No se cuanto tiempo he estado aquí, temo que perdí la cuenta de los días, los días me parecen largas, en las noches los pensamientos oscuros no salen de mi cabeza.
Lo siento, en el fondo, a punto de explotar, dentro del sauce oscuro, podrido.
Me alimento de vez en cuando, noto mi piel pálida, no se desde cuando empezó a doler tanto este amor.

He oído tocar la puerta varias veces, junto con algunas suplicas o promesas vacías, simplemente las dejo pasar, puedo ver como me desconsumo; Quisiera ver como el rocío trajera de vuelta mi vida, esa que despreciaba tanto.
-Oye, se que estas ahí, he encontrado algo para salvar a Peter, te espero a medianoche, en la biblioteca.
Sonreí, mas no respondí. No lo creí del todo, pero aun así, aunque no lo quisiese admitir, un brote de esperanza creció en mi de nuevo para arreglar mis pedazos rotos con enmendaduras, cerré mis ojos pensando en todo lo que pude haber hecho con Peter, pero ya era demasiado tarde.
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Ya eran las doce, no me intereso como parecía físicamente, tuve que usar magia para poder ir ya que ni siquiera podía levantarme. ¿Desde cuando me volví tan débil? Silenciosamente, llegue a la biblioteca, no quería pensar en como de demacrado podría estar mi rostro, solté una carcajada débil, que inútil era; No había nadie aun, quizás esto solo fuera una broma pesada, para sacarme de mi encierro, pero aun así no me fui, la esperanza estaba tan adentro que me impedía rendirme tan fácilmente.

-Hola.-Escuche una suave voz en mi oído. Era ella, al fin si había venido. Gire mi cabeza un poco, llevaba la misma ropa que cuando la conocí.

-Espero que sea lo bastante factible como para haberme hecho venir hasta aquí.- No me moleste en ser educada, no necesito nadie mas, ya no mas.

Ella no respondió al instante, se me quedo viendo de arriba para abajo, un poco sorprendida.- Pareces otra persona ahora, nada mas mírate, tu piel es mas pálida, incluso podría notar algunos de tus huesos.-Chasqueo sus dedos y un gran espejo apareció delante de mi.

Wow, en verdad si que estaba peor de lo que imagine. No sabia que decir, estaba sin palabras observándome lentamente cada parte de mi cuerpo como si fuera otra persona diferente, acoplada a el alma. Se reflejaba todo el dolor que sentía después de la perdida de mi bebe y Peter. Seriamente tenia que dejar eso en el olvido.

-Tienes que mejorar, tienes que salir de este estado de tristeza perpetua que te esta consumiendo, ¿No lo ves? Tu eres la persona con mas persona en este mundo y aun así te derrumbas tan fácil cuando hay algo que no puedes controlar.-Hizo una pausa y me miro, tomando mis manos, no me di cuando las distancia se había acortado tanto.- Tu vales demasiado para estar tan rota, tan frágil, se el increíble dolor de perder a alguien que tu amas, como el dolor te posee y el miedo también, el miedo de confiar en alguien de nuevo, te sientes nada, miserable, pero déjame decirte, nadie puede ayudarte ni apoyarte mejor que tu misma, tu eres la única que puede superar el dolor de la perdida y conseguir algo nuevo para vivir, algo que te de esperanza.

No pude responder, solo sentí como gotas caían al suelo, no me di cuenta que estaba llorando, ella tenia razón, algo en mi hizo un clic y todo pareció tener sentido, no podía seguir hundiéndome en mi desgracia aun quedaban varias personas conmigo, aun podía seguir adelante; Empezar de nuevo, no... No puedo empezar de nuevo y simplemente hacer de cuenta que nada de esto ocurrió, se que tengo que pagar por los errores que cometí hasta ahora, pero al menos puedo tratar de mejorar lo que aun queda.

Di una débil sonrisa hacia ella. Presione sus manos con fuerza y deje todo el dolor fuera, por todos. Deje que los momentos hermosos con ellos pasaran por mi mente una vez mas, si solo pudiera tener estos momentos una vez mas, o devolver el tiempo, No... Debo parar esto, lo único es dejar los bellos momentos guardados en una caja, especialmente para ellos, deje mis ultimas lagrimas salir.

-Gracias...-Susurre débilmente- Entonces, ¿de verdad encontraste algo?

-Si, por supuesto, yo no te mentiría.-Me brindo una sonrisa cálida.- Pero aun no estas lista para poder hacer esto.

-¿Qué?

-No me malinterpretes, eres fantástica en tu magia, pero aun tu mente esta débil, y para hacer magia de este tipo se requiere fuerza mental. Si lo hiciéramos ahora serias 'devorada' por ellos.

-Entonces, ¿que me sugieres?

-Entrenamiento mental.- Respondió en seguida, quitándose su capa y dejándola sobre una mesa. Pude ver su vestido azul deslumbrante.- Vienes todos los días hasta que considere que tienes fuerza mental.

Asentí con la cabeza un tanto aburrida, No es que me interesara tener que venir a estas nuevas clases, hasta con el nombre parecían muy aburridas. Quería irme de allí.

-Si, si, si, entendí, ¿puedo irme?

-Ahora puedes irte, pero una cosa antes.

-Escupelo rápido.

-No puedes mencionar a tu familia nada sobre mi, o algo sobre lo que estamos haciendo, ¿entendido?

Sospeche un poco.- Esta bien, mi boca estará cerrada.-Le prometí.- Pero quisiera saber porque no puedo saber nada acerca de ti o incluso mi familia, eres una desconocida para mi.

-Es por mi bien, y por el tuyo aunque no lo creas. Tengo varias cosas que hacer aquí también, y ademas me gusta ayudar a las personas.-Forzó una sonrisa cálida, pero parecía un poco falsa.- Entonces, guarda silencio por ahora.

Suspire levemente, no sabia quien era esta chica, ni porque era tan misteriosa y quería ayudarme, pero al menos tenia a alguien que estaba ahí.

-¿Al menos puedo saber tu nombre? Digo, no creo que sea un nombre tan desconocido, ademas, no hace ningún daño.

Ella se lo pensó un momento hasta que por fin abrió la boca.- Mi nombre es Elsa.- Sonrió y con esto desapareció.

Guarde silencio, Elsa... Elsa... Su nombre retumbaba en mi boca, incluso su nombre era todo un misterio. Espero que sea un buen misterio.

Pero ahora no es tiempo de pensar en eso, tengo que ir a casa, a mi familia.

A mi añorada familia, me pregunto que tan preocupados estarán por mi... Siento venir una ola de emociones.