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Capítulo 10: Seis piernas

Una canción infantil les dió la bienvenida al nuevo salón de juegos, que ya no se veía tan inocente como el de luz verde y luz roja.

Al llegar, tan pronto como la voz robótica les informó que tenían que hacer equipos para el siguiente juego, Jeff se apoyó contra una de las paredes del salón, observando en silencio todo el caos que se había formado a su alrededor.

Él sabe que tiene una clara desventaja, en las votaciones todos lo vieron caminar mal e incluso en el primer juego le habían estado gritando.

Solo le bastó una rápida observación al lugar para adivinar cuál sería el siguiente juego, los dos arcoíris pintados en el suelo no dejaba gran cosa a la imaginación: serán carreras.

Y mientras observaba como todo un grupo perseguía al loco y como otros tantos ya comenzaban a agruparse, Jeff pensó con quién podría hacer equipo.

Cerró los ojos un instante, respirando profundamente, intentando ignorar el sudor frío que empezaba a acumularse en su frente y como su tobillo punzaba de forma dolorosa.

Intentó apartar de su mente todo pensamiento negativo, pero fue difícil. El tiempo seguía pasando y nadie parecía interesado en acercarse a él para pedirle que se una a algún equipo.

Se obligó a mirar a su alrededor, buscando posibles aliados, sabiendo que esperar a que lleguen solos sería inútil.

Necesitaba alguien fuerte si las carreras eran en grupos y a alguien más débil si al final los grupos terminan enfrentándose entre sí.

Eso sería bastante cruel. Pensó de pronto, sabiendo que muchos harían equipo con quienes entraron en confianza. Y tal vez solo uno gane...

—Yo también lo he pasado mal. Había gente por todas partes, amenazándome y queriéndome encontrar... —decía alguien a unos pocos pasos de él, que logró interrumpir sus propios pensamientos.

Al principio, Jeff decidió prestar atención en un intento de distraerse del dolor en su tobillo, pero entonces lo reconoció. Aquél que había hablado era el tipo que lo había empujado durante el juego de luz verde y luz roja.

Oh... Bingo.

Jeff se acercó un par de pasos, observando a la pareja de jugadores con un poco más de atención.

—Me ignoraste los últimos seis meses. No sabía si habías muerto. —le respondió ella, Jeff no la conocía, pero por sobre el hombro del youtuber observó su número 222.

—Lo sé, perdóname. —repitió él, sonando más decaído de lo que se veía—. Hay que formar nuestro equipo, ¿sí? Primero tenemos que salir vivos de aquí si quieres tener a ese bebé y criarlo.

¿Oh? ¿Un bebé? Pensó Jeff, una chispa de diversión cruzó su rostro, fijando sus ojos justo en la espalda del famosísimo estafador MG Coin.

Interesante...

—No confío en ti. Tú ya dejaste de existir para mí. —y con esa última declaración, ella se marchó, dándole la espalda.

—Auch. —dijo Jeff, sin poder ocultar su diversión—. ¿La abandonaste y tiene un bebé? Sabía que eras un tipo cruel, pero no sabia que tan cruel.

—¡Oye! —comenzó a decir 333, pero al voltearse y ver el rostro de Jeff guardó silencio, mirándolo con sorpresa—. Oh, eres tú.

—Sí, yo. —amplió su sonrisa un poco más, observando con diversión el rostro golpeado del chico frente a él—. Creí que era un buen momento para verte, ya que andas repartiendo disculpas, ¿verdad?

Mierda Thanos, lo golpeaste bien. Felicitó Jeff mentalmente, asegurándose de apartar el pensamiento de Thanos tan pronto como llegó, enfocandose en el chico frente a él.

—Yo... Sí... —el jugador 333 carraspeó y se enderezó aún más—. Lo siento mucho 19, mis más sinceras disculpas, no debí empujarte en el primer juego.

Jeff asintió. En su rostro seguía una sonrisa, pero ya no fue una amable, ni siquiera una de diversión.

—Aprecio tus disculpas. —aseguró Jeff, mirando hacia su costado a la multitud a su alrededor—. Y entonces... ¿Con quiénes deberíamos hacer equipo?

El chico frente a él se tensó, ya había estado listo para marcharse, pero entonces volvió la vista a Jeff, que seguía observando todo el lugar, la sonrisa en su rostro no desapareció.

—¿Disculpa?

Fue entonces que Jeff volvió a verlo, alzando las cejas con sorpresa, como si no comprendiera porque 333 parecía tan confundido con su afirmación.

—¿Qué? ¿Creíste que unas disculpas serían suficientes? Oh, dime que no eres tan ingenuo... —dijo Jeff, sintiendo un destello de satisfacción al ver el pánico en los ojos de 333—. Casi muero por tu culpa, déjame devolverte el favor.

—Espera, espera. No puedo hacer equipo contigo, yo- yo tengo que-

Pero antes de que él pueda terminar de formular su mentira, Jeff lo rodeó por los hombros, apoyando todo su peso sobre el contrario.

—¿Tu nombre es Myeonggi, verdad? —mientras le rodeaba los hombros, Jeff pudo sentir la rigidez del otro jugador, como si supiera que estaba atrapado. Cuando el asintió, tenso, Jeff aprovechó ese momento y dirigió su mirada hacia el suelo, pateando al aire.—Myeonggi, seguro no eres tan torpe para notar que el próximo juego será alguna clase de carrera. ¿No dejarás afuera de tu equipo a alguien herido como yo, verdad? 

El silencio que se formó entre ellos dos contrastaba con el caos que había a su alrededor, el youtuber seguía mirando al suelo y Jeff levantó la vista en el momento exacto para encontrarse con los ojos de Thanos.

El de cabello púrpura los estaba mirando en silencio desde la distancia, no parecía muy alegre en esos momentos, pero pronto había llegado el jugador 124 para tirar de su brazo y finalmente Thanos apartó la vista, una de sus manos había subido para tocar su collar de cruz.

—Realmente lo siento 19, no debí haberte empujado, pero esto... Yo no puedo permitir que-

Jeff soltó un fuerte bufido, interrumpiendo las palabras entrecortadas del chico a su lado, su brazo ajustándose mejor contra el hombro del chico a su lado, decidido a usar su última carta.

—No queremos que mami piense aún peor de ti por dejarme de lado, ¿cierto? —dijo Jeff, en un tono casi aburrido, la mano que estaba sobre el hombro del chico subió para empujar su rostro hacia la izquierda, justo en la dirección en donde la jugadora 222 se encontraba hablando con el equipo del loco.

El chico a su lado soltó un suspiro derrotado y Jeff sonrió un poco al saber que finalmente habría terminado de ceder.

—No moriré por tu culpa. —dijo finalmente Myeonggi.

Jeff se encogió de hombros, dejando caer su brazo de los hombros del chico—. Entonces asegúrate de que ganemos.

Después de esas palabras, Myeonggi pareció recuperar un poco los animos, como si no fuera a permitir que Jeff arruine sus planes de sobrevivir.

Jeff no detendría al chico egoísta de querer ganar, y en cambio se aseguró de seguirlo por toda la sala cuando él se puso a buscar jugadores para que se unan a su equipo.

Con sus manos sobre los hombros de Myeonggi, recorrieron toda la sala hasta que finalmente fueron cinco jugadores.

Ninguno de ellos se veía amistoso, pero a Jeff no le interesó, ni eso ni las miradas de reojo que le enviaban, tal vez notando que él era la única desventaja del equipo.

Cuando el tiempo se terminó, los soldados de uniforme rosa los dirigieron hacia el centro de los dos círculos de arcoíris, cada quién debía estar junto a su grupo.

—¿Te duele? —le preguntó Myeonggi en voz baja, señalando uno de sus pies.

Jeff recostó su cabeza sobre el hombro del chico, sonriendo un poco al sentir como se tensaba.

—¿Te duele? —dijo esta vez Jeff, señalando el rostro claramente golpeado.

Después de eso, Myeonggi decidió guardar silencio y Jeff no pudo hacer más que sonreír divertido ante lo ofendido que parecía el contrario.

—Sabes... Me alegró que Thanos te golpeé de aquél modo ayer, te lo merecías. —le dijo Jeff luego de unos minutos.

Todos los jugadores parecían en su propio mundo, cada equipo haciendo teorías de que se podría tratar el próximo juego.

—¿Y lo fuiste a felicitar personalmente por la noche? —preguntó 333, la ironía palpable en su voz.

Jeff se sobresaltó, sentándose correctamente al escuchar la risa baja del chico a su lado.

—No sabes una mierda. —intentó asegurar Jeff, pensando en lo que había sucedido la noche anterior.

—No. —admitió Myeonggi, encogiendose de hombros—. Pero estabas en su cama cuando las luces se encendieron.

Jeff abrió la boca pero toda la respuesta rápida que había planeado decir quedó en el olvido al escuchar la voz robotica que finalmente volvió a hablar por los parlantes.

—El segundo juego que van a jugar se llama Pentatlón a seis piernas.  El equipo iniciará con las piernas atadas. En los puntos marcados cada diez metros, un miembro de cada equipo jugará un minijuego y, si gana, el equipo pasará al siguiente minijuego.

»— Estos son los minijuegos. El primero es ddakji. El segundo es lanzamiento de piedra. El tercero es gonggi. El cuarto es trompo. El quinto es patear el jegi. Su objetivo será que cada equipo gane todos los minijuegos y crucen la línea de meta en cinco minutos. Cada equipo debe decidir qué participantes van a jugar en cada minijuego.

Tan pronto como las instrucciones terminaron, todos los jugadores comenzaron a hablar con sus propios grupos para elegir que juego seguiría.

El jugador 333 tomó un mando de liderazgo que todo el resto decidió aceptar al instante y pronto él estaba diciendo que haría cada uno.

—...Y tú 19, ddakji. —dijo 333, señalandolo.

Todos habían aceptado, pero Jeff negó rápidamente.

—Si quieren que ganemos, debería estar en medio. —todos lo miraron con confusión, lo cuál solo logró que ruede los ojos—. Así puedo apoyarme en dos personas para caminar.

—Oh, tiene sentido. —dijo uno de ellos, todos habían volteado para ver el los pies de Jeff.

Al principio habían parecido un poco molestos de tenerlo, pero como no era una prueba de velocidad parecieron relajarse un poco, además de que todos habían votado por seguir jugando, lo cuál los dejaba en el mismo lugar.

—¿Entonces cuál prefieres jugar? —le preguntó otro de ellos.

—El trompo o lanzar la piedra, cualquiera está bien para mí, mientras no sea gonggi, soy un desastre en ese. —admitió Jeff, un poco melancólico al recordar como su hermana había querido que él le enseñe ese juego, pero era tan terrible enseñándolo que ella lo terminó de aprender por su cuenta.

—Bien, entonces yo prefiero lanzar la piedra y tu puedes quedarte con trompo. —dijo el tercero, que hasta ese momento no había hablado en lo absoluto.

Para cuando terminaron de discutir quién haría cada cosa, los primeros equipos habían comenzado a jugar, pero realmente nadie en el lugar cayó en la realidad del asunto hasta que los primeros dos equipos fueron eliminados.

Las pequeñas sonrisas por tener todo planeado habían desaparecido de los rostros de todos al escuchar los disparos y los números de diez participantes menos.

Pronto, aquella emoción y adrenalina por jugar quedó aplastada por la ansiedad de lo que pasará si llegan a perder.

Nadie en su grupo se sentía preparado para cuando los llamaron, pero aún así, todos lograron ponerse de pie y caminar hasta el inicio en donde unos números marcaba el lugar de cada uno.

Jeff siseó de dolor al sentir como la tira de cuero se apretaba contra su tobillo adolorido, pero más que eso no pudo hacer ya que el tiempo había comenzado.

Myeonggi había estado analizando a todos los grupos que vinieron antes que ellos, y para el momento en el que comenzaron a caminar todos iban siguiendo un ritmo que él había puesto.

Los primeros dos minijuegos se pasaron rápido, el ddakji y lanzar la piedra no fueron problema, pero siendo todos hombres que jamás habían jugado correctamente al gonggi, perdieron demasiado tiempo en ello.

—Ya cállense, aún nos queda tiempo. —se quejó 333 al ver como los jugadores del otro extremo habían comenzado a gritarle al del medio.

Jeff se había mantenido en silencio todo el tiempo, sin querer perturbar su propia calma ni la de nadie más.

Thanos y su equipo había pasado victorioso unos momentos antes que ellos y le alegraba un poco saber que no estaría distrayendolo con sus gritos, ya que el más ruidoso para festejar fue el de cabello morado.

—Vamos, vamos... —susurró el youtuber, Jeff volvió la vista para ver como el hombre a su lado estaba haciendo el nivel cuatro en esos momentos.

Solo uno más...

Jeff sintió como las uñas de Myeonggi se clavaban en su brazo, ya que ellos dos seguían en la misma posición que cuando comenzaron a caminar, solo que ahora estaban agachados, listos para levantarse cuando termine el minijuego.

Con un suspiro aliviado, todos lograron reincorporarse cuando finalmente el nivel cinco se completó, pero aquella emoción se desvaneció cuando a la par observaron que tan solo les quedaban dos minutos.

—Debes hacerlo bien a la primera 19. —dijo el jugador de gonggi, casi como si fuera una disculpa, Jeff simplemente asintió.

No era particularmente fan del trompo, ya que era un juego simple, una vez que giraba se terminaba todo, pero lo había hecho un par de veces cuando era niño así que no habría estado particularmente nervioso si no fuera por la clara amenaza de la muerte inminente.

Al ritmo del jugador 333 todos volvieron a caminar, Jeff se aferraba con fuerza de los brazos de los dos jugadores a su lado mientras se movían con toda la rapidez que podían por la pista.

Siendo que Jeff tenía en donde apoyarse, no aminoró al grupo en lo absoluto y todos seguían un buen ritmo.

Todo va bien, no lo arruines, idiota. Pensó Jeff, cuando le entregaron el trompo en sus manos.

—Puedes hacerlo. —le aseguró Myeonggi a su lado, su vista fija en el reloj sobre ellos, el resto también lo felicitó, pero parecían igual de ansiosos.

Bien, vamos a hacerlo en la primera... Se animó a si mismo Jeff, comenzando a dar vuelta la cuerda por las pequeñas ranuras del trompo.

La promesa de hacerlo mejor en el próximo juego regresó a el con intensidad justo en el momento preciso. Todo lo que tenía que suceder bien, sucedió.

La sonrisa de Sunghee que lo animaba mientras aplaudía logró enfocarlo aún más, y Jeff contuvo su respiración al finalmente arrojar el trompo a la distancia.

—¡Está girando! —festejó su equipo, todos levantando los brazos, observaron como el soldado círculo les dió el pase y Jeff finalmente volvió a respirar.

—¡Vamos, vamos, solo queda uno! —apuró Myeonggi, todos volviendo a caminar a su ritmo.

Jeff observó el reloj y les quedaba un minuto y diez segundos. No me demoré tanto... Que alivio...

Al llegar al siguiente minijuego Jeff notó que todos los que se encontraban a su alrededor estaban gritando por ellos, celebrando que estaban muy cerca de llegar a la meta.

—¡Uno, dos, tres! —Jeff gritaba con ellos a coro, mientras el jugador 333 pateaba el jegi—. ¡Y cinco!

Después de eso, todos comenzaron a correr lo más rápido que podían estando atados, nadie volteó a ver cuánto tiempo quedaba, simplemente corrieron, esperando que sea el suficiente.

Y entonces, cruzaron la meta y unos cinco segundos más tarde, el tiempo acabó.

—¡Segundo día superado! —cantó victorioso Myeonggi, chocando los cinco con todo su equipo cuando finalmente soltaron las cadenas en sus pies.

Se detuvo antes de chocar con Jeff, quién ocultó su sonrisa y levantó la mano, sintiéndose demasiado victorioso como para negarse a algo tan amigable como chocar los cinco.

Myeonggi le sonrió y tal vez él creyó que con ganar aquél juego Jeff lo habría perdonado, pero mientras caminaban de regreso al hangar, Jeff sabía que ese era solo el comienzo.

Muchos más equipos los recibieron con aplausos una vez que entraron a la habitación y no pudieron sentirse más aliviados de saber que ya su premio habría crecido.

Ya estoy un día más cerca de poder recuperarla. Pensó Jeff, caminando con tranquilidad hasta su cama, pero entonces una voz lo llama a la distancia.

—¡Oye, Jeff!

Thanos se acercó corriendo hacia él, una sonrisa descarada en sus labios y sangre aún en su mejilla por el juego del día anterior.

Antes de que Jeff pueda preguntar algo, Thanos lo besó.

***
holaa! muchísimas gracias a todos por las sugerencias de ayer que me inspiraron a actualizar ♡⁠♡⁠

menos a ti, persona que sugirió que violen a Jeff, tu mejor retirate en silencio TT

si les gustó no se olviden de votar y comentar, déjenme saber que les pareció este capítulo! ♡⁠

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