habían apagado el live y la sonrisa de seungmin se desvaneció un poco, soltando un suspiro bajo que no pasó desapercibido por hyunjin y jeongin, quienes se miraron de reojo pensando una misma cosa, por lo que asintieron en un acuerdo silencioso.

apenas se fueron los del staff, seungmin se sentó en medio del sofá largo que había en la habitación y se puso a ver las fotos de ese día con una pequeña sonrisa. a pesar de que las cosas no salieron como lo había planeado, al menos tuvo lindos recuerdos en el lugar junto a los jugadores y sus amigos.

sin decir una sola palabra, hyunjin y jeongin se sentaron uno a cada lado de kim, posando sus cabezas en los hombros del castaño, quien, al sentirlos, dejó su celular a un lado y abrazó los rostros de sus amigos con sus manos.

— no estés triste, seungmininnie. verás que la próxima sí podrás lanzar. —hyunjin fue el primero en hablar, restregando su mejilla contra el cuerpo de seungmin con cariño, mientras su mano sostiene la del contrario, la cual descansa en su mejilla libre, siendo acariciada.

— ¡sí! y nosotros volveremos a estar a tu lado para apoyarte y alentarte. —dijo ahora jeongin abrazando el brazo de seungmin que tenía de su lado, mirándolo con un poco de emoción para luego dejar un suave beso en su mandíbula, haciéndolo sonreír más grande y sonrojar tímidamente.

— gracias, chicos. no sé qué sería de mí sin ustedes. —por fin habló seungmin, notándose más animado, sintiendo el confort que ambos chicos a su lado le brindaban con sus palabras y caricias que comenzaron a darle en su cabello y nuca, erizandole un poco la piel. se sentía amado— los amo mucho, lo saben, ¿verdad? —el castaño miró a ambos chicos en sus hombros, quienes salieron de su escondite en su cuerpo a sonreírle con entusiasmo.

— y nosotros a ti, minnie. —fue hyunjin el último en tener la palabra con esa respuesta antes de acercarse a seungmin y unir sus labios en un pequeño beso, al cual se unió jeongin formando así un tierno piquito de tres.

al cabo de unos segundos se separaron con unas sonrisas en sus rostros y se acomodaron mejor en el sofá, acurrucándose y apegándose lo más que podían buscando calor en los cuerpos ajenos, terminando en una posición donde, acostados, jeongin y seungmin quedaban cómodamente sobre hyunjin, quien acariciaba con amor los cabellitos de sus menores.

seungmin durmió más tranquilo, sintiendo el corazón de hyunjin en su oído como una canción de cuna y la suave mano de jeongin acariciando su mejilla. simplemente feliz en su zona de confort.