11
"¿Jungkook? ¡Jungkook!"
El omega se sobresaltó.
"Perdón. No te había escuchado" dijo, encogiéndose en su abrigo que no se había quitado cuando llegó a casa de sus padres. Su madre le alzó una ceja, mientras Jungkook doblaba torpemente la ropa de la semana que había llevado el día anterior para lavar y que ya estaba seca para llevar a su casa.
La omega reiteró.
"Estaba preguntándote por Haerin-ah" dijo, consiguiendo la mirada de él, que se detuvo para darle toda su atención, después de todo, no estaba acomodando la ropa con toda la dedicación que requeriría para no ser planchada luego.
Joder.
"Minsu fue al departamento temprano y Haerin quiso ir a jugar" dijo simplemente, regresando a acomodar la ropa para irse lo más pronto posible. "Tengo que buscarla en un rato"
La omega se apoyó en la mesa del cuarto de lavandería, inhalando profundo antes de decir algo.
"Esa niña pasa más tiempo en la casa de su amiga que contigo" señaló y Jungkook sintió el apretón usual en el pecho ante los reclamos de su madre, pero trató de no reaccionar de mala manera.
"Son sólo unas horas" murmuró. "No quiero que se aísle de otros niños y la familia de Minsu la trata bien. A ella le gusta ir a jugar. No se lo voy a negar porque tenga que llevarla conmigo a todos lados"
Pero en su decir encontró quizá más de una cosa que no se sentía bien, pero no tenía la energía para reformular.
Su madre lo hizo por él.
"Crecerá y sólo recordará tener a su padre presente cuando era hora de ir a dormir" dijo, quizá en reclamo y Jungkook se aseguró de tener hasta la última prenda limpia en el bolso antes de mirar a su mamá a los ojos.
"Estoy haciendo lo que puedo" dijo y estaba demasiado cansado para pelear. "Haerin está contenta y bien. Tiene ropa limpia, duerme bien, vivimos tranquilos y estamos bien"
"¿Y eso te parece suficiente?" ella le preguntó, quizá no con afán de atacarlo, pero realmente preocupada. Jungkook se encogió.
"No lo sé"
Pero es todo lo que puedo hacer.
Dejó de mirarla y levantó el bolso de la encimera del cuarto, aunque lo dejó en el suelo al notarlo un poco pesado. Buscó en sus bolsillos y sacó un pequeño sobre con dinero, extendiéndoselo a su madre, como hacía cada semana, un pequeño pago por dejarle usar la lavadora y demás, pero la omega se lo rechazó, sacudiendo la cabeza.
"Guárdalo" le dijo. "Si Minhyuk no estará hasta en dos meses, lo vas a necesitar"
Jungkook se puso pálido, pero bajó la cabeza, apretando el sobre en su mano.
"¿Quieres quedarte a almorzar?" su madre le preguntó, pero Jungkook negó.
"Iré por Haerin"
"Come algo, Jeon Jungkook, por el amor de Dios" ella masculló, casi sonando molesta. "La vida de sacrificado no le hará bien a nadie a tu alrededor"
Y Jungkook sintió el dolor en su pecho volver, bueno, ni siquiera había desaparecido, sólo que en el momento se sintió un poco más intenso y no le dejó responder, por lo que sólo cedió.
El olor a pescado le dio náuseas pero Jungkook no comentó ello, oh, el asco a ciertas comidas había aparecido hacía un poco más de una semana, luego de no haberse podido levantar de la cama por unos cuantos días y se habían sumado unas cuantas al menú de cosas que le daban náuseas.
Su madre notó su expresión e intentó sonreírle.
"¿Empezaste con las náuseas?" le preguntó, dejando un bol con arroz frente a él. Jungkook asintió a ella.
"Cada vez es peor" murmuró, con un suspiro exhausto. "Espero que pase pronto. Haerin cree que sólo estoy enfermo"
Su madre se detuvo un momento cuando estiró la mano para tomar un poco de pescado, retomando la acción cuando Jungkook la miró.
"Oh, perdón, Jungkook-ah" ella dijo, un poco culpable. "Creí que ella ya lo sabía"
Él frunció apenas las cejas.
"Le pregunté si le gustaría tener una hermanita o un hermanito ayer cuando vinieron" suspiró, meneando la cabeza. "Discúlpame. No sabía que no se lo habías dicho"
"No pasa nada" Jungkook se resignó, retomando su comida porque de hecho, estaba hambriento a pesar de las náuseas. "¿Y qué te dijo?" preguntó, sin mirar a su madre cuando ella respondió.
"Que no quería hermanos"
Jungkook presionó los labios, pero no contestó, con el dolor en su pecho aún presente.
"Mh" su madre murmuró, luego de unos momentos. "Esta mañana temprano vino la madre de Mara por aquí. Me dijo que te vio hablando con un alfa anoche y ya sabes cómo es. Le dije que de seguro era sólo un amigo de Minhyuk y que no diga tonterías a los vecinos"
Jungkook dejó caer los palillos de su mano, sin poder evitarlo.
Miró a su madre y esta se mostró confundida, oh, joder, el omega volvió a levantar los palillos y sacudió la cabeza.
"¿Jungkook?"
"Vi a Taehyung hyung anoche en la tienda donde Mara trabaja" él le dijo, metiéndose en la boca un bocado de arroz, pero ni siquiera lo pudo masticar cuando tuvo que tragarlo porque el sabor se le hizo asqueroso. Joder.
La omega frente a él parpadeó.
"¿Te acuerdas de Taehyung hyung?" Jungkook trató de conversar pero oh, sólo pronunciar el nombre era-
"¿Kim Taehyung? ¿Ese Kim Taehyung?" ella inquirió y Jungkook asintió, alcanzándose un poco de agua para beber.
"Lo saludé y le pregunté si podíamos hablar" dijo. "Está...bastante alto. Casi no lo conocí"
Y el malestar en su pecho bajó a su estómago y volvió a subir, esta vez por su garganta y alcanzó a levantarse de la mesa para correr al baño y poder vomitar en la taza del inodoro.
Oh, Dios.
"Haerin-ah~"
Y no pudo evitar sonreír, aunque el gesto le salió vago, cuando Haerin caminó hacia él rápidamente, ralentizando el paso antes de alcanzarlo y se abrazó a su brazo, acurrucándose en la manga del abrigo de su papá.
"¿Traes todas tus cosas?" le preguntó y Haerin asintió con la cabeza, inusualmente callada, pero sonriente. Jungkook miró hacia el padre de Minsu que había sido quien lo atendió cuando tocó el timbre del departamento y el alfa le sonrió mientras mantenía la puerta abierta, Jungkook reverenció apenas con la cabeza hacia él, pasándole una bolsa con unos cuantos pasteles de arroz que había comprado. "Gracias por dejarla venir y cuidarla"
El alfa alzó las cejas.
"Oh, no, no hay problema, Jungkook-ssi" dijo, pero recibió la bolsa para no ofenderlo. "Siempre es agradable tener a Haerin-ah por aquí"
Y cuando bajó la mirada a la niña, ella se mantuvo sujeta a su padre, que rió apenas.
"Gracias" dijo simplemente, asomándose un poco al departamento al ver a Minsu. "Nos vemos mañana para ir a la escuela, Minsu-yah"
"Sí, señor Jeon"
"¿Te gustaría quedarte a tomar una taza de té, Jungkook-ssi?" el alfa le ofreció amablemente. "Eso que traes ahí se ve pesado como para que regresen caminando. ¿Gustas que te lleve?"
Jungkook se encogió, manteniendo la sonrisa, negando con la cabeza.
"Estaré bien. Gracias por todo"
En el camino a casa, Haerin se detuvo cuando notó que su papá no caminaba a su lado. A unos pasos detrás de ella, el omega se había detenido para descansar, oh, se estaba frotando el cuello y su abrigo se había desabotonado, por lo que Haerin notó su vientre contra el suéter que llevaba, acercándose a sacar de la otra mano desocupada de su padre su mochila que él había insistido en cargar.
Ella sólo lo miró y el omega le acarició el pelo con la mano que ahora tenía libre, la cual Haerin tomó cuando volvieron a caminar.
"Papá" ella llamó y Jungkook tarareó en respuesta. "¿Cuántos años tienes?"
Él se rió.
"Mh, ¿cuántos años crees que tengo?" le preguntó, para conversar y terminar con el silencio que los había acompañado. Haerin lo pensó.
"¿Cuarenta?"
Jungkook se rió un poco más alto.
"Menos" la corrigió, mirando hacia abajo a su hija, que pensó por unos momentos.
"¿Treinta?" sugirió y el omega negó.
"Menos"
"¿Menos?" ella repitió, asombrada. "Eres muy joven, papá"
Jungkook asintió.
"Más o menos"
"¿Veintisiete?"
"Uno menos"
"Veintiséis" exclamó, mirándolo a los ojos y Jungkook asintió, aún sonriendo. Haerin se quedó en silencio, atreviéndose a decir después. "¿Cuántos años tiene mi papá?"
"¿Tu papá? Cumplirá veintinueve en marzo" le respondió. "¿Por qué de pronto tienes tanta curiosidad?"
Haerin meneó la cabeza.
"Así que cuando yo nací, ¿cuántos años tenías?"
Jungkook se sorprendió con la pregunta, pero no le negó una respuesta.
"Mmmh, tenía dieciocho cuando tú naciste" le dijo. "Y tu papá tenía veinte"
Haerin lo pensó un buen rato, antes de volver a preguntar.
"¿Cuántos años tenías cuando conociste a papá?" inquirió y cuando miró a Jungkook a los ojos, se veía seria. El omega sintió latente nuevamente el dolor en su pecho y apretó un poquito la mano de Haerin en la suya, no sonriéndole pero mirándola con calma.
"No me acuerdo bien. Estábamos en la secundaria. Teníamos amigos en común" dijo sin más y no pudo mirar a Haerin a la cara después de eso, por lo que volvió la vista al frente, acariciando la mano de su hija con su pulgar.
La niña volvió a preguntar.
"¿Tú me quisiste cuando nací?"
Jungkook se detuvo y Haerin también.
Bajo el débil sol un día de invierno, el omega dejó su bolso en el suelo y peleó con su cuerpo dolorido para poder agacharse y estar a la altura de Haerin, que le sostuvo la mirada, acariciándole la cara con las dos manos, una fría que era con la que sostenía el bolso y la otra tibia porque había estado sujeta a la mano de ella.
Jungkook le movió el pelo y se lo puso detrás de las orejas, pronto pasándole los pulgares por los pómulos.
"Por supuesto que sí. Te amé en cuanto supe que ibas a ser mi bebé" le dijo, en voz baja. "¿Qué pasa, mi cielo? ¿Por qué estás pensando en todo eso? ¿Alguien te ha dicho algo?"
Haerin presionó los labios y quizá no estaba del todo consciente de que unas cuantas palabras de su parte podrían lastimar a la persona que más la amaba en el mundo.
"¿Mi papá me quiso cuando nací?" Y Haerin sabía que él no le respondería lo que ella quería, pero no tenía el valor de preguntar de verdad.
Su papá frente a ella, sin intención y tomado por sorpresa, hizo silencio unos cuantos segundos, los suficientes para que ella tuviera la mínima esperanza de que-
"Estoy seguro de que sí" le dijo, acercándose a besarle la frente cuando tuvo que enderezarse, Haerin lo vio hacer una leve mueca de dolor, pero su papá le extendió su mano mientras levantaba el bolso del suelo con la otra. "¿Por qué preguntas todo esto?"
Haerin lo siguió cuando volvieron a caminar, apoyándose en el brazo de él, con la mejilla contra el codo de su papá.
"No sé" dijo simplemente. "Sólo tengo miedo"
"¿De qué, mi amor?"
Y Haerin no le pudo contestar y aunque a Jungkook le angustiaba la clase de preguntas que ella estaba haciendo, no la forzó a contestarle.
Sólo podía esforzarse en mostrarle la confianza suficiente para que ella se animara a contarle.
"Muchas gracias" Jungkook dijo, cuando Haerin terminó de doblar su ropa y guardarla en su cajón, que era lo único que faltaba por acomodar. El omega no recibió respuesta, así que volteó a mirarla mientras terminaba de acomodar las mantas para acostarse y terminar con el día, y vio a Haerin levantarse de la cama para acercarse a la percha dónde su uniforme colgaba impecable para agregar la corbata que había faltado poner a lavar el día anterior y que su papá recordó llevar esa mañana a casa de sus abuelos.
Jungkook le sonrió cuando ella se giró a él en busca de aprobación, aunque fue él quien pidió la suya.
"¿Todo listo?"
"Sí" Haerin asintió, mirando su uniforme perfectamente acomodado, apurándose a revisar que sus zapatos estuvieran limpios, girándose al omega cuando hubo terminado de tener todo listo para la mañana siguiente. "Papá, ¿mañana luego de clases puedo ir a casa de Minsu?" Le preguntó, siguiendo a su papá al cuarto de baño para cepillarse los dientes.
Jungkook la miró hacerlo, apurándose a imitarla cuando Haerin volteó la mirada a él.
"Pensaba que mañana quizá después del trabajo, podríamos ir a comer juntos a algún lugar" le dijo, haciendo que su hija detuviese su accionar por unos momentos. "O preparamos algo rico de comer y puedo alquilar una película. ¿Qué dices?"
Haerin lo miró por un momento más, antes de volver a cepillar sus dientes, escupiendo la espuma mientras se alejaba el pelo de la cara con las dos manos.
"Bueno" dijo simplemente y Jungkook ladeó la cabeza, esperando a que los dos terminasen de cepillarse los dientes antes de preguntar.
"No te veo muy emocionada. ¿No quieres pasar una tarde conmigo?" Y encendió la luz de noche para Haerin mientras ella se subía a la cama en una esquina del departamento, que resultaba ser sólo una gran habitación con sólo un cuarto aparte, que era el baño.
Jungkook apagó la luz luego de asegurarse que la puerta estaba asegurada y fue a la cama del otro lado del departamento, encarando hacia la cama de Haerin, cosa que ella también estaba haciendo.
El omega no la forzó a responderle.
"Sabes que si quieres contarme algo, lo que sea, puedes hacerlo. ¿No?" Dijo despacio y Haerin se acurrucó más en su cama.
"¿Y puedo preguntar cualquier cosa?"
"También"
"¿No te vas a enojar?"
"No, mi amor"
"¿No te vas a poner triste?"
Jungkook frunció apenas las cejas.
"¿Por qué me pondría triste alguna pregunta que me hagas, Haerin-ah?" Inquirió, totalmente extrañado. Haerin se escondió en las mantas y su almohada, su voz saliendo ahogada cuando preguntó.
"¿Cuando nazca tu otro bebé ya no me vas a querer?"
Jungkook se quedó mudo antes de poder responderle.
Hacía quizá un par de meses que Haerin había estado distinta, quizá un poco más consciente y menos...inocente. Miraba las cosas por cómo eran, Jungkook no podía hacer nada contra el mundo que los rodeaba y sabía que pasar tiempo en la casa de Minsu, hacía a Haerin ver el contraste con ambas familias.
¿Había alguna forma de evitarlo? Llevaba a Haerin y buscaban juntos a Minsu todas las mañanas para ir al colegio y luego de eso debía ir al trabajo. La mamá de Minsu las buscaba y a veces dejaba a Haerin en casa, a veces la invitaban a quedarse para merendar algo antes de que Jungkook saliera de trabajar, y prefería que su hija estuviera con adultos en quienes él confiaba a dejarla sola en casa.
Dejarla con sus padres no era una opción usual, pues si bien accedían a cuidarla unas cuantas veces al mes, suficiente Jungkook los molestaba con ir a su casa a lavar la ropa cada fin de semana para ahorrar un poco de la lavandería.
Tampoco podía ir a casa de los padres de Minhyuk, porque mientras él no estuviera, Jungkook no podía ir por su cuenta ni siquiera para que ellos vieran a Haerin.
Era su nieta, pero sólo podían visitar cuando Minhyuk estaba en casa.
Las preguntas de Haerin realmente se habían estado haciendo cada vez un poco más difíciles de responder, algunas dolían, algunas lo confundían, pero siempre trataba de tener la respuesta que creía correcta, porque sabía que ella se daba cuenta de las cosas y aunque Jungkook quisiera, no podía esconderla del mundo.
Joder.
Después de todo, la única persona a la que ella podía preguntarle lo que fuera era él.
Los ojos se le aguaron cuando las palabras vinieron a su boca y no sabía por qué, pues había sido sólo una de tantas preguntas, la voz se le quebró al terminar una oración.
"Nunca en mi vida dejaré de amarte, Haerin-ah" susurró, pero la niña no le respondió y Jungkook encaró al techo, con la mano en su vientre y la otra cubriendo sus ojos, tratando de mitigar el ardor en ellos con su mano fría, pero sólo los sintió desahogarse cuando dejó caer un par de lágrimas, con la mano aún en su cara y el labio entre los dientes para evitar hacer algún ruido que hiciese que Haerin se diera cuenta.
Como siempre.
Y quizá al otro día todo dolía menos porque en medio de la noche, Haerin se había colado a su cama y Jungkook podía despertar con ella acurrucada en él, con la nariz hundida en su ropa y luciendo tranquila.
Y eso sólo era razón para aguantar un día más.
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