"Ah, Taehyung sunbae, ¿cómo le haces para que te vaya tan bien?" Hasung se quejó y se veía decaído. "¿Qué clase de pacto hiciste?"

"Qué descarado de tu parte pensar que Taehyungie no se esforzó para merecer el ascenso" Mari le dijo, mientras caminaban todos fuera de la oficina. "Es trabajo duro y esfuerzo"

"Y un poco de suerte, diría yo" Taehyung les sonrió apenas pues lo habían citado en la oficina de sus superiores esa mañana de lunes, para discutir su futuro. Yoongi sería ascendido y por ende, su puesto quedaba vacante y quizá fue el trabajo duro y el esfuerzo, la estima podría haber jugado un papel importante también, porque el omega lo había recomendado y su buen desempeño y responsabilidad habían sellado la decisión.

Podía mudarse de escritorio en cuanto encontraran un reemplazo para su puesto actual y luego sería oficialmente ascendido.

Era algo para celebrar.

Por eso aceptó la salida de sus compañeros de trabajo para ir a comer y beber un poco, últimamente había estado controlando las cantidades que bebía, por lo que sólo un shot para celebrar fue su límite alcanzado y regresó a casa relativamente temprano, demasiado distraído como para alargar un encuentro, demasiado preocupado como para poder disfrutarlo.

No encontró cartas en su buzón esa noche cuando regresó.

No sabía cuándo había recibido la carta Haerin, es decir, el paquete, por lo que quizá no le dio tiempo de escribir una última.

Una última, porque Taehyung estaba esperando una llamada que zanjaría de una vez por todas sus dudas y preocupaciones.

Enviaría una última luego de que aclarase todo, pidiéndole a ella que por su bien no le escribiera, por el bien de él también, y quizá no tenía sentido, pero leer los pensamientos de alguien de verdad podía hacer que te encariñases con la persona.

No había otra razón para la tristeza que lo envolvía.

Taehyung llegó a su casa y quizá estaba decidido a ciertas cosas, pero quitó sus zapatos y abrigo, con una bolsa en la mano que fue lo único con lo que caminó a la sala y a un lado de la mesa de la televisión, dejó sobre la pila un nuevo libro infantil que la persona de la librería recomendó cuando Taehyung se aventuró en la misma en su camino a casa esa noche.

Había tres, con el nuevo eran cuatro, los había comprado en la librería a unas calles de su departamento y si bien no significaba un daño descomunal a su economía, sí que lo hacía a su estado mental. Había comprado libros para una niña que no conocía, la hija de su ex pareja.

La niña que quizá era suya, por más pocas posibilidades que existieran.

Taehyung nunca en los últimos años había pensado que quería una familia. Le gustaban los omegas y siempre había sido bueno con los niños, pero unirse y tener sus propios hijos no había pasado por su mente como una posibilidad incluso si su madre insistía tanto con eso. Se había concentrado en su trabajo, que era lo que consumía la mayor parte de su tiempo, y en sus amistades, con lo que terminaba de centrar su vida.

Siempre se había sentido incompleto, pero estaba lo suficientemente distraído como para ignorarlo.

Miró la pila de libros junto al televisor y se preguntó qué se suponía que haría con ellos. ¿Se los enviaría a Haerin sin decir nada? No, eso sería malo para ella. Darle cosas sin palabras de por medio la confundiría y le haría mal a la larga. ¿Debería dárselos a alguien para que se los diera? Aunque él de verdad quería darle de las cosas que le gustaban, también quería, egoístamente, que ella supiera que era él quien se las estaba dando.

Joder. Basta.

¿Qué era esa sensación de obligación? No, no era obligación, era responsabilidad. Nadie lo estaba obligando a nada, pero sentía la necesidad de hacer algo. Lo que fuera, pero también lo pensaba y sabía que no podía ir, y buscar a Jungkook y hablar con él, no considerando su situación, no considerando si eso lo disgustaría.

A él. A su alfa.

La bilis le envenenó el estómago ante el pensamiento y resopló a su propia conducta, Taehyung dejó todo en la sala y fue a tomar una ducha, esperando que eso le despejase la mente y, esperaba, le calmara la sensación de asfixia que no lo había dejado ni una vez las últimas semanas.

Su cama no era una de sus mejores amigas últimamente.

Podían ser sus sentidos intensificados por el estado de alerta en el que su lobo había estado últimamente, o podía ser otra cosa, pero el olor en su cama era casi insoportable.

No olía mal, no, olía a ropa de cama limpia, a sí mismo y el perfume de su shampoo, pero tenía sutilmente impregnado el aroma de varios omegas en sí. A mandarina, a canela. A leche condensada, a manteca.

Era imposible recostar la cabeza en la almohada sin que todo eso se le metiera a la nariz y se decidió que esa semana cambiaría el colchón y las almohadas, retrasando un poco más la compra de su primer coche con ese gasto, cosa que con su nuevo ascenso podría pasar pronto.

Se recostó en el sofá para dormir ahí, sabiendo que el cuello le reclamaría a la mañana siguiente, pero cubierto en sus mantas más mullidas, trató de dormirse, con los ojos pesados y el fantasma de un aroma a fresas lo siguió hasta que se quedó dormido.

Se despertó porque el teléfono sonó, apenas unos momentos después de haberse dormido.

Taehyung se enderezó, confundido y vio el teléfono que seguía sonando a un lado, levantándose del sofá sin pensarlo demasiado y cuando sonó por tercera vez, estiró la mano antes de alcanzarlo, levantando el teléfono y lo acercó a sí, no alcanzando a pensar demasiado en quién podría ser que lo llamaba a media noche.

"¿Hola?" dijo, con la voz ronca y no recibió respuesta.

Taehyung se refregó la cara con su mano libre, conteniendo un bostezo.

"¿Hola?"

"Taehyung hyung"

Las rodillas se le sintieron débiles, pero se sostuvo a sí mismo cuando esa sola voz lo despabiló por completo.

"Hola" el omega detrás de la línea volvió a hablar y Taehyung miró a su alrededor, no sabiendo qué estaba buscando pero no lo encontró. Miró a la pared frente suyo, contra la que estaba la mesa del teléfono y se quedó callado, no encontrando tampoco su voz para contestar.

Hubo silencio, sólo la ausencia de sus voces, porque Taehyung podía escuchar una respiración un tanto agitada, dientes castañeando.

"Mi padre me dio el número que dejaste" Jungkook dijo en voz baja y Taehyung no podía saber lo mucho que el omega estaba temblando mientras decía. "Lamento llamar tan tarde"

"Está bien"

La garganta le dolió, pero decir al menos dos palabras hizo que la presión en su pecho disminuyera.

El silencio volvió y Taehyung se atrevió a romperlo.

"¿Está bien si hablas conmigo?" inquirió, realmente no sabiendo cómo preguntar y supo que no debió haberlo hecho porque Jungkook se quedó callado, tardando en responderle.

Joder.

"¿Está bien si tú hablas conmigo?" le preguntó de vuelta y con cautela, Taehyung se apoyó de espaldas a la pared, mirando hacia el ventanal en su sala, alzando las cejas cuando pensó demasiado la respuesta.

"No estoy seguro, si soy honesto" respondió, bajito. Se tomó un momento, volviendo a decir. "No sé qué estoy haciendo"

Jungkook le cedió unos segundos de silencio antes de volver a hablar.

"Lo siento" susurró. "Yo...sólo sentí que necesitaba hablarte"

"¿Por qué?" él le preguntó, sosteniéndose la cabeza con una mano. "Joder"

"Porque he querido saber" el omega susurró, "si has podido estar bien"

"¿Por qué?" el alfa repitió, con los ojos cerrados cuando sintió que le ardían. Se detuvo a sí mismo de llorar o de dar algún indicio de que quería hacerlo.

Jungkook no se contuvo a diferencia de él.

"Porque siempre quise saber si tú estabas bien" repitió y la voz le tembló esta vez. "Sólo eso"

"Estoy bien" el alfa le confirmó y terminó sonando más angustiado de lo que pretendía. "He estado bien"

"Oh" Jungkook murmuró. "Me alegra saber eso"

Taehyung se alejó del teléfono y dejó salir el aire en sus pulmones en un resoplido, atreviéndose a preguntar luego de acercar el teléfono nuevamente a su boca.

"¿Cómo has estado tú?" le preguntó y no supo por qué no preguntó lo obvio.

Quizá...

"Bien, más o menos" el omega le contestó y Taehyung lo escuchó sorber la nariz. "He estado muy ocupado"

El alfa no se pudo forzar a sí mismo a decir lo que había planeado decir. No se pudo forzar a sí mismo a hacer las preguntas de las que necesitaba tener las respuestas y no pudo mencionar a la persona que lo había traído de vuelta a este espacio mental.

Joder.

"Necesito que hablemos" Taehyung le pidió, sin más. Pareció tomarlo por sorpresa, porque Jungkook no le contestó al instante. "No así, por teléfono. No así...con todo esto así"

El omega sonó sin aliento cuando dijo.

"E-está bien" susurró. "Pero ¿d-dónde estás viviendo? Yo...no sé si pueda ir-"

Él no sabía dónde estaba viviendo. Taehyung confirmó una vez más que Jungkook no tenía idea de lo que Haerin estaba haciendo. No supo si aquello lo hacía todo más fácil o más difícil.

"Voy a ir a visitar a mis abuelos este fin de semana" él dijo y se las arregló para sonar un poco más...normal. Menos turbado. "¿T-te parece si nos encontramos en algún lado?"

El omega volvió a tardar en contestar.

"Sí" dijo simplemente y Taehyung tuvo que preguntar, con el corazón doliendo.

"¿Está bien para él si te encuentras conmigo?" dijo y no sabía con qué intención. Le dolía a él y no sabía si le dolía a Jungkook, pero no quería problemas.

No quería afectar a Haerin más de lo que la afectaría cuando hablara con Jungkook y le hiciera saber que su hija quería irse de su casa.

"No te preocupes por eso" el omega susurró y sonó angustiado, Taehyung no dejó que lo conmoviera.

"Tengo que" respondió y le dolió el pecho escuchar a Jungkook sorber la nariz. "Quisiera que no, pero tengo que"

Jungkook volvió a quedarse callado, diciendo en voz baja.

"Él no está en la ciudad. No volverá en un tiempo. Está bien"

Taehyung asintió.

"Bien"

"Taehyung hyung"

"¿Te parece bien si nos encontramos en...detrás del campo de margaritas? Queda cerca de...donde era casa de tus padres y me es más...sencillo ir hasta allí. ¿Te parece bien?" le preguntó antes de que Jungkook siguiera diciendo y el omega se resignó, simplemente contestando a su pregunta.

"Sí" dijo. "¿El sábado en la tarde está bien para ti?"

Taehyung casi dejó de sentir las rodillas, con los labios temblando, peor de nervioso, quizá, que cuando se atrevió a hablarle a aquel omega la primera vez.

Dios...

"M-me parece bien" tartamudeó y quizá nadie que lo conociera actualmente podría creer que Taehyung podía ser un desastre estando nervioso, que tartamudeaba y se sonrojaba con facilidad, que no podía sostener una mirada y que era demasiado fácil avergonzarlo. No le pasaba eso con los omegas en general.

Quizá sólo con uno.

Se dio cuenta de algo y se apuró a preguntar.

"¿S-sigue detrás del campo la tienda de pasteles de arroz?" inquirió. "Uh..."

El corazón se le detuvo cuando escuchó a Jungkook reír.

Fue sólo un leve resoplido, con diversión y Taehyung sintió que su sistema dejaba de funcionar.

"Sí, sigue ahí" el omega murmuró. "Voy de vez en cuando. Siguen siendo los mejores pasteles de arroz que he probado"

El alfa no le contestó y su silencio pareció ser veneno a la pizca de naturalidad con la que Jungkook intentó hablar, porque se apuró a murmurar.

"¿E-está bien a las cuatro?" dijo bajito y Taehyung asintió.

"A las cuatro. Okay" repitió y asintió, no sabiendo qué más decir y-

"Taehyung hyung"

Pero su voz se cortó y el pitido de la llamada terminada sonó, tan estruendoso que resonó en su cerebro y Taehyung dejó lentamente el teléfono en su lugar, terminando apoyado contra la pared.

Se sostuvo el pecho, inhalando profundo, una y otra vez, hasta que todo el aire acumulado en sus pulmones salió en un sollozo, porque nuevamente, sintió que el pecho se le hinchaba, no sabía interpretar la sensación.

Fue a sentarse un momento, mirando el suelo entre sus pies descalzos, en la incompleta penumbra de su sala y alzó la mirada a la televisión apagada, no dándose cuenta que estaba llorando hasta que se le hizo difícil enfocar.

"Joder" masculló, cubriéndose la cara con las manos. "¿Qué estoy haciendo?"

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