༊·˚O8.
Uchinaga y Yoo se miraban entre sí, esa tarde les había enviado un mensaje diciendo que quería hablar con ellas y eso sólo hizo que se preocuparan por la menor.
Las manos de Yizhuo sudaban un poco y estaba segura de que sus mejillas estarían rojas en cuanto intentara explicarle a las menores lo que sucedía, pero tenía que arriesgarse y sacarlo de su pecho.
—Ning, ¿Sucede algo malo? —habló Jimin al ver que la más bajita no decía nada pero parecía que necesitaba hablar.
—Es que tengo que contarles algo y no sé por dónde empezar. —suspiró.
—Ningning, nos conoces lo suficiente, puedes decirnos lo que sea. —Aeri sonrió hacia la china, haciendo que esta sonriera levemente.
—Es que comencé a ver colores —habló bajo, haciendo que ambas chicas fruncieran el ceño—. Y creo que es un problema.
Yizhuo esperaba que alguna de las dos dijera algo, pero estas se mantenían en silencio mientras esperaban que la mas joven continuará hablando. Para Aeri y Jimin eso había sido un golpe bajo, ya que no estaban segura de que Yizhuo viera esos colores junto a ellas.
—Yo estaba muy confundida cuando esto empezó y preferí guardarlo para mi, pensé que algo estaba mal conmigo y luego noté que-... —tomó aire—. Yo veo colores junto a ustedes, pensé que quizás sólo era con una, pero no es así y no sé si... Sea así para ustedes también. —susurró lo último mientras miraba sus manos.
—Nosotras nos alejamos porque notamos que veíamos colores junto a ti. —soltó Jimin, haciendo que Yizhuo la mirará.
—No queríamos decirte porque no queríamos que te alejes de nosotras. —añadió Aeri.
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