Capítulo 7: Vergüenza
Jeff estaba sentado en la esquina más alejada de la gran habitación en la que se encontraban ahora. Con los codos apoyados sobre las rodillas, sosteniendo su rostro con ambas manos y la mirada fija en el suelo.
Después de que el primer juego haya terminado, los soldados de uniforme rosa habían llegado para llevarlos a la habitación en donde se encontraban ahora.
Nadie parecía particularmente animado después de lo que acaban de vivir, el gran caos de esa mañana se veía muy lejano en comparación al abrumador silencio que los rodeaba ahora.
Jeff no sabía que podría suceder a continuación, si alguien vendría con noticias, si les darían su premio, la opción de irse o quedarse, si ya seguirían con el siguiente o debían esperar hasta el próximo día.
Pero nada de eso era algo que lo esté preocupando en esos momentos, ya que todo su enfoque estaba concentrado en la humillación que había pasado, otra vez, y en menos de veinticuatro horas de la última vez que sucedió.
Había sobrevivido, sí. Pero no gracias a él mismo.
El nombre de su hermana resonaba como un eco doloroso en su mente, seguido de aquél recuerdo de él, tirado en el suelo y sin poder levantarse, en donde casi se da por vencido.
Desde el día en que Sunghee fue secuestrada, Jeff había jurado que haría lo que fuera necesario para traerla de vuelta.
Cada decisión, cada paso en su vida, cada sacrificio que hizo, fué con la esperanza de poder recuperarla, pero de pronto todo aquello no significó nada, ya que en su primer juego había dudado.
Había estado a punto de rendirse.
El pánico lo había inmovilizado en el suelo, mientras sus ojos seguían fijos en el tiempo que no parecía detenerse, incluso aunque él lo deseaba con todo su ser.
Estuvo a punto de cerrar los ojos y esperar que suceda lo inevitable, hasta que Subong lo empujó hacia adelante.
¿Qué tan débil soy para depender de alguien como Thanos? Se reprochó, apretando los puños con fuerza, sintiendo sus nudillos chocar contra su mandíbula de manera incómoda.
Jeff es fuerte, lo sabe. Ha estado entrenado toda su vida, física y mentalmente, para no depender de nadie, fué a clases privadas de artes marciales y a peleas callejeras prácticamente desde que tiene memoria.
Jeff sabe como manejarse, sabe cómo mantenerse de pie incluso después de ser golpeado durante horas, pero en ese primer juego... Se sintió un completo inútil, sintiéndose más como el débil niño que antes jamás se había permitido ser.
Necesitar ayuda de alguien más para acabar el juego y aquello lo hacía sentir tan frustrado.
Incluso el maldito youtuber lo había empujado y casi se sale con las suyas. Jeff creyó que él podría ser lo suficientemente fuerte como para superar cualquier obstáculo, pero aquél tipo logró sacarlo de en medio con una facilidad que lo enfureció.
Sentía como la vergüenza lo quemaba por dentro.
¿Cómo podría enfrentarme a Sunghee si ella supiera lo que había ocurrido? ¿Si viera que yo no hice lo suficiente por ganar el dinero para salvarla?
Si no fuera por Thanos...
Aquella idea lo detuvo en seco.
La pregunta del millón, ¿Qué habría pasado? si en esos momentos Subong no hubiera llegado, ¿Jeff habría logrado levantarse por su cuenta, quebrarse el tobillo si con ello finalmente llegaba?
¿Y si yo nunca hubiera llegado? ¿Qué sería de Sunghee?
Ella se habría quedado completamente sola, encarcelada por esas mujeres que la usaban como un seguro, sin esperanza de que alguien jamás la rescatara, teniendo que criarse rodeada de esas escorias.
El simple pensamiento de dejar atrás a su hermanita lo llenó de un asfixiante sentido de culpa, pero sobre todo vergüenza y decepción.
Aunque intentaba encontrar algo de consuelo en el hecho de que había sobrevivido, el peso de su fracaso personal lo seguía aplastando.
Saber que era uno de los únicos jugadores que sobrevivió sin haber terminado el juego por su propia cuenta...
¡Ni siquiera pisé la meta, el maldito idiota me venía cargando! Pensó frustrado Jeff, llevando sus manos hasta su cabello para tironear un poco de él, en algún intento de encontrar calma en el dolor.
Su tobillo seguía palpitando de manera molesta y al levantarse un poco el pantalon había descubierto que adoptó un color rojo oscuro que se veía preocupante, pero no tenía tiempo para pensar en eso.
Aún quedan cinco juegos más...
Lo haré mejor la próxima vez. Se prometió mentalmente, incluso aunque su propia promesa le sonó vacía.
—Sí, vengan por aquí, en aquél sector están todos muy deprimidos. —escuchó una voz risueña y femenina acercarse hasta donde estaba él.
Jeff se tensó un poco, preguntándose si debería moverse o no, pero al final la chica pareció quedarse a una distancia segura, sentándose en una de las camas cercanas a él, acompañada de otras dos chicas más.
—¿¡Entonces!? —chilló una de ellas, emocionada—. ¿Lo viste, en serio está aquí?
—¡Sí, te dije que sí! Incluso queríamos tomarnos una foto con él al entrar, pero esos de rosa no nos dejaron. —se lamentó otra de las chicas.
Jeff frunció el ceño, preguntándose de quién estarían hablando y porqué parecían tan emocionadas después de lo que había sucedido en el primer juego.
¿No acaban de ver morir a cientos de personas? Se quejó Jeff internamente, bajando sus manos de su cabello para rodear sus piernas con ambos brazos.
Se encontraba lo suficientemente apartado y escondido como para escuchar esa conversación sin que ellas puedan localizarlo, no es que realmente le interesa que lo vean, él no estaba haciendo nada malo.
—¡Es tan lindo, yo no lo podía creer! ¡Y su cabello, oh por Dios, debe ser muy suave! —la primera que se sentó en la cama dijo, llena de una emoción juvenil que discordaba por completo con el ambiente que los rodeaba a todos.
Al menos Jeff comprendió porqué habían decidido alejarse del resto del grupo, con su estado de animo tan alegre se habrían llevado un par de miradas extrañadas.
—Pero, chicas, esperen... ¿Ustedes estaban cerca de él en el juego? —una chica preguntó, hubo un corto silencio en el que Jeff se imaginó cómo las otras dos negaban con la cabeza—. ¡Ay, si lo hubieran visto! Se veía todo un encanto él, corriendo delante de mí.
—Escuché que él empujó a un par de personas, ¿eso es verdad?
Oh, ¿estarán hablando del youtuber? Teorizó Jeff, al recordar como fue empujado por el número 333, Jeff solo sabía que era un youtuber después de salir del primer juego, en donde recordó que aquél tipo fue el primero en salir en la gran pantalla jugando al ddakji.
—¡Sí, yo lo ví! ¡Empujó a tres seguidos y todos murieron! ¡Y encima él sonreía! Ay, se veía tan atractivo, Thanos es tan increíble...
¿Qué? ¿Entonces fué Thanos?
Un nudo se formó en su garganta al pensar detenidamente en ello.
Jeff había estado agradecido con Subong por salvarle la vida, pero ahora, ese agradecimiento comenzó a mezclarse con una sensación un poco amarga.
¿Había sido salvado por alguien que no valoraba la vida de los demás? ¿Ese hipócrita me salvó a mí mientras mató a tres personas sin remordimiento? ¿En qué clase de juego enfermizo me metí?
—¡Oh, ya recordé algo más acerca de él! Thanos... Estaba completamente colocado. —dijo una de ellas, aplaudiendo emocionada ante la nueva noticia.
—¡No es cierto!
—¡Te juro de que sí! Lo ví sacando de su collar una pastilla y luego de tragarla él comenzó a estar súper eufórico, lo que sea que tomó debió ser muy cargado.
Todas soltaron risitas emocionadas, seguido de suspiros encantados, completamente ajenas de la expresión horrorizada de Jeff a tan solo unos metros.
Bueno, entonces los haters tenían razón, el tipo no solo rima mal sino que también se droga, increíble.
Un drogadicto me salvó la vida.
Jeff hizo una mueca de asco al recordar la mirada casi frenética de Subong durante el primer juego.
Sus movimientos impulsivos, sus risas sin motivo, todo encajaba de una manera tan obvia que se volvió aún más vergonzoso.
Incluso ahora, comenzando a recordar los pocos segundos que Jeff observó su rostro, puede vislumbrar la sangre que había en sus mejillas y en su uniforme.
Antes no había pensado en ello, ya que todos se encontraban en una situación similar, con sangre de personas que murieron alrededor.
Pero Thanos... Él los había empujado...
La breve admiración que Jeff había sentido por Subong se convirtió en cenizas, se había desmoronando de manera tan rápida que incluso se sintió cómico.
¿Cómo pude permitir que una persona como él se me acerque? Se reprochó, como si sirviera de algo.
—¿Y vieron cuando rodeó a ese chico por la cintura justo cuando el juego estaba por terminar? ¡Thanos ya había ganado y decidió regresar para ayudar a alguien, tan increíble!
Jeff se tensó al escuchar como claramente habían comenzado a hablar de él.
Mientras la conversación de las chicas continúo, Jeff descubrió que lo peor no fue ser salvado por Thanos, si no el hecho de que todos seguramente lo habían visto.
Ahora pensarán que soy débil, no querrán mantenerme cerca.
¿Y si el próximo juego es en grupos? Mierda, mierda, mierda.
Completamente ajenas de la crisis que Jeff estaba teniendo, ellas seguían hablando acerca de él y Thanos.
—¡Oh, sí, lo ví! Pobre, el niño ese se había caído, seguro a Thanos le dió lástima.
¿Niño, encima creen que soy un niño? ¡Ni siquiera soy tan bajo! Se quejó Jeff internamente.
—O tal vez era un fan que él reconoció... Como sea, ese 19 debe tener muchísima suerte de que Thanos lo haya tocado de esa forma.
—¡Que envidia! desearía ser él. —lloriqueó una de esas chicas, Jeff frunció el ceño, sintiéndose demasiado incómodo de seguir escuchando—. Encima Thanos seguro le estaba susurrando cosas al oído, debe sentirse como la gloria.
—¿Creen que Thanos realmente conoce a ese chico? —consultó una de ellas, las otras dos dieron exclamaciones pensativas—. ¡Siempre hubo teorías de que Thanos era gay! ¡¿Se imaginan que ese chico es su pareja escondida y que cuando Thanos lo vió decidió salvarlo?!
Las tres chicas volvieron a soltar chillidos emocionados mientras Jeff se controlaba a sí mismo de no soltar ningún quejido de cansancio al escuchar como hablaban así de él.
¿Por qué alguien siquiera pensaría una cosa así? ¡No conozco en lo absoluto a ese tipo!
Pero ni sus propias palabras lograron convencerlo demasiado y su mente comenzó a divagar en toda la cercanía que había tenido con Thanos desde que se conocieron.
—...y lo sostenía con tanta fuerza, sus brazos seguro deben ser muy fuertes y debió ser tan excitante sentirlo así de cerca... —seguían susurrando encantadas las chicas.
Jeff sintió su rostro calentarse al pensar en ello, antes no había tenido tiempo de pensar en como Thanos lo había tocado, claramente porque estaba a punto de morir.
Pero ahora que aquellas chicas lo expresaban de esa forma, Jeff podía entender un poco la confusión.
Thanos se había parado detrás de él, todo su cuerpo cubriendo el suyo mientras le susurraba al oído, claramente drogado, que aquél no era un lugar para ponerse a descansar.
Jeff sonrió un poco para si mismo al recordar la estúpida pregunta que se escapó de sus propios labios ¿qué haces aquí? había dicho él, claramente alterado por todo lo que estaba sucediendo, sintiendo a Thanos tan fuera de lugar con su alrededor crítico.
Dejó caer su cabeza sobre sus piernas flexionadas e intentó borrar todo recuerdo de Subong, pero una vez que comenzó fue difícil apartar el pensamiento.
Tal vez su mente intentaba enfocarse en algo que no sea tan preocupante, o tal vez la adrenalina simplemente lo había dejado excitado.
No sabe que fué, pero pronto Jeff comenzó a pensar en las grandes manos de Subong apretando sus caderas con fuerza mientras Jeff se movía encima de él, sintiendo tan vividamente la respiración de Subong chocando contra su cuello.
Pero pronto todo recuerdo de aquella noche quedó completamente atrás cuando una alarma sonó y retumbó por todo el lugar, anunciando que las puertas serían abiertas.
Toda la emoción de Jeff rápidamente se desvaneció de su cuerpo, convirtiéndose en angustia al escuchar los gritos de las chicas que salieron corriendo para acercarse a donde el resto del grupo estaba.
Cuando ellas se encontraron lejos Jeff logró ponerse de pie con dificultad, observando entre los grandes fierros de las camas a los soldados parados exactamente en el mismo lugar que hace tan solo un par de horas.
Caminando lentamente y sosteniéndose de las camas a su alrededor logró escuchar los gritos y exclamaciones de terror cuando los soldados comenzaron a caminar por la pasarela hasta acercarse al borde.
Jeff se sostuvo del último poste de la cama, mirando primero al grupo a lo lejos y después a los soldados del otro extremo, notando que él se encontró justo en medio.
El último en entrar fue el cuadrado, mientras los jugadores seguían ocultándose en las camas e incluso Jeff creyó ver a un par que se escondían debajo de estas.
Una vez más, él no encontró las fuerzas para moverse, sus ojos capturados en las armas que sostenían los soldados, que ahora tenían un nuevo significado para él, uno mucho más peligroso.
—Todos ustedes han logrado ganar el primer juego.
Y con solo esa afirmación, Jeff logró recomponerse un poco, recordando su promesa anterior de hacerlo mejor en el próximo juego.
Tenía que hacerlo, si iba a rescatar a Sunghee, lo haría sin deberle nada a nadie.
***
muchas gracias por todos los mensajitos de ayer, los amo, espero que les esté gustando todo esto y gracias por leer♡
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