucho, ¿sabes? Esperó durante tanto tiempo, Louis. Y ustedes, chicos—bueno. Follaron en tu última noche. Creo que simplemente no quería decir adiós," Liam no parecía tenerle miedo a la reacción de Louis.

Desde que empezaron hablar de nuevo, Liam todavía estaba medio asustado de que en cualquier momento, Louis y/o Zayn simplemente le dirían que se fuera a la mierda porque no lo habían perdonado por completo, así que Louis había notado que siempre se contenía un poco cuando las discusiones del grupo se volvían un poco fuertes.

La única vez que Liam no se contenía era cuando estaba defendiendo a Harry. Eso tenía que contar para algo, y se había convertido rápidamente en una de sus cosas favoritas de la nueva versión de uno de sus viejos amigos; en realidad luchaba por las personas que amaba. Louis podía apreciarlo, y era la única razón por la que se dignó a responder.

"O, tenía mucho sueño esta mañana; quiero decir, es domingo," trató y bromeó. Liam no se rió. "Mira, lo sé, ¿bien? Estaba tratando con mi propia mierda a mi ritmo," Louis explicó. "Y me gusta Harry, Liam. Mucho, mucho, te lo prometo. No diré que lo de anoche no debería haber sucedido, porque Dios sabe que no me arrepiento de ello. Pero sí— sí, el tiempo apesta. Apesta. Está bien que no haya venido," terminó débilmente.

"Estoy seguro de que le habría gustado estar aquí."

"Ya nos despedimos, está bien," se encogió de hombros. "En serio, Li," Louis sonrió un poco, claramente tratando de convencerlo a él y a sí mismo. "Gracias por traerme, no tenías que hacerlo."

"Por supuesto, hombre," Liam sonrió.

"Sophia y tú pueden ir a visitarnos, ¿bien?"

"Lo haremos," respondió, sonriendo cada vez más ampliamente. "Me alegro de que estemos bien."

"Yo también, compañero. Yo también," sonrió y se trasladó a abrazar a Liam.

La cosa era: Louis dejaba mucho atrás. Mucho más de lo que pensó que lo haría cuando la idea de cambiar de trabajo (y tal vez, de ciudad) vino a su mente al principio del año. Pero si tenía que mirar el lado positivo de todo esto —de irse— podía ver que se iba, dejando atrás cosas buenas.

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Harry no sintió una gran diferencia en su vida las dos primeras semanas después de que Louis se fuera, y fue gracias a Ed y su brillante idea de pagar los gastos de Harry para que fuera con él de gira, durante dos semanas, en USA.

Tan pronto cuando aterrizaron en California, Harry hizo su primera parada en Rodeo Drive y gastó más dinero de lo que realmente podía— pero sólo porque al ser amigo de uno de los cantantes favoritos de su tiempo, le hacía ganar un montón de descuentos. A decir verdad, gracias a Ed, obtuvo algunas cosas gratuitamente. (Siempre y cuando lo fotografiaran usando esa ropa alrededor de Ed, podría tener un montón de cosas, la vendedora le había dicho).

Después de eso, estuvieron de fiesta en fiesta tres noches seguidas y Harry disfrutó muchos días en la playa solo o con algunos de los amigos norteamericanos de Ed, ya que su amigo tenía trabajo real que hacer durante esos días, como entrevistas para promocionar la gira y pruebas de sonido y otras cosas. Acompañarlo a hacer esas cosas había sido parte de la primera gira a la que lo había acompañado. Harry había aprendido ahora a no hacerlo.

No es que Louis y él no estuvieran hablando— hablaban. Hablaban todos los días. Algunos días se llamaban, o hacían skype y días como hoy, cuando ambos estaba muy ocupados, se mandaban mensajes o snapchats con cosas estúpidas a lo largo del día. Harry odiaba Snapchat, sobre todo porque no era una persona de selfies, pero Louis lo había estado molestando durante un tiempo respecto a eso, y ahora que estaba realmente lejos, Harry lo había aceptado.

Pero hoy, Harry iba a volver a Inglaterra. Iba a aterrizar en Manchester e iría a su departamento y le diría a Louis estoy en casa, pero por primera vez desde que se conocían, Louis no respondería ven o voy en camino, porque Louis ya no vivía ahí.

La cosa acerca de conocer a Louis Tomlinson era que nunca dejabas de encontrártelo, Harry se dio cuenta, después de tres días de su llegada. No importaba lo mucho que tratara de mantener "distancia virtual" y seguir con su vida de la misma manera en la que lo había hecho antes de conocerlo, sólo no ocurría de esa manera. Y, en realidad, había estado ocurriendo durante mucho tiempo, incluso antes de que Louis se mudara.

En los últimos meses, cada vez que Harry trató de salir con sus compañeros de universidad, tenía la voz de Louis en su cabeza, quejándose de ciertas marcas de cerveza; y cuando estaba en casa de Liam las noches que Sophia lo dejaba para una noche de chicas con sus amigas, se encontraba a sí mismo pensando en lo mucho mejor que Louis era en el FIFA, que uno de sus mejores amigos.

En el día de su graduación, Harry se dio cuenta de lo poco sano que era eso.

Louis lo llamó en la mañana para disculparse por centésima vez por no estar ahí, (quería estarlo, pero finalmente empezaría la escuela el lunes y sólo estaba terminando de planificar las lecciones y cosas que los maestros hacían antes de comenzar el semestre) y Harry lo había extrañado más en esos quince minutos de conversación que en las tres semanas en las que no se habían visto. Eso tenía que parar.

"¿Estás listo, compañero?" Niall le preguntó justo cuando estaba a punto de terminar de arreglar su cabello.

"Supongo que lo estoy," Harry suspiró teatralmente en frente del espejo, pretendiendo que no estaba feliz con la manera en la que se veía, pero sabiendo que se veía bien. (Bueno, más que bien)

"Vamos, entonces," su amigo dijo y agarró las llaves del auto.

Niall Horan se había ofrecido a ser el conductor designado esta noche, lo que significaba que no bebería nada con alcohol en la fiesta después de la ceremonia, sólo para que Harry pudiera divertirse. Harry lo amaba hasta la muerte.

"¿Sabes quién viene esta noche?" Le preguntó, cuando estaban en el auto.

"Mamá, Robin Gems... creo que papá también. ¿Por qué?"

"Y Lucca." Niall alzó una ceja.

"Lucca."

"Sí," resopló. "Me encontré con él el otro día y le dije que te íbamos a dar una fiesta por tu graduación, parecía bastante interesado en asistir así que— sí. Está soltero, por cierto," Niall sonrió y siguió conduciendo hacia la universidad de Harry.

Lucca fue el último crush de universidad de Harry.

Cuando Harry estaba en segundo semestre, Lucca era un estudiante de intercambio y pasó un semestre tomando algunas clases con él, mejorando su inglés y estando fuera de casa en el campus. Era precioso, bronceado y rubio y tenía novio, lo que hizo que Harry estuviera extremadamente triste en aquel entonces.

Sólo estaba un poco molesto porque Lucca estaba de vuelta en Inglaterra y no le había dicho, pero también estaba alegre por poder verlo esta noche. Una vez alguien le había dicho que para superar a alguien, tenía que estar con otra persona, así que tal vez eso era todo.

"Es bueno saberlo," Harry respondió demasiado tarde y Niall se rió aún más fuerte. Esta noche iba a ser divertida.

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"¡Harry Edward Styles!" Su hermana lo recibió tan pronto cuando los encontró en el campus después de la ceremonia.

Había sido agradable y todo eso, pero no era del todo cómo Harry imaginó que se sentiría cuando entró ahí. Cuando sus compañeros lloraron de alegría porque finalmente podrían ser los profesionales con los que habían estado soñando hace años, Harry se sintió un poco perdido, como si no encajara ahí nunca más y se limitó a sonreír para poder pasar a través de ese momento, inhalando y exhalando, el ritmo de sus respiraciones con la música suave tocando en el fondo. Estaba bien. Todo iba a estar bien.

"¡Hey, Gems!" Sonrió genuinamente esta vez, tomándola en sus brazos y girando alrededor.

No había visto a Gemma desde hacía un tiempo y estaba contento de tenerla ahí. Gemma siempre lo ponía de buen humor, no importaba la situación.

"Hola, mamá," Harry abrazó a su madre, que era un desastre llorón, abrazando a Robin después.

"Te ves bien, H," Robin comenzó. "Estar desempleado te sienta bien," bromeó acariciando su espalda y todos rieron.

"Me alegro que pienses así," Harry se rió entre dientes.

"Me gustaría decir que la única razón por la que está desempleado, es porque no quiere trabajar para mí," Niall aportó.

"Todos lo sabemos, Niall," Liam rodó los ojos y todo el mundo comenzó hacer su camino a sus autos, que los llevarían a un restaurante.

Harry iba a cenar con su familia y amigos más cercanos, y después de eso, tanto Anne como Robin volverían al departamento y Harry saldría con todos los demás a un club— al parecer, Niall y Liam le habían reservado el lugar vip.

Y— Niall tenía razón, le había ofrecido, de nuevo, un trabajo a Harry. Uno que ni siquiera se sentiría como trabajo, porque le gustaba escribir, realmente le gustaba. Ahora era el momento en el que estaba empezando a realmente pensar en ello; serían horas locas y sabía que no sólo era diversión, porque una vez que convirtiera su hobby en trabajo, estaba destinado a molestarlo con el tiempo, pero todavía era mil veces mejor que lo que había estado haciendo en la compañía del padre de Liam.

Mientras salían del restaurante, Harry se prometió a sí mismo que retomaría el tema el lunes, después de que superara la resaca que iba a tener mañana después de la fiesta de esta noche.

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"¿Louis, quieres salir?" Zayn preguntó tan pronto cuando entró en la sala un sábado por la noche. Había pasado un mes desde que había empezado a enseñar y Louis estaba agotado la mayor parte del tiempo, incluyendo los fines de semana.

"No, hermano, estoy bien aquí," respondió con su cuenco de palomitas de maíz, frente a la televisión. Estaba viendo su cuarta película del día.

Zayn y él habían comprado un sofá nuevo para el departamento de Londres. Louis estaba enamorado de él.

"Creo que deberíamos salir— bueno, creo que tú deberías salir," Zayn señaló.

Zayn había estado tratando de hacerlo dejar la casa por un tiempo ahora, pero, además de estar cansado, Louis realmente no se sentía como él mismo. Había conocido a algunos profesores realmente geniales en la escuela, pero eran sólo eso, compañeros de trabajo. No había simpatizado con ninguno de ellos. Los amigos de Zayn en Londres eran geniales y Louis los conocía a la mayoría, pero, aun así, Louis simplemente prefería quedarse.

"Creo que deberías dejar de estar deprimido," su amigo dijo de nuevo y se sentó a su lado. "Hemos estado aquí un poco más de un mes, Lou, las cosas van muy bien en la escuela, amas este lugar, incluso te las arreglaste para ser amigos de nuestros vecinos en una semana— ¿sabes lo difícil que es eso en Londres?" Sonrió, un poco triste. "Y todavía estás deprimido."

"No estoy deprimido."

"Sí, lo estás," Zayn se rió entre dientes. "Está bien que lo extrañes, hombre. Pero, vamos."

"No es por él." Louis se excusó.

Y no lo era. No estaba deprimido por Harry, sólo lo extrañaba y pensaba que era completamente normal debido a la manera en la que dejaron las cosas.

"¿Te dijo que estaba saliendo con alguien?" Zayn preguntó.

"Sí," respondió, haciendo lo posible por no gruñir. "Estoy feliz por él."

"No, no lo estás," su amigo resopló. Louis no iba a rebatirle eso.

"Dice que no es nada serio... lo conocía de antes, sin embargo," Louis dijo. "Y le gusta mucho y no sé qué pensar."

"Eso está bien."

"Sí."

"Le gustas mucho también, supongo," Zayn dijo luego. "Y no lo has perdido, si eso es lo que piensas... es probable que sólo se haya cansado de esperar a que dejaras de ser un idiota."

"Gracias, Z," resopló y rodó los ojos.

"Bueno, ¿qué quieres que diga?" Su amigo preguntó. Louis no sabía si Zayn quería ayudarlo o pelear, pero de todas maneras, no respondió. "Llámalo, dile que lo extrañas y que prefieres quedarte en casa cada maldito fin de semana, deprimido, que decirle que estás enamorado de él y quieres tener hijos con él..." dijo levantándose y tirándole el teléfono a Louis. "Estaré en la casa de James, perdiendo el tiempo."

Louis odiaba querer hacer exactamente lo que Zayn le había dicho. Pero lo que odiaba aún más, es que tuvo que mudarse para darse cuenta de cuánta razón tenía. Odiaba tener que estar a horas separado de él para notar que podía estar abrazando a Harry en este mismo momento si no hubiera sido un completo idiota estos últimos meses.

Estaba buscando en su mente y no podía recordar un momento en su vida en el que fuera más feliz. Por supuesto que había tenido buenas aventuras y grandes momentos con los chicos con los que salía brevemente, pero el hecho de que podía reír tanto, que su estómago dolía y sentía su corazón acelerándose como si acabara de correr una maratón cada vez que estaba con Harry sin hacer nada siquiera, sólo estando en su presencia, debería haber sido una indicación de que Louis no lo superaría.

Eso lo hacía estar completamente fuera de su elemento. Eso le hizo apretar inicio a la película y seguir ignorando sus sentimientos y sólo ver televisión por el momento. Eso hizo que también le dieran ganas de golpear a Zayn en la cabeza por traer este tema un sábado por la noche, en el que se encontraba solo y Harry, probablemente, estaba besando a su CIF —chico italiano en forma.

"Está bien, me voy..." Zayn dijo desde el pasillo; Louis podía oler su perfume desde la sala de estar.

"Que te diviertas."

"Llámalo."

"ADIÓS, Zayn." Louis dijo significativamente y esperó a que su amigo se fuera.

Una parte de Louis realmente quería llamar a Harry, ni siquiera para decirle su no-tan-nuevo descubrimiento, sino para escuchar sólo su voz, sólo para sentirse en paz y ponerle al corriente de sus estudiantes, cosa que— cosa que era un concepto nuevo para él, tener estudiantes, tener un montón de personas dependiendo de él.

(Louis estaba acostumbrado a ello, si se lo preguntabas. Los adolescentes variaban de 15 a 17 años y todos ellos parecían muy interesados en tener un profesor joven con el que podían relacionarse sin miedo.)

La otra parte de Louis estaba asustada. Se imaginaba marcando el número de Harry y alguien más respondiendo. Estaba asustado de no saber qué decir y, más que nada, tenía miedo estar enojado— durante el último par de semanas, cada vez que Louis hablaba con Harry, estaba muy asustado de estar enojado con el otro chico, por el simple hecho de que no tenía derecho a estar enojado.

Louis fue el que no dejó las cosas claras. Harry había dejado muy claro, más de una vez, que la pelota, realmente, estaba en la cancha de Louis. Y era difícil pensar en el pasado ahora, porque Louis recordaba haber pensado, e incluso, haberle dicho a Harry que no tenía miedo de las relaciones— recordaba haberlo creído. Aquí sentado en su sofá, se dio cuenta de lo equivocado que estaba, cómo estar en una relación con Harry realmente lo aterrorizaba.

Y no era porque quería salir y dormir con otras personas— no quería. No era porque no sabía cómo tratar a un novio— lo sabía. En este punto, Louis llegó a la conclusión de que ni siquiera era porque vivía en otra ciudad— a pesar de que le molestaba. Lo que aterrorizaba a Louis acerca de estar en una relación con Harry, era el mismo Harry.

Tal vez, Louis siempre había sabido. Tal vez, desde el segundo en el que puso sus ojos en Harry, simplemente lo supo. Pero, aun así, fue una revelación cuando estaba viendo lo-que-sea que estuviera viendo y darse cuenta de que Harry lo asustaba demasiado, porque, y esa era la razón más importante de todas, Louis ya había aceptado que en el momento en el que conoció a ese rizado, absurdo, escandalosamente guapo y amable hombre, sería el día en el que el resto de su vida comenzaría.

Era estúpido tener todo esto pasando por su cabeza cuando Harry estaba lejos y sin saber qué estaba ocurriendo, pero era la verdad; Louis estaba aterrado porque sabía que Harry era el final del juego: porque sabía que después de él, no iba a querer a nadie más. Eso también justificaba por qué no quería salir y tirarse a un chico al azar en Londres. Louis había llegado a una etapa en su vida en la que había intercambiado felizmente noches en un pub por citas, pasar tiempo en el sofá, viendo Netflix. Con Harry.

"Idiota," murmuró para sí. Lo era, ¿no es así? Louis era un completo idiota, absolutamente.

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A Harry le encantaba estar de regreso en casa— o, estaba enamorado de la nostalgia, no estaba seguro. Lo que sí sabía era que siempre estaba muy agradecido de despertarse con el olor al desayuno de su madre y el silencio que sólo se podía encontrar en Holmes Chapel, sobre todo los domingos. Se dirigió a la cocina y olió el tocino con huevos fritos y decidió que definitivamente iba a omitir su batido verde hoy.

"Buenos días, mamá," sonrió mientras la abrazada.

"Buenos días, bebé," Anne le devolvió la sonrisa y colocó una taza de té sobre la mesa para poder verter leche en ella. "¿Has dormido bien?" Harry asintió. "¿Qué pasa?" Frunció el ceño.

"Es raro dormir en mi habitación de infancia, eso es todo," Harry dijo. "Cuando volvía aquí de la universidad, era fácil porque sólo eran vacaciones, pero ahora sólo es— me siento como un fracaso," confesó.

"Harry— no, ¡ya hemos hablado de esto!"

"Pero, mamá, vamos. Les hice gastar a Robin y a ti y a papá una cantidad ridícula de dinero, ¿sólo para decidir después que no quiero ser más un abogado?" Preguntó. No dejó de sentirse culpable por un largo tiempo, no importaba lo que la gente le dijera o cuánto sus padres y su padrastro lucharon para asegurarle que estaba bien, que entendían.

"No perdimos dinero contigo, si eso es lo que quieres decir, de nuevo. Sólo detente, ¿bien?" Anne le dijo seriamente y Harry entendió que esa era la última vez que podría sacar el tema sin molestar a su madre. "Ahora, ¿qué vamos hacer hoy?"

"¿Pensé que podríamos hacer un poco de jardinería?" Sugirió. "Y luego, simplemente, pasar el rato— tal vez podría cocinarles la cena a ti y a Robin... volveré a Manchester a primera hora mañana."

"¿Por qué tan pronto?"

"Mamá, he estado aquí casi por una semana," se rió y luego empezó a comer.

"Una semana muy corta," su madre argumentó. "Además, Liam está de regreso en el trabajo, Niall también— ¿qué te mantendrá entretenido ahí?"

Y. Sí. Ella tenía un punto. Harry realmente no tenía ningún motivo para volver, ni siquiera Lucca estaba ahí. No es que importaría, porque Harry salió con él por tres semanas antes de darse cuenta de que su crush había quedado muy en el pasado y el sexo con él no era tan bueno. O— lo era. Pero Louis había arruinado eso para él también.

"Nada," le dijo. "Pero— estoy pensando en tener un trabajo."

"No en leyes, espero."

"No— nada de eso. Niall vuelve de Suecia el próximo viernes y yo—quiero pasarle algunas letras." Harry podía ver los ojos de su mamá brillando de felicidad, incluso antes de que terminara la frase. "Y se las daré o— no sé, se las venderé, ya que quiere pagarme," se encogió de hombros. "Y entonces— veremos."

"¡Harry! ¡Esto es increíble!" Ella se levantó de su asiento sólo para caminar alrededor de la mesa y abrazarlo. Harry ni siquiera se quejó de estar siendo sofocado.

Unos pocos años desde ahora, gente en Estados Unidos pagaría miles y miles de dólares para que Harry les escribiera canciones, pero no lo sabía todavía. Aun así, se sentía bien estar haciendo algo para sí mismo. Se sentía liberador.

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Harry acababa de entrar en su departamento cuando su celular comenzó a sonar. Ni siquiera necesitó ver el identificador de llamadas para saber que era Louis, ya que lo había estado llamando durante los últimos dos días, y Harry no había respondido.

Era a mediados de octubre y acababa de regresar de una reunión con Niall y otros dos abogados. La cosa de ser un abogado era que automáticamente odiabas a otros abogados, pero Harry logró comportarse a través de la firma de contratos y ahora estaba oficialmente bajo el sello de Niall para escribir para ellos, en una prueba de dos meses que Niall le aseguró que pasaría con gran éxito.

Las horas de Harry serían sorprendentes, porque así haría que fueran. Como un principiante, necesitaba llenar una cuota de veinte horas en el estudio por semana— en realidad, no le importaba en cuántos días lograría eso.

Y la razón por la que no había estado contestando las llamadas de Louis, era simple: durante la semana pasada, Harry había estado escribiendo una canción de amor. Por mucho que quería escribir sobre otra cosa, acerca de ser joven y libre, sobre empezar de nuevo, seguir adelante, real, realmente no podía. Porque, como lo había dicho previamente, desde que Harry conoció a Louis, sólo podía escribir sobre enamorarse de alguien.

Se sentía un poco ridículo, realmente. Había tenido unas cuantas citas y, aunque todo el mundo y el mismo Louis le aseguraron que no estaba saliendo con nadie más, Harry sabía que era algo imposible. Uno, porque Louis era caliente; dos, porque estaba en Londres; tres, porque era Louis.

Aun así, las cosas se sentían sólo— mal para Harry, de alguna manera, por lo que acababa de dejar de concentrarse en chicos y se enfocó en sí mismo y en su nuevo trabajo, cosa que resultó exactamente lo que ya sabía: no había superado a Louis, nunca iba a superar a Louis, extrañaba a Louis tanto que dolía. ¿Cómo podía vivir de esta manera?

¿Cómo Harry podía contestar el maldito teléfono y fingir que todo estaba bien, cuando no lo estaba? Cuando, en vez de contestar el teléfono, quería estar besándolo; cuando en lugar de aceptar una llamada de Skype, quería subirse a un tren e ir a verlo; cuando estaba escuchando a Louis decirle cosas acerca de su día, deseaba poder estar haciéndolo en la cama, bajo las mantas, con té caliente y abrazos.

Harry suspiró y fue a tomar una ducha— le prometió a Liam que saldrían juntos esta noche; ha pasado un tiempo.

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"¡Pero si ese es el señor Harry Styles!" Sophia sonrió tan pronto en cuanto vio a Harry entrar al restaurante.

Una de sus cosas favoritas acerca de la chica, era que no importaba dónde estaban, Sophia no tenía miedo de ser gritona, el centro de atención. Era algo que, inevitablemente, le recordaba a Louis.

"Es como si no me hubieses visto en meses..." bromeó y la abrazó.

"¡Han sido semanas!" Ella respondió.

"Lo siento, Soph, hola," Harry sonrió y abrazó a Liam. "¿Cómo estás, compañero?"

"Estoy bien, cansado completamente..." Liam suspiró. "Comenzar de nuevo es agotador," se rió entre dientes.

"Estoy orgulloso de ti, Li," le dijo a su amigo y Sophia sonrió, porque ella sentía lo mismo.

Liam se había cambiado de bufete. Le tomó un tiempo conseguir un nuevo trabajo, sobre todo porque había sido a espaldas de su padre, pero hace un mes Liam consiguió un puesto en una empresa nueva en la ciudad, que no era tan grande como Payne y Asociados, pero tenía la moral más alta y era muy prometedora.

A Geoff no le había agradado la idea —por supuesto que no— y Harry estaba casi seguro de que Liam y él no estaban en buenos términos ahora, pero, incluso tan cansado como proclamaba estar, Liam se veía un cien por ciento más relajado, más feliz, mucho mejor.

"Entonces, ¿cómo te fue con Niall y los abogados?" Liam preguntó.

"Todo salió muy bien, sí, por fin lo consiguió, ¿no es así? Ese hijo de puta irlandés," Harry se rió.

"Niall dijo que siempre había estado tratando de contratarte," Sophia comentó.

"No me contrató de esa manera, no cantaré o algo así, eso es sólo para mí," se encogió de hombros. "Pero estoy feliz de escribir para él y— bueno, sus artistas, cualquiera que me pida alguna letra."

"¡Mucha gente va a pedirte letras, eres genial!" Su mejor amigo le garantizó.

Harry rodó los ojos; no era que no supiera cómo tomar cumplidos, sabía cómo hacerlo, incluso les gustaban, pero aun así se sentía un poco tímido.

"¡Grabé un demo esta semana. Estaba genial!" Harry les dijo y, luego, empezó a hablar del proceso de grabar, acerca de cómo Harry estaba totalmente hecho para eso, y no podía estar más de acuerdo.

Harry sintió que, por fin, había liberado una parte de sí mismo a ser quien era en realidad. Pero estaba sentado ahí, con una pareja, su mejor amigo y la mujer que parecía ser el amor de su vida en este momento y todavía había algo— alguien que faltaba. No sabía por cuánto tiempo sería capaz de sentirse de esta manera sin romperse.

Siempre había odiado esas novelas en la que la gente querían hacer cosas juntas pero no podían, y se preguntaba si ellos lo hacían a propósito, porque les gustaba sufrir o, porque, de alguna manera, eran adictos al dolor, pero ahora Harry era una de esas personas, y era mucho más difícil ver la imagen más grande.

Quería hacer algo. Podía hacer algo. Pero lo había intentado, tanto, demasiado y la única cosa que quedaba para sí mismo, cuando se trataba de Louis, era el orgullo restante de no estar persiguiendo a alguien que podría haberlo tenido fácilmente y, aun así, se había alejado. (Tal vez, esas personas en esas novelas que molestaban a Harry se sentían como si fueran dignas de ser perseguidas, por demasiado a cambio.)

Cuando regresó a su departamento, alrededor de las diez y media de la noche, se fue directamente a la cama y revisó su teléfono— que había dejado en casa. Había un simple mensaje del hombre de ojos azules: Sólo te extraño mucho, eso es todo.

"Yo también te extraño, Lou," Harry susurró a la oscuridad y cerró los ojos. Dormir solía resolverlo todo.