Prólogo.
it's dangerous 'cause i want it all and i don't think i care what it cost
Harry miró el espejo, las ojeras son tan profundas que dejan un aspecto a muerte. Trata de arreglar su cabello alborotado por el sudor que recorre su frente y se desliza por su mejilla, el sabor salado de las lágrimas aún están en su lengua. Siente el frío recorrer su columna vertebral, subiendo por su cabeza y colándose en sus huesos.
Respira con sus dedos mallugados aún tienen espasmos de dolor incontrolable, y la cicatriz de su ceja abierta hace que mantener la calma sea un martirio. Harry pasa sus manos sucias de barro por los pantalones manchándolos de lodo, con sangre seca, con sudor que grita miedo y terror. Su mirada también, sus cuencas prefieren estar vacías, pero los iris verdes totalmente dilatados lo juzgan como si su reflejo fuera otra persona diferente.
—¿Cómo te sientes? ¿Mejor? — Draco está detrás de él, la respiración se le corta, el filo de el cuchillo de carne gotea. Harry trata de aguantar las náuseas —. Vamos pequeño, háblame.
Su voz es lejana, como si estuviera susurrando a pesar de sentir el calor de su cuerpo detrás de él. Lo mira a través del espejo, tiene la sonrisa pintada de un líquido asqueroso negro y una cicatriz horrible de la ceja bajando hasta debajo de su ojo. Las náuseas vuelven y los reflejos hacen que se agarre del lavado, haciendo que el dolor este en la boca de su estómago, el ácido sube hasta su garganta, el sabor asqueroso en su lengua lo deja mareado, Harry intenta vomitar lo que siente pero se le es imposible.
Una mano se posa en su espalda baja, y sube haciendo unas caricias suaves de manos frías. Siente el corazón a mil, con una frustración por no poder botar todo, por no eliminar el ácido que aún siente en su garganta, el mareo hace que su cabeza de vueltas desorientado. Unos labios fríos se posan en su oreja, susurrando palabras de tranquilidad como si nada estuviese pasando.
—Potter. — El aliento cálido lo hace querer sentirse mejor, cierra los ojos con fuerza conteniéndose, aprieta su mandíbula como sus manos, controlando su respiración. Su intento es tan patético que solo logra hacer que sus venas se marquen —. Potter.
Dice dos veces, con una voz tranquila y dulce, reconfortando.
—Te perdono.
Harry niega, no quiere hablar, no quiere creerlo. Sigue sin ver el reflejo del espejo, se niega a verlo a los ojos, su mente trata de eliminar todo, cualquier recuerdo, el que sea.
—No es tú culpa. — Vuelve a llorar, las lágrimas se deslizan otra vez por sus mejillas, lágrimas de rabia, de culpa, de asco —. Era la única opción.
—No. — Logra hacer que su lengua entumecida funcione, vuelve a tener arqueadas hasta escupir más nada que baba negra, espesa y asquerosa en el lavado —.
Esta vez no se contiene, sigue botando todo lo de su interior. Sigue tirando el ácido que quema su piel interna, el dolor es reconfortante para él, intenta lavar su boca cuando otra arqueada lo intercepta, tirando todo lo que tenía en el estómago. Ve pasmado la sangre, ve con sorpresa los pedazos destrozados.
—Fue mi culpa. — Dice, levantando la cabeza para mirar a Draco a través del espejo. Sus ojos azules intentan dar tranquilidad pero la gran cicatriz nueva en su mejilla no deja que se vea tan inocente, se ve peligroso, como si lo fuera a perseguir. Él ladea la cabeza y sonríe, Harry sabe que el camino que le queda es aguantar que muerda sus talones hasta morir —. Lo siento... Lo siento.
—¿Qué sientes?
—Tú... — No se voltea en ningún momento, ambos conectan su mirada a través de gran espejo del baño —. Lo que... Lo que pasó.
Draco no dice nada, y señala el lavado. Harry no duda en mirar, el horror aún queda allí cuando las alas de mariposas destrozadas y sangre chispeante esta marcando la baldosa blanca.
—Ya no sientes nada. — Es lo último que se escucha, un eco casi in-reconocible, antes de que todo cese, antes de que todo se vuelva negro —.
"— I hate you. — He breathed hard, with his chest contracted and his emotions on the surface, with worn lips, tired eyes and his mind filled with erroneous thoughts. —. I hate you.
— No. you don't. — Her hands trembling with cold took his face, she pressed her forehead against his and breathing the same air she closed her eyes. —. You don't, you can't hate me"—
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