△Cap.14: «Drunk In Love»▲
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Dos semanas después
“El caso con respecto a las acusaciones de los mandatarios referentes al atentado ocurrido al palacio nacional en Washington dio inicio esta mañana,...”
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“Algunos concejales continúan replanteando, si este desafortunado incidente fue provocado por una organización liada al gobierno que se encarga de la investigación del gen-X, cuyo director ha sido declarado como desaparecido,...”
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“El impacto que obtuvo el discurso de uno de los miembros del afamado grupo de mutantes X-Men, identificado como Quicksilver, luego de la catástrofe que sucedió el pasado fin de semana en Washington causo que las protestas por los derechos de estos mismo surgieran de nueva cuenta, esta vez, personas fuera del Gen mutante se han unido a la causa, frente a la casa blanca, como pueden ver,...”
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“La Gobernadora de New York, Amanda Guillart, hizo presencia esta mañana en el consejo que disputa los hechos ocurridos el pasado fin de semana en el palacio de Washington, esto fue parte de su discurso:”
“Es por estas razones que no avanzamos como sociedad, ¿Discriminación? ¿Desigualdad? Que más tiene que pasar para que se den cuenta que ellos solo buscan una unión, ¿Tienen idea de cuantos mutantes ayudaron para proteger a todas esas personas? Lo que sucedió en el palacio, lo que diariamente sucede en nuestro día a día, algunos mutantes dieron y dan sus vidas por asegurar nuestro bienestar y ¿Es esta forma en como les pagamos? ¡No hay líneas, no hay deudas!, ellos solo piden un empleo digno, respeto hacia su familia y seguridad para su integridad, ¿Podemos simplemente abrir nuestros ojos y dejar atrás toda diferencia?”
“Gobernadora, tiene una idea...”
“Guarde silencio teniente Pierce, ya dio sus puntos, este es MI repertorio así que cierre...”
“Hasta este día, las discusiones siguen en marcha, les informaremos más acerca de estas declaraciones luego de unos comerciales,...”
—Raven –Llamo, bajando el libro que leía. –¿Podrías apagar eso, por favor?
—Ella me agrada Hank, tiene carácter –Confeso reclinándose en el sofá. –Yukio, ¿Cómo vamos?
—¡Somos tendencia mundial en 17 países! –Informo la japonesa animada. –Todos están usando el hagtag derechos para mutantes o fuera discriminación.
Exclamo con verdadero entusiasmo contagiando a los demás estudiantes que permanecían alrededor de la sala principal. Luego de la misión de rescate, habían decidido quedarse y ayudar en la reconstrucción de la mansión, aunque, si bien el profesor no les permitía acercarse a las áreas de remodelación por su seguridad, ninguno de ellos dudo en ayudar en la preparación de las habitaciones.
Una tarea que podría llamarse sencilla. Sin embargo, las habitaciones eran demasiadas, contando al número de estudiantes que asistían a la escuela, les llevarías más tiempo de lo planeado amueblar todas las recamaras antiguas y un peso extra con las nuevas que serían construidas.
Algo que era seguro, es que la escuela no abriría las puertas para nuevos estudiantes por un tiempo. No obstante, eso no los desanimo del todo, por el contrario, esa noticia fue suficiente para que las energías crecieran y se dedicaran a la completa restauración del que siempre considerarían un refugio para ser libres.
—Que gran noticia.
Bufo la pelinegra dejando una caja con artículos de limpieza al lado del sofá.
—¡Mega no seas tan aburrida! –Golpeo su hombro sin fuerza. Aunque, no logro ocultar su sonrisa cuando la chica le sujeto del brazo para atraerla hacia su cuerpo. –Estamos recibiendo mucho apoyo.
Termino de explicar la japonesa sintiendo como su cara ardía de los nervios por la cercanía. Un beso ligero fue depositado en su mejilla antes de que los brazos que apresaban su cintura se desvanecieran dejándola en libertad.
—Esperemos que toda esta publicidad nos ayude a recaudar más fondos –Se limitó a mencionar tomando la caja de nueva cuenta. –La escuela no va a terminar de reconstruirse sola, así que, si no hay dinero de por medio, no me interesa.
—Eres...
—Vamos chicos –Interrumpió el ruso entrando en la sala. –Debemos irnos.
—¡Coloso espera! –Chillo otra chica de cabello castaño. –Están a punto de pasar el discurso del profesor Maximoff de nuevo.
Señalo a la enorme pantalla plana que se situaba frente a ellos. En la imagen se podía observar a los reporteros frente a la casa blanca entrevistando a los mutantes o personas que se habían unido para protestar. El mensaje rápido de uno de los conductores anuncio que pasarían de nueva cuenta el video que causó tanto furor entre la población.
—Lo lamento Annie, pero es hora de volver a sus responsabilidades.
Trato de convencerlos para que le siguieran. Una media sonrisa se dibujó en su rostro cuando todos los estudiantes asintieron a su orden para levantarse de sus asientos, se despidieron de Raven y Hank en su camino para acto seguido, cerrar la puerta dejando a la pareja en privacidad.
—Todos están muy animados.
Comento el científico volviendo a su lectura.
—No es para menos, el discurso de Peter fue muy convincente –Declaro recostándose sobre los cojines. –No me sorprendería que recibiéramos más regalos de disculpa de los senadores.
—Están llegando demasiados –Suspiro el castaño con estrés. –La mansión aún no está totalmente restaurada para guardar tantos obsequios, además, ¿En qué mente se les ocurre que un cuarto de sauna sería un buen presente de disculpa?
—No puedo esperar a que lo instalen –Bostezo con una sonrisa. –Al igual que el cuarto de masajes.
—Es demasiado.
—Pero lo valemos.
Rebatió estirándose entre los cojines causando que su camisa se elevara y revelara parte de la suave piel. Hank trago grueso ante la vista, subió el libro hasta su cara para obstruir la imagen, y en el mejor de los casos, calmar a la bestia en su interior. Raven aún estaba recuperándose de sus heridas y debía cuidarla lo mejor posible. Aun, cuando eso significara no tocarla más de la cuenta en la intimidad de la habitación.
—No digo que no lo merecemos –Carraspeo regulando el tono de su voz. –Solo que son un poco exagerados.
—Exagerados o no espero que sigan llegando más –Menciono burlona para levantarse de su lugar. –Ya quita ese libro de tu cara, hay que prepararnos, Warren dijo que solo debíamos presentar la tarjeta que nos dio para entrar al edificio.
—Sigo sin creer que sea buena idea asistir.
Murmuro siendo arrastrado por la rubia. Entrelazaron sus manos en el recorrido mientras disfrutaban del silencio que raramente podían apreciar en esos días de reconstrucción.
—Es solo una despedida de soltero Hank –Rodo los ojos ante su negación. –Además, invito prácticamente a todos, no podemos faltar.
—Sigo sin creer que adelantara la boda.
—Después de todo lo que ha pasado, en realidad no me sorprende que terminaran los arreglos en tan pocos días.
—Escuche que Warren organizo la mayoría de detalles, ¿De dónde obtuvo tanto dinero?
—No lo sé, y tampoco me interesa –Rebatió, apretando el agarre de las manos con cariño. –Unas copas, baile y comida es lo que necesito para relajarme. ¿Crees que Logan sigue en su habitación?
—Es lo más probable, apenas salió del área médica ayer en la noche.
—Entonces, hay que hacerle una visita.
Sonrió con malicia y el brillo que resalto en sus ojos hizo suspirar con resignación al castaño. Sabía que su pareja planeaba algo entre manos, pero como en todas las demás ocasiones, no diría nada y simplemente permanecería a su lado para observar. Algo en su mente, le dijo que la intervención de la rubia sería un impacto positivo en los hechos.
Mientras la pareja se disponía a subir por las escaleras, un castaño salía de su oficina con dirección al ala médica. El conjunto que vestía se encontraba, sin lugar a dudas, fuera de la línea de sofisticación a la que estaba acostumbrado. Ahora, con un suetrer fresco blanco manga larga una talla más grande que la suya y unos simples vaqueros cafés oscuro, caminaba con aura apacible por los pasillos.
Algunos lirios de cabello caían por su frente gracias al viento que se colaba por los ventanales abiertos. Oculto las manos en los bolsillos delanteros apreciando el panorama a su vita. El azul del cielo nunca le había parecido tan lucido como hoy, y eso le hizo sonreír inconscientemente.
El color de ese día le hizo recordar a Erick. Le encantaba admirar los ojos de un azul tan extraño como maravillo, además, no creía ser el único con la misma debilidad. Más de alguna vez atrapo al velocista perdido en la mirada del que considera un gran amigo.
“A veces una mirada expresa más que las palabras”. Recordó lo que una de sus profesoras en la universidad les relato. Y no podría estar más de acuerdo.
El sonido de los pájaros le distrajo de sus pensamientos. No pasaría mucho tiempo para que la hora del almuerzo terminar y los trabajadores reanudaran el trabajo. Fue un verdadero alivio que el gobierno les ayudara con la reconstrucción contratando a algunos arquitectos y equipos de trabajo para aligerar el proceso. Tal vez el diseño original de la mansión seria cambiado drásticamente, pero sería como un nuevo inicio.
Luego de la misión de rescate no descansaron en lo más mínimo. Los estudiantes, soldados y agentes que ayudaron en la recuperación de las víctimas fueron atendidos con urgencia al momento que regresaron. No obstante, el cómo director de la institución, se llevó la sorpresa de que los principales representantes de los miembros del palacio se encontraban en el lugar con nuevos convenios para ofrecer.
Una forma poco convencional para limar las asperezas de su enfrentamiento anterior. Y eso era decir mucho de ellos, quienes en un inicio se negaron a darles un apoyo económico, ahora parecía que las negociaciones rondaban en la mesa de su recamara.
Con algo de gracia recordó que apenas algunos abogados tomaron asiento durante su reunión, Erik por supuesto, lanzo casi todas las sillas por la ventana como una pequeña satisfacción propia. Dudaba mucho poder olvidar la amplia sonrisa burlona que se dibujó en el rostro de su pareja ese día, su porte tan amenazante como protector lo maravillaba sin importar la ocasión.
Saludo con una sonrisa a los pocos estudiantes que se encontró en las escaleras, y por las cajas que sostenían en sus brazos, suponía que continuarían con los trabajos de limpieza en las habitaciones superiores. No le emociono mucho la idea de que ellos se encargaran de remodelar las áreas que seguían dañadas en las alcobas, principalmente, porque la mayoría de estudiantes debían guardar reposo por sus heridas, pero habían insistido tanto en ayudar que no pudo negarse.
Estaba grandemente agradecido con Moira y Hank en parte por ayudar a su rápida recuperación. Ambos habían trabajado en conjunto para crear un antídoto para los efectos del suero, les tomo algunos días sin descanso. Sin embargo, una vez que lo administraron en los pacientes más afectados el éxito de la fórmula dio frutos velozmente.
Aunque el recuerdo de la eficacia fue un alivio, no funciono exactamente para todos. Laura y Kurt, necesitaron más que el antídoto para recuperarse. La conciencia de ambos estaba obstruida por los comandos que fueron incrustados en sus mentes. Trato de ayudarlos lo mejor que pudo para romper las barreras que les mantenían en la inconciencia.
Kurt fue el primero en despertar no hacia algunos días atrás. El choque entre la realidad y las órdenes que seguían rondando en su cabeza fue estridente. Recordó con pesar como tuvieron que mantener a Warren lejos de la habitación, los gritos de sufrimiento del azulado eran demasiado para soportar, el dolor se transmitió a su propio cuerpo y no quería ni imaginar lo que sucedería en el turno de la pelinegra.
Desde su vínculo vivió en carne propia todo lo que Kurt tuvo que atravesar en los días que paso en cautiverio. Borrar cada golpe de su memoria no fue sencillo. No obstante, los esfuerzos no fueron en vano, alrededor de dos noches lograron estabilizarlo. Apenas dejaron que Warren regresara a la habitación se volvieron un lio de lágrimas y abrazos furtivos.
Fue parte de la audiencia que presencio el especial reencuentro. Aunque las sonrisas no duraron mucho cuando Peter apareció frente a ellos, la respiración alterada y los vendajes con la sangre de las suturas abiertas le dieron mala espina. Los gritos desgarradores que se escucharon en la dirección opuesta a su ubicación fue explicación suficiente para que el equipo médico que le ayudaba se trasladara hacia la habitación de Laura.
La tensión se hizo presente cuando entro al lugar. Las muñecas y tobillos de la menor estaban atados a la camilla por su propia seguridad. Les tomo un tiempo tranquilizarla para que él finalmente pudiera acercarse a ella. La oscuridad reino en su vínculo hasta que un impacto de recuerdos le hizo tensarse, sudo frio por las imágenes que se presentaban una tras otra sin parar, casi podía sentir la desesperación y la frustración de Laura. Una inmensa tristeza le invadió el pecho cuando la imagen de la menor siendo suministrada con el adanmatium se visualizó a continuación.
Se aseguró de borrar cada recuerdo de esa experiencia por completo. Cuando se alejó de ella, Laura comenzó a respirar con lentitud, poco a poco regulando su respiración hasta que los parpados se cerraron de nuevo. La angustia se dispersó tan rápido como ella se durmió. Peter estuvo recio a separarse de su lado; sin embargo, lo convencieron de volver a su habitación.
En su camino, pasaron por la recamara donde el cuerpo de Logan se mantenía en observación y fue imposible para el velocista no detenerse frente a la puerta que les separaba. Un suspiro profundo junto a los puños apretados fue toda reacción que se permitió transmitir antes de seguir. Nadie comento nada. Fue prácticamente un milagro que el pelinegro sobreviviera a la caída con el nivel de gravedad a la que estaban expuestas las heridas a lo largo de sus extremidades.
Estabilizarlo fuera del peligro de muerte fue casi un desafío para los doctores y los asistentes que ayudaron a tratarlo. Con un semblante casi moribundo, hasta él creyó haber perdido a su amigo en cuento lo vio. La creación del antídoto fue crucial para que los residuos del suero fueran expulsados de su sistema y dejaran de obstruir la capacidad de regeneración que necesitaba.
Cuando doblo el pasillo hacia la cocina se permitió dejar escapar un sonoro suspiro. Habían sido unos días ajetreados, velando por la seguridad y bienestar de los afectados, pero ahora, todo parecía volver a brillar con la ilusión de un nuevo comienzo.
—¿Cansado, profesor Xavier?
Charles casi salto en el lugar por la sorpresa. Con una mano en el pecho giro su rostro en la dirección que esa voz provino encontrando a Erik saliendo de la cocina.
Vestía una camisa polo azul profundo de manga corta, lo claro de su piel hacia un perfecto contraste con el color, resaltando en el camino los misteriosos ojos de su pareja. El pantalón blanco se apretaba en los lugares indicados provocando una visión varonil, pero llena de elegancia. Una risa baja se escapó de sus labios cuando Erik enarco una ceja al examinar lo que traía puesto.
—¿Día casual?
—Quería tomar un respiro y esta elección me pareció correcta para la ocasión –Respondió con simpleza. –¿Me veo mal?
—De ningún modo.
Negó con una sonrisa para acercarse al castaño. El roce entre sus labios no se hizo esperar causando que ambos rieran por el dulce contacto. Demasiado tiempo separado uno del otro por los estresantes horarios les hacía extrañarse más de lo normal.
—¿Te dirigías a la habitación de Laura?
—Ciertamente –Susurro el castaño acariciando los hombros del contrario. La sonrisa en su rostro desplegándose con ilusión al momento que una de las manos juguetonas fue capturada por las ajenas. –¿Quieres acompañarme?
—Por supuesto.
Murmuro, llevando el dorso de la mano hasta sus labios. El roce de los cálidos belfos contra los nudillos fue encantador. Una corriente de emoción recorrió los cuerpos deseosos por una cercanía menos limitada. No obstante, sabían que el pasillo no era un lugar para tales actos.
—¿Cómo te fue con los miembros de la junta?
Cuestiono para saciar la curiosidad. Retomaron el camino desde la cocina para salir por la puerta trasera, el aire fresco golpeo sus sentidos provocando que se apegaran con más devoción a la calidez del cuerpo a su lado. Hombros rozándose, manos unidas en un agarre cariñoso y los pasos tranquilos como si estuvieran en un paseo matutino fueron las acciones que estaban acostumbrados a realizar en cada ocasión que se acompañaban.
Charles escucho a Erik tararear en silencio, casi replanteando su respuesta a una explicación que no lo metiera en problemas con él. Aunque si ese fuera el caso, esperaba que nadie resultara herido u ofendido en gravedad por el cobrizo durante esas dos largas horas de reunión.
Si bien Erik era un hombre con muchas virtudes; atrayente y con un estilo de vida refinado, la falta de tolerancia resplandecía en su carácter. Un detalle que la mayoría pasaba por alto la primera vez que lo conocían y luego lamentaban no tenerla en cuenta.
—Quería asesinarlos a todos.
Confeso después de un tiempo con toda la sinceridad que pudo reunir. Sorprendentemente, el castaño ni siquiera se inmuto por esa respuesta, en cierta forma, la esperaba.
—Erik.
—Siguen culpándonos por la desaparición de los documentos e informes acerca del suero. Además, de dos contenedores que se encontraban en su poder con la sustancia.
Se excusó triturando las oraciones entre los dientes. Le irritaba si quisiera compartir su tiempo con todos esos personajes que solo hacían alarde de sus fortunas o trataban de convencerlo con las secretarias escotadas a formar parte de negocios “más interesantes”.
—Eso es una novedad.
Murmuro sin verdadero interés. Sin embargo, Erik encontró en el tono una leve diversión que el contrario escondía fácilmente entre las palabras. Oh, su descarado Charles.
—Fue ella, ¿cierto?
Cuestiono sin la necesidad de una verdadera respuesta causando que los labios del castaño se curvaran en una pequeña sonrisa.
—Si te respondo, ¿Nos acompañarías a una fiesta de beneficencia la próxima semana?
Trato de negociar ganándose un ligero beso sobre la frente. El “Ni siquiera tienes que preguntar, querido”. Fue susurrado contra una de las mejillas del profesor. Compartieron eufóricas miradas discretas entre ellos antes de entrar por las puertas del Ala médica.
Los pasillos blancos y extensos se visualizaron frente ellos. Saludaron en el camino a los pocos enfermeros o asistentes que cumplían con el horario habitual del día, los rostros cansados y otros con el acostumbrado bote de café entre las manos fueron los que les recibieron con una sonrisa de serenidad.
—Está muy silencioso.
—La mayor parte del personal aún se encuentra ayudando a los pacientes en el centro de rehabilitación de la cuidad –Explico aflojando el agarre en su mano al distinguir la puerta de la pelinegra. –Aunque, cuando las reconstrucciones terminen en unos meses si todo continua el curso que planeamos, será cuestión de tiempo para que volvamos a la misma rutina. –Informo, con la esperanza deslizándose en el deseo. Soltó el brazo ajeno cuando llegaron a la habitación. –Por cierto, le comente a Raven nuestros planes para unas vacaciones y ella está dispuesta tomar el mando por algunas semanas, lo que significa que podremos tomarnos unos días para nosotros.
—Me gusta cómo suena eso.
Comento complacido golpeando la puerta que no tardó en ser abierta. La imagen de la menor con el cabello suelto y alborotado les recibido provocándoles una sonrisa a ambos.
—¿Estas lista Laura?
Cuestiono el castaño al dar un paso dentro de la recamara. Escucho a Erik cerrar la puerta detrás de sí para cargar a la menor y tirarla con cariño sobre la camilla.
—Le prometí a papá que lo haría.
Respondió la pelinegra brindándole una mirada llena de confianza que él no dudo en corresponder.
—¿Tú padre sigue por aquí?
—Vinieron por él hace unas horas –Bostezo, acurrucándose contra el profesor que se sentó a su lado en la camilla. –¿Qué es lo que se hace en una despedida de soltero?
Interrogo, ganándose un suspiro de parte del cobrizo y una suave risa por parte de Charles que acariciaba las hebras negras con cariño.
—Lo hablaremos en otra ocasión, por ahora, cierra los ojos, vamos a comenzar.
Pidió amablemente para tomar las manos de la menor entre las suyas. Aún tenían un largo camino por recorrer, las pesadilla no se irían tan fácilmente, pero el haría todo lo que estuviera en sus manos para borrar hasta el último vago recuerdo de esa experiencia.
(...)
Hotel Golden Fantasy
—Entonces, se piensan quedar aquí todo el día ¿Cierto? –Comentó el hombre dejando otra ronda de daiquiris sobre la barra –¿No les gustaría solicitar algunos acompañantes?
Cuestiono el barman a los cuatro adultos que se encontraban sentados frente a él tomando toda clase de tragos como si no hubiera un mañana. Cada uno de ellos permanecía con un semblante aburrido sin importar cuanto hombre o mujer se les acercara para tratar de llamar su atención.
Por mucho que otros consideraran ese comportamiento raro, y más en un lugar de acompañantes como ese, la verdad es que este no era un panorama demasiado inusual para el hombre que limpiaba un vaso a la espera de otra orden del grupo de amigos.
El hotel en el que trabajaba era famoso por ser exclusivo; más que nada, porque los clientes podían disfrutar de su velada en compañía de amigos o socios de trabajo para divertirse con cuantas personas quisieran en las áreas principales del establecimiento que contaba con una gama de actividades extravagantes.
Incluso, los clientes con membresías tenían la opción de escoger una habitación privada con un bar incluido lejos del salón principal para más comodidad y privacidad. Justo el mismo que el grupo de amigos delante de él había reservado.
Cada uno de los salones privados contaba con lo necesario para llevar una reunión con toda la diversión asegurada, entre las comodidades a destacar se encontraban los meseros exclusivos de la sala, un dj privado, botellas de alta calidad, compañía brindada con la completa disposición de entretener a los invitados y por supuesto, dos barman profesionales en preparación de bebidas al gusto.
Con todos esos beneficios en mente aun no podía descifrar cual era la poca impresión del grupo frente a él. Acaparaban toda la línea de bancos en la barra y no permitían que alguien más siquiera se acercara a la zona. ¿Será por el dinero? No serían los primeros que se arrepentían en derrochar tanto efectivo en una sola sala, de hecho, cada que terminaba una reunión privada debían asegurarse de trasladar a los miembros a la zona del estacionamiento donde dos camionetas los enviarían a casa antes de que despertaran y vieran el desastre que ocurrió en dicha habitación.
Los visitantes habituales se dividían entre grupos de amigos con la mayoría de edad para ingresar al hotel mientras que los otros se conformaban con socios o compañeros de trabajo que buscaban drenar todo estrés. Aunque, en algunas ocasiones, los clientes formaban parte del círculo de empresarios, senadores, gobernadores o capitanes y tenientes de la milicia. En realidad, no tenían permitido divulgar ese hecho libremente, o al menos eso era lo que decía el contrato que les hicieron firmar, como sea, el único propósito luego de cada reunión era limpiar el lugar y no dejar rastro a rumores que podrían afectar a sus miembros.
El libertinaje y la pasión eran dos cosas aseguradas gracias a la variedad de atractivos y llamativos acompañantes que trabajaban ahí. Ya sean hombres o mujeres, cada uno de ellos brillaba por su encanto y gracia a la hora de seducir. Decir que robaban el corazón de cada hombre o mujer que visitaba el lugar ya sea por una reunión de amigos o una fiesta por pura diversión no era por exagerar. No por nada el establecimiento era considera uno de los mejores para despedidas de solteros o solteras, aunque claro, tener una reunión mucho más íntima con cada uno conllevaba un precio extra que más de alguno no dudaba en pagar.
Lo que si le extrañaba un poco era que ninguno de ellos había pedido por algún acompañante en todo lo que llevaban del día. Si recordaba bien, desde que empezó su turno en la mañana, no basto mucho tiempo para que le asignaran servir en uno de los salones privados. Camino por el pasillo de empleados hasta la sala donde suponía encontraría la habitación llena de personas a la espera de empezar a pedir tragos mientras uno que otro se divertían en las zonas intimas del lugar con algún acompañante, pero de todo lo que se imaginó no se esperaba encontrar el salón prácticamente vacío con solo cuatro personas esperando por ahogar sus penas en licor.
Observo detenidamente a las personas que tenía delante de él discutiendo acerca de que ordenar a continuación. La morena modelaba un vestido satín apretado color champagne que contrastaba a la perfección con la piel suave que se filtraba a la vista. La brillante tela se apegaba en los lugares correctos resaltando las definidas curvas, y ni hablar del escote en v que resaltaba los preciosos atributos. El cabello negro corto con hebras blancas y los tacones de aguja platinos le daban al atuendo una versión más salvaje que tentaba a acercarse a ella; los labios pintados en un liviano chocolate brillante parecían demasiado pecaminosos y deliciosamente incitaban a probarlos. Una mujer realmente hermosa.
El siguiente en el cual dejo su ojo crítico fue el chico con tono azul en su piel. El hombre de rasgos tersos parecía que podría desvanecerse sobre la barra en cualquier momento. Sonreía con cualquier cosa que escuchaba, ya demasiado afectado por el alcohol en la sangre; sin embargo, la camisa negra con cuello de tortuga le sentaba de maravilla, y en conjunto con la chaqueta de traje vintage de estilo coreano parecía un modelo de revista. Los vaqueros negros ayudaron mucho a resaltar las largas piernas del hombre. No obstante, lo más llamativo de su persona se lo llevaban las líneas en el rostro combinadas con los ojos color dorado brillante. Todo él empleaba una vibra de amabilidad y serenidad que cualquiera querría a su lado.
Castaño, alto y de porte varonil fue el siguiente bajo su escrutinio. Los lentes que usaba tenían un lente rojo profundo que no dejaba visible el color de ojos con facilidad. La chaqueta de cuero combinada con la camisa de botones blanca resaltaba los pectorales fuertes del pecho. Y vaya que no observo una grandiosa retaguardia en ese pantalón de tartán gris. Simplemente, el conjunto hacia justicia para resaltar los atributos del cuerpo que más apreciación necesitaban, podría apostar que bajo de esa fina tela se encontraba un abdomen perfectamente trabajado listo para ser recorrido por manos hábiles. Si no fuera complemente heterosexual, admitía que hubiera intentado ir por él como otros acompañantes lo habían intentado anteriormente. El tipo desprendía un aura de seriedad y misterio que atraía miradas por donde caminara.
Finalmente, pero no menos importante, se centró en el hombre de cabello platinado. El color café de los ojos chocolate era fascinante; profundos y analíticos que llamaban el interés de varios en el lugar. El porte firme y ejercitado del cuerpo era notable gracias a la camisa negra ajustada con cuello mao que vestía. Debía admitirlo, el hombre tenía que presumir, los brazos tensos en la tela reflejaban la fuerza de los músculos que no parecían exagerados. Las piernas tonificadas que ese pantalón caqui parecía acariciar era un punto que apreciar. Además, del toque encantador que el hoyuelo en la mejilla izquierda le brindaba a su apariencia. ¿Cómo lograba verse tan irresistible con esa mirada seria? No lo sabía, aunque talvez podría atribuírselo a la seductora sonrisa que se le escapaba por segundos. Un hombre atractivo sin lugar a dudas.
Le pareció curioso que ninguno prestara atención al hecho de que otras personas comenzaban a entrar a la sala sin su invitación. Observo como los otros clientes tomaban asiento en los diferentes sillones del lugar. No falto mucho para que la música se empezara a escuchar y que las luces disminuyeran. En poco tiempo, la habitación se convirtió en lo que él esperaba encontrar desde el principio.
Iba a preguntarle al grupo de amigos si estaban de acuerdo con esa situación, ya que por política del hotel, las personas solo podían invadir una sala privada si quienes la solicitaban en primer lugar los invitaban. Aunque, la única mujer del grupo se encontraba distraída en sus pensamientos mientras tomaba la copa de daiquiri que le sirvió. Al castaño le interesaba más mirar su teléfono que lo que ocurría alrededor. Paso de ese hombre para seguir al siguiente de ojos café el cual parecía tener una competencia de miradas con el azulado, siendo la botella de whisky que coloco en la barra, el premio que ambos deseaban.
En simples palabras, a cada uno le importaba poco lo que ocurría y preferían ahogarse en botellas de alcohol caro que intentar acercarse a otro persona dentro del lugar que ya era un desastre de cuerpos bailando y uno que otro devorándose con alguna persona de compañía en las esquinas del salón. El barman desvió la mirada por el reloj de su muñeca para observar la hora. 2:30 p.m. Suspiro, al imaginar que esa sería una larga tarde.
—Estar aquí no fue decisión nuestra –Respondió después de un tiempo el hombre de cabellera platinada llamando su atención. Le observo erguirse en la silla para tomarse de un trago lo último que quedaba en su vaso para volver a hablar –Fue un regalo de su prometido.
Dijo señalando al azulado que casi caía de la silla por lo que el suponía, poca resistencia al alcohol. "Vaya despedida de soltero". Se dijo en su mente para captar la atención de otra mujer que llegaba a la barra. Mordió su labio al observar el apretado vestido color caramelo que modelaba. Dejo el trapo y vaso que limpiaba para guiñarle un ojo a la castaña que correspondió con encanto. Lo decidió, se tomaría un descanso.
Le dio un asentimiento de cabeza a su compañero de turno y tomando la mano de la mujer, desapareció entre la multitud para disfrutar de su hora de descanso, dejando atrás al cuarteto de amigos.
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Una hora más tarde
Peter levanto la mirada de su trago al reconocer la melodía de una de sus canciones favoritas resonar en la habitación. No tenía idea de que hora era, pero tampoco le interesaba descubrirlo por el momento.
No se sentía con los mejores ánimos para festejar. Dejo su mirada vagar por la sala para entretenerse; sin embargo, casi se asfixia con el trago que estaba tomando al notar una silueta muy conocida entrar por la ancha puerta. Scott se apresuró a golpearle la espalda para que dejara de toser, pero a pesar de que se estaba ahogando no logro desviar la mirada del hombre.
Lo vio entrar con Raven sujetada a su brazo y Hank detrás de ellos conversando con la mayoría de instructores de la escuela. Logan parecía buscar algo con la mirada cuando fue jalado por la rubia del brazo para que caminara en una dirección opuesta a la suya. Trato de seguir con la mirada la silueta de los otros, pero los cuerpos en la pista de baile le dificultaron su objetivo.
—Hola sexy.
Escucharon detrás de ellos sacándoles un brinco a los cuatro de la sorpresa.
—¡Warren!
Grito eufórico Kurt para atraer al rubio en un profundo beso que correspondió con emoción.
—Podrían por favor no follar sobre mí mientras termino mi Ron –Pidió el castaño empujando los dos cuerpos que se respaldaban en él. –Mierda, consigan una habitación.
—No le prestes atención Warren –Ronroneo el azulado arrastrando las palabras mientras comenzaba a repartir besos por el rostro contrario. –Está celoso porque no es ni la mitad de atractivo que tú.
—Creo que ya es hora de dejar de beber Kurt, estas empezando a decir tonterías –Se burló la morena terminando el líquido de su copa. –Por cierto, ¿Qué demonios haces aquí? No se supone que los novios no deben verse antes de la boda.
—¿En serio creyeron que dejaría a mi prometido solo en su despedida de soltero rodeado de cuerpos semidesnudos? Peor, ¿Con ustedes como acompañantes? –Cuestiono elevando una ceja a los mencionados. –¿Y así se hacen llamar mis amigos?
—Warren, por si no lo has notado no hay nadie semidesnudo aquí –Enfatizo la mujer llevando otra copa a sus labios –Segundo, ¿De dónde demonios sacaste el dinero para reservar este lugar?
—Tengo mis contactos, pero no vine para explicarles eso –Hizo de menos el tema para tomar al somnoliento Kurt entre sus brazos. –Ahora, sí que si me disculpan, llevare a este príncipe a la pista de baile.
—Joder, ahora me arrepiento de ser tan buena bebedora, apenas y siento que...
Comenzó su discurso la morena siendo escuchada solo por el castaño que pedía la segunda ronda de tequilas para ellos. Peter, en su propio universo, busco a Logan por toda la habitación y hasta ese momento maldecía a los diseñadores por crear la sala más espaciosa de lo que parecía. Sin más opción se levantó del taburete excusándose con Ororo y Scott para “Saludar a sus compañeros instructores”. Gracias a la poca iluminación del lugar, se paseó por todo el recinto atento a cualquier movimiento o aroma conocido, saludo en su camino a varios amigos de la mansión que al igual que él, no sabían cómo Warren había conseguido reservar un lugar tan costoso y elegante.
Se estaba cansando de buscar y contempló la idea de usar su mutación para acortar el terreno; sin embargo, encontró finalmente a su objetivo dirigiéndose a lo que supuso era el pasillo hacia el baño.
Mordió el interior de su mejilla al darse cuenta que dos mujeres iban detrás del mayor acomodando sus reveladores escotes y ajustados vestidos. No lo evito, las siguió asegurándose de que en el pasillo no se encontrara nadie conocido y se escabullo hasta la puerta del baño con su velocidad para llegar antes que ellos, no reprimió su impresión al entrar al cuarto.
Joder, que el lugar casi parecía abarcar el mismo tamaño que la sala de la mansión. Escucho los pasos acercándose así que se apresuró a encerrarse en uno de los baños disponibles. ¿Estaba dispuesto a espiar? Talvez, pero en su defensa, él quería hablar con Logan.
Desde la reja en la puerta podía observar con atención todo lo que pasaba. Logan estaba respaldado en la entrada del baño con un puro en la mano que estaba dispuesto a encender. No obstante, las chicas se apegaron a él antes de que lograra sacar el encendedor.
La conversación era tan aburrida que casi pensó en sentarse sobre la tapa del baño, pero apenas visualizó esa idea algo le hizo congelarse en el lugar.
—Ven aquí.
Ordeno esa voz ronca y profunda a la rubia que sin esperar otra palabra camino hasta desaparecer la poca distancia que les separaba. En un rápido movimiento, Logan tomo la mano de la chica y la dirigió hasta la tela que cubría el bulto dormido provocando un jadeo de sorpresa en la chica.
Peter apretó los labios y creyó escuchar el rechinido de los dientes por la presión al observar la escena. La morocha que les acompañaba se acercó abrazando por la espalda a su amiga y dirigió la mano al mismo lugar. Ambas se sonrieron entre si al creerse vencedoras.
Sin embargo, a pesar de las constantes caricias no parecía excitado. Nada, el tamaño era considerable aún dormido, pero logro distinguir la molestia en el rostro de las chicas al no tener una reacción más placentera. Las sonrisas flaquearon por unos segundos antes de recomponerse y verle con picardía.
—¿Quieres que nos encarguemos guapo? –Ronroneo la rubia.
—No –Negó, sin inmutarse por los toques descarados que recibía. –¿Lo sientes?
—No, pero yo puedo...
—Ni siquiera lo intentes –Le interrumpió alejando ambas manos de un solo movimiento. –Aun cuando se desnuden no lograran que tenga una erección, no me interesas, ninguna de las dos en realidad –Recalco llevando su mirada a la morocha detrás de ella. –Si ya terminaron, se pueden largar.
—¿Acaso me estás rechazando?
Se quejó la morena haciendo a un lado a su amiga. Con los brazos cruzados sobre el pecho, entrecerró los ojos desafiando la sonrisa de suficiencia de Logan con la suya.
—Creí que ya había quedado –Respondió sin interés sacando el encendedor del bolsillo. –Yo solo vine a fumar.
Recalco moviendo el objeto brevemente. Escucho un par de insultos tontos dirigidos hacia el mayor quien no presto la más mínima atención y simplemente volvió en sus pasos para irse del lugar. Espero unos minutos para que las chicas se fueran y finalmente saliera del cubículo.
—¿Te divertiste escuchando? Porque yo sí.
Escucho murmurar cuando apenas había puesto un pie fuera del baño.
—¡Mierda, Ororo! –Se quejó llevando una mano hacia su corazón.
—Años siendo amigos y creíste que no me daría cuenta de que estabas mintiendo –Se burló, dejando la copa que traía en mano sobre el lavabo. Se vislumbró en el espejo para arreglarse un poco el cabello. –Yo te enseñe muchas cosas Peter, que no se te olvide que no puedes engañarme fácilmente.
Le guiño juguetona divirtiéndose con el rostro ofendido del contrario.
—Ahora, ¿Cuál es tu plan?
—¿Disculpa?
—Peter, llevan días sin dirigirse la palabra, casi mueren y ni siquiera quisiste visitarlo mientras aun seguías internado. Seguiste al hombre hasta aquí, sabes lo que tienes que hacer, pero no te atreves a dar el siguiente paso.
—No es fácil.
—Vamos, te escucho.
—Mira, puede que en algún momento, durante toda la conmoción antes de la misión, por una pequeña posibilidad.
—Se directo Maximoff,
—¡Le dije que lo amo!
—¡¿Lo hiciste!? –Grito impresionada.
—¡Si! Buen no, más bien le dije que sentía algo por él.
—Por supuesto que lo haces y obviamente no es algo pequeño –Suspiro, apoyándose contra el marco de la entrada del baño. Observo al velocista acomodándose el reloj en la muñeca hasta que algo por el pasillo atrajo su interés. –Tienen que hablar.
—Ya lo sé, pero será incomodo si me acerco sin una buena excusa.
—Será mejor que pienses en una rápido y vayas a hablar con él ahora –Recalco la última palabra con seriedad. –Y de paso alejas a todas esas mujeres del regazo de tu enamorado.
—Entiendo tu punto, pero no es...Espera ¿Que dijiste?
Cuestiono, pero la morena solo señalo con la cabeza hacia una dirección fuera del baño. Peter se acercó para observar lo mismo que apreciaba su amiga. Lo que faltaba, Logan se encontraba sentado en uno de los sillones rodeado de mujeres que no dejaban de tratar de acercarse lo más que pudieran al cuerpo del mayor.
—¿Por qué no me sorprende? –Suspiro exasperado. –No se darán por vencidas tan fácilmente ¿Cierto?
—¿Puedes culparlas? El hombre luce exquisito.
Y Peter podía segundar esa opinión. Desde su ubicación y con la poca iluminación, aun podían diferenciar el acertado conjunto que volvía a Logan tan solicitado. Él de igual forma cayo en su encanto desde que lo vio, con esa camisa italiana color vino ajustada al cuerpo que podría volverle loco el corazón a cualquiera. Sin chaqueta o abrigo, aunque, ¿Con que propósito? Si esos brazos musculosos merecían ser deleitados, de preferencia por sus ojos.
Solo tenía que bajar la mirada para que esos muslos fuertes le saludaran desde el pantalón chino de lana gris oscuro. Lucían fascinantes, una completa tentación; sin embargo, pasaban a segundo plano cuando al seguir bajando ese trasero lleno de lujuria se posicionaba en su rango de visión. Demonios, Raven se esmeró por encontrarle al mayor un atuendo que resaltara su carácter y personalidad ardiente, porque si de algo estaba seguro, era de que Logan no habría escogido ese tipo de ropa por él mismo.
—Me arreglare un poco y voy con él.
Decidió con firmeza para entrar de nuevo al baño. Se estaba comprometiendo tanto en verse bien que no noto la sonrisa de suficiencia en el rostro de Ororo.
La morena tomo un trago del daiquiri de melón con extra satisfacción ante el panorama frente a ella. Observo sin perder ningún detalle como Peter reacomodaba el cabello alborotado hacia atrás dejando que la frente quedara libre con unos cuantos mechones platinados cayendo a los lados de esta, una vista cautivadora en su escrutinio, aunque los dos primeros botones de la camisa desabrochados con agilidad fueron los siguientes en darle un gusto más atrevido a su conjunto, la garganta blanca quedo descubierta junto a las clavículas dando como resultado final al hombre seductor y sensual que era su amigo.
Los ojos chocolate que se reflejaban en el espejo tenían un brillo cazador en la mirada, y no dudaba, que cierto pelinegro seria la presa perfecta para este domador de bestias.
—¿Cómo me veo?
—Listo para atacar.
—Con eso basta –Sonrió de lado sin dejar de verse en el espejo. –Nos vemos luego.
Se despidió con un beso en la mejilla antes de salir del cuarto. Camino por el oscuro pasillo hasta llegar a la barra, y sin prestar mucha atención a Scott, que era devorado por una pelinegra, pidió al barman una botella de ron vintage y dos vasos para acompañar.
Una elección demasiado cara, pero todo iba a la cuenta de Warren así que no le importo escatimar en gastos. Recibió el pedido en menos tiempo de lo estipulado, y por un momento solo se dedicó a observar la botella que fue puesta en su dirección.
Se veía bien, tenían una botella para acompañar, los ánimos elevados y ¿Qué? Se suponía que solo se acercaría para entablar una conversación con el hombre que ama, pero que no visito ni una vez cuando estaban hospitalizados ¿Como si nada?
Logan casi moría, bueno, en exactitud ambos estuvieron en esa fina línea; sin embargo, luego que fue dado de alta ninguno de los dos tuvo el valor de enfrentarse al contrario.
Tenían que hablar, por supuesto, había demasiado sobre la mesa, la hija que compartían el principal de todos, pero no podían dejar de lado la tensión entre ellos. ¿Cómo demonios olvidar esa maldita tensión? Si por su parte ya estarían en un hotel desprendiendo todo el estrés de formas más interesantes que una conversación en un bar, rodeados de acompañantes que buscaban meterse entre los vestidos y pantalones de sus amigos, Scott el mejor ejemplo del caso, pero era un adulto, con una hija maravillosa, lo suficientemente maduro como para incentivar las palabras que depararía su futuro, juntos en el mejor de los casos.
Al final, inhalo profundamente dejando escapar el aire acumulado al instante. Se deleitó con el líquido de la botella de longitud mediana. El color ámbar vivo y ardiente le recordó a los ojos de Logan, eran iguales a este ron, gracias a la poca iluminación de la habitación, el precioso marrón verdoso resplandecía en un linaje de caramelo con caoba que le hacía estremecer. Perfecto, ni siquiera se había acercado y los nervios ya se estaban elevando, simplemente perfecto.
—Bien Peter –Murmuro para sí mismo al tomar la botella. –Llego la hora.
Se dio el último empujón tomando los vasos con la mano libre; giro los talones y dirigió sus pasos hasta el sillón donde el mayor se encontraba. En el recorrido, paso por la pista de baile encontrando a la pareja de prometidos en medio de esta. Sonrió con cariño, Warren tenía abrazado a Kurt en un agarre cálido mientras su amigo descansaba la cabeza en el hombro del rubio. Estaban tan perdidos susurrándose palabras de amor que no notaron cuando paso frente a ellos. Típico de los tortolitos.
Con unos pasos más, llego al ansiado destino colocándose en un punto detrás del mayor y su emocionada compañía. Se aclaró la garganta ruidosamente llamando la atención de las chicas que rodeaban al hombre. La deslumbrante sonrisa que les dedico encanto a más de una, y no tardaron en levantarse de sus lugares para saludarlo.
Les ahorro el trabajo. Termino de caminar rodeando el mediano sillón acolchado y su sola presencia cautivo la mirada del contrario de inmediato. Se mentiría a sí mismo sino aceptaba que adoraba la forma en la que los ojos del mayor vagaban por su cuerpo. Logan se deleitaba con lo tenía enfrente terminando el recorrido en la parte del pecho descubierto.
La leve mordida que dio a su labio inferior fue un acto tan descarado que se llevó la completa atención del pelinegro; quien sin esperar una mejor invitación, relamió los propios belfos con lentitud. Mierda, ¿El lugar se puso más caliente o solo era él?
—Hola cariño, ¿Te gustaría un poco de compañía?
Interrumpió el contacto la joven pelirroja más cercana al mayor. La chica vestía un traje blanco con pedrería brillosa a lo largo del diminuto conjunto, no traía sostén, eso era seguro por como el escote caía en cascada por el pecho. Creía a ver visto a otra mujer con el mismo diseño, pero en un color diferente, marrón si no se equivocaba al recordar, y si no lo hacía, suponía que la espalda estaría descubierta hasta el final de la línea de la columna como en la anterior.
Era hermosa, no iba a negarlo; sin embargo, el hombre con mirada feroz a su lado y el pecho musculoso resaltado por la camisa color vino era el único interés de su corazón por el momento.
—No gracias, en realidad –Respondió, señalando con las copas en mano al pelinegro. –Es a él a quien necesito.
—Oh querido –Canturreo una sensual castaña de curvas pronunciadas a su izquierda. –Lamento decirte que este hombre será mío por la noche.
La mano que estaba destina a colocarse sobre el hombro del mayor fue detenida por Logan en un rápido movimiento. Peter no oculto la satisfacción que esa acción le provoco.
—En realidad, querida –Detallo, con el mismo tono juguetón. –Deberías tener cuidado conmigo, soy uno de los dueños de esta habitación y puedo echar a cada una de ustedes de aquí si así lo deseo.
—¿Tú eres uno de los miembros exclusivos? –Carcajeo sin creerle una palabra. –Por favor nene, sé que puedes mentir mejor.
—¿Quieres que lo comprobemos?
Reto, dejando la botella y los vasos en la mesa que adornaba el sillón. Llevo una de las manos hasta el bolsillo de su pantalón trasero. La tarjeta negra que ubico frente a los rostros divertidos borro las sonrisas de las chicas de inmediato.
—¿Cómo..?
—Aléjense de él –Le corto, guardando la tarjeta con una sonrisa más amplia. –Hay otros hombres a los que pueden embaucar con sus encantos, pero este idiota, es mío.
Señalo al pelinegro que solo le observo divertido. Las comisuras de sus labios se curvaron hacia arriba al ver el rostro frustrado de las chicas. Sin borrar la sonrisa vencedora, ocupo el espacio que ellas dejaron al lado del contrario, aunque claro, dejando una distancia prudente entre ellos.
—¿Qué estás haciendo aquí? –Cuestiono, abriendo la botella sobre la mesa. El sonido del líquido llenando los vasos con el exquisito olor a almendras fue todo lo que lleno el silencio. –Creí que apenas habías salido de observación anoche.
—Raven me arrastro –Comento aceptando el vaso que le entregaba el velocista. –Entro a mi habitación esta mañana y no dejo de joderme hasta que acepte unirme a ella y Hank.
—Que mal por ti –Rio, elevando el vaso en su dirección. –Salud.
—Salud.
El tintineo del golpe entre los vasos fue preciso. Bebieron en calma dejando las miradas vagar por el panorama frente a ellos. Se sorprendió cuando la sensación suave de sabores tocó su gusto, por el aroma tan fino a ron envejecido pensó que la sustancia le quemaría la garganta. No obstante, la textura era esbelta y limpia, como un buen Whisky. Tomo otro sorbo deleitándose con el sabor dulce de la miel mezclado con ciruelas pasas y ¿vainilla?
Llevo el vaso de nuevo a sus labios para saborear una segunda impresión, si en un principio creyó que la primera vez que probará el ron se arrepentiría estaba muy equivocado. El líquido lejos de agredir su paladar parecía acariciarlo, con ese pensamiento desvió la mirada al pelinegro que rellenaba su vaso por segunda vez. A ese paso, terminarían la botella pronto.
—Lamento haber espantado a tu compañía.
Rompió el silencio entre ellos rellenando el propio vaso ahora vacío.
—No lo haces.
Replico el mayor con una sonrisa terminándose el líquido de un trago.
—Puede ser verdad, pero lo apropiado era disculparme.
Explico con gracia volviendo a reacomodarse en el sillón. Los cuerpos que bailaban en la pista de baile se movían de forma lenta y sensual, la luz tenue ayudaba mucho a que las manos juguetonas y uno que otro beso entre los amantes encendidos pasaran desapercibidos con facilidad. Observo con atención y se encontró con Ororo bailando entre dos hombres de complexión musculosa, la morena sonreía y se daba a desear rozándose entre ambos tipos que disfrutaban ser el centro de su pequeño repertorio.
Oh su amiga era única. Llevo la mirada más lejos esta vez encontrando a Scott arrinconado contra uno de los sillones alejados de la barra. Dos chicas rubias sobre su regazo compartiendo un beso descarado entre los tres era la situación. Los vestidos de las chicas rozaban el inicio de los glúteos dejando poca imaginación a los demás, y por cómo iban las cosas, que ambas tomaran cada mano del castaño para arrastrarlo en dirección al baño solo le hizo tomar otro trago en honor al pobre y futuramente desgastado amiguito de Scott.
Bajo el vaso hasta su regazo para bajar la mirada de igual forma. El plan "Hablar acerca de nuestro jodido futuro" No estaba resultando exactamente como lo planeo.
“Peter”, “Logan”. Llamaron al mismo tiempo uniendo sus miradas. El chocolate se mezcló con la avellana brillante en un abrazador contacto que ninguno parecía querer terminar. Y que la canción, I see red de everybody loves an outlaw comenzara a sonar por los parlantes no calmo las fervientes ansias de apegarse al cuerpo ajeno.
—Creo que estoy ebrio.
Comento en un escape para desviar la mirada hacia el vaso en su mano. El poco liquido se tambaleo en el interior cuando el velocista lo movió para calmar los nervios que florecían en su estómago.
—¿En serio?
—Sí –Respondió cortante terminando lo que tenía en el vaso de un trago. –No puedo volver a la mansión así, Laura debe estar aún despierta.
—Ella lo entenderá.
—Logan –Saboreo el nombre con cada letra. –Estoy aburrido, así que dime un secreto que nadie más conozca.
Él y sus temas al azar para salir de situaciones incomodas. Se reprendió interiormente por cambiar el curso de la conversación de forma precipitada. Sabía que iban a entablar el tema y él cómo todo cobarde sin estar demasiado seguro por abordarlo tomo la primera oportunidad para desviarlos. Joder, ya no era un adolescente para comportarse como lo hacía, pero estaba ebrio ¿No? Podía decir cualquier tontería que se le ocurriera, además, ¿Qué tan mal podría irle desde ahora?
—Te compre un anillo antes de irme de la mansión.
Así que así de mal la vida se burlaba de él.
Trago de un solo golpe lo que quedaba de ron en su vaso dejándolo complemente vacío. La agradable sustancia dejo de ser dulce para convirtiéndose en un sabor amargo en la garganta. Eso o la desilusión que esa confesión causo alrededor de su cuerpo le afecto más de lo que debería.
¿A quién engañaba? ¡Por supuesto que le afecto! ¡El imbécil que tenía al lado iba a pedirle!
“Calma Peter, inhala, exhala y no trates de golpearlo”. Se convenció a sí mismo para relajar los nervios.
—Bien eso, fue revelador, creo que es mi turno –Carraspeo para aclarar su garganta. –Cuando me entere que esperaba a Laura entre en pánico, el medico que me atendió dijo que estaba a tiempo para, ya sabes, revertir el producto de lo que pensó seria para mí el resultado de una noche loca –Se sinceró obteniendo la completa atención del contrario. –El me entrego los papeles correspondientes para el proceso y bueno...
—Lo consideraste.
—Si, por un mínimo segundo dude, aunque ya sabes cómo termina la historia –Resumió, rellenando el vaso con ron. –Míralo por este lado, con el historial familiar de mis padres y las largas líneas de gemelos o mellizos en ambas no era sorpréndete que me preocupara tanto –Abordo llevando el vaso a sus labios. –De solo pensar que casi podrían haber sido dos bebés y no uno hace que se me erice la piel.
Murmuro sin mucha verdad en las palabras. En más de una ocasión en el pasado se preguntó cómo habría sido su vida con dos bebés en ella. Aunque, nunca descubrió si el mayor tenía el mismo sueño. Mordió su con inseguridad, pero aun así se giró hacia el pelinegro.
—¿Alguna vez pensaste en tener hijos?
Logan arqueo una ceja con leve diversión por la pregunta.
—¿Quieres que sea sincero?
—Totalmente, estoy seguro de que mañana no recordaré nada, pero responde.
—En mi plan nunca hubo espacio para la idea de tener descendencia o una familia propia, he pasado por tantas cosas que simplemente me negué al derecho de creer que merecía tener una. Antes de ti, mi único objetivo en la vida era sobrevivir, evitar mayormente posible que las pocas personas que me ofrecían ayuda no terminaran hundiéndose conmigo. No importaba quien fuera, de alguna forma solo agradecía la consideración de quiénes no me consideraban un monstruo con la suerte de perecer mientras más tiempo se encontraran a mi lado.
—Sabes que eso no fue tu culpa sino de la gente que te cazaba.
—Lo sé, gracias a ti finalmente deje que las muertes de toda esa gente inocente abandonara mi conciencia. Cuando te conocí todo cambió, mientras aún estábamos juntos me pregunte como sería tener una familia contigo –Desvió su mirada a la casi vacía botella del menor – Incluso, semanas antes de que me fuera de la mansión solía pensar qué tan extensos podríamos llegar a ser.
—Al parecer ambos tenem...Espera –Se cortó a mitad de camino congelándose en su lugar. –¿Extensos?
Preguntó distante dejando la vista en el vaso de ron. En el punto de vista de los demás que disfrutaban de la velada, el velocista parecía en un viaje astral siendo la botella en la mesa el siguiente punto más interesante de su aventura.
—Recuerdo que en una ocasión cuando te quedaste a dormir en mi habitación, yo...
—¿Sí? –Le incitó con más interés del que pretendía.
—Me escucharé como un idiota pero, nos imaginé a nosotros en nuestro propio hogar con cinco niños corriendo por el jardín.
—Cinco niños –Murmuro vacilante tomando un largo trago directo de la botella –Creo que ya no estoy ebrio.
—¿Qué?
—¿En serio me creíste? ¡Si recuerdas que soy prácticamente inmune al alcohol gracias a mi acelerado metabolismo! Pero olvida eso, ¡¿Cinco niños Logan?! –Le reclamó frunciendo el ceño.
—Tú preguntaste.
Rebatió, encogiéndose de hombros como si esa fuera la mejor excusa que tenía.
—Lo sé, pero ¿Tantos?
—Si fuera contigo no me importaría la cantidad –Confeso con tranquilidad tomando de su trago – Sería agradable tener muchos niños que como Laura se parezcan a ti.
—Disculpe mesero –Tarareó, desorientado por la información. –Necesito otro trago.
—Por supuesto, señor –Sonrió el joven sacando la libreta del bolsillo. –¿Whisky? ¿Brandi? ¿Daiquiri? ¿Martini? ¿Vodka?
—Sí, exactamente en ese orden, por favor.
El hombre le observo con asombro sin estar muy seguro de que fuera una broma. Un carraspeo de parte del mayor a su lado le hizo volver la mirada.
—Solo una botella más.
Señalo el mayor en su lugar. El mesero asintió al pedido y se fue dejándolos solos. Peter golpeaba su pie contra el piso con insistencia gracias a los nervios mientras que Logan aculataba la sonrisa divertida en su rostro con el vaso entre sus labios.
—Ahora que lo recuerdo –Rompió el silencio después de unos segundos. –Desde que conocí a una pareja en Japón me atrajo la idea de tener gemelos o mellizos.
Bromeo para molestar al velocista que parecía no estar tranquilo moviéndose en su asiento.
—Creo que estoy ebrio otra vez.
Resumió, dejándose caer sobre la mesa con un suspiro dramático.
—Peter –Advirtió el mayor.
—¡Lo digo en serio esta vez! –Refunfuño, escondiendo el rostro entre los brazos. –Porque esa idea ahora me está resultando tentadora.
Murmuro con la intensión de que su confesión no fuera escuchada por el contrario. Las mejillas le ardían de vergüenza para ese punto y las incontables estúpidas mariposas cosquilleaban su estómago poniéndolo más tímido.
—Puedo preguntarte algo.
—Claro, estoy ebrio –Se irguió de nuevo en el sillón haciendo un gesto con la mano para que continuara. –Te seré completamente sincero en todo.
—Sé que tú y Mark tuvieron algo como una relación, pero ¿Saliste con alguien más en todo este tiempo?
Preguntó ganándose que el contrario se quedara en silencio por unos segundos hasta que volvió a vertí alcohol en el vaso vacío.
—¿No crees que este lugar es muy tranquilo para una despedida de soltero? –Cambio de tema desviando la mirada por el lugar. – Lo veo, y pienso que fue un desperdicio traer tanto efectivo en fajos de billetes.
—Peter –Regaño, tomando el suave mentón con la mano para que lo mirará –No voy a reclamar nada porque no tengo derecho a hacerlo. –Bajo los dedos por el pálido cuello mientras se acercaba más a él. –Solo es curiosidad, pero entiendo que no quieras responder.
—Fueron solo encuentros en realidad –Confeso, moviéndose inconscientemente más cerca del pelinegro. –Cuando te fuiste lo único que tenía en mente era cuidar a Laura, tú sabías que en ese entonces era un desastre, así que me esforcé por cambiar y ser el padre que ella merecía –Suspiro, cruzando los brazos sobre el pecho. –Pasaron los años y la idea de tener otra pareja no era de mi interés, así que en algunas pocas ocasiones cuando salía con los chicos a misiones en países extranjeros iba a los bares para conseguir a alguien y tener una aventura, pero siempre me arrepentía al último momento –Murmuro, pasando una mano por su cabello. – Luego de años conocí a Mark, pero aún permanecía recio a dar el siguiente paso a algo más formal, a pesar de todo lo que pasamos, yo no he podido...–Se interrumpió al darse cuenta de lo que estuvo a punto de decir –Como sea, nosotros decidimos terminar lo que hubo entre nosotros.
—Entiendo.
Susurro, pero la emoción en la voz no pasó desapercibida por el velocista.
—¿Qué hay de ti? –Se animó a preguntar con una sonrisa. –¿Alguna conquista entre tú misión?
—Solo una ocasión –Revelo, dejando el vaso sobre la mesa. –Encontré algunos problemas en Japón por conseguir información y terminé cuidando a una heredera por unos días –Explico, pasando el brazo por los hombros del menor que no se alejó ante el contacto. –Algunas personas la buscaban para asesinarla, otras me buscaban a mí así que una noche simplemente nos dejamos llevar.
—Así que, ¿Una aventura mientras tratan de asesinarte? –Rio, acomodándose sobre el hombro ajeno. –Que novedad señor inmortal.
—¿Te estás burlando?
—Talvez un poco –Acepto, dejando caer su cabeza sobre la curva del cuello de Logan. –¿Quieres más?
Pregunto señalando los vasos vacíos sobre la mesa.
—No gracias –Susurro, seguro que por la cercanía que tenían lo escucharía a la perfección. Desvió la mirada por las personas que seguían bailando en la pista y un deseo lo invadió de repente. – Vamos a bailar.
Propuso, provocando que el velocista parpadeara incrédulo por lo que escucho. Se separó del escondite en el cuello para mirarlo fijamente con una cálida sonrisa.
—No juegues conmigo Logan –Golpeo su brazo sin fuerzas. –Tú nunca bailas.
—No lo hacía –Admito, tomando la mano del menor en un firme agarre. –Pero todo este tiempo fuera no deje de arrepentirme por no hacer muchas cosas contigo.
—Logan.
—¿Bailarías conmigo Peter?
Pregunto levantándose del lugar para ofrecerle la mano en invitación. Peter observo la palma extendida en su dirección sin poder creer aun lo que estaba pasando. Sin embargo, al subir la mirada, se encontró con esos ojos avellana que eran los culpables de hacer a su corazón un desastre de latidos incontrolables de la emoción.
Finalmente, con una sonrisa maliciosa acepto feliz. Entrelazo su mano con la del mayor ante la mirada de sus compañeros y amigos que solo se acomodaron mejor en los asientos para ver el espectáculo. Ororo desvió la mirada hacia la mesa donde Raven y Hank se encontraban. La rubia fue la primera en darse cuenta y elevo la copa en mano hacia la morena como saludo que fue correspondida al instante. Ambas mujeres con esa sonrisa de sentirse complacidas en sus rostros.
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The weekend – As you are
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Apenas tocaron la pista de baile se dejó escuchar una canción que les hizo sonreír por igual. ¿Suerte? ¿Destino? No lo sabían, simplemente la lenta y dulce melodía invadió su sistema.
Sólo tú y yo.
Ellos no pudieron ver lo que yo veo en ti,
Porque yo creo en ti,
Eres el único al que escojo.
Logan guio al menor entre los demás cuerpos que bailaban apegándose cada vez entre ellos. La ancha espalda del moreno era lo único que acaparaba la mirada del velocista mientras los nervios se dispersaban en una nube de confianza.
Cuando se posicionaron a la mitad de la pista, Logan realizo un movimiento ágil para hacerlo girar y luego atraerlo hacia su cuerpo con delicadeza. El sutil y encantador paso de baile provoco que Peter sonriera sin poder evitarlo. Ahora, con los pechos rozándose y las manos unidas en un tierno agarre movieron sus cuerpos en total sincronía.
La mano libre del pelinegro bajo desde la línea de su espalda hasta situarse en la cadera del menor con firmeza. Peter al contrario, llevo la mano ansiosa por un lento recorrido desde el pecho hasta el hombro del moreno donde permaneció tranquila.
Muéstrame tu corazón roto y todas tus cicatrices,
Cariño, te aceptaré,
Te aceptaré,
Te aceptaré,
Te aceptaré tal como eres.
Una nueva vuelta le hizo girar para esta vez ser atraído y pegar su espalda contra el pecho de Logan. Las manos del mayor pasaron por la cadera hasta unirse sobre su estómago encerrándolo así entre los fuertes brazos. Sin perder el tiempo, Peter coloco las manos propias sobre las ajenas, ladeando su cuello para que Logan tuviera más espacio y colocara el mentón sobre su hombro.
Los labios que dejaron un beso sobre la blanca piel degustaron un camino desde la base hasta el lóbulo de la oreja. Joder, su maldita zona erógena. La tranquila respiración y el rastrojo de la barba estimulo sus sentidos de una forma increíblemente potente. No se quejó por las constantes mordidas, en realidad disfruto el contacto lo suficiente como para cerrar los ojos y dejar que Logan marcara la piel cuanto quisiera.
El sonido de los chasquidos y la suave hendidura de los dientes le erizo la piel. Un leve jadeo escapo de los belfos del velocista al momento que las manos del moreno lo apretaron contra su cuerpo con más posesividad, incitando a que más suspiros deseosos escaparan de los labios. Sin embargo, estaba seguro que la música cubriría los desesperados pedidos que le susurraba mayor.
La sensualidad se desplazó en el ambiente rápidamente. Los amantes en la pista de baile se observaban con complicidad; anhelantes y desesperados por juntar los cuerpos sin la ropa estorbando en su camino. Las manos recorrían la piel ajena con devoción y uno que otro beso era robado entre la multitud con ilusión. Logan y Peter, no estaban muy lejos de esa realidad.
Siendo el velocista con una maliciosa sonrisa quien termino por encender las llamas en el cuerpo del moreno. Se apegó tanto como pudo al mayor para bajar lentamente por su vientre hasta reclinarse un poco y luego volver a subir sacudiendo ligeramente el trasero contra el pantalón del contrario. Movimiento que solo provoco que Logan sintiera un ligero tirón de excitación que le hizo gruñir por lo bajo.
Pero sabes que romperé tu corazón,
Porque sé lo que somos,
Nuestro amor es muy joven,
Aunque rompa tu corazón.
Una tercera vuelta y Peter termino abrazando el cuello del moreno con los brazos. Las manos de Logan bajaron lentamente por su torso hasta posicionarse sobre la cadera y atraerlo con entusiasmo hasta su pecho. Chocolate y avellana volvieron a encontrarse con un silencioso saludo. Ninguno deseo bajar la mirada desde entonces.
Te necesito
Tanto el velocista como el moreno dejaron de pensar en todo los problemas por los que habían pasado en esos últimos días. Más interesados en la forma en como sus cuerpos se rozaban y se frotaban en cada movimiento.
Logan descendió la mirada brevemente a los belfos del menor. Se veían tan suaves, finos y peligrosamente cerca que no creía poder soportar el impulso por probarlos. Peter hizo lo mismo con los suyos; brindando una leve mordida de anticipación en su labio inferior.
Te necesito
—Esto es raro.
Murmuró el menor cerrando los ojos.
—¿Qué cosa?
—Había olvidado cuanto me gusta estar entre tus brazos.
Respondió, hundiendo el rostro en el cuello del mayor; suspiro complacido al detectar el aroma de colonia en la piel. Esa mezcla cítrica junto a un toque de lavanda con madera de ébano se estaba convirtiendo en su nueva fragancia favorita.
Te necesito
—¿Me amas?
Susurró contra el odio del moreno que no dudo en apretar el agarre en su cadera con dulzura mientras respondía.
—Lo hago.
—Yo también te amo.
Confeso, y la forma en como los brazos del mayor le abrazaron fervientemente demostró lo emocionado que se encontraba. No necesito palabras de vuelta, simplemente salió del escondite en el cuello para apreciar el desastre que causo. Los rostros estaban a escasos centímetros de tocarse, por lo que ver los ojos vidriosos del mayor fue fácil; la mirada y la sonrisa de felicidad que le dedico Logan fue más gloriosa que cualquier otra respuesta que pudo recibir. Maldición, lo amaba tanto.
Tú sabes que lo sé, cariño.
—¿Volverás a lastimarme?
—No lo haré –Prometió, balanceando sus cuerpos al compás de las últimas notas de la canción. –Pero si llegara a pasar de nuevo permitiré que el imbécil de tu padre me asesine.
—¡Hecho! Se pondrá muy feliz cuando se lo diga –Rio divertido uniendo las manos detrás del cuello del pelinegro. –Desde ahora no más misiones suicidas, tampoco más secretos ¿De acuerdo?
—Si así lo quieres, está bien.
—Y vas a consentirnos más seguido.
—Por supuesto.
—Empezando desde mañana con el desayuno.
—Suena justo.
Acepto inclinando el rostro para rozar sus labios con los contrarios. El beso comenzó como una ligera caricia llena de sentimientos y calidez antes de transformarse en un toque más necesitado y desesperado. Las manos del velocista bajaron por el cuello del mayor hasta la fuerte cadera mientras que Logan tomo las suaves mejillas entre sus manos para intensificar el lio de jadeos y suspiros ahogados que eran.
Cariño, ¿No me aceptarás como soy?
—Quiero estar contigo esta noche.
Murmuro luego de unos minutos saboreando con la mirada los labios rojos y brillantes del velocista. Las respiraciones alteradas provocaron que se perdieran en su espacio íntimo. Peter apenas podía apartar sus ojos de los labios entre abiertos del pelinegro, pero un deseoso apretón en su glúteo derecho le trajo a la realidad.
Ahogo un jadeo en su voz por la excitación. Aunque, ¿Alguien se daría cuenta si desaparecieran? Para ese punto, probablemente, tendría que soportar los comentarios de sus amigos con respecto a cómo parecía que se estaba deshaciendo de amor entre los brazos del moreno. Sería una larga boda mañana, de eso estaba seguro, así que disfrutaría la noche con el hombre que su cuerpo tanto extrañaba.
—¿Qué harías? –Pregunto, con esa sonrisa ladina invadiendo su rostro. –¿Si te dijera que quiero lo mismo?
Luego de eso, casi en un parpadeó, fue sacado de la sala por Logan tan rápido que apenas le dio tiempo para despedirse de los demás. Algo en su interior le decía que si no apresuraba el paso, el mayor lo cargaría sobre el hombro como un saco de papas por todo el edificio y por alguna razón esa imagen le resulto divertida y tierna al mismo tiempo.
Cuando llegaron al estacionamiento y observaron los conocidos autos alrededor de una zona privada llegaron prácticamente a la misma conclusión. Tomaron el auto de Raven y Hank dejando una nota sobre el parabrisas del auto de Ororo, explicando, no con detalle, porque se fugaron en él.
Subieron al vehículo, ajustaron los cinturones y una vez estuvieron listos arrancaron el auto para salir a la carretera. El ocaso que se deslumbraba por las ventanas, era precioso con una combinación de colores tan perfecta que creaba una vista maravillosa.
Logan dirigió el volante con una mano y entrelazo la libre con la del velocista. Se sonrieron por unos segundos para luego dejar la mirada al frente, después de todo, tenían que encontrar un hotel que fuera del gusto de ambos.
Fin del Cap! Hay que dejar las sorpresas para la próxima.
Desde ya dejo las advertencias.
El siguiente capítulo será explícito en todo sentido. Bueno talvez no todo, pero se dara la intensión. Asi que, Si este tipo de contenido no es de su interés pueden esperar a la siguiente actualización y seguir con la lectura. Recalco, habrá solo escenas subidas de tono. En la mayoria del cap, por supuesto.
Fin de las advertencias. Así que rápidamente, ¡Muchas gracias por leer! Nos vemos en la siguiente actualización. ¡Ya casi terminamos esta historia!
¡Feliz San Valentín!
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