Es hora de irme y todos mi seres queridos ahí estaban para despedirme exepto mi querido hermano quién es raro que se encuentre en casa siempre está en las instalaciones de la universidad donde asiste o viajando por el mundo, mi amiga me espera en el auto mientras charla con mi mejor amigo.

-te extrañare mi pequeña.. Dice mamá en un sollozo.

-ma vendré los finés de semana. Digo con un tono algo burlón.

-lo se pero no será igual. Ya se le ven las lágrimas.

-no llores, me harás llorar. Dijo papá, haciéndose el fuerte.

-mi niña. Dice abue tocando mis cachetes.

Mi amiga empieza a tocar la bosina dándome señal que me apure.

- debo irme los veo el fin de semana. Habló tristemente, me agarran abrazada una última vez.

-los extrañare. Dije cuando ya me soltaron.

Miro a cada uno mi madre una señora de 40 de mi altura cabello negro como la noche y una tez pálida como la di abue con pequeños lunares en la respingada nariz. Mi padre un señor de 42 años ya con alguito de canas un gran empresario tez morena y con los ojos más bello que he podido conocer. Mi abue una señora que la vejez se le nota a kilómetros pero una gran energía y personalidad, con su típico cabello blanco como la de cualquier persona mayor. Suspiro decida a seguir mi camino hacia el auto me giro y camino, cuando quedó lo suficiente cerca él se baja.

-hola zombie.

-hola fantasma, me extrañaras.

-si, mi zombie preferido.

-es que conocisteis a otro. Se curza de brazo.

-no tonto por eso eres mi preferido.

-quieres decir que si conocieres a otro me remplarías.

-no, lo que quiero decir que te extrañare. Digo apunto de explotar en llanto con tantas emociones en el aire.

-yo igual. Me toma abrazada.

-disculpen que les arruiné la ecenita, pero... Hace una pausa.- debemos irnos.

-ok. dijimos al unísono, ya separados quedamos frente a frente, su cara es de preocupación al parece que no pasan desapercibidas mis lágrimas que de poco caen por mis mejillas.

-no llores o verás lo dramático que puedo ser cuando lloro. Dice limpiando mis mejillas rojas.

-creó que es hora de irme.

-hasta que por fin. Comenta mi amiga.

Le di una última sonrisa para entrar al auto, mi mejor amiga no tardó en poner el auto en marcha, por hernencia volteo atrás para ver lo que dejo en la maravillosa ciudad donde nací, crecí y me desarrolle.

Entre lágrimas, abrazos, recuerdos y sonrisas llegamos hacia nuestro destino.

Y es aquí donde pasaría los siguientes 3 años junto con la loca que tengo como amiga. Un lugar tranquilo; la casa es mediana de dos pisos, con dos cuartos, un baño, una pequeña sala y una cocina, colores oscuros  perfecto para dos locas hormonales universitarias. Pienso mientras me dirijo al cuarto demasiada cansada por el largo y pesado viaje que he tenido.

Veo como mi amiga se desaparece en uno de los cuartos, yo no dudó en hacer lo mismo entro al cuarto que queda disponible y quedó dormida apenas tocó la cama.

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Holis

Estoy mejorando la historia cuente que les parece...

No olvides la estrellita..

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Shecy Roja