15
"¡Haerin-ah!"
Haerin desvió la mirada, abriendo los ojos un poco de más cuando vio a su papá llamarla, de pie junto a la mamá de Minsu, que también saludó a su hija cuando esta la miró.
Minsu corrió a su mamá y Haerin apuró el paso para alcanzarla, con los ojos fijos en su padre, que le sonrió apenas.
"Hola, mi amor" él le dijo. "¿Qué tal te fue?"
Era el primer viernes de febrero, tres del mes específicamente, y era el segundo viernes consecutivo en el que su padre venía por ella al colegio. Lo veía tranquilo y tratando de sonreírle a pesar de que esa misma mañana, se habían disgustado porque no se había despertado bien y quiso faltar a clases.
A Haerin todavía le dolían poquito los ojos porque había llorado porque su padre no dejó que faltara a clases a pesar que Haerin hizo todo lo posible por ello. Él había estado molesto todo el camino al colegio y si bien se despidió como siempre, Haerin se sintió culpable cuando él le tomó la mano y se inclinó a besarle el pelo.
"¿Comiste tu fruta?" inquirió ante la falta de respuesta y Haerin asintió, de inmediato.
"Papá" llamó, pero miró a Minsu cuando su amiga dijo.
"Haerin-ah" dijo, con una mirada significativa y Haerin se tensó, aún encarando unos momentos a Minsu, pero luego miró a su papá y sujetó la mano de él con las dos suyas.
"¿Qué hacemos hoy?" preguntó, viendo al omega sorprenderse ante la pregunta, pero pronto suavizó la mirada, usando su mano libre para atraerla y abrazarla de costado, oh, Haerin se encogió ahí.
Jungkook miró a la omega y a la otra niña, sonriéndoles.
"Nos vemos el lunes, Minsu-yah. Hasta luego Yeeun-ssi"
Haerin no eligió el lugar al que iban a ir y le sorprendió que su papá la llevara a tomar algo a su lugar de trabajo, que además de una panadería, habían pequeñas mesas esparcidas por el salón desocupado del lugar para disfrutar de algo caliente y otro algo dulce, era bonito y calentito, y olía a pastel y café. Haerin fue a su mesa de siempre, la de al fondo y donde los mejores asientos estaban y miró a su padre cuando éste se inclinó hacia ella del otro lado de la mesa.
Su mirada la puso nerviosa.
"Haerin-ah" él le dijo y aunque trataba de ser suave, había reprimenda en su tono. "Lo que hiciste hoy y lo que has estado haciendo estos días no está bien"
Haerin se encogió más, bajando la mirada a la mesa frente a ella.
"¿Qué está pasando?" él le preguntó, despacio. "Cada vez es más difícil hacerte entender cosas que ya sabes. ¿Quieres contarme qué está pasando?"
Y Haerin no alzó la mirada ni cuando se le dejó una rebanada de pastel enfrente y una taza de chocolate caliente.
Miró al otro lado de la mesa, notando que su papá no había pedido nada para sí mismo y lo miró a los ojos, haciendo un puchero cuando vio que la expresión en su rostro no había cambiado.
El omega inhaló profundo, decidiendo finalmente decir lo que había tenido en mente.
"Sabes que tengo un bebé creciendo aquí. ¿No?" le dijo y Haerin soltó la cuchara que había acercado a su pastel. Le sostuvo la mirada a su padre y Jungkook tragó. "El bebé está y va a nacer en unos meses. Serás hermana mayor"
"No quiero"
"¿Por qué?"
Haerin se sintió tomada por sorpresa cuando lo escuchó preguntarle.
Oh.
"Quiero saber" él insistió. "¿Quién te dijo que ibas a tener que darle todas tus cosas? ¿Quién te dijo que tengo que dejarte de querer cuando nazca el bebé?"
"Nadie me dijo nada" Haerin respondió, bajito. "Lo sé. La casa es chiquita"
Jungkook no le pudo replicar.
"No quiero hablar" Haerin le dijo, comiendo un pedazo de pastel y aunque era su favorito, no podía distraerse con eso.
"Tenemos que hablar de eso, mi amor"
"El bebé está porque papá te hizo hacerlo" Haerin murmuró y Jungkook casi no la escuchó, pero alcanzó a recibir partes de la oración y su cerebro la completó por él, haciéndolo palidecer cuando entendió lo que había dicho.
Joder.
"Es malo" ella insistió, mirando a Jungkook a los ojos. "Mi papá es malo contigo y te hizo hacer el bebé"
"Haerin-ah"
"Me hace sentir mal si pienso que también me hiciste así a mí" ella le dijo y Jungkook quizá no había pensado demasiado lo de salir a tomar algo para poder hablar tranquilamente. Porque si bien estuvo decidido a llegar al fondo de todo el malestar de Haerin, no se había imaginado...
No. Es decir, no quería haber pensado que algo como aquello agobiara a su hija. Había rogado que no.
Pero no era el caso.
"Yo sí me acuerdo" Haerin le dijo y esta vez no lo miró a los ojos. "Y me da miedo"
"Mi amor" Jungkook dejó salir, casi en un jadeo, pero no supo qué más decir.
¿Cómo se le explicaba aquello a una niña de ocho años? ¿Cómo debía explicarle aquello a su propia hija?
Jungkook hizo una pausa demasiado larga, pensando seriamente qué responder, quizá dándole tiempo y lugar a Haerin para seguir hablando.
"Mi papá es malo" ella siguió diciendo, bajito. "No quiero que sea mi papá más"
"Tu padre no es así" Jungkook quiso explicar y consiguió la mirada de Haerin. El omega pausó otra vez, no sabiendo explicarse. "Él jamás..."
Haerin volvió la vista a su pastel.
"Ni siquiera puedes defenderlo porque sabes que tengo razón" ella le dijo, aún en voz baja y Jungkook no podía contradecirla, sería burlar la inteligencia de su hija y humillarse a sí mismo.
Lo pensó un poco más.
"Tú eres lo que más amo en este mundo, Haerin-ah" dijo sin más, esta vez sí haciendo que ella lo mirase y que la mirada se prolongara. "No te cambiaría por nada, ¿sí? Y no te cambiaré por el bebé. Los dos son mis bebés. Necesito que entiendas eso. Por favor"
Haerin presionó los labios en un pequeño puchero.
"Eres el único que me quiere" le dijo. "Yo no quiero que tú también me dejes de querer o me quieras menos"
Jungkook se inclinó sobre la mesa, tocándose el vientre con una mano y con la otra le movió el pelo a un lado a su hija, acariciándole la cara luego con el pulgar.
"Necesito saber qué he hecho para hacerte pensar de esa manera" le pidió, un poco frustrado. "Quiero entender"
"Siempre haces todo lo que mi papá dice" Haerin susurró, no apartando la mirada de él. "Y cuando el bebé nazca, tendremos que ir a vivir a la casa de la abuela Eun y ahí nadie me quiere. Querrán al bebé nuevo, porque el bebé nuevo sí es-"
Pero Haerin dejó de decir, mirando a su padre con los ojos abiertos de par en par, casi diciendo lo que ella sabía aunque nadie se lo había confirmado.
Todos querrían al bebé nuevo porque él sí sería hijo de su padre.
Haerin estaba segura que todos sabían quién era su papá de verdad, incluso su papá omega. Él sabía. No entendía entonces por qué no le decía la verdad.
¿Era su padre de verdad un alfa malo? Haerin no lo creía. En las dos cartas que le había enviado se había mostrado amable, si bien no había contestado tantas veces como ella, a Haerin no le importaba porque sabía que el alfa había leído todo lo que le había enviado.
Había recordado cosas que le contó y fue muy gentil. Haerin había leído muchas veces las dos cartas que se le había enviado y a veces se dormía hasta tarde porque tenía la mirada en las estrellas sobre el techo de su habitación -y desde que las había pegado no había vuelto a la cama de su padre a mitad de la noche- imaginando cómo sería conocerlo.
¿Qué haría si lo conociera? No estaba segura. ¿Podría conocerlo alguna vez? Eso tampoco lo podía saber. Si se encontraran, ¿le diría que era su padre? ¿Qué diría él? Eso tampoco lo podía saber.
Si Kim Taehyung no era su papá la pondría triste, Haerin sabía, pero también era consciente de que no conocía mucho del alfa. Lo único de lo que podía estar segura, era de que el alfa que conoció toda la vida, al que llamó papá incluso hasta ese día, no era su verdadero padre.
Su papá omega la miró triste y a Haerin le dolió mucho el corazón, pero también le dolió el corazón todas las veces que se sintió sola, todas las veces en las que lloró porque no sabía qué haría cuando ya no fuera la única por quien su padre tendría que preocuparse.
Le dolía el corazón cuando pensaba y recordaba, y le dolía el corazón pensar que ella quizá nació del dolor de su padre.
Se paró de su silla y fue a él, a abrazarse a su cuello y apretar fuerte, fuerte, pegándose a él.
Jungkook le devolvió el abrazo y Haerin apenas pudo decir.
"No quiero hablar más" le pidió. "Me duele mucho. Y no sé cómo calmarme. Papá"
Jungkook la arrulló, recostando la mejilla en la cabeza de Haerin.
"Papá" ella susurró. "Quiero irme"
Haerin se despertó y le dolía la frente.
Giró en la cama y vio a su papá aún en la cama, pareciendo aún dormido y Haerin se enderezó, refregándose los ojos con los dedos y se levantó para revisar la hora en el reloj en la mesa de la televisión, sorprendida de la hora.
9:37 am.
"Papá" llamó, acercándose a la cama del mismo y le puso las manos en el brazo para moverlo un poco. "Papá. tienes que ir a trabajar. Papá"
El omega sólo retrocedió en la cama y apartó la manta para que ella se metiera, todo sin abrir los ojos y aunque dudó, Haerin se subió, acurrucándose en él cuando el omega la cubrió con las mantas.
"Papá..."
"No trabajo hoy" él le dijo, agachando la cabeza para besarle la frente. "Descansemos mucho hoy. ¿Sí?"
Haerin sólo se acurrucó más en él, siendo calentito entre los brazos de su papá como siempre. Se quedaron así un rato, ella respirando contra la camiseta que el otro llevaba y sacó las manos de donde las había tenido, bajando poquito y poniéndolas sobre la panza de su padre.
Lo sintió encogerse, pero no hizo más, Haerin esperó un poco antes de frotar.
"¿Cómo es que de aquí saldrá un bebé?" preguntó, por pura curiosidad.
Su papá tarareó.
"Tiene que crecer más" él dijo, despacio. "Pero cuando salga será pequeñito. Tendrá que crecer más cuando nazca"
Haerin pensó un momento.
"¿Yo era pequeñita?" preguntó y alzó la mirada cuando lo hizo reír. Lo vio sonreír y al fin abrió los ojos, bajando la cabeza para mirarla a la cara.
"Muy" asintió. "Pero estabas bien que es lo que importa"
"¿Te enfermaste mucho también cuando yo estaba aquí?" Haerin inquirió y su papá apagó un poco la sonrisa, pero no la borró.
"Sí, bastante. Pero fue porque yo era muy joven y no me cuidé como debía. Pero al final, los dos estamos bien"
"Que es lo que importa" Haerin dijo en voz baja y Jungkook asintió.
"Es lo único que importa" le dijo y se abrazó a ella, y quizá Jungkook debía darle un poco de razón a su madre, a Jihoon, a Minhyuk.
A cualquiera que opinara de su forma de criar a su hija.
Podía cederle a Haerin lo que quisiera, porque no soportaba que estuviera disgustada con él. Podían discutir y muchas veces Jungkook se mantenía firme con sus restricciones, pero si Haerin ofrecía o necesitaba un abrazo, en las circunstancias que fueran, Jungkook estaba dispuesto a recibir o dar uno. Jamás le había negado cariño a su hija, ni siquiera cuando ella lloraba por un berrinche o por un arrebato, nunca lo había hecho y nunca creía que lo iría a hacer. Entendía cuando le decían que quizá era un poco caprichosa, que quizá no respetaba los límites que él le ponía, pero Jungkook hacía lo que podía.
Haerin y él habían pasado juntos toda la vida de ella, y era el único lazo que él sentía latente, por lo que se le hacía doloroso verla triste, agobiada o enojada.
El día anterior era un buen ejemplo, había decidido hablar con ella de su conducta los últimos meses, pero se había quedado sin argumentos, no había podido mantenerse firme y se había rendido cuando la sintió frustrada. Habían regresado a casa, cenado y dormido, sin terminar de hablar y es que era demasiado.
Jungkook adoraba a su hija y haría lo que fuera por ella, pero era difícil. Estaba criándola prácticamente solo, debía proveer para los dos y estaba encinta, debía encargarse de todo a su alrededor y cargar con las opiniones, prejuicios y dedos apuntando a él.
Haerin le hacía todo más fácil ¿quizá? Y se portaba bien, aun si a veces se comportaba como una niña de su edad, porque era eso, una niña, la gente a su alrededor parecía olvidar eso.
Jungkook la abrazó más fuerte y Haerin se quejó, pero se estaba riendo y pasaron un buen rato así hasta que las ganas de desayunar se apoderaron de ellos.
Hizo su tarea mientras su papá acomodaba el pequeño espacio de su departamento, Haerin alzaba la mirada a él de vez en cuando y siempre recibía una linda sonrisa cada vez, lo que la devolvía a sus tareas y así sucesivamente hasta que llegó la hora del almuerzo y ellos dos comieron tranquilamente, poco inusual un sábado ya que normalmente estaban en el trabajo de su padre para luego ir a casa de la abuela.
"¿Vamos a casa de la abuela después?" Haerin le preguntó y Jungkook le pasó el plato que había terminado de lavar para que ella lo secase. El omega se limpió las manos, inclinándose a besarle el pelo.
"Tu papá va a llamar hoy y pidió que estemos en casa para hablar" dijo y Haerin entornó los ojos, presionando los labios en un pequeño puchero.
"No quiero hablar con él" dijo y cuando Jungkook la miró, la niña no vaciló. "Ojalá no vuelva"
"Haerin" él la retó y Haerin resopló, buscando uno de sus libros para releer y no miró a su papá mientras abría la puerta y arrastraba el pequeño cajón junto a la puerta para sacarlo afuera.
El omega suspiró.
"Ponte un abrigo" le pidió. "Iremos a casa de tu abuela mañana. ¿Sí?"
"Okay" Haerin dijo y cerró la puerta para que el frío no entrase a casa, terminando sentada una vez más junto a la puerta de su departamento, donde normalmente leía tranquila cuando no podían salir a algún lado. Apoyó el libro en sus muslos y con la cabeza agachada, Haerin abrió donde había quedado y se sumió en su lectura, no dándose cuenta del tiempo que pasó.
"Hey, Haerin-ah"
Alzó la cabeza cuando escuchó que le llamaban.
"Jihoon oppa" dijo, sonriendo pero no lo suficientemente contenta para dejar su libro. "Hola"
"¿Tu papá?"
"Adentro" dijo y el omega se acercó a golpear la puerta, no teniendo que esperar ni diez segundos antes de que Jungkook abrió, saliendo sin que tuviera que decir algo.
"Minhyuk" Jihoon dijo solamente y Jungkook asintió. Miró a Haerin y ella volvió la cabeza a su libro, escuchando a su papá suplicar.
"Sólo ven a saludar, mi amor"
"No quiero" Haerin dijo firme y su padre no le insistió, lo que le extrañó. Vio por el rabillo del ojo a los dos omegas caminar al departamento de Jihoon y Haerin dejó caer los hombros, queriendo volver a su libro aunque dudaba que pudiera concentrarse pero tampoco pudo seguir leyendo porque escuchó pasos fuertes, una voz agitada.
"¡Haerin-ah!"
Miró a un lado y los ojos se le iluminaron al ver a Minsu correr hacia ella por el pasillo que venía de las escaleras, Haerin no alcanzó a señalar en qué páginas de su libro había quedado y se puso de pie, recibiendo el paquete que Minsu traía en las manos y apenas pudo entender lo que dijo.
"Fuimos a la panadería pero nos dijeron que su papá no trabajaría así que corrimos aquí, mi mamá está enojada y abajo pero no quería esperar al lunes para dártelo. Llegó ayer. Es de tu papá. ¡Adiós!"
Y se fue sin más, Haerin parpadeó y miró rápidamente al departamento de Jihoon junto al suyo, pero no vio indicio de ninguno de los dos omegas y fue de inmediato adentro, con el paquete en las manos y cuando bajó la mirada a ver su nombre en el mismo, el corazón le saltó en el pecho al ver una carita feliz junto a la caligrafía.
¡Ah!
Haerin fue de inmediato al baño y cerró la puerta, acercándose a bajar la tapa del inodoro y se sentó, esperando un momento antes de abrir el paquete, porque era un paquete esta vez, no una carta.
Okay. Okay.
Lo abrió con cuidado de no romperlo y contuvo un gritito cuando vio el libro que había querido hacía un mes dentro del paquete, con las lindas ilustraciones brillando en color en la tapa y olía a nuevo, oh, Haerin alzó la mirada buscando a alguien con quien poder compartir la emoción y aunque estaba sola, no se dejó desanimar.
Dentro del paquete también había una carta y aunque el libro había sido algo que había querido con todo el corazón, lo dejó de lado, abriendo la carta para leerla.
Señorita Haerin:
Pasé por la librería al día siguiente que me comentaste qué libro querías y lo vi en vidriera, espero que no te moleste que te lo envíe. Me alegra saber que las estrellas te gustaron, yo solía tener unas iguales en mi habitación cuando era más joven. Quizá tu papá las recuerde.
No sé muy bien cómo decirte esto.
Voy a hablar a casa de tus abuelos y pedir hablar con tu papá. Sí conozco a tu papá omega y si es quien creo, también conozco a tu papá alfa. Recibir tus cartas se ha convertido en un agradable evento en mis días, pero necesito pedirte que dejes de enviarlas hasta que yo te envíe una respuesta de lo que resultó la charla con tu papá.
No quiero que te metas en problemas y mucho menos quiero que salgas lastimada ni decepcionada, deja que los adultos resolvamos las cosas de adultos y tú sólo sé una buena niña.
Leer tus cartas todas las semanas casi se ha hecho parte de mi rutina pero por tu bien, será mejor que nos detengamos un momento. ¿Sí?
Te prometo que volveré a escribir con lo que sea que hable con tu padre. No soy una persona que rompe promesas. ¿Sí?
Gracias por confiarme cosas importantes para ti incluso si no estás segura quién soy, ni me hayas conocido en persona.
Espero que estés bien y si está en mí poder mejorar algo de tu vida, lo voy a hacer, puedes estar segura de eso.
Firma: Kim Taehyung
PD: Sé feliz
Pero Haerin sintió que los ojos le ardían cuando dejó de leer y una lágrima cayó, oh, se levantó del inodoro y salió del baño rápido, yendo a guardar la carta con las demás, en la caja de hojalata que ocultaba bajo su cama y contuvo las ganas de llorar todo el tiempo que le tomó guardar la carta en la caja y volverla a poner en su lugar.
Miró el libro en sus manos y lo abrió, aún teniendo que sorber la nariz repetidas veces y cuando lo abrió, los pucheros se intensificaron y quiso llorar más.
Lo leí un poco antes de enviártelo y marqué algunas partes que me gustaron. Disfrútalo
"Papá" dijo en voz baja, no estando segura a quién se refería y se abrazó al libro, como si eso la acercaría al cariño que añoraba. "Papá"
Cuando Jungkook regresó, le sorprendió ver el cajón aún fuera del departamento, el libro de Haerin sobre el mismo y la puerta del departamento semiabierta. El apretón en su pecho que la llamada había dejado se intensificó cuando levantó el cajón y el libro, entrando al departamento para ver a Haerin sobre su cama, bajo las mantas, escondida en un bollito.
"¿Haerin-ah?" preguntó con cautela y su hija se enderezó, tenía los ojos llorosos y Jungkook se confundió, dejando el cajón y el libro a un lado, recibiendo a Haerin en sus brazos cuando ella corrió a abrazarlo.
"Papá" pidió y Jungkook se agachó a abrazarla, apenas caminando a la cama para poder sentarse y poder abrazarla más cómodamente.
"¿Qué te pasó?" le preguntó confundido, pues sabía que ella no había escuchado nada de la conversación con Minhyuk. "Haerin, mi cielo"
"No me dejes de querer nunca" ella le pidió. "Ni siquiera cuando sepas. Por favor"
"¿Cuando sepa qué?" le preguntó, frotándole la espalda. "Mi amor. No voy a saber si no me dices. Por favor, dime"
"No me dejes de querer" Haerin le pidió. "Papá"
Jungkook estaba demasiado cansado.
"¡Buenos días, Haerin-ah!" la omega dijo y le sonrió. "Te extrañamos, mi cielo"
Y Haerin sólo se apoyó en Jungkook antes de soltarlo e ir a abrazar a su abuela.
"Oh, estás cariñosa hoy" ella le dijo y la soltó para mirar a Jungkook. "Desocupé todo el cuarto de lavandería, pero será mejor que vayamos ya para terminar temprano"
El omega suspiró, pero estiró una sonrisa a su madre.
"Gracias, má"
"Tu abuelo está en la sala para saludar, Haerin-ah" ella le dijo y Haerin la miró, aún sin decir una palabra y se fue a la habitación que solía ser de su papá, donde la dejaban ver la televisión si tenía todos sus deberes hechos y Jungkook la dejó, recibiendo una mirada de su madre.
El omega se encogió.
"No sabes lo difícil que ha estado esta semana" Jungkook dijo con un profundo segundo suspiro, dejando que la omega lo ayudase con la bolsa que traía. "Ya no sé qué hacer"
Ella exhaló ruidosamente, pero le tuvo compasión y no dijo más por el momento.
"Ve a saludar a tu padre" ella le dijo, besándole la frente. "No sé qué le pasa tampoco"
Y aunque no quería adivinar a qué se refería su madre tampoco, Jungkook fue a saludar a su padre, que alzó la mirada a él cuando el omega se asomó a la sala de la casa y se levantó de su asiento, recibiendo a su hijo en brazos cuando fue a saludarlo.
"Hola" Jungkook dijo apenas y se separó, dejando caer los hombros al sentirse relajado en la presencia del alfa más cercano que tenía al alcance. Su padre le sonrió, apenas.
"¿Cómo estás?" le preguntó, mirando detrás de él. "¿Dónde está Haerin-ah?"
"En la habitación" dijo, no mirando a su padre a los ojos. "Ha sido una semana difícil"
Y era una advertencia sutil para que no presionara, porque si bien sus padres eran conscientes de parte de su situación, Jungkook era lo suficientemente inteligente para no decir todo.
¿O es que era lo suficientemente masoquista?
"Me imagino" el alfa dijo y Jungkook lo miró a los ojos, con algo raro en lo de su padre. "Haré el almuerzo hoy, así tu madre pueda ayudarte en lo que necesites. ¿Bien?"
Jungkook asintió y su padre le puso las manos en la cara, mirándolo a los ojos por un momento.
"Ah, Jungkook-ah" dijo y lo dejó ir, dejando al omega confundido, pero Jungkook fue a la lavandería con su mamá, dejando de lado el cansancio para poder terminar con los quehaceres de la semana.
El lunes temprano luego de dejar a Haerin y a Minsu en la escuela, Jungkook fue a casa de sus padres nuevamente a buscar la ropa limpia, sorprendiéndose cuando escuchó una discusión desde afuera.
Se frenó en la entrada, inseguro de si entrar o no, sorprendiéndole de escuchar a sus padres discutir y se decidió entrar sin permiso, acercándose a la sala donde la discusión venía, callando las voces de inmediato con su presencia.
"Jungkook" su padre exhaló y se veía enojado. Jungkook tensó los hombros y el alfa se relajó, suspirando pesadamente. "Dejémoslo aquí"
"Pareces que disfrutas ver a tu hijo miserable" la omega le masculló y Jungkook la miró confundido, aún más cuando su padre gruñó.
"Una cosa no tiene nada que ver con la otra"
"Dile a Jungkook lo que tienes para decirle" ella le exigió y el alfa torció el gesto.
"¿Para qué? ¿Piensas que hará algo?"
"Kim Taehyung llamó a casa el sábado" su madre le dijo y Jungkook quizá no pretendía que el rostro se le iluminara como lo hizo. La miró sorprendido, ni siquiera pudiendo preguntar cuando la reacción de su padre lo golpeó. "Preguntó por ti y pidió poder hablar contigo"
Oh.
"Por favor" su padre murmuró. "Ese chico terminó muy mal la última vez que estuvo por aquí"
Jungkook se sintió palidecer, viendo a su padre a los ojos.
"Estás unido, tienes una hija y un cachorro en camino con tu alfa, no tienes nada que hacer con Kim Taehyung" le dijo. "Y él no tiene nada que ver contigo. Tú sabes perfectamente que a tu alfa no le caerá nada bien saber que te has estado comunicando con él"
Jungkook tragó, tomado por sorpresa con todo, no sabiendo qué decir.
Miró a su madre a los ojos y luego a su padre, entendiendo finalmente el comportamiento del alfa todo el día anterior. Había estado un poco arisco con él, con Haerin, su padre no era la persona más cariñosa del mundo, pero tampoco nunca se había mostrado distante sin razón.
¿Qué había hablado con él como para que...?
"Esto no tiene sentido" el alfa murmuró, mirando a su omega. "Pareces ser tú la que quiere a su hijo pasándola peor de lo que la pasa"
Jungkook frunció las cejas y se plantó frente a su padre, diciendo en voz baja.
"Preferiría que no actuaras como si te importase lo que hago" le pidió, despacio. El alfa se quedó callado y el omega continuó. "Porque hace mucho tiempo me quedó en claro que no te importa lo que me pase, ni a mí, ni a mi hija"
"Jeon Jungkook"
"No actúes como si siguiera viviendo de ti, papá" dijo. "Eres muy rápido para juzgarme, pero muy obtuso para tus propios errores"
El arrebato fue quizá muy sorpresivo, pero Jungkook estaba demasiado cansado como para bajar la cabeza y dejar que volcaran todo un juicio sobre sus hombros, mucho menos cuando se trataba...de él.
Kim Taehyung era un nombre que no debía pronunciarse enfrente de su padre, Jungkook nunca supo cuánto estima su papá le tenía a su ex novio hasta que terminaron por acusaciones en contra suya que Jungkook no podía haber negado.
Había sido un buen chico, un buen alfa, un buen novio y un buen yerno, sus padres lo habían adoptado como hijo propio, cosa que nunca llegaron a hacer con Minhyuk y Jungkook sabía que aún lo resentían por eso.
En especial su papá.
Su papá había estimado tanto a Taehyung que se aseguró que Jungkook sufriera todas las consecuencias de haberlo traicionado como lo hizo.
"Yo le pedí a Taehyung-ssi que llamara aquí, por si quería hablar alguna vez" dijo a su padre. "Y no necesito tu permiso, perdóname si te molestó que diera el número de esta casa, me aseguraré de no hacerlo otra vez. Mamá" él miró a la misma. "¿Dejó algo dicho?"
Ella tardó en contestar.
"Tu padre lo atendió" dijo sin más y Jungkook miró a su padre, que no dijo nada, simplemente se acercó a la mesa en la que reposaba el teléfono y abrió uno de los cajones, sacando un papel de adentro y se acercó a dárselo a Jungkook, esperando a que el omega lo tomase antes de decir.
"Toma lo tuyo y haz lo que quieras"
"Es lo que he hecho los últimos ocho años, así que estaré bien" él le respondió y miró a su mamá, que estiró un brazo a él y lo llevó al cuarto de lavandería, con Jungkook sintiendo la nariz arder y dejó caer un par de lágrimas, haciendo a su madre murmurar.
"Ay, Jungkook-ah" ella susurró, abrazándolo cuando estuvieron solos. "Tu padre-"
"Estoy tan cansado de lidiar con todo" él le dijo, sólo agarrando el bolso que su madre había acomodado por él, cosa que ni siquiera pudo agradecer porque estaba demasiado abrumado. "¿Hasta cuándo tendré que estar así?" preguntó y su mamá sólo lo miró, Jungkook no pudo hacer más que agarrar lo suyo como si padre indicó e irse.
Fue al trabajo a pie, porque necesitaba aire frío para distraerlo y porque necesitaba pensar antes de tener que sumirse en la rutina de lunes.
Habían sido demasiadas emociones para tan pocos días y si bien no era nada inusual, el comportamiento de Haerin era lo que estaba agotándolo más.
Quizá también el embarazo, pero Jungkook tenía demasiadas cosas en mente que a veces incluso olvidaba que cargaba un futuro cachorro consigo.
Joder.
Ahogado en todas aquellas emociones, era incapaz aún de procesar lo que había causado la discusión con su padre. Sus padres habían estado discutiendo por ello y se preguntó qué había dicho él como para que...su padre estuviera tan reacio a dejarle saber a Jungkook que había llamado.
Si bien no sabía qué había pretendido cuando le dio a Taehyung el número de la casa de sus padres, aunque había esperado cada día que llamara, Jungkook no había pensado que lo haría realmente.
Había preguntado por él. Quería hablar con él. Jungkook se preguntó qué iría a decir realmente si se le diera la oportunidad de hablar.
En medio de su turno, con su bolso con ropa limpia en el cuarto de atrás y frente al mostrador de la cálida panadería, Jungkook buscó en su bolsillo y sacó el papel donde había un número de teléfono, con el corazón en la garganta, preguntándose qué debía hacer.
Si llamara, ¿estaría en casa? ¿Atendería? ¿Colgaría al escuchar que era él? ¿Le preguntaría cómo había estado? ¿Se quedaría callado y dejaría que Jungkook hablase?
No lo podía saber. Era todo demasiado incierto. Jungkook aún no podía...procesar del todo que había vuelto a ver a Kim Taehyung luego de tanto tiempo, que nuevamente era objeto de peleas con sus padres y razón por la que el corazón se le aceleraba.
Lo había visto una sola vez, pero la mirada en sus ojos estaba grabada a fuego en él. Lo había tocado por un segundo, pero la sensación de su calor estaba tatuada en su palma.
Joder.
Jungkook miró la hora en el reloj y notó que quizá Haerin ya había salido de clases, debería estar camino a casa de Minsu donde se quedaría hasta que la fuera a buscar y aunque se sintió tortuosamente lento, su turno terminó y luego de buscar a Haerin de casa de Minsu, el día llegó a su fin.
Recostado en su cama, Jungkook miró al techo, sin poder dormir, a pesar de que estaba exhausto.
Se frotó el vientre con una mano y miró a su lado, a Haerin dormida profundamente en su cama y la podía ver porque aún tenía la estufa encendida, Jungkook admitía que quizá extrañaba cuando ella se colaba a su cama a mitad de noche para buscar consuelo de un miedo en él.
Desvió la mirada a las estrellas pegadas en el techo y el dolor en el pecho regresó, más fuerte, más asfixiante, más difícil de ignorar.
Joder. Joder.
Jungkook se levantó de la cama y buscó un abrigo.
Envuelto en su bufanda y un largo abrigo tupido, apagó la estufa para luego ponerse las zapatillas, Jungkook miró a Haerin un momento más y abrió la puerta de la casa, todo en silencio y salió del departamento.
En la planta baja, en el teléfono público apto para todos los inquilinos, Jungkook se quedó de pie un rato, pensando y debatiendo, no sabiendo qué hora era, pero hacía frío y no podía dormir si no hacía aquello.
¿Qué más tenía para perder? No podía poner más incómodas las cosas entre él y el mundo alrededor de lo que ya eran, ¿acaso había una forma de que empeorara? Quizá bastaba con arriesgarse un poco.
Jungkook puso una moneda y marcó el número, acercando el frío teléfono a su oreja y esperó.
Sonó una, dos, tres veces. Era noche, así que debía estar en casa. Quizá era demasiado tarde y estaba dormido.
Jungkook no lo podía saber.
¿Lo iba a despertar? Si no contestaba entonces significaba que-
"¿Hola?"
Jungkook sintió que la sangre le bajaba de la cara.
El aire se le atascó en la garganta y miró hacia el frente, esperando encontrarse cara a cara con la persona cuya voz había escuchado, pero se encontró con la noche tras las ventanas de la planta baja del edificio, con el vaho que salía de su boca abierta.
Oh.
"¿Hola?" se le repitió y Jungkook tragó, duro.
"Taehyung hyung"
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