Las tres habían formado una bonita amistad basada en risas, bromas y algunos secretos. Ahora tenían quince años y era la primera vez que oían que les decían algo sobre "colores de la vida real" en clase. Tanto Chou como Yoo sabían que ellas ya podían ver esos colores, pero aún nadie les explicaba la razón de ello, haciendo que prestaran completa atención a esa clase, aunque en cuanto acabó sólo terminaron con más dudas que respuestas.

- Nay -Llamó Jeongyeon, haciendo que la mencionada alzara sus ojos de su cuaderno.- ¿Entendiste algo de la clase?

- En realidad no presté atención, estaba dibujando -Le enseñó su dibujo a la más alta- Quería pintarlo, pero todo se ve igual -Suspiró.

Desde que Nayeon le había dicho a su hermana sobre esos destellos de colores esta le había dicho que debía mantenerlo en secreto hasta que supiera con seguridad junto a quien podía verlos, haciendo que esta hiciera caso y fingiera no ver nada.

- Puedo pintarlo para ti -Sonrió Tzuyu hacia la más baja, haciendo que esta también le sonriera.

- ¿Cómo sabes de qué color lo pintarás? -Soltó Jeongyeon, haciendo que Tzuyu sólo la mirara con un gesto serio.

- Podemos pintarlo de cualquier color y cuando podamos ver estos colores nos podemos reír un poco -Sugirió Nayeon con una sonrisa para ambas chicas.

Tzuyu esa tarde había decidido acompañar a Nayeon a su casa con tal de no estar mucho tiempo con Jeongyeon, al parecer esta siempre se ponía celosa cuando estaban con Nayeon.