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Capítulo 14.

-—Buenas noches. -—Saludó Jayden dejando las llaves en el cuenco del recibidor.

Mi hermano y yo habíamos pasado toda la tarde sentados en el sofá, los dos haciendo deberes y avanzando trabajos para el instituto. Estuvimos hablando sobre buscar trabajo para ahorrar y poder comprar una casa cuando yo cumpliera dieciocho.

—-¿Qué tal el trabajo? —-Pregunté dejando mi cuadernos sobre la mesa de café.

-—Aburrido, como siempre. —-Se agachó a recibir al peludo gato de pelo negro que ronroneaba según él acariciaba su cabeza. -—-¿Qué tal se ha portado Peace?

—-Con decirte que se me había olvidado que tenías gato. -Sonreí al ver como se reía por la pequeña broma, pero lo decía en serio, no habíamos visto al gato en toda la tarde.

Jayden fue a ducharse en los que nosotros recogíamos las cosas de la mesa. Sam bajó a comprar una barra de pan y algunos huevos. Yo me quedé sentada en la barra de la cocinas mirando el teléfono hasta que al levantar la vista vi a Jayden sin camiseta y con una toalla blanca atada la cadera. Tragué saliva sin saber qué decir.

Al ver mi expresión y mis mejillas algo sonrojadas sonrió. -¿Tu hermano no tendrá hoy otra cita, no?

—-Para nuestra desgracia, no.-—Bromee apartando la vista de su mojada y tatuada piel.

-—Qué pena. —-Continuó su camino hacia las escaleras dándome la espalda. No pude evitar girarme y seguirle con la mirada.

-—Cierra la boca que te entrarán moscas. -—Dijo desde las escaleras.

Reí diciéndole que no le estaba mirando, pero claramente era mentira. No podía dejar de mirarle, era como estar en un sueño.

Después de una cena exquisita en la que Sam casi se relamía los dedos y le pedía a Jayden que por favor le adoptase nos fuimos cada uno a dormir, subí con el pelinegro a su cama mientras que Sam se quedaba en el sofá con Peace, los cuales se habían hecho amigos en un momento.

-—¿En qué piensas? -—Preguntó Jayden al tumbarse y verme sentada en el borde de la cama.

Ya había pasado un tiempo desde que habíamos apagado las luces y podía escuchar a Sam roncando desde el piso de abajo.

—-Jayden, te estoy tremendamente agradecida por todo, de verdad. —-Hice una pausa para coger aire, todavía dándole la espalda.—-Pero mañana volvemos a casa. No podemos quedarnos aquí. Apenas nos conocemos y no tenemos dinero para pagarte, y Sam tampoco va a estar durmiendo en un sofá para siempre.

Me giré a verle, estaba tumbado sobre su codo procesando lo que acababa de decirle, su cara estaba iluminada por las luces de la ciudad que se colaban por los enormes ventanales.

-—Primero; Emily, te conozco más que nadie aparte de tu hermano.

—-Ya pero-

-—Segundo. —-Me interrumpió.-Si no tenéis dinero para pagarme, no tenéis dinero para manteneros en tu casa, ni para comida, ni para gasolina, ni para el agua y la luz. Te aseguro que no me importa pagarlo Emily, si te hace sentir incómoda tómatelo como un préstamo y ya me lo devolverás cuando puedas.

-—Pero no quiero debert-

-—Sé que Sam alomejor está incómodo en el sofá, pero aquí no está en peligro.

Me conocía demasiado bien y sabía que esa era mi única debilidad, mi hermano. Pero en el fondo tenía razón, si volvíamos a casa entonces estaría en peligro, los dos lo estaríamos.

-—Está bien, pero esta semana nos pondremos a trabajar Sam y yo, en cuánto podamos te devolvemos todo el dinero ¿Está bien?

—-Ven aquí.

Jayden agarró mi brazo tirando de mí. Quedé encima suya acurrucada sobre su costado. Hundí la cara en la curva de su cuello, el calor de su piel se me hacía tan reconfortante que me hacía sentir a salvo.

-—No quiero ir mañana al instituto. -—Suspiré cansada.

—-Si no quieres ir entonces no vamos.

Sonreí enternecida, con él era como sentir que de verdad le importaba mi bien estar, aún que también sabía que era porque él tampoco quería ir. Acaricié su pecho pasando los dedos por sus tatuajes. -—¿No somos demasiado jóvenes para todo esto?

—Demasiado jóvenes.






El lunes llegamos juntos al instituto, todo el mundo se giraba a mirarnos en un intento de disimulo muy violento. Cuchicheaban en nuestras espaldas mientras guardábamos las cosas en la taquilla. Cuando vi a Sophie esta parecía estar distinta conmigo, más fría.

-—Buenos días Soph ¿Qué tal el fin de semana? —-Pregunté al verla ir hacia clase.

Esta me sonrio falsamente y después se acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja. -—Oye Emily, sé que será una pregunta muy personal pero...¿Eso que van diciendo de Izan es cierto?

-—¿Qué van diciendo?

-—Pues...-Se aclaró la garganta un tanto incómoda. -—Izan dice que se te intentó declarar en la fiesta pero que tú le diste un puñetazo y luego Jayden le atacó rompiéndole la nariz.

-—P-Pero eso no fue así Sophie. —-La miré incrédula al ver su poca convicción. —-Izan me llevó al baño porque le dije que no quería nada con él, entonces se me abalanzó, le seguí diciendo que no quería y que me dejase en paz pero no paraba de intentar besarme entonces le pegué un puñetazo. -—Me empecé a alterar como es lógico, ella era mi amiga se supone que ella me entendería.

Llegamos a nuestra clase pero nos quedamos fuera incluso cuando el profesor ya estaba dentro.

-—¿Pero y Jayden qué tiene que ver en eso?-—Preguntó poco segura de lo que le estaba contando.

Suspiré. —-Cuando pegué a Izan este me devolvió otro puñetazo, entonces entró Jayden y al ver que me había pegado me defendió.

Me siguió mirando poco satisfecha. No me podía creer que de verdad la tuviera que insistir en un tema así ¿Que mosca le había picado?

-—Si no me crees puedes ver la herida que tengo en el labio. -Señalé el rajón.

-—Pensaba que eso era de la pelea con Olivia.

-—Y lo era. -—Mentira. —-Pero me reabrió la herida.

Seguí enseñándole el labio hasta que ya pareció algo más tranquila. Suspiré de nuevo y entramos a clase, le dijimos al profesor que no me encontraba bien y fuimos a sentarnos al fondo mientras nos hacían un pasillo de miradas, una de ellas la de Jayden desde la segunda fila que parecía preocupado.

En la hora de la comida me reuní con Sam a las puertas del comedor como siempre, le pregunté por July y me dijo que estaba con sus amigas, pero la verdad que no la vimos.

Jayden vino con cara de pocos amigos como siempre.

-—Irradias una alegría...—-Bromeé para calmar un poco el ambiente. Este me sonrió. -—¿Dónde nos sentamos?

—-Donde siempre. -—Respondió encogiéndose de hombros.

Sam y yo le miramos esperando a que dijese que es broma pero en vez de eso el pelinegro comenzó a andar hacia la fila de comida, mi hermano y yo le seguimos no muy convencidos pero él parecía más seguro que nunca.

Ya con nuestras bandejas fuimos hacia la mesa de los "deportistas", los cuales nos miraban si creerse que nos íbamos a sentar con ellos.

Nos sentamos ante sus miradas inquisitivas y la cara de enfado de Izan, algunos se aclararon la garganta incómodos.

—-¿Qué tal el fin de semana? -— Le preguntó Mark a mi hermano intentando romper el hielo.

Mi hermano respondió normal mientras que el rubio no paraba de mirarme, tenía la nariz vendada y los ojos algo hinchados.

-—Emily ¿Podemos hablar? -—Preguntó con seriedad.

Miré a Jayden, este no estaba muy convencido pero me levanté para hablar con Izan en privado. Nos salimos al pasillo mientras todo el comedor nos miraba confuso.

-—Izan sabes que lo que has ido contando es mentira. -—Comencé ya estando solos.

El rubio siguió callado.

-—Admite que lo que hiciste no estuvo bien, te merecías lo de Ja-

—-¿Por qué no te gusto? -—Me interrumpió apenado. —-¿Por qué Jayden si y yo no?

Le miré algo confusa por la pregunta, no sabía exactamente qué contestar. Suspiré cansada de la situación. -—Izan, yo no te quiero hacer daño, no eres mi tipo y no lo sé... Me agobió tanto interés, yo no era una persona que quisiera cosas serias, no sé si eso es lo que buscabas pero jamás te dije que quisiera nada contigo. Lo de Jayden simplemente pasó, me sentí atraída por él pero cada día siento cosas nuevas y no sé cómo asumirlo y....-—Carraspeé y le miré a los ojos. -— Izan, lo siento pero no quiero nada contigo, lo que hiciste el otro dia fue muy grave, y encima mentir sobre ello más.

El rubio agachó la cabeza y asintió arrepentido. —-Lo siento, diré que me lo inventé. Lo siento mucho por cómo me comporté, yo no soy así.

Nos miramos y le puse una mano en el hombro de forma cálida. No lo hizo bien pero debía perdonar y seguir para adelante, tenía demasiadas cosas por venir.

Volvimos al comedor y le dije a Jayden que todo estaba bien, la cosa se calmó un poco y pareció volver a la normalidad.

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