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Capítulo 20.

Jayden me dio un beso en la frente en lo que yo me colocaba las bragas bajo las cálidas y gruesas sábanas. Bajó a la cocina mientras yo disfrutaba un rato más del ambiente matutino y de la suavidad de la cama. El estado ensoñador del orgasmo continuaba cosquilleandome la punta de los dedos con sutileza mientras abrazaba un cojín de tela fría. Era como estar en el paraíso.

Después de un rato el olor a café espeso y tortitas recién hechas embriagó la segunda planta. Obnubilada bajé las escaleras en busca de un desayuno que estaba plantado en la mesa grande entre el salón y la cocina.

Mi hermano y July estaban sentados comiendo fruta de forma improvisada mientras hablaban y reían. Jayden estaba de espaldas trapicheando en la cocina como siempre.

—Hombre, la bella durmiente. —Dijo Sam sonriendo al notar mi presencia.

El pelinegro se giró a mirarme mientras se colocaba un trapo de cocina al hombro.

—Espero que tengas hambre.

Sacó un plato de sándwiches calientes de huevo, tomate y aguacate y lo puso en la mesa junto con un plato de tortitas que contenía mínimo siete pisos, un bol de fruta, un plato con gofres pequeños y grandes cajas de cereales.

—No sabía si os ibais a quedar con hambre. —Dijo frotándose las manos orgulloso mientras todos mirábamos con asombro todos los platos.

—Jayden yo seré mejor que mi hermana lo juro. —Bromeó Sam mientras babeaba mirando la gran tortita que chorreaba miel en su plato.

Todos reímos mientras comíamos y hablábamos con entusiasmo.

—¿Qué haremos en Halloween? A lo tonto es la semana que viene. —Pregunté esperando la palabra "fiesta"

—La verdad que no pensaba hacer nada. —Respondió el pelinegro comiendo sus tortitas. —¿Tu qué pensabas hacer?

Miré a los cuatro perpleja, ¿era la única que tenía ganas de fiesta?

Mis ojos se juntaron con los de Sam, el cual me conocía a la perfección.

—Creo que deberíamos ir de fiesta. —Dijo casi obligado.

Sonreí complacida pero July no parecía muy convencida.

—Creo que Derek hará una fiesta en su fraternidad. —Añadió Jayden según recogía nuestros platos.

—¿Derek va a la universidad? —Rei sin creérmelo.

—A filosofía concretamente.

Sinceramente le pegaba, era el típico bohemio con rastas y porro en mano.

Nos sentamos tranquilamente en el sofá mientras July y Sam disfrutaban de un baño matutino en el lago. Me acurruqué en el hombro del pelinegro según mirábamos la chimenea que aleteaba chispas gravemente.

De repente escuchamos como daban golpes en la puerta principal. Jayden y yo nos miramos extrañados, diría que hasta asustados. Me indicó que no hablara y me quedase en el sofá. Tragué saliva según mi sudor se enfriaba, de la nada estaba aterrorizada.

El pelinegro andó con cuidado y sin hacer ruido hacia la puerta, miró por la mirilla en silencio para después suspirar aliviado, me relajé en el sitio al ver como giraba el manillar sin miedo.

—Mich, ¿qué tal todo tío? —Escuché que preguntaba desde la puerta.

El chico rapado y musculoso con el que había estado la noche del tiroteo entró por la puerta con cara de enfado, cosa que pareció extrañar a Jayden.

—¿Podemos hablar? —Preguntó con las manos en los bolsillos de su chaqueta sin esperar una respuesta negativa.

Jayden arrugó el ceño confundido. —Claro tío vamos arriba. —Me miró. —Un momento Emily ahora vuelvo.

—N..No pasa nada. Hola Mich. —Sonreí apesar de la situación pero el rapado apenas me miró de vuelta.

Subieron a la planta de arriba en lo que yo salía al porche para estar con Sam y July.

Estos estaban sentados al borde del muelle con los pies en remojo. Me acerqué a ellos.

—¿Qué tal los tortolitos?

—Bien. —Sam me sonrió. —Hemos escuchado la puerta, ¿quién era?

—Mich, un amigo de Jayden, pero parecía súper enfadado. —Me quité los zapatos y los calcetines y remangándome los pantalones me senté a su lado dejando que el agua helada engullera mis pies desnudos.

July parecía haberse quedado tiesa, esa chica era muy rara.

—¿No ha dicho qué le pasaba? —Preguntó mi hermano mirando al cielo.

—Noop. Se han ido a hablar ellos dos.

—Pues que raro la verdad. —Suspiró bailando su pierna por el agua.

—Voy un momento al baño. —July se levantó rápidamente metiéndose de nuevo en casa. Sam y yo nos miramos algo extrañados pero tampoco le dimos importancia.

Un rato más tarde escuché como se abría la puerta del porche. Los dos nos giramos al unísono para ver a Jayden y a Mich, este último parecía preocupado pero ya no estaba enfadado.

—¿Todo bien? —Pregunté desde el muelle.

Los dos se acercaron a donde estábamos pero no parecían muy seguros.

—Hey. —Saludó el rapado algo más relajado. —No quería irme sin despedirme.

—¿Te vas ya? Quédate a comer por lo menos.

Me levanté secándome un poco los pies y poniéndome de nuevo los zapatos, cosa que mi hermano repitió.

—No, no, no pasa nada de verdad, debería volver ya y...

—Insisto, de verdad. —Le corté, no era molestia y de verdad me sentía en deuda con él por haberme ayudado en el tiroteo, sin él a saber qué me podría haber pasado.

Mich suspiró rendido. —Está bien pero después de comer sí que me voy.

Sonreí complacida y nos metimos todos en casa. July seguía en el baño mientras que todos estábamos en la mesa hablando y tomando una cerveza. El ambiente era tenso y tampoco entendía el por qué, ¿habría dicho algo malo? pensé.

—Mich, ¿tú vas a ir a la fiesta de Halloween de Derek? —Pregunté después de un buen trago a mi lata.

El rapado miró al pelinegro queriendo decirle algo que no entendí, pensé que quizás habría sonado muy infantil. Jayden asintió y Mich volvió a mirarme. —Si vosotros vais supongo que yo también.

Intentó sonreír de forma sincera pero tenía un comportamiento muy raro, estaba claro que algo le había pasado.

Mientras que Jayden preparaba la comida y mi hermano y yo conversábamos con Mich me acordé de July.

—Oye Sam ve a mirar si July está bien, lleva un buen rato en el baño.

Mi hermano asintió y fue a buscarla al piso de arriba dejándome sola en la mesa con el rapado.

—Mich, ¿seguro que todo está bien? Sé que quizás no soy tu persona favorita pero considero que ya tenemos confianza. —Bromee intentando romper el hielo. Era obvio que pasaba algo.

—Si... Casi nos matan juntos. —Dejó escapar una pequeña risa mientras miraba la mesa recordando nuestra huída por el polígono. Me volvió a mirar directamente a los ojos. —Estoy bien tranquila, cosas de chicos ya sabes...

—Ah.. ya..

No tenía ni idea a lo que se refería, pero preferí no urgar más en el tema. 

—¿Y qué haces por aquí? Esto está un poco lejos de Lansing. —Sorprendentemente no sabía como continuar la conversación. Jayden de vez en cuando se giraba a mirarnos.

—Su familia también tiene una casa por aquí cerca. —Respondió el pelinegro quitándose las manoplas del horno.

Los chicos se volvieron a mirar, era obvio que me estaban escondiendo algo y no me estaba gustando nada.

Mich me volvió a mirar aclarándose la garganta como si fuera a hablar pero se limitó a asentir. Volví a preguntar intentando guiar la conversación.

—¿Habrá que ir disfrazados a la fiesta, no?

—Yo la verdad que no soy mucho de disfrazarme. —Sonrió incómodo el rapado.

—¡Pero es Halloween! Esa es la gracia de Halloween.

No pareció tener respuesta así que Jayden intervino de nuevo. —Si quieres nos disfrazamos nosotros, lo más seguro es que la fraternidad entera se disfrace.

Le sonreí complacida y algo sorprendida por su respuesta,  pensaba que le tendría que convencer.

El horno avisó de que las pizzas estaban listas entonces mientras el pelinegro las sacaba del horno con ayuda de su amigo yo subí para buscar a Sam y ver qué le pasaba a July.

Subí las escaleras mientras le decía a los chicos que empezasen a comer. En el piso de arriba apenas se escuchaba un murmullo en la habitación de ambos, me acerqué a la puerta rezando por no escuchar algo sexual.

Parecían estar hablando así que llamé a la puerta, Sam me dio permiso para entrar y para mi sorpresa estaba sólo él, July debía estar en el baño de su habitación con la puerta cerrada.

—¿Todo bien chicos?

—July no se encuentra bien. —Dijo mi hermano no muy convencido.

Me acerqué a la puerta y llamé. —July si quieres tengo compresas y tampones en la maleta, por si es eso...

—¡No! No, tranquila. —Respondió incómoda.

Sam dio un paso hacia delante pegándose a la puerta.

—¿Pero necesitas algo? Alomejor un vaso de agua o...

—No, no, gracias.

Nos miramos algo confundidos, Sam me susurró un "No sé que la pasa" y ambos pegamos la cabeza en la puerta para ver si escuchábamos algo.

Nada.

—Bueno pues, me quedo aquí, id comiendo y ahora a ver si July se encuentra mejor. Quizás la sentó mal el desayuno.

Volví a bajar las escaleras, los chicos estaban comiendo mientras conversaban más calmados.

—¿Qué pasa? —Preguntó Jayden según me sentaba con ellos en la mesa.

—July, se encuentra mal y no quiere salir del baño.

Suspiré cogiendo un trozo de pizza y cuando iba a darle un mordisco vi como Mich me miraba confuso.

—¿July?

El pelinegro y yo nos miramos con el ceño fruncido. —Sí ¿La conoces?

Tragó saliva mientras escuchamos pasos por la escalera. Me giré a mirar. Sam bajaba con July de la mano, la cual no parecía muy convencida.

—Hey ¿Qué tal estás?

Pregunté pero no obtuve respuesta puesto que la castaña me miraba por encima del hombro como hechizada. Me giré de nuevo y vi a Mich mirarla con la misma expresión ¿Qué mierdas estaba pasando?

El rapado se levantó todavía embobado ante la presencia de July. Miré a mi hermano, este parecía igual de confuso que yo.

—J..July...T..Tú

—Mich escucha yo...

—¿Me has estado engañando con él?

Mi hermano abrió los ojos de la sorpresa, entreabrí la boca sin procesar lo que estaba pasando.

—¿C..Cómo? —Preguntó mi hermano soltando la mano de la castaña y girándose a mirarla subiendo el tono. —¿Cómo que engañándole? ¿Estáis juntos?

Se giró a mirar a Mich, este también parecía enfadado. No me podía creer lo que estaba pasando, ¿había tratado bien a esa mientras le ponía los cuernos a mi hermano?

—No, no estamos juntos. Me dejó hace una semana apesar de haberla perdonado infinitas infidelidades. —Escupió sin subir el tono pero con una rabia que le agrababa la voz.

—¿Y como es que yo no sabía de esto? —Preguntó Jayden molesto.

—Sam eso no es cierto, el y yo estuvimos juntos pero mucho antes de salir contigo. —La castaña se giró a intentar cogerle la mano pero este se la quitó de mala gana.

—¿Emily te acuerdas lo que hablamos en la fiesta del polígono? ¿Lo de los cuernos? —Asentí abrumada por la situación.—Bien pues fue ella ¡No tengo por qué ocultar nada de verdad!

Miró a Sam pero no enfadado con él si no apenado de cómo habían jugado con los dos. Mi hermano respiraba rápido y hondamente encerrado en sí mismo, atando cabos, sus ojos se volvieron tristes y llenos de dolor. Se giró hacia July como una extraña que le repugnaba.

Al ver el dolor en la cara de mi hermano me levanté casi por impulso abalanzándome sobre la morena y empotrándola contra la pared cogida de la camiseta.

—Ya hemos sufrido bastante como para que vengas a hacer daño a Sam. Como te vuelva a ver acercarcarte a cualquiera de nosotros no pararé hasta unirte con el suelo a puñetazos.

Mientras Sam y Mich nos miraban sorprendidos Jayden se levantó rápidamente intentando separarme. Cuando iba a quitarme, la castaña tuvo la genial idea de darme una bofetada que retumbó por la casa con nuestro silencio.

El pelinegro empalideció al ver como me quedé con la cara girada. Volvi a mirarla a los ojos pero esta vez apenas distinguía de la rabia. Sin pensarlo dos veces la di un puñetazo que la hizo caerse al suelo.

—No sé quién te has creído que eres, pero como me vuelvas a tocar te mato.

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