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Capítulo 38: "Misión cumplida: El regreso"

(Últimos capítulos)

Un grupo de jóvenes se encontraban frente a una gigantesca montaña de color rojiza, mientras discutían entre ellos.

Ya chicos, tenemos que llegar a un acuerdo, tuvimos mucha suerte de que uno de los pobladores de este planeta nos dijera el lugar donde está la piedra incandescente, decía Lunch.

Nos dijo el lugar, pero no como era este, siento que mis piececitos, se calcinaran en este lugar, decía Marón.

Sí, es cierto a pesar que llevábamos trajes de protección este ya no es capaz de protegernos de manera adecuada, acoto Dieciocho.

Si, lo sé, pero ya estamos aquí, y tenemos que sacar esa piedra del fondo de esa montaña, decía Lunch.

Yo no voy a entrar allí, es poner en riesgo mi vida, respondió Bulma.

Sí, es cierto, yo tampoco entrare, dijo Marón.

Bueno, entonces hagamos un sorteo entre los que no estamos poniendo objeciones, ¿o alguien quiere ir por la piedra incandescente sin necesidad de sorteo?, acoto Krilín mirando a los demás jóvenes.

Creo que lo justo es un...., decía Vegueta, siendo interrumpido por dos voces que de manera simultánea dijeron: Yo quiero ir.

¿Ustedes?, dijo Lunch, mirando al par de pelinegros, que se miraron entre si al notar la coincidencia.

¿Estás segura Milk?, ese lugar puede ser muy peligroso, decía Bulma, mirando a su amiga pelinegra.

Lo sé, pero quiero demostrarme a mí misma que puedo lograrlo, respondió la pelinegra.

Yo iré con ustedes, dijo Vegueta.

Pero Vegui, puede ser peligroso, respondió Bulma.

No te preocupes linda, tendré cuidado, además ellos necesitarán apoyo, solos no podrán cumplir con la misión, dijo Vegueta.

Cierto, yo también iré con ustedes, acoto Lunch.

No es necesario Lunch, dijo Gokú sonriendo.

Necesitaran quien pilotee y cuide la pequeña nave de aproximación para llegar a la montaña, ya que los tres piensa bajar en busca de la piedra incandescente, ¿no?, respondió Lunch.

Si tienes razón, dijeron los tres jóvenes.

Entonces ya está decidido, los cuatro iremos por la piedra incandescente, acoto Lunch.

Y mientras tanto, ¿nosotros qué haremos?, dijo Marón.

Preparar todo para el regreso a la Tierra, respondió Krilín.

Y, además preparar todo lo necesario para nuestra rehabilitación, de seguro volveremos deshidratados al estar sometidos a una temperatura mucho mayor de la que ya sentimos, decía Lunch.

No te preocupes, nosotros nos encargaremos de tener listo el kid de recuperación, acoto Bulma.

Entonces el momento de ir por la piedra incandescente llego, dijo Lunch, activando un botón del reloj que llevaba puesto, al poco tiempo junto a ellos llego una pequeña nave.

Los tres jovencitos que acompañarían a la rubia de cabello ondulado en la misión, abordaron la nave, una vez que todos estuvieron a bordo, Lunch, emprendió camino.

Tiempo después:

Tres jóvenes saltaban desde una nave al interior de una montaña.

Tengan cuidado, dijo Lunch, mientras veía descender a los tres jóvenes.

Gokú, Milk y Vegueta, con gran habilidad lograron caer al fondo de la montaña, sin causarse lesión alguna.

¿Estás bien?, dijo Gokú en tono preocupado, mirando a la pelinegra.

Si, respondió dulcemente la pelinegra, mientras el joven cabello de flama caminaba observando la pared de la montaña.

Entonces, empecemos la búsqueda, dijo Gokú con una amplia sonrisa en su rostro.

Si, acoto Milk.

En tanto:

En una nave un grupo de chicos se encontraban alistando todo para su regreso, mientras platicaban entre ellos.

¿Cómo creen que estén?, decía preocupada Marón.

De seguro nada bien, en ese lugar la temperatura es mucho más fuerte que aquí, respondió Dieciocho.

Por ello tenemos que tener listo el kid de curaciones y emergencias, podrían necesitar oxígeno, acoto Krilín.

Si, ello es cierto, dijo preocupada Bulma, mientras pensaba: Vegueta, ojalá y estés bien, que la temperatura no te haga daño.

Montaña:

En una nave que estaba sobrevolando sobre una gigantesca montaña rojiza, una rubia de cabello ondulado, se secaba el sudor que resbalaba por su rostro, mientras pensaba: Si yo estoy deshidratándome, ¿cómo estarán ellos?, ojalá y estén bien, que no vayan a sufrir estragos por este sofocante calor.

Mientras tanto:

Una bella pelinegra, que tenía el rostro enrojecido y sudoroso, se apoyaba en una de las paredes de la montaña, mientras decía: Estoy muy cansada, muy cansada.

Al poco tiempo, al sentir el calor de la montaña sobre su mano, la pelinegra alejo esta de la misma, pero al hacerlo a pesar de lo débil que se sentía pudo notar que, dentro de la pared de la montaña, había algo muy brilloso.

Milk, ¿qué te sucede?, dijo Gokú acercándose a su débil amiga que se sostenía con debilidad.

La piedra incandescente, respondió débilmente la pelinegra, mientras se balanceaba de un lado al otro.

¿La piedra incandescente?, dijo Gokú, mientras sostenía a la pelinegra, al tiempo que un joven cabello de flama llegaba junto a ellos.

¿Qué sucede?, preguntó Vegueta, mirando a su amigo, mientras observaba a la debilitada pelinegra.

Creo que encontré a la piedra incandescente, decía Milk con debilidad.

No te agites, respondió Gokú.

¿Dónde?, ¿dónde está? decía Vegueta, que también tenía el rostro cubierto de sudor al igual que los otros dos jovencitos.

Vegueta Milk está muy débil, respondió Gokú.

Tenemos que sacarla, está en esta pared, decía Milk, mientras a pesar de su debilidad señalaba el lugar donde ella había visto brillar a la supuesta piedra.

Bien, hay que sacarla, respondió Vegueta, mientras miraba la pared.

Apoya a Vegueta, dijo Milk, mirando al joven de cabello alborotado.

Pero tú..., decía Gokú.

Tomare asiento para descansar un poco, estoy aquí junto a ustedes, respondió Milk.

Está bien, dijo Gokú, antes de acercarse a su amigo para que juntos busquen la piedra.

Milk, ¿no veo nada?, decía Vegueta.

Yo tampoco, acotaba Gokú.

Allí está, fíjense bien, decía Milk, fijando su mirada en la pared de la montaña.

Gokú y Vegueta, pestañaban mientras trataban de buscar con la mirada la piedra incandescente.

Luego de algún tiempo, Gokú dijo: Ya la vi.

¿En verdad?, respondió Vegueta.

Si, dijo Gokú.

Entonces saquémosla, respondió Vegueta, mientras sacaba de la pequeña mochila que había llevado unos instrumentos que le permitan escarbar la pared de la montaña.

Vegueta le entrego unos instrumentos a su amigo, y juntos empezaron a escavar en la montaña para sacar la piedra que andaban buscando.

Tiempo después:

Gokú le mostraba a la pelinegra, una piedra muy brillosa, que parecía que estuviera ardiendo en fuego.

Es hermosa, dijo Milk.

Sí, es cierto, pero quema mucho, respondió Gokú, sonriendo, mientras sostenía a la piedra con su mano que llevaba guantes especiales.

Salgamos, escucharon los pelinegros.

Sí, dijeron Gokú y Milk a la vez.

¿Ya puedes caminar?, dijo el joven de cabello alborotado mirando a la pelinegra.

Si, ya tengo fuerzas de nuevo, respondió Milk.

Entonces, ¿lista para escalar?, pregunto Gokú.

Sí, dijo Milk.

Los tres jóvenes con ayuda de equipos de alpinismo lograron salir de la montaña, a la cima de está, la rubia de cabello ondulado al verlos, se acercó con la nave, para que ellos subieran en ella.

Misión cumplida, dijeron a la vez, Gokú, Milk y Vegueta, mientras uno de ellos le mostraba a la rubia de cabello ondulado la piedra incandescente.

Parece que una llama ardiente, dijo Lunch.

Cierto, acoto Milk.

Bueno a la nave, linda, tengo mucha sed, decía Vegueta.

No solo tú, yo también, acoto Gokú sonriendo.

¡Eh¡ si, si, chicos, ahora mismo vamos a la nave, dijo Lunch.

Si, dijeron los jóvenes.

Una vez que los jóvenes abordaron la pequeña nave, emprendieron camino hacia el lugar donde estaba la nave principal.

Nave principal:

Una peli azul miraba una pantalla mientras decía: Ya están de regreso.

Sí, es cierto, respondió Dieciocho, mientras Marón asentía.

Entonces, voy a esperarlos fuera, dijo Krilín.

¿Llevas el kid de emergencia?, pregunto Dieciocho.

Si, respondió el calvo.

Entonces vamos a recibirlos, acoto la rubia de cabello corto.

Esperen yo también voy, dijeron a la vez las peliazules.

El grupo de jóvenes salieron de la nave al hacerlo se encontraron con sus amigos que venían al borde de una nave.

Krilín y las chicas que se habían quedado con él se acercaron a la nave para apoyar a sus amigos.

¿Cómo están?, decía el calvo.

Agotadísimos, respondieron los jóvenes mientras bajaban de la nave.

Te ayudo, dijo Bulma, mientras se acercaba a apoyar a su novio.

¡Gracias linda¡ respondió Vegueta.

¿Una botellita de agua?, dijo Marón, que estaba alcanzando botellas de agua a sus amigos.

Si, gracias, respondió Vegueta, mientras recibía la botella.

En tanto una rubia de cabello corto junto a un calvo caminaban junto a los otros tres jóvenes.

Bulma manejara la nave de regreso para que Vegueta y tú descansen, y yo la apoyare, decía el calvo.

Me parece bien, respondió Lunch.

Me imagino que antes de partir, tendremos que despedirnos de...., decía el calvo.

Por supuesto que tenemos que despedirnos de los habitantes de Levita y de su representante, respondió Lunch.

Si, lo sé, sin apoyo no hubiéramos podido encontrar la piedra incandescente, de manera tan rápida.

En tanto:

Un par de pelinegros que caminaban junto a un calvo platicaban en voz baja entre ellos, mientras uno de estos llevaba la piedra incandescente consigo.

No, no se me olvidará, decía la pelinegra con un ligero carmín en las mejillas.

Sabes, estaré contando los segundos, minutos y horas, para llegar a la tierra, respondió Gokú sonriendo, al tiempo que la plática de ambos jovencitos se vio interrumpida por la pregunta de un calvo.

¿Me muestran la piedra incandescente?, decía el calvo.

¡Eh¡ si, si, respondió la pelinegra.

Tiempo después:

Tras despedirse de los Levitas, un grupo de jovencitos abordaban una nave.

No se preocupen por nada, nosotros nos encargaremos de todo, descansen, decía Bulma, mientras digitaba algo en un teclado, mientras sus amigos tomaban asiento.

Abróchense los cinturones chicos, dijo el calvo, mientras los demás jóvenes seguían sus instrucciones.

Listo, dijeron todos los jovencitos al calvo de algunos segundos.

Entonces empecemos con el conteo, dijo el calvo.

Cinco

Cuatro,

Tres

Dos

Uno

Despegando, dijeron los jovencitos a la vez, al tiempo que la nave se elevaba a la velocidad del rayo.

Bueno a descansar, decía Vegueta, cerrando sus ojos, al sentir que la gravedad nuevamente empezó a cambiar.

Si, dijo Lunch que estaba junto a él.

Si, descansa Vegui, acoto Bulma.

Misión cumplida, decía el calvo mirando la piedra incandescente que estaba cerca del lugar donde él estaba sentado.

Si, misión cumplida, respondió Dieciocho que estaba junto a él.

Pobres, están agotados, decía Marón, mirando a un par de pelinegros que se habían quedado dormidos, colocando sus cabezas una junto a la cabeza del otro.

Sí, es cierto, pero lo bueno, es que ya con la misión cumplida, ya se puede descansar, acoto Dieciocho, mirando a un joven cabello de flama y a una rubia de cabello ondulado, dormir profundamente.

¿Y cuánto nos tomara volver?, decía Marón, haciendo una pausa para decir: Porque si el viaje están largo como el que hicimos para venir, ellos tendrán mucho tiempo para recuperar energías.

Como el viaje es de regreso, toma menos tiempo que el de venida, respondió Bulma.

Si, será la mitad, ¿no?, dijo Dieciocho.

Así, es, respondió la peli azul de cabello corto.

Mes y medio después:

La nave que había trasportado al grupo de jóvenes del "Comando Excelencia" al planeta Levita, ya estaba de regreso.

Los jóvenes se desabrochaban sus cinturones de seguridad para bajar de la misma, mientras decían: Ya estamos de regreso.

Mientras tanto:

En el campo de aterrizaje del ejercito del planeta tierra, un par de hombres, junto a un grupo de jóvenes, miraban expectantes el momento en que el último comando que había sido enviado a una misión del ejercito terrícola, haga su aparición.

Allí están, dijo uno de los jóvenes, al ver la puerta de la nave abrirse.

Si, decían otros, mientras de la nave, bajaban el grupo de jóvenes, liderados por una rubia de cabello ondulado, que era quien llevaba en sus manos la piedra incandescente.

Lo lograron, dijo Whiss, sonriendo al ver que la joven traía lo que Bills, les había encomendado.

Si, cumplieron con la misión, acoto Bills, con una sonrisa de lado.

¡Buenas tardes Comandante Bills¡ aquí le traemos la misión, dijo Lunch al llegar frente a este, mientras sus demás compañeros se colocaron a sus costados.

Bien, respondió Bills, recibiendo la piedra incandescente, mientras la miraba con detenimiento.

Luego de algunos minutos Bills, dijo: Misión cumplida, tendrán tres días de descanso, en el podrán hacer lo que deseen, incluso salir fuera de las instalaciones del ejército.

Ante, las palabras de su comandante, un apuesto jovencito de cabello alborotado sonrió, mientras pensaba: Ahora si podremos tener esa cita.

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