Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

IV

Valió la pena la espera al final de todo.

Es verdad,Perdió valiosas horas de su vida deambulando por los pasillos de aquel fétido edificio, pero al final obtuvo resultados.

Kanon no se encontraba nada contento con la tardanza de aquel mocoso.
Pero a pesar de ello, aprovechó la oportunidad para familiarizarse con la zona.

Era parte de su naturaleza reconocer el terreno. No trabajaba con Poseidón por nada. Había aprendido a cuidarse bien las espaldas, a no confiar en nada y a tener siempre un plan de escape. Nunca abandonaba un recinto sin fijarse bien que nadie lo siguiera. Siempre estaba alerta, esperando lo inesperado.

Poseidón lo llamaba paranoia. Pero kanon sabía bien que era una necesidad tener ojos en la espalda, para todo el que tuviera relación con su jefe.

Al darle una segunda vuelta al edificio, kanon descubrió que todo era un jodido desastre.

Todo el inmueble apestaba a humedad y por las esquinas de los pasillos a orina. La presencia de basura en el piso era innumerable Y aquel olor fétido flotaba en el aire

¿como es posible que alguien viviera en esas condiciones?

Con los asquerosos olores de orina, tabaco, alcohol y sexo mezclados en el ambiente. Por Dios, había niños.

la presencia de Omegas no acababa de sorprenderle a kanon, quien fumo un par de cigarrillos en el descanso de una escalera, contemplando el ir y venir de los inquilinos.

Tras puertas cerradas, podía oír las voces de los Omegas, y las de sus Alfas gritándoles toda clase de palabrotas.

Podía oír perfectamente los negocios de los distribuidores de drogas, lo que fueron a hacer dos prostitutas que pasaron frente a él hace un rato.

¿pero en que clase de mierda vivía ese enano?

Ni siquiera se le podia llamar hogar a aquel lugar.

la espera comenzaba a desesperarlo. La paciencia era una virtud que intentaba cultivar, pero su jardín estaba lleno de rocas y espinas. Poseidón se lo dijo una vez, que pasó a paso se llega lejos o algo por el estilo. Claro que, en teoría, tener paciencia resultaba beneficioso, pero en la realidad Kanon ardía de deseos por terminar lo empezado.

Ansioso, aplastó una colilla de cigarrillo con un buen pisotón, se acomodó la chaqueta, trono los huesos de su cuello y se acomodó el cabello azulado y estilizado a conciencia. Nunca salía de casa sin haberse visto en el espejo lo suficiente como para saber qué se veia bien arreglado.

Kanon avanzó hacia la puerta a la que hacia guardia, esperando que su víctima apareciera. Ya podía sentir la adrenalina derramandose dentro de sus venas. Era esa sensación deliciosa la que lo mantenía en el negocio.

Estuvo a punto de encender otro cigarrillo, en cuanto se dió cuenta que ya no le quedaban más en la cajetilla. La lanzo al suelo con desdén. ¿ahora en que iba a entretenerse mientras esperaba a que llegara su siguiente víctima?

Bueno, podría fantasear, como lo vino haciendo todo el camino, pensando en lo divertido que sería rebanarle la garganta al enano ese. Despacio, con cuidado, haciendo cortes ligeros primero para poder saborear el terror en la cara del chico ese.

Ah tantas posibilidades y Poseidón prefería desaprovecharlas. En fin haría lo que le pegara en gana, como siempre. Iba a conseguir que el idiota de Julián cumpliera con el pago y aterrorizaria al mocoso ese, solo por que era divertido hacerlo.

Así que ahora quedaba esperar que apareciera. Pero no le quedaban más cigarrillos. ¿ahora que iba a hacer? Jugar con su celular no lo iba a entretener. La señal era pésima en esa ratonera en donde se encontraba. Podía buscar pelea con el afán de entretenerse con los esperpentos que llegaban en busca de droga allá, en la última puerta del pasillo.

-Maldito enano de mierda y la puta que te parió-

Mascullo kanon, extrañando un cigarrillo

-¿a que hora vas a llegar, carajo?-

Así que se dió una vuelta mas, acercándose a la última puerta del corredor, donde no hacia mucho entraron un par de mujeres. Ellas pasaron frente a él y en sus rostros macilentos pudo saber sin equivocarse hacia donde se dirigían.

Las maldijo escupiendo en el suelo tras ellas. Par de adictas de mierda, las llamó, pero ellas no alcanzaron a escuchar. Kanon rumiando su frustración, regreso sobre sus pasos.

Otra vuelta mas, y ya comenzaban a cansarse sus piernas, cuando, después de mucho tiempo por fin logró divisar entre la penumbra de ese pasillo mal iluminado, lo que venía a buscar.

El maldito enano y su cara de niña exploradora aparecieron por la escalera. Se veía contento el muy maldito, pero pronto se le iba a terminar la alegría.

Kanon siendo el mismo, sabía cómo acechar a sus presas. Despacio y sin ser percibido, se acercó al muchachito quien sin imaginar quien se encontraba tras el, abrió la puerta del departamento. Jamás lo vio venir, menos aún esperaba lo siguiente.

Fue muy fácil derribar al enano ese de un empujón. Lo lanzó de bruces contra el suelo y los paquetes que traía consigo salieron volando. Kanon no perdió el tiempo y cerro la puerta tras ellos. Al segundo siguiente, ya estaba sobre su víctima, cuchillo de cazador en la mano y susrrandole al oído

-¿me extrañaste enano?-

No esperaba una respuesta, pero la obtuvo. Su víctima temblaba bajo su cuerpo, así que tuvo que seguir con lo que acababa de empezar.

-vine por el dinero de Poseidón, y esta vez no me muevo sin obtener lo que busco-

El departamento se encontraba a obscuras. ¡maldita sea! Así no podría verle la cara al enano ese. No importaba, a pesar de la penumbra, no iba a dejar que se le escape el enano de mierda.

A prisa saco su celular y con la luz de la pantalla se alumbró para acomodarse sobre su presa. Con la mano libre le aplastó el rostro contra el suelo, mientras que con la otra, colocaba el teléfono sobre el suelo.

Sorrento inmediatamente se dió cuenta del lío en el que estaba, así que se quedó muy quieto.

-escuchame bien, voy a dejar que te levantes y enciendas la luz, ¿entendiste enano?-

Susurro despacio, pasándole el cuchillo de cazador sobre la garganta.

-intentas algo, cualquier cosa y te destripo aquí mismo-

Kanon no se lo dijo, pero en verdad esperaba que el mocoso intenté escaparsele. Lo perseguiria un poco, lo dejaría correr por su vida y cuando lo tuviera en sus manos... ¡zaz! Le daría el susto de su vida.

Todavía no tuvo la oportunidad de despacharse a alguien, pero con el tiempo lo haría. Solo necesitaba una oportunidad para estrenarse a si mismo. De repente, quien sabe, el momento llegó de probar que podia hacerlo. Poseidón por fin iba a conocer el potencial que tenía.

Pero no, contrario a sus deseos, Sorrento se levantó muy obediente y al alumbrarlo con el celular, se dió cuenta que no se movía de su sitio. Es más, no levantaba el rostro y seguro estaba paralizado del miedo.

Carajo en verdad que ese enano no podía ser más irritante. Le acababa de ordenar que encendiera la luz y el muy imbécil no le obedecía.

-¡¡enciende la maldita luz, enano!!-

Le grito a la cara, sin ahorrarse una buena sacudida, pero no consiguió que aquel pequeño Omega se moviera de su sitio.

- así que además de imbécil, eres sordo-

Estaba paralizado del miedo, podía sentir el terror de su presa y lo disfrutaba mucho. Tal como una droga, kanon se estaba volviendo adicto a esa sensación deliciosa. Necesitaba un poco más para saciarse. Con una mano sostuvo su teléfono, mientras que con la otra le acariciaba el rostro a su víctima.

El enano se contrajo como un gusano, mucho más asustado al sentir el contacto de su piel.

Kanon tubo que ahogar un grito de emoción, se mordió los labios para luego acercarse al oido del chico ese.

-asi que eres sordo también-

Susurro Kanon mientras que su mano se deslizaba por la garganta de su presa. La reacción que obtuvo fue mejor de la que esperaba. El enano se contrajo mucho mas. Quedó tan tieso como la pared que lo sostenía. Si no hubiese estado tan cerca del mocoso, se le pasaba el detalle de ver como le temblaban los labios con ritmo propio.

Si continuaba, seguro aquel Omega caía muerto del susto. No pretendía matarlo todavía, sería un desperdicio. Le bastaba con atormentarlo un poco. Apegandose a su víctima, Kanon no se contuvo.

-como eres sordo, no necesitarás tus orejas-

Le dijo mientras liberaba la garganta del chiquillo y llevaba el filo del cuchillo a ribetear el lovulo de la oreja izquierda.

-creo que me las llevaré de recuerdo-

Quizá fue la pobre luz del celular, de repente su imaginación, pero el enano perdió el color de la cara. Los ojos se le desencajaron y las pupilas casi desaparecen dentro del color rosado de los iris.

pánico es lo que kanon pudo percibir a todo color y frente a sus propios ojos. Sin embargo, el mocoso no se movía de su sitio.

-asi que no eres sordo ¿ah? Solo estúpido-

Continuo kanon, deslizando el filo de la navaja sobre las mejillas amoratadas de su presa.

-¿sabes que más eres? Mi perra. Así que vas a hacer lo que se me de la gana ¿entendido?-

No le podia responder. La voz de le congeló en la garganta y de los nervios sus propios pensamientos se hacían humo. Incapaz de defenderse, de alegar, Sorrento solo esperaba lo siguiente.

A esas alturas de su vida, no le cabía duda que él matón de Poseidón cumpliría su amenaza. Se esforzó entonces a responderle. Hablar no era una opción, así que entonces sólo atino por asentir.

La carcajada que provino del matón de Poseidón solo lo aterrorizo un poco más.

-asi que eres mi perra-

Le dijo al oído con el sonido viscoso que era su voz. Sorrento asintió de nuevo, sintiéndose perdido. ¿que podía hacer? Tenía todas las de perder. Lo único que le quedaba era rendirse, como habia hecho siempre que se encontraba en una situación similar.

Los demás cobradores de Julián solían ser menos habladores y preferían ir de frente a lo que buscaban. Sorrento tenía la experiencia de su lado, por lo cual prefería no resistir para no salir más lastimado.

El matón de Poseidón se rio de el una vez más. Pero a sorrento no le importaba. El cuchillo seguía sobre su mejilla izquierda y parecía que no la abandonaría sin dejar su huella.

-viene por lo que el estúpido de tu noviecito debe. Dámelo de una vez-

Julián le debía a medio mundo, pero de todos el peor tal vez era Poseidón. Una vez más, Sorrento no tenía idea de la suma, mucho menos el modo de costear la deuda. Lo único que sí poseía, era el dinero que ganó trabajando honradamente.

Las cuerdas del violín tendrían que esperar, así como la cuenta de luz. Tampoco necesitaba comer todos los días, con lo que sus amigos Betas le dieron podría aguantar una semana. Sorrento debió abstenerse pensando, porque de pronto un tirón en las solapas de su chaqueta lo devolvió a la realidad.

-si tengo que repetirte las cosas enano...-

De nuevo el tono seseante y viscoso de aquel hombre le recordó la gravedad de la situación.

Sorrento reacciono apenas, asintiendo mientras buscaba el dinero. Se lo entregó entonces, pero aquel sujeto ni se fijó en la suma. De inmediato se lo metió al bolsillo, sin mirar siquiera.

¿ahora que quería? ¿por que no lo soltaba?

-¡quitate eso!-

Le ordenó tirando de su chaqueta. Sorrento obedeció más preocupado que antes. Sin prisa se desprendió de la prenda y al tendersela. Este simplemente la dejo caer al suelo.

-vacia tus bolsillos ¡rapido que no tengo toda la vida!-

Obedeció otra vez y tan solo obtuvo un par de papeles viejos y la envoltura de un caramelo. Nada que satisfaciera a quien todavía lo sostenía contra la pared.

-no te quieras hacer el listo conmigo, dame todo lo que guardas. No quieres que yo lo obtenga por mi cuenta-

Ante tal amenaza, Sorrento palideció mucho más. No traía nada en los bolsillos, ni en ningún lado, ¿pero como iba a convencerlo de ello?

Así que vacío el contenido de su mochila escolar y los ojos verdes de aquel sujeto escudriñaron lo que callo al suelo. No había dinero, pero le hizo revolver las prendas que guardaba y sacudir sus libros.

-¡Abre esa cosa!-

Ordenó, señalando el estuche de su violín. Sorrento trago saliva e hizo lo que le dijo. Le mostró el estuche vacío, pero el matón le arrebató el violín.

-¿que es esta mierda? ¿eres músico o que coño?-

Asintió otra vez, aterrado al ver como ese tipo inspeccionaba el violín sin cuidado. Era su objeto más preciado, su modo de subsistencia y ese sujeto lo sacudió para ver si escondía algo dentro.

Una vez se convenció que no había nada en su interior, soltó el violín. Sorrento ahogo un gemido y se abalanzó hacia su encuentro. Con las justas llegó a alcanzar su preciado instrumento antes de que este tocará el suelo.

-oye enano, no te he dado permiso para que te tomes una siesta. No he terminado contigo-

La verdad que ya no le importaba. El violín estaba a salvo, eso era lo único que contaba. Abrazo el instrumento, como tratando de protegerlo de la presencia del matón y se quedó muy quieto esperando lo siguiente. ¿que quería ahora? No tenía más dinero y si pensaba en quitarle el violín tendria que matarlo primero.

-nnnnnnnno...hay más....dddi....dddinero-

Se atrevió a responderle. Sorrento no sabía de donde la había salido el valor, pero pronto se le agotó al verle acercarcele.

-no me interesa más eso-

Le respondió aquel tipo tan intimidante.

- te lo dije, eres mi perra. y voy a jugar un rato contigo-

La expresión del enano ese no tenía precio. Casi si suelta el instrumento que llevaba en las manos. Kanon tuvo que ahogar una carcajada, por que era lo más divertido que había presenciado en días.

El enano actuaba como una perrita asustada, pensó, seguro hasta se había orinado en los pantalones. A kanon los deseos de humillarlo un poco más le iban ganado la partida.

-¿que traes ahi? Huele bien-

Le señaló la bolsa de plástico que quedó en el suelo y el enano casi salta del susto.

-mmmm mi...cennn...nnna-

-asi que tienes dinero para gastar en esa mierda y no para pagar tus deudas-

-Nn nnnnno smi de de u deuda-

Así que el enano se ponía insolente. Kanon se relamio los labios, se acercó de nuevo y el mocoso se contrajo apretando el violín contra su cuerpo.

-¡¡Las deudas de tu maldito Alfa, también son tuyas!! A Poseidón no le importa quien pague, con tal que vea su dinero. Así que si el imbécil de Julián paga o tu vendiendo el culo no importa. El dinero es lo único que importa.-

-pp pe pero ju ju Julián nnno smi alfff alf Alfa....eees mmi her mmano....Nn nnnnno smi de de u deuda-

-¿julian no es tu Alfa?-

-nnnno-

-¿tienes Alfa o alguien interesado?

Sorrento nego lentamente. Y en el rostro de kanon se dibujó una sonrisa de oreja a oreja.

- perfecto....-

Murmuró kanon con sorna, acercando sus labios a los del joven sirena. Esa sin duda, había sido la mejor noticia que pudo haber recibido. Tal vez después de todo podría llegar a un trato razonable con el idiota de Julián.

<<Esto no puede estar pasando ¿pero que quiere de mi?>>

Pensó Sorrento nebulosamente. En cuanto vio los labios de su agresor acercarse a los suyos. Más el frunció notoriamente la boca y ladeó la cabeza, con una mueca de disgusto.

¿donde diablos estaría Julián cuando más lo necesitaba?

¿por que no acudía a su llamado cuando ese loco aparecía?

Sus esfuerzos para alejar a ese hombre no sirvieron de nada. Aquel hombre lo tomo por el menton y se acercó para besarle lentamente, sin violencia. A sorrento le tomó por sorpresa ese gesto, y al cabo de un rato, la sensación fue tan agradable que no pudo negarse.

-sabes- la mirada de kanon se tornó extraña- entre más te veo, más ganas siento de abusar de ti...Pero esto será en otro momento, enano...-

Dijo para dar por terminado el tema al momento que palmeaba el muslo del jovencito y le daba un sugerente apretón.

Aclaradas las cosas. A kanon se le abrió el apetito. No había cenado aún por andar esperando al enano aquel. Lo que fuera que llevará en esa bolsa olía muy bien.

-¿que tanto me vez? ¡Tráeme esa bolsa de comida!-

Bastó con eso para que su nueva perra reaccione. claro que sin soltar esa pieza de madera fea y vieja. Parecía aterrado de soltar el violín, como si de un salvavidas se tratase. Entonces tendría que quitárselo.

A kanon nada le costó quitárselo de las manos. El mocoso intentó pelear para recuperarlo, lo cual le dio razón suficiente para estrellarlo contra la pared una vez más.

-¡Que tanto te aferras a esta porquería!-

Le grito al chico quien se retorcía dentro de su propia piel.

Kanon tomo el instrumento del mástil y lo sacudió un poco, solo para atormentar al enano ese.

-es un pedazo de mierda ¿cuanto cres que me den por esta basura? ¿ah?-

Ahora si que el enano ese estaba por llorar. Los ojos se le quebraron en llanto y redoblo sus esfuerzos por escapar de sus manos. kanon tubo que contenerlo, por que el enano era bastante escurridizo.

Riendo todavía, kanon retrocedió con el violín en la mano. No era ningún ignorante, sabía bien que ese instrumento no era cualquier cosa. De niño Poseidón lo obligó a tomar clases de música y de tanto vivir entre tantos músicos, aprendió a apreciar instrumentos musicales.

Ese violín que el enano tenía en su poder, era un Stradivarius. Nada menos. Si, estaba bastante viejo y dañado por el uso, pero sin duda algo de valor tenia. Las cuerdas estaban tan gastadas que en cualquier momento se romperían. Despintado, hasta astillado, tenía una especie de remache en el diapasón, las clavijas muy gastadas, pero la madera no había sobrevivido tres siglos sin razón.

¡era un jodido Stradivarius! ¡por un carajo, algo tenía que valer! ¿no?

-¿a quien se lo robaste, ah?

-a na...nnnn...nad...die...sss....mmm..mio-

-¿a si enano cabron?¿tambien me vas a decir que hablas ruso? No me quieras ver la cara de idiota, se lo robaste a alguien-

El barniz estaba tan gastado como el resto del violín, pero la inscripción debajo de una de las escotaduras seguía intacta. Kanon pudo identificar las letras, pero no podía leerlas. Así que el enano pendejo tenía algo de valor en sus manos, después de todo.

Pero lo qué más llamó la atención de aquel instrumento en Kanon fue el logo de Poseidón grabado a un costado del instrumento.

El tridente, con las iniciales cruzadas de Poseidón y el nombre de su legítimo dueño

Solo existía un Stradivarius con aquel logo y este pertenecía a... El hijo de poseidon .

-¡¿donde diablos conseguiste el Stradivarius de Scylla?!-

Grito agitandolo del brazo y Sorrento quedó en shock.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro