—¿Y si vamos de los minions?

Preguntó Sam agarrando unas gafas redondas y gruesas de laboratorio.

Habíamos ido a Walmart después del partido para decidir el disfraz que llevaríamos esa noche. Quedamos con Max y sophie a las diez en la fraternidad.

—Yo no voy a ir de eso. —Protestó Jayden mirando con algo de asco las máscaras de plástico.

—Pues elige tú un disfraz entonces. —Se cruzó de brazos con un tono molesto pero algo cómico.

—Podriamos ir de cavernícolas.

Agarró un palo de plástico que simulaba un bastón de cromañón.

—O de hadas. —Señaló un pack de alas de mariposa a tamaño humano con varita mágica incluida. Jayden le miró incluso más extrañado.

—Hablarás por ti... Oh mira, aquí hay gorros de cowboys.

Yo les miraba desde un rincón como agarraban todo de la sección de Halloween mencionando todos los disfraces disponibles sin ponerse de acuerdo en ninguno.

—¡Sam que no vamos a ir de las Monster High!

—¡Ni tampoco iremos de motoristas!

—Es mucho mejor disfraz que lo tuyo.

—Desde luego más aburrido es.

—Yo diría más bien que es más normal.

Ambos se miraban con las manos apoyadas en la cadera y con semblante desafiante que parecía casi humorístico.

—Mirad mejor vamos a lo simple y ya está. Yo voy de policía y vosotros de criminales.

Los dos se giraron lentamente a mirarme.

—Si ya su disfraz era malo...

—...El tuyo es peor

Dijeron casi al unísono. Abrí la boca indignada por su repentina coalición. —Lo siento por no querer estar aquí hasta navidad.

—Vamos del Rey León. —Sam agarró un disfraz que enseñaba el pelaje de un animal bastante abultado.

—No. De cowboys. —Jayden tomó una pistola de plástico de la estantería.

Suspiré al ver como se seguían mirando casi con enfado pero con ese toque gracioso que no entendía del todo.

—¿Qué os parece? —Pregunté sonriente mientras les enseñaba lo guapa que iba con mi vestido rojo ajustado.

Habíamos acabado disfrazados de vampiro. Compramos sangre falsa y algún que otro accesorio para darle ese toque gótico.

—Estás guapisima, pero te habría quedado mejor el disfraz de cowgirl. —Añadió Jayden sentado al borde del sofá junto con mi hermano.

Ambos llevaban ropa negra pero Sam se había comprado una capa roja que le hacía parecer más un vampiro. Les pinté unos colmillos y les puse un poco de sombra roja para darles ese aspecto de muertos.

—La verdad que no está tan mal el disfraz. —Reconoció Sam mirándose a sí mismo. —Hoy ligo seguro.

Jayden y yo reímos al ver su faceta egocéntrica, pero he de reconocer que iban los dos guapísimos.

—¿Nos vamos ya?

Agarré mi bolso y nos pusimos nuestras chaquetas antes de salir al rellano. Iba a ser una noche de disfrute, necesitaba ese descanso después de la semana tan rara que llevaba, quería olvidarme de todas mis inseguridades y sospechas para disfrutar con las dos personas que más quería en el mundo.

Le di un pequeño beso en la mejilla a Jayden mientras este se ponía el cinturón. Me miró sonriente para darme otro en los labios. Le quería con todo mi corazón a pesar de todo.

Recorrimos toda la ciudad hasta llegar por fin a la zona universitaria donde estaban todas las fraternidades. Llamé a Sophie la cual ya estaba en la entrada de la casa.

Aparcamos un poco lejos pero no tardamos en llegar andando. Max y ella estaban disfrazados de príncipe y princesa. Sophie parecía estar encantada pero a Max no se le veía muy feliz con su disfraz.

—¡Joe tía siempre vas guapísima! —Me gritó al verme y me estrechó entre sus brazos con cariño. Cada vez sentía que éramos más amigas.

—Tu también estás preciosa.

Los chicos se saludaron con un rápido apretón de manos.

—¿Dónde están vuestros amigos? —Preguntó el pelirrojo mientras nos separábamos.

—No sé si cuento como amigo pero aquí estoy. —Añadió Mich al darle una palmada a Jayden por la espalda.

Este se sorprendió pero le de saludó de inmediato, iba disfrazado de zombie algo cutre. Parecía estar mucho más animado que la anterior vez que le había visto. Mi hermano se apartó un poco incómodo, no sabía como reaccionar.

Enseguida Mich se dio cuenta y le saludó también. —Sam tío entre nosotros está todo bien. Tu no tenías culpa y yo tampoco.

Ambos se sonrieron mientras Sophie le daba contexto a Max al oído.

—¿Entramos? —Sugirió mi hermano sonriendo.

Pasamos por el jardín donde estaba todo el mundo bailando y bebiendo como si no hubiera un mañana. Algunos estaban tirados por el suelo e incluso habían otros discutiendo a todo pulmón por encima de la música tecno que hacía vibrar la estructura.

Miré a Jayden mientras entrábamos por la enorme puerta, mi corazón latía al ritmo de la música tecno que hacía que todo el mundo saltase con euforia. Las luces moradas se pagaban a su piel y me hacía verle el triple de irresistible.

Intentamos pasar por la pista de baile para servirnos del alcohol de la fiesta. Incluso en la cocina estaban todos bailando sin parar, sin agotarse. Mi hermano parecía alucinado por la magnitud de la fiesta mientras que Mich saltaba al ritmo de la música mientras saludaba a unos y otros.

—En la fraternidad de Derek siempre se hacen fiestones. —Añadió el rapado emocionado mientras todos bebíamos y bailábamos.

Unas chicas se acercaron a mi hermano. —¡Le has gustado a nuestra amiga! —Chillaban intentando abrirse camino entre el ritmo tecno. —Es aquella de allí.

Señalaron a una pelirroja que parecía muchísimo más mayor que él. También es verdad que yo veía más pequeño porque sabía su edad pero físicamente aparentaba ser universitario.

—¿Me acompañais a hablar con ella? —Respondió mi hermano.

Las chicas obviamente aceptaron y antes de beber el ultimo trago nos avisó de que no tardaría mucho en volver pero que tampoco le buscáramos por si acaso.

—Tu hermano es un casanova. —Comentó Jayden bebiendo de su segundo vaso.

—Mira quién fue a hablar.

Sonreí acercándome a él con deseo. Llevaba dos vasos de vodka y ese disfraz le quedaba demasiado bien...

—Yo tengo novia.— Me agarró de la cintura acercándome a él con el mismo deseo que sentía yo.

Nos besamos con lujuria en medio de todo el mundo mientras que los demás bailaban al romper la música, mi corazón iba a mil y mi cuerpo se movía por la adrenalina. Una corrienten de deseo nadó desde mi clitoris hasta mi vientre mientras notaba la humedad de su lengua rozando la mía.

Nos separamos un momento para mirarnos a los ojos sintiendo y disfrutando del sentimiento de dolor de nuestros sexos. Jayden sonrió para volver a besarme pero cuando me cogió se la nuca alguien le llamó por detrás.

—¡Jay tío! ¡Lo que me ha costado encontrarte!

Derek le abrazó mientras este intentaba separarse un poco incómodo por la erección que había crecido bajo su pantalón.

—Derek... ¿Qué tal tío?

—Buah de puta madre, ese tío de ahí vende una maría que te cagas. —Señaló desorientado a alguien para después volver a mirarme. —¿Tu qué tal preciosa?

—Bien...

—¿Oye te le robo un momentito, está bien? Que tenemos que hablar de una cosa.

¿Cómo? Me pregunté ¿De qué tenían que hablar? ¿Y por qué yo no podía ir?

Miré al pelinegro. Este parecía incómodo.

—Es que ahora mismo no es un buen momen...

Sin dejarle terminar le agarró del brazo y tiró de él hacia las escaleras desapareciendo entre la multitud. Aquello era demasiado raro.

Desorientada busqué a Sophie y gracias a la altura y al pelo rojo brillante de Max los encontré bailando no muy lejos de donde estaba.

—¿Dónde está Jayden? —Preguntó Sophie gritando y todavía contoneándose.

—Se ha ido a hablar con un amigo. —Respondí no muy alegre.

Intenté bailar con ellos con normalidad pero mi cabeza no paraba de dar vueltas. No quería sospechar pero todo cada vez era más raro, cada vez todos se comportaban más raro pero no sabía si era cosa de mi cabeza.

Cuando bailaba un chico se me acercó, era alto y moreno.

—¿Cómo te llamas!

—¡Emily, ¿y tú?

Se acercó a mi oído peligrosamente entonces me alejé un poco.

—¡Mi nombre es Trevor, me preguntaba si tienes novio, como te he visto sola...!

—¡Sí, si tengo novio!

—Vaya...Bueno, entonces ha sido un placer, Emily.

Sin decir nada más se alejó para reunirse de nuevo con sus amigos que parecían reírse de él por mi rechazo. El chico era mono pero nada comparable con Jayden.

Me giré y después de encontrarme a Sophie y Max casi succionándose el alma decidí buscar a Jayden.

Me abrí camino hasta las escaleras, no estaba muy segura de si habían subido pero tenía que intentarlo. Era una casa muy grande con muchas habitaciones y un pasillo muy largo lleno de gente hablando y bebiendo.

Fui puerta por puerta escuchando, en la mayoría se escuchaban gemidos no muy agradables hasta que por fin oí la voz de Derek. Iba a entrar hasta que...

—¡Haznos caso tío! No te lo decimos porque te queramos joder es sólo que...

—¡Ya sé el por qué es! Lo sé joder no me agobieis más de lo que ya estoy.

—Jay sabes que nos tienes para lo que sea, pero esto... Esto es demasiado. —Reconocí la voz de Mich.

—No os necesito. Si es porque no os queréis involucrar estad tranquilos porque yo haré lo que crea conveniente.

—No es por nosotros joder, no queremos que os pase nada.

—Mirad tíos me piro, y ni una palabra a nadie de esto.

Escuché los pasos de Jayden acercándose a la puerta así que me separé.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó tragando saliva.

—Yo... ¡Te estaba buscando! Te puedes creer que un chico a intentado entrarme.—Rei intentando aparentar normalidad.

Al decir aquello pareció destensarse. —Pues me da que entonces tendré que matarle.

Sonreímos y bajamos de nuevo las escaleras. Decidí hacer como si nada porque sabía que no me iba a contar la verdad, ¿qué cojones estaba pasando?

Estaba empezando a sudar frío y el corazón me iba a mil de la impotencia, ¿por qué me ocultaba cosas?, ¿y porqué parecían tan graves?

Estando en la cocina con Sophie y Max comenzamos a escuchar jaleo en la entrada, supusimos que sería una pelea pero cuando intentamos mirar quiénes eran los involucrados se escuchó un disparo que rebotó por el salón seguido por gritos de todos los integrantes de la fiesta.

Miré a Jayden con mi respiración descontrolada ¿Dónde estaba Sam?