Terapia.
Fandom: Vocaloid.
Pareja: Miku x IA
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— ¿Sabes cómo soy, no?
Esas palabras fueron pronunciadas en un susurro por una rubia de platinada cabellera, su espalda recostada en la pared y vestida nada más que con ropa interior, con una manta cubriendo su cuerpo, no se preocupó de vestirse pese a tener a un amigo sentado delante de ella, dándole la espalda.
Yuma ajustaba las cuerdas de la guitarra y sin darle mucha importancia a las palabras de su amiga, sólo asintió.
—Sabes que me preocupo mucho por mi físico, detesto el dolor y si alguien llegara a provocar siquiera un pequeño rasguño en mi rostro lo perseguiría hasta las profundidades del infierno sólo para matarlo hasta saciarme. ¿Lo sabes, verdad?
Yuma de nuevo asintió, tocando unos acordes.
—Y aún así...—recostó la cabeza en la pared, mirando hacia el techo—. Quiero que Miku me lo haga.
Las manos del pelo negro se detuvieron por unos segundos antes de seguir con lo suyo, no era necesario que dijera algo, de todas formas IA seguiría hablando, siempre lo hacía, incluso amenazada de muerte.
—No me molesta la idea de que Miku me golpee, la anhelo, la sola idea de ella jalando mi cabello violentamente o rompiendo mis costillas me provoca un placer inimaginable—sonrió, cerrando los ojos antes de soltar una risita amarga—. Pero ella no es tan violenta como para hacerme eso, es tan frustrante. Finalmente siento el deseo de ser abusada por alguien y no me lo cumplen. ¿Qué es lo que piensas de eso, Yuma?
De inmediato, él respondió sin ningún tipo de duda.
—Debes ir con un psicólogo, de ser necesario yo te lo pago.
IA soltó una estridente carcajada, rodando en la cama al punto de que la sábana se corrió, mostrando gran parte de su piel descubierta.
Cuando se calmó, se acercó a su amigo para abrazarlo por detrás con un cariño que en esta situación a Yuma le parecía perturbador, resistió el escalofrío.
—Oye, Yuma, no tienes que fingir, sé que también te gusta Miku, ¿estás celoso? ¿Vas a intentar quitármela? ¿Me lastimarás de esa manera?
El torso de Yuma se echó hacia adelante, impulsado por el peso que ejercía la muchacha sobre él. Sintió su piel caliente pegada a su ropa, pero él no sintió nada que pudiera calificarse como "pervertido", era imposible que sintiera algo así por alguien como ella.
No se equivocaba, le gustaba Miku, sin embargo, cuando la rubia marca a alguien lo mejor es alejarse. Aunque ellos eran amigos, no quería saber qué tan lejos podía llegar la rubia.
—No digas tonterías—fue lo único que dijo, la lenta melodía de la guitarra resonaba por toda la habitación.
—Oh, disculpa, fue mi error—volvió a reír con aire juguetón, su mejilla reposaba en la cabeza del chico—. Yuma, quiero que Miku cumpla mi deseo, no quiero dejar que nadie más que ella lo haga, pero como es ahora no me sirve. Quiero destruir tanto a Miku que ella quiera destruirme a mí. ¿Lo entiendes, verdad?
Yuma asintió, pero la molestia lo llevó a desentonar la melodía, trayendo un sonido algo desagradable.
Con simulada molestia, IA dijo.
—Yuma, ten cuidado de no cometer el mismo error otra vez.
Yuma, ten cuidado de no entrometerte en donde no te llame.
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