Fandom: Kingdom Hearts.

Pareja: Terra x Kairi.

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Ese no era él.

Sin embargo, era su cuerpo.

Ese mismo cuerpo que secuestró a una niña, alejándola de su familia, experimentando con ella para luego lanzarla a una isla con el objetivo de que continúe con su plan.

Luchó por más de diez años para recuperar su cuerpo y apenas lo consiguió se le fue arrebatado, encontrándose de vuelta con esa niña ya crecida, alzó su arma con el objetivo de atacarla, quizás matarla, todo con tal de provocar a Sora.

Esa niña se quedó paralizada, como si recordara el rostro de aquel que cambió su destino, aunque no podía. Aún con todo el tiempo pasado ella se sentía tan pequeña entre sus manos, ese cuello delgado incapaz de pedir por auxilio al ser apretado.

Su debilidad lo llevó a ser expulsado y que con su cuerpo Xehanort cometiera toda clase de barbaridades, no obstante, la culpa de que todo esto sucediera en primer lugar era suya.

No era merecedor de estar siquiera cerca de Kairi. Incluso ella con su actitud tan distante y temerosa lo demostraba.

Ese día que ella llegó con ellos con el objetivo de entrenar con Aqua, la de pelo azul propuso que tuviera una práctica con Terra.

Él apenas pudo levantar su arma antes de que la chica gritara, encogiéndose en el suelo mientras su rostro se distorsionaba del miedo, apenas conteniendo el llanto.

Ese día se canceló el entrenamiento hasta que Kairi se sintiera mejor; sin embargo, las cosas no mejoraron entre ellos. No fue difícil para Terra darse cuenta, cuando ella lo miraba, veía el rostro de aquel que le hizo tanto daño.

No importaba que sus amigos lo consolaran, la culpa lo carcomía.

Ahora estaban de frente a frente, encontrándose a las afueras de la residencia en medio de la noche. Kairi evitaba su mirada, Terra hacía lo mismo. Ninguno se atrevió a moverse.

De alguna forma, Terra reunió el valor para hablarle. Se enfrascaron en una incómoda conversación que mientras avanzaba, se iba tornando fluida, pero no más agradable.

El varón se sentó a su lado, ella no se alejó. Lo único que podía hacer era disculparse por todo el mal que le hizo.

Sin embargo, Kairi no aceptó su disculpa.

—No, no... No debes hacerlo—balbuceó, finalmente conectando miradas con un confundido Terra—. Me costó mucho asimilarlo, no podía evitar ver el rostro de él cada vez que te veía, me daba miedo; pero por culpa de mi debilidad nunca pude decirte que tú no tienes la culpa de nada de lo que me pasó—mientras hablaba, su voz se iba quebrando—. La única que debe disculparse soy yo, has pasado por tantas cosas y con mi actitud sólo te hice sentir culpable. Terra, me pareces un hombre maravilloso y yo soy una tonta, por eso... por eso es que siempre me quedo atrás, por eso siempre soy la que termina hiriendo a otros por culpa de mis errores... Por mi culpa...

Las lágrimas se desbordaron, seguido de constantes gimoteos que dificultaban entender lo que decían, ¿pero acaso necesitaba escuchar más? Para nada.

Cegado por un impulso, atrajo a la chica hacia él en un abrazo reconfortante. Tiempo atrás nunca se atrevería a hacer algo similar.

—Basta, si a mí no me dejan lamentarme por "tonterías", mucho menos te dejaré a ti. Kairi, he deseado decirte esto por mucho tiempo. Tu valor y fortaleza son dignas de admirar, no debes obsesionarte con el deseo de poder y el miedo a quedarse atrás, eso sólo traerá dolor. Créeme, lo sé por experiencia. Tus amigos siempre estarán allí para ser tu apoyo y si así lo quieres, yo también estaré ahí para ti.

Quizás debió decir algo más, no lo sabía, pero al sentir las pequeñas manos de Kairi aferrándose a la tela de su ropa, pensó que era suficiente.

Estaba aliviado de no ser odiado, finalmente sentía que podía descansar de todo este tormento. Estaba seguro de que incluso derramó un par de lágrimas, pero lo único que le importaba en este momento era ser un pilar para Kairi.

Ella dejó de llorar hace tiempo, los dos estaban acurrucados observando el cielo estrellado.

Que bonitas son las estrellas.