Me asomo por la ventana con una sonrisa, doy un salto al ver la mudanza estacionarse delante de la casa.

Stella: ¡Ya han llegado!

Alessandro: ¡No vayas a correr escaleras ab...!

Al escuchar mis pasos apresurados se queda callado, corro a la puerta principal y a la primera que veo es a mi madre, ella grita muy emocionada al verme.

Jazmín: ¡Mi niña hermosa!

Stella: ¡Mamá!

Nos abrazamos con fuerza, detrás de ella veo a mi padre que sonríe ampliamente mientras abre sus brazos.

Leonardo : ¡Mi niña!

Stella: ¡Papi, qué emoción!

Jazmín: Ay, Aless, que gusto verte.

Después de abrazar a papá, veo como mamá le da un abrazo a mi amigo Alessandro, papá le da un apretón de manos.

Entramos a la casa y mientras que papá junto a Aless ayudaban con las cajas de la mudanza, mamá me llevaba al patio trasero.

Nos sentamos en los columpios que cuelgan en un enorme árbol, ella sonríe mirando las rosas que servían como decoración alrededor del patio.

Jazmín: Todo sigue tan lindo como hace unos años.

Stella: Es justo como lo recuerdo.

Jazmín: Algunas cosas no cambian, pero otras si...

Agacho la cabeza cuando entiendo que es el momento de tocar ese tema que me hizo regresar a casa.

Jazmín: Tenemos que hablarlo, corazón.

Stella: Lo sé... Es solo que no puedo creer que se haya terminado después de... Tantas cosas...

Jazmín: Esas cosas suelen pasar, amor mío, ojalá pudiera protegerte de estos malos tragos pero son parte de la vida.

Stella: Aún así... No puedo creer que él me haya fallado... Era tan diferente al hombre que conocí.

Jazmín: Explícame, vida mía.

Tomo aire y miro al cielo, mis ojos se llenan de lágrimas al instante pero mamá no hace nada por detenerme, siempre ha sido así.

Stella: Cuando nos conocimos era un hombre atento, cariñoso, tan delicado y leal... Con el pasar del tiempo él cambió tanto que cuando tomé la decisión de irme y me demostró esa indiferencia... No pude reconocerlo.

Jazmín: Cariño...

Stella: Yo... Estaba dispuesta a perdonarlo todo, no me fue infiel, creí que por eso podía perdonar toda la indiferencia, los castigos de silencio... Pero... Mami, él me rompió cuando simplemente aceptó mi decisión y se fue.

Acaricia mi mano mientras escucha atentamente, sonríe con esa dulzura que a mi hermano y a mí siempre nos ha podido calmar.

Jazmín: ¿No dijo nada?

Stella: Solo dijo que era mi decisión y se fue de la casa... No me corrió pero soy consciente de que él trabajó más que yo para conseguirla, además... No es una casa lo que quiero... Tengo la mía propia, si estoy aquí es porque...

Jazmín: Porque es tu casa, es tu patio e incluso este árbol es tuyo, cariño... No tienes que darnos explicaciones del porqué volviste a esta tu casa, quizás nosotros trabajamos para construirla... Pero fue para ustedes dos y pueden volver aquí cuando quieran.

Stella: Me da vergüenza volver después de dos años y haber roto el compromiso... Solo porque "era indiferente".

Jazmín: Cachorrita... La indiferencia es también un buen motivo para irse de una relación, no solo se necesitan cuernos o golpes... La indiferencia es una forma de violencia que no debes aguantar.

Por unos segundos veo en sus ojos algo que no había visto en ella, enseguida vuelve a sonreír y besa mi mano como de costumbre cuando quiero llorar, acaricia mi mejilla mientras suspira.

Jazmín: Vergüenza sería para mí y tu papá entregarte al altar a un hombre que te iba a hundir en un matrimonio lleno de malos ratos... Para nosotros sería una gran vergüenza fallarte de esa manera, no sabes lo orgullosos que nos sentimos de poder ver que eres muy madura para romper un compromiso a diferencia de otras mujeres.

Stella: Yo quiero un matrimonio tan lindo como el de ustedes...

Jazmín: ¿Sí?

Stella: Sí, es tan perfecto.

Jazmín: ¡Oh no!

Ríe levemente mientras suelta mi mano y se balancea en el columpio, mira a papá que estaba dejando unas cosas en el patio, al vernos sonríe y regresa al interior de la casa.

Jazmín: Leonardo y yo somos un matrimonio casi perfecto.

Stella: ¿Casi?

Jazmín: Para ser un matrimonio perfecto deberíamos de ser personas perfectas y déjame darte un adelanto de la vida, escúchalo porque tengo mis años y tú apenas veinticinco.

Vuelve a mirarme.

Jazmín: La perfección y el enamoramiento por siempre, no existen.

Al ver que pongo una cara de susto ella ríe en voz alta, niega con la cabeza.

Stella: ¿No estás enamorada de papá?

Jazmín: Uhmm ... No.

estela: ¡¿No?! Pero... ¡Siempre los he visto muy enamorados!

Jazmín: Mira, amor mío.

Detiene el columpio y me mira de forma seria.

Jazmín: El enamoramiento dura unos meses al inicio de una relación, es cuando ves en la otra persona la perfección y crees que sus malos olores son lo más maravilloso del mundo.

Estela: Puaj.

Jazmín: Así es... El tiempo pasa y ese enamoramiento se va, empiezas a ver las imperfecciones de él, sus olores son apestosos ahora y quizás tu corazón no lata con tanta emoción como al inicio.

Stella: Eso es... Triste.

Jazmín: No lo es, porque viene la mejor etapa de la relación... Es cuando escoges estar con esa persona, ya no estás con él porque tu corazón late con tanta emoción o solo por esas sonrisas que te haga tener... Estás con él porque... Lo escogiste.

Stella: No entiendo.

Jazmín: Uhmm ... Imagina que por tu papá dejé de sentir mariposas en el estómago a los cuatro meses de ser novios, después de eso la ilusión se me fue y en su lugar quedó la realidad, esa que muchas veces olvidamos por estar enamoradas...

Estela: Aja...

Jazmín: Fue entonces cuando lo escogí, cuando sus malos olores no me daban asco pero si era consciente de que existía o cuando su risa se volvió ruidosa pero para mí era tan relajante... Quiero decir, dejas de ver lo perfecto para mirar lo que es la otra persona realmente... Te das cuenta que él o ella es como tú, un humano tan imperfecto que está dispuesto a aceptar tus cosas malas.

Stella: Entonces... Esto mismo les pasó...

Jazmín: No.

Su forma brusca me hizo mirarla.

Jazmín: Hay gente como Leonardo que no cambia después del enamoramiento porque siempre fue él mismo antes, durante y después, incluso pueden mejorar cuando escogen hacer vida con alguien, justo como ese hombre hizo cuando me eligió... Pero hay otras que te enamoran con cosas que no son y después del enamoramiento muestran su verdadera cara como Antoni.

Me sorprende como cuando habla de papá sus ojos parecen gritar "amor" pero cuando habla de mi ex pareja parecen desear el fin del mundo.

Jazmín: Gente como Antoni son los que te bajan el cielo y cuando consiguen tenerte atada, pueden llegar a cambiar sus máscaras.

Stella: Entonces es complicado elegir bien...

Jazmín: Claro, por eso el matrimonio no debe de hacerse en la etapa del enamoramiento, Leonardo y yo demoramos tres años de novios y dos viviendo juntos para ir al altar, ninguno de los dos tenía cosas que esconderle al otro.

Stella: Eso es mucho tiempo.

Jazmín: Y mira, aquí estamos... Nos escogimos tan bien que parece que estamos en la etapa del enamoramiento.

Stella: Entonces, no estás enamorada.

Jazmín: ¡Si lo estuviera no soportaría escucharlo roncar cada noche!

Papá aparece detrás de ella de la nada gritando un "oye", mientras que yo me asustaba, ella sonríe mirándolo.

Leonardo: Pues si yo estuviera enamorado, no podría soportar tus preguntas de "¿Qué me ves de diferente?", escogí escucharte cada semana hacerme esa pregunta.

Jazmín: ¡Ja!

Los tres reímos al mismo tiempo, pasamos el resto de la tarde acomodando cajas hasta que todos deben irse.

Me despido con un abrazo de Alessandro que promete regresar al día siguiente.

Leonardo: Yo también vendré mañana para subir lo demás, cuídate y cierra todo con seguro.

Stella: Si papá, no hagas enojar a mamá.

Leonardo: Lo prometo.

Jazmín: Nos vemos el fin de semana, iré a hacer unos negocios pero cuando regrese quiero cenar en ese bonito comedor.

Jazmín: Sabes que sí, seremos los cuatro en ese comedor.

Los tres me dan un último abrazo y se van, al cerrar la puerta casi siento morir por el silencio tan insoportable que hay.

Subo a mi habitación muy desordenada, pero solo tengo fuerzas para sacar debajo de la cama una caja y poner sobre el escritorio mis hojas blancas junto a mi lapicero favorito.

Abro la caja mirando varios libros que he escrito en estos años, dejo todo de lado para sacar unas cartas que hay al interior, la primera de ellas en el sobre se puede leer "Comienzo A Quererme".

Decidido sacarla antes de comenzar a escribir una carta nueva.