Miré a los alrededores, al parecer teníamos vecinos nuevos ya que precisamente los de la mudanza no eran los más silenciosos, haciéndome despertar, luego ví a una señora vestida completamente de rosa y a un señor de verde, luego lo vi a él: un chico de amarillo, piel blanca tan pálida pero tan hermosa, cabello pelirrojo, ojos café oscuro, labios rosados, y de pronto sentí un cosquilleo no en mi estómago cómo todos dicen que pasa, sino en mis pulmones extrañamente, me sonrojé lo supe porque sentí mis mejillas calientes, empezarón a sudarme las manos, y también mi corazón empezo a latir rápido ¿esto es estar enamorada? Al parecer el chico notó que alguien lo observaba, osea yo, giró su cabeza en mi dirección y yo rápidamente corrí adentro de mi casa, ví a mi madre y le pregunté....

-Mamá, ¿que se siente estar enamorada? —pregunté—
—mi mamá chilló emocionada para luego mírame— ¿ya te haz enamorado? ¿Quien es? ¿Es acaso guapo y una buena persona? —preguntó mi madre emocionada—
-Si eso creo, el nuevo vecino de al lado, para mí lo es y no he tratado con él aún —dije yo respondiendo a sus preguntas—
—ella volvió a chillar emocionada— Bueno estar enamorada es sentirte rara, pero no te alarmes es raramente bien, sientes cómo tú corazón golpetea fuerte cuándo ves a esa persona, te sonrojas sin siquiera quererlo y sientes mariposas en el estómago pero yo no lo he sentido, más bien fueron mis pulmones —dijo ella frunciendo el entrecejo ante lo que dijo sobre sus pulmones—
—emití un sonido de sorpresa— ¡eso es justo lo que me paso! —confesé sorprendida—
-¿Si? Bueno supongo que tú abuela no era la única loca respecto a lo de tus pulmones —ambas reímos ante lo que ella dijo— pero dime Mai, ¿que color es ese chico? —y ahí fue cuándo sentí una punzada en el pecho. Temiendo lo peor... Que su color no combinara con el mío—
-Yo no lo recuerdo, sólo ví el color de sus padres. No más —dije yo un poco asustada—
-Bueno, si te enamoras de alguien que no combina pues... No sé cómo te ira, espero y no mal —dijo mi madre para luego suspirar—

Y así fue cómo inicio todo lo que no sabía que vendría....